Con siete temporadas emitidas entre 2007 y 2015, Mad Men, la serie creada por Matthew Weiner devino uno de los mayores clásicos de la nueva era de oro del género. La transformación radical de la publicidad acompañando la emergencia del pop y la contracultura en los 60 resultó en una de las mejores historias jamás contadas por la televisión con una reconstrucción de época impar.Los años de la serie que van desde mediados de los 50 hasta principios de los 70 se espejan en la música que cambia con la misma virulencia que la forma de vender. Pero en el principio, el estilo Mad Men está cifrado por el jazz en todas sus formas: desde el envase que sirve para seguir explotando la figura de Marilyn Monroe a la revolución de Miles Davis. Lo que sigue es una guía Madison Avenue del jazz según pasan las temporadas.“Moonglow” (Benny Goodman, 1936). El soundtrack de Mad Men se remonta a la era de oro del swing representado por dos grandes orquestas: la del trompetista Glenn Miller y la del clarinetista Benny Goodman. “Moonglow”, compuesta por Will Hudson en 1933, se convirtió en un standard del jazz a partir de esta versión instrumental que Goodman grabó con una formación de cuarteto legendaria: Teddy Wilson (piano), Gene Kruppa (bateería) y Lionel Hampton (vibráfono). El contrapunto entre la sonoridad tenue del clarinete y los golpes evanescentes de Hampton crea una atmósfera nocturna, ensoñada, eterna.“C’est Magnifique” (Cole Porter, 1953). Nacido en Indiana en 1891, Cole Porter transitaba los últimos años de su vida para cuando se suceden las primeras escenas en la agencia Sterling & Cooper y la actividad de la avenida Madison se transforma radicalmente. Para entonces ya se había convertido en uno de los mayores compositores del siglo XX con aportes mayúsculos al songbook del jazz y el musical de Brodway. Esta versión instrumental de “C’est Magnifique” que se escucha en la serie la compuso para el musical Can-Can. En la película de 1960 la interpretarían Sinatra y Shirley McLaine.“Manhattan” (Ella Fitzgerald, 1956). Una de las mayores voces del jazz, Ella dedicó todo un álbum a las canciones compuestas por Richard Rodgers y Lorenz Hart, un dúo tan importante para el género como Porter. El nombre de la canción es explícito, una oda a la Gran Manzana que es el escenario central de la serie. Fitzgerald la grabó acompañada por la orquesta de Buddy Bregman y el álbum recibió en 1973 un Grammy especial otorgado a los discos con más de 25 años que tenían una calidad histórica. Pasó el doble de tiempo desde entonces y, obvio, cada día canta mejor.“I’m Thru With Love” (Marilyn Monroe, 1959). ¿Quién es más Marilyn en Mad Men? ¿Betty Draper o Joan Holloway? Habría que entrar en una especulación entre los rasgos físicos y el perfil psicológico de dos de los personajes femeninos centrales de la serie, pero lo cierto es que el fantasma de la Monroe sobrevuela la serie y la incluye en su soundtrack. La corta vida de Marilyn lo fue aún más en la música: algunas canciones en películas como Los caballeros las prefieren rubias (1953) y La adorable pecadora (1960) y un par de simples. “I’m Thru With Love” es la cara B de “I Wanna Be Loved By You”. Claro que podía cantar la rubia, más cerca del susurro de Chet Baker que de la elocuencia arrolladora de la Fitzgerald. Un ícono pop en la recta final del jazz tradicional.Miles Davis“Blue In Green” (Miles Davis, 1959). Los cambios en la mentalidad de la época se reflejan en la revolución que supuso para el jazz la salida del álbum Kind of Blue que Miles grabó en dos sesiones históricas de diez horas en marzo y abril de 1959, en el estudio del sello Columbia de la calle 30. Acompañado por John Coltrane (saxo), Bill Evans (piano), Paul Chambers (contrabajo) y Jimmy Cob (batería), el trompetista dejó grabada una bisagra en el siglo de la misma profundidad que supuso la aparición de Picasso para la pintura. La idea de sofisticación que anhelan los protagonistas de la serie y que también la constituye como ficción (lo de entretenimiento se queda muy corto aquí) se espeja en esta nueva música clásica.“Concierto de Aranjuez” (Miles Davis, 1960). Otro cameo estelar de la trompeta de Davis en el soundtrack de la serie está en su interpretación de “Concierto de Aranjuez” incluida en el álbum Sketches of Spain que marcó una línea transversal entre el jazz y la música clásica. Davis también hacía suya aquí la música de Manuel de Falla inaugurando una corriente conocida como third stream (tercera corriente). Como suele ocurrir con los artistas revulsivos, la adaptación que el jazzman hizo de la música culta ibérica defraudó a propios y extraños: fue recibida con frialdad por la crítica de la época y Joaquín Rodrigo, autor de “Aranjuez”, hizo público su disgusto con la versión.“Trust In Me” (Etta James, 1960). Este estilo de blues jazzeado es el núcleo de un subgénero pop al que se refiere como música Mad Men y que tuvo en la trágica Amy Winehouse su figura definitiva. Ya era vintage cuando Etta, una influencia decisiva en Janis Joplin, la grabó para el álbum At Last! y la metió en el top 30 haciendo un uso virtuoso de la nostalgia con una melodía cuyos orígenes iban treinta años atrás. El pop cambiaría luego la percepción del tiempo: la música que se grabó hace treinta años puede hoy ser más novedosa que la estrictamente nueva.Etta James“There Will Never Be Another You” (Bud Powell, 1961). Sobre una melodía original del carismático Chet Baker, el pianista Bud Powell grabó este instrumental para el álbum A Portrait of Thelonius, su tributo a otro pianista: el decisivo Thelonius Monk. Powell fue una de las figuras salientes del be bop y formó parte del Modern Jazz Quartet, punta de lanza de la renovación del jazz en los 50. Transitó la vida con dificultad, entre la esquizofrenia, el alcoholismo y una tuberculosis que terminó con su vida en 1966.“Fly Me To The Moon” (Julie London, 1963). Esta versión del standard que globalizó Sinatra fue editada en el álbum The End Of The World, uno de los pocos en los que la belleza clásica de la actriz-cantante no es explotada como pin up girl (un repaso de sus tapas la muestra como una Rita Hayworth de piernas largas entre el jazz y el pop). La London no era inglesa sino californiana y brilló como actriz entre los años 50 y fines de los 70 cuando interpretó a la enfermera Dixie McCall en la serie Emergency! (1972-1979), un hito de la anterior era dorada del género en la TV abierta. Su voz se escucha también en la serie inglesa The End of The Fucking World, aunque el estilo cocktail de esta “Fly Me…” la acercan más a los brazos de Don Draper que a un amor adolescente disfuncional. Su estilo y look bien pudieron inspirar la fantástica reconstrucción de época de la serie.Astrud Gilberto“Agua de Beber” (Astrud Gilberto, 1965). La irrupción de la bossa nova le dio al jazz una nueva vida en los primeros sesenta. Ese maridaje la convirtió en la música emblemática del modernismo sudamericano y los discos de Joao Gilberto o, en este caso, su mujer Astrid no eran extraños en las discotecas de los creativos de la avenida Madison sedientos de novedades en un frenesí snob que pronto los tendría tomando LSD. Pero esa es otra historia. Con “Agua de Beber” se cierra el hardcore Mad Men cuyo sonido indiscutido es el del jazz.

Fuente: La Nación

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El protector (The Marksman, Estados Unidos/2021). Dirección: Robert Lorenz. Guion: Chris Charles, Danny Kravitz y Robert Lorenz. Fotografía: Mark Patten. Edición: Luis Carballar. Música: Sean Callery. Elenco: Liam Neeson, Jacob Perez, Katheryn Winnick, Juan Pablo Raba y Teresa Ruiz. Distribuidora: BF París. Duración: 107 minutos. Calificación: Apta para mayores de 13 años con reservas. Estreno en cines de Mendoza, Jujuy, Entre Ríos, San Juan y Salta. Nuestra opinión: regular.El protector es como una película filmada y protagonizada por Clint Eastwood, pero sin su presencia, su solidez ni su impacto emotivo. Las evidentes similitudes no son casualidad, ya que el aquí realizador y coguionista Robert Lorenz fue asistente de dirección de una decena de títulos del nonagenario maestro: desde Los puentes de Madison hasta Million Dollar Baby. Liam Neeson sería el Eastwood delante de cámara en el papel de Jim Hanson, un curtido y duro veterano de guerra que ha perdido a su esposa a causa de un cáncer y está a punto de perder también su rancho en Arizona por las deudas acumuladas durante el largo tratamiento de ella. El protagonista es un hombre conservador (típico votante de Donald Trump) que ahoga sus penas en el alcohol. Los inmigrantes ilegales que llegan desde México suelen invadir su propiedad y un día se cruza con una madre y un niño que son perseguidos por los jefes de un violento cartel. La mujer es asesinada, pero Jim y el pequeño Miguel (Jacob Perez) logran escapar y recorrerán (con un perro como tercer y fiel compañero) buena parte del territorio de Estados Unidos rumbo a Chicago, siempre con los narcos en sus talones. Se trata de una road-movie de supervivencia sobre dos personajes opuestos entre sí en cuanto a generaciones y orígenes: un hombre que sabe que lo ha perdido todo y un huérfano que podría encontrar en la ayuda de ese adulto una segunda oportunidad. Si la propuesta suena a una acumulación de lugares comunes es porque El protector efectivamente es una película que, más allá de sus buenas intenciones y de su clasicismo narrativo, tiene uno de los guiones más elementales y previsibles en mucho tiempo. Sin sorpresas. Pura fórmula.

Fuente: La Nación

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La Suprema Corte de Justicia bonaerense desestimó recientemente un amparo presentado por un grupo de padres de un colegio de San Isidro en demanda del retorno a la presencialidad abandonada el 19 de abril pasado. No fueron los únicos que cuestionaron el decreto del gobernador Kicillof y la resolución ministerial que habilitó esta suspensión en 121 municipios de la provincia. Hubo varios más.Los reclamos se fundan en que los argumentos para una decisión tan relevante no tienen origen en datos epidemiológicos, sino en estadísticas demasiado genéricas, además de violar la autonomía provincial y de desoír el fallo del máximo tribunal de la Nación, que reconoció la capacidad de la ciudad de Buenos Aires para resolver en contrario. Por su parte, el tribunal provincial argumentó que no es la competencia originaria para el tratamiento del caso. Lo cierto es que, como reiteradamente venimos señalando desde estas columnas, la virtualidad solo alcanza a unos pocos alumnos, mientras un gran número de ellos pierden su vínculo con la enseñanza y se sumergen en un futuro incierto que eleva aún más los índices de deserción, con su tendal de consecuencias negativas adicionales. El Observatorio Argentinos por la Educación reporta que menos del 20% de las escuelas primarias públicas brindan clases virtuales y que los medios más utilizados son los materiales impresos (34%) y los archivos digitales por medio de correo electrónico o mensajería (29%). Detectaron también que la mitad de las escuelas primarias del Estado proponían actividades los días sin presencialidad, pero que un 25% no lo hacían, restando así continuidad pedagógica cuando los chicos se quedan en sus casas. Otro dato significativo es el que surge respecto de que el tiempo destinado a la modalidad virtual es sensiblemente inferior a la presencial, además de ser de menor intensidad: el 39% dedica menos de dos horas. Por todo esto, como surge del informe, tres de cada cuatro familias (74%) quieren que la escolaridad sea únicamente presencial una vez superada la pandemia.Mientras tanto, para ganar tiempo, el gobierno bonaerense y el porteño analizan tanto adelantar las vacaciones de invierno como prolongarlas con el fin de extender la vacunación de docentes y auxiliares, dado que solo la mitad han sido inoculados. El gobierno nacional habilitó que las provincias también pudieran modificar sus propios calendarios escolares según los indicadores sanitarios de cada caso. Los gobiernos estarían dispuestos a pagar el costo educativo si reportara beneficios epidemiológicos. El inconveniente sería que los alumnos deberían pasar los meses más fríos en las aulas cumpliendo protocolos de ventilación. Sumergidos en una intensa segunda ola, sin las vacunas prometidas, la educación es sin duda una de las grandes afectadas por la pandemia. Todos los esfuerzos deben concentrarse en instrumentar los protocolos para que las escuelas sean lo último en cerrar y lo primero en abrir, contemplando realidades jurisdiccionales diversas y segmentaciones etarias. Las estadísticas indican que el prolongado cierre del año pasado fue un grueso error que urge subsanar sin más demoras. Nuestros niños no pueden ver así comprometido su futuro.

Fuente: La Nación

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A principios de la Glasnost –la “apertura” iniciada en la URSS en los años ochenta del siglo pasado–, el pianista clásico Vladimir Ashkenazy llamaba en una entrevista a no creerle una palabra a Mijaíl Gorbachov. Para argumentarlo recordaba la angustia que experimentó a la muerte de Stalin: todavía adolescente había llorado la desaparición del “padrecito de los pueblos”, como le gustaba hacerse llamar al líder soviético, sintiendo que el mundo se dirigía a la catástrofe. Todos sus conocidos habían pasado por la misma impresión de orfandad. Instalado en Occidente desde hacía tiempo, todavía recordaba vivamente aquella manipulación. Stalin había pasado a ser, claro, su bestia negra.Quizá no haya mejor modo de acercarse a aquel estado de sugestión totalitaria que Funeral de estado (2019), el inmersivo documental montado por el ucranio Sergei Loznitsa que retrata los tres días de exequias del líder soviético (se lo puede encontrar todavía en la plataforma Mubi). La película no es solo minuciosa en su retrato de las actividades oficiales que rodearon la exposición del cuerpo embalsamado de Stalin en el Kremlin. También hace contrapunto con lo que sucedía en las plazas centrales de otras ciudades (de las repúblicas bálticas a Tayikistán) o en una plataforma petrolera de Azerbaiyán. La resolución de las imágenes –que combinan el blanco y negro con copias en colores, e incluso tomas diversas de la misma escena– produce un efecto curioso: de tan perfectas, se dirían fraguadas.Trailer de Funeral de estado, de Sergei LoznitsaDigámoslo rápido: no hay una toma de Funeral de estado que no sea verídica. Loznitsa, que nació en 1964, no se priva de agradecerle (en una entrevista que figura como apéndice) a los cerca de doscientos camarógrafos que hicieron “en realidad” su película y a los que por razones obvias nunca podrá conocer. La proveniencia de esas imágenes es simple: cuando Stalin murió en marzo de 1953, las autoridades soviéticas decidieron registrar la última glorificación del líder de manera exhaustiva. En Moscú, pero también a lo largo y a lo ancho de la multiétnica URSS. La película resultante no fue del agrado del politburó (o ya tenía en vista denunciar el culto a la personalidad de Stalin, como ocurriría en 1956) y las cuarenta horas de material filmado fueron a recalar en un archivo oficial. Son esas copias olvidadas –a las que nadie tuvo acceso ni volvió a ver hasta hace poco– las que utilizó Loznitsa para su obra y que producen el espejismo de estar observando algo casi contemporáneo, no un reflejo de hace casi siete décadas. Para eso colabora también alguna mejora digital, pero sobre todos los camarógrafos originales, a los que se les nota en sus desplazamientos y planos la formación en la tradición de Dziga Vertov, el gran documentalista de vanguardia soviético.Loznitsa es, por su parte, un maestro en el manejo del sonido. No necesita en Funeral de estado ninguna voz en off. Le basta con atenerse a los rimbombantes comunicados radiales con que se informa a los ciudadanos del deceso y que instan a replicar la clase de desolación (como le debe haber ocurrido al joven Ashkenazy) que el estado decreta es la correcta. El documental de archivo deja por lo demás que lo que se ce hable por sí solo: los rostros serios o emocionados en la calle, el desfile de militares y gente común que echan una última mirada a los despojos de Joseph Vissarionovich Stalin, la aterrada concentración de los pintores y escultores que intentan capturar su mejor pose yacente. Hacia el final, antes de llevar al líder al mausoleo de Lenin, llegan los discursos con Nikita Khruschev como maestro de ceremonias: Molotov, el jefe de la KGB Lavrenti Beria (pronto a ser defenestrado, pero conservando su estampa cuasi mafiosa) y Georgy Malenkov, el sustituto en el cargo que define a Stalin como (sic) “el mayor genio en la historia de la humanidad”.Cuando le preguntan, Loznitsa dice que lo que más lo conmovió de su propia película es la contradicción de “esa masa magnetizada por el líder del que era también víctima sacrificial”. Es solo una de las razones por las que merece verse esta inesperada obra maestra.

Fuente: La Nación

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El conjuro 3 – El diablo me obligó a hacerlo (The Conjuring: TheDevil Made Me Do It, Estados Unidos, 2021). Dirección: Michael Chaves. Guion: David Leslie Johnson-McGoldrick, James Wan. Fotografía: Michael Burgess. Montaje: Peter Gvozdas, Christian Wagner. Elenco: Patrick Wilson, Vera Farmiga, Ruairi O’Connor, Sarah Catherine Hook, Julian Hilliard, John Noble, Eugenie Bondurant. Duración: 112 minutos. Distribuidora: Warner Bros. Estreno: en salas. Nuestra opinión: regular.“El tribunal acepta la existencia de Dios cada vez que un testigo jura decir la verdad. Creo que es hora de que acepte la existencia del Diablo”, explica Ed Warren (Patrick Wilson) ante la abogada defensora del joven Arne (Ruairi O´Connor), acusado de un crimen brutal e inexplicable. El hecho ocurre en 1981 y es el caso más célebre del matrimonio Warren, en el que la posesión demoníaca se convirtió en un argumento de defensa ante un tribunal de justicia.La tercera entrega de El conjuro, la franquicia creada por James Wan y ahora en manos de Michael Chaves (La maldición de La Llorona), escapa al universo de la casa maldita que la había definido en su despegue y se extiende a dos territorios inusuales para el terror: el juicio y el sistema carcelario. Lo que la película pierde en ese gesto es concentración: las sucesivas irrupciones del mal, ahora dispersas en el espacio, sin atmósfera ni tensión en la puesta en escena, se resuelven en la espectacularidad de cuerpos suspendidos, cadáveres putrefactos convertidos en zombis, exorcismos con efectos especiales. Incluso los sustos y sobresaltos, que fueron moneda corriente en los satélites más perezosos de la saga como La monja, aquí son menos efectivos y más previsibles.Lo que sostiene el universo es el interés por los Warren y su fe, menos afirmada en los decálogos de la institución católica que en las formas más melodramáticas del amor. Por más pueril que parezca, es la historia de amor que une al matrimonio –que no necesitaba reafirmarse en esos flashbacks edulcorados-, la convencida actuación de Vera Farmiga ante las situaciones más extravagantes, y la línea narrativa que sigue ese vínculo llevado al límite lo que hace que la película no naufrague definitivamente.

Fuente: La Nación

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La mañana en que Celia Szusterman, autora de un ya mítico libro sobre Frondizi y el desarrollismo, abrió una de las ventanas de su departamento londinense y se topó con una enorme antena parabólica que, como si fuera un insecto gigantesco, cancelaba su campo visual, quedó atónita. Una vertiginosa pesquisa del cableado la condujo hasta el departamento de sus vecinos. La casualidad había querido que dos argentinos, ambos dedicados a la docencia universitaria y a temas de teoría política, convergieran en el mismo barrio y en el mismo edificio. Ella enseñaba en la Universidad de Westminster. Su vecino, de donde provenían esas conexiones que desembocaban en la maleza tecnológica que tapiaba su ventana interior, era Ernesto Laclau. No eran precisamente amigos, pero el surtido de paralelismos que cultivaban los deslizó a una tan inevitable como cautelosa relación. Lo saludaba cuando veía que se iba a dar clases, por las mañanas, y más de una noche terminó llevándolo al hospital, subiéndolo dificultosamente a un taxi, cuando Laclau sufría caídas y la mujer, Chantal Mouffe, se había ido de viaje. ¿Quién lo iba a asistir si no ella, su “compatriota”?Ese manojo histórico de complicidades, no menos que el hecho de que se trataba de personas cultas, le hizo pensar a Szusterman que el conflicto se solucionaría rápidamente: “Ernesto, sácame por favor esa antena espantosa”, le dijo. “¿Te molesta?”, replicó Laclau, en tono asombrado, como si ella le estuviera pidiendo un favor desmedido. El argumento a favor de la instalación del dispositivo era que sin ese aparato no podían ver televisión y que llevarla a la terraza representaba una erogación que no querían afrontar. La mueca de disgusto de su vecina fue suficiente para que Laclau produjera una deriva en su discurso: “De estas cosas se ocupa Chantal, hablá directamente con ella”.Celia entabló entonces la negociación con Chantal Mouffe, que siempre estaba atareada con sus temas académicos y no tenía tiempo de atender un prosaico reclamo de vecindad. Tantas fueron las excusas y dilaciones que le opuso que finalmente Celia resolvió pedir ayuda al consorcio, desde donde intimaron a los Laclau a que sacaran la antena en el plazo de tres meses. Enfurecida, Chantal encontró tiempo para hablar con la vecina quisquillosa: con su español empedrado de erres belgas le infligió un categórico sermón y le dijo que tomaba esa denuncia como algo más que una delación, como una verdadera declaración de guerra. Los tres meses pasaron sin novedades memorables, ante lo cual el consorcio remitió un ultimátum británico. Los Laclau entonces huyeron hacia delante: sostuvieron que no colaborarían más con nadie y que dejarían de pagar las expensas comunes. No hay que ser muy perspicaz para divisar, agazapada en esta anécdota, la contribución que el dúo Laclau-Mouffe ha hecho al concepto de otredad en el populismo argentino.Borges dijo, en 1966: “Nadie es la patria, pero todos lo somos”, frase que el gobierno de Mauricio Macri colocó en junio de 2016 en luces de neón en el frontispicio del CCK, y que fue removida por el actual gobierno. Ambos actos, la colocación y la remoción, no fueron decisiones inocentes. La frase de Borges tensiona entre el individuo y el todo: el todo queda subordinado a los individuos, cuyos derechos son intocables. Nadie puede monopolizar la patria porque cada ciudadano tiene derecho a ella. Es decir: la democracia liberal.En 2013, Cristina Kirchner parodió a Borges con una sentencia para encantar serpientes: “La patria es el otro”. Tanto caló esa intervención en el imaginario retórico que muchos militantes se tatuaron la consigna sobre sus cuerpos jóvenes. El glamour de la declaración consistía en el altruismo: bajo esta perspectiva, hablar de “el otro” sería tender un puente de solidaridad hacia el que necesita, el desposeído. Se traducía en otorgar jubilaciones a quienes no habían realizado aportes, subsidiar el transporte o dar ayudas sociales sin contraprestación. No solo no importaba que esa generosidad terminara en una crisis de financiamiento y, a la larga, en una hecatombe sino que, además, ese “otro” encarnaba una clientela electoral, de modo tal que lejos de ser altruista era una acción interesada y demagógica. Pero lo más significativo es que esa presunta generosidad esconde un sectarismo envenenado: al elevar a nota distintiva del peronismo el pensar en el otro lo que Cristina hace, simétricamente, es negar ese rasgo a los no peronistas, que serían perversos, con lo cual traza una línea fronteriza entre buenos y malos. Así, la patria es el otro se convierte, una vez que le aplicamos los rayos X, en el otro es la antipatria. De manera tal que Cristina construye una trampa para embotellar la política en la dualidad patria/antipatria. Todo esto ya está escrito en Laclau: detectar demandas insatisfechas, unificarlas (lo llama cadena equivalencial), buscar alguien que las condense (lo llama significante vacío) y delimitar así una frontera con los que quedan afuera, el enemigo, para gobernar contra ellos.Pero el falso altruismo del kirchnerismo salta a la vista en todos sus movimientos. Si un hecho sintetiza ese espíritu egoísta es la declaración de Carlos Zannini cuando, al ser descubierto como contertulio del vacunatorio vip, lejos de arrepentirse declaró, muy suelto de cuerpo, que tanto él como Horacio Verbitsky son “personalidades que necesitan ser protegidas por la sociedad”. Del mismo modo que Laclau y su mujer solo miraron su necesidad, sus intereses, y los tenía sin cuidado el perjuicio de la vecina, a Zannini lo dejan indiferente los que mueren por su culpa. Él se siente investido del privilegio de estar inmunizado antes de lo que le corresponde; luego: la patria soy yo. No estamos hablando de un personaje marginal, sino de alguien que acompañó a los Kirchner desde 1984 en la intendencia de Río Gallegos, que tuvo cargos cruciales en Santa Cruz, que ocupó largos años un despacho en la Casa Rosada y que en 2015 fue elegido por Cristina como candidato a vicepresidente, en la misma posición que luego reservaría para ella misma, lo que da la pauta del rol decisivo que le atribuye a este hombre.Este egoísmo es, una vez que corremos la hojarasca de gestualidades teatrales, el yacimiento último del cuarto kirchnerismo. Por eso cada medida que toman va en dirección de desmantelar las causas judiciales y construir impunidad. Basta advertir la forma desvergonzada en que han arremetido contra jueces y fiscales cuyos fallos les resultan adversos. Basta ver cómo han barrido a sus propios funcionarios cuando no se ajustan a esta estrategia. Basta ver que una sentencia a su favor se llama sentencia y una en contra, lawfare. La realidad adquiere así una plasticidad que se modula desde un turbio tablero de control ubicado en Uruguay y Juncal. No importan los hechos ni las pruebas ni la ley, que son meros estorbos. Urgentemente hay que corregir el axioma kirchnerista y reescribir los tatuajes militantes: ahora, la patria soy yo.Escritor, periodista y jurista

Fuente: La Nación

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La crónica fría sostendrá que con la muerte de Jorge Culotta se fue el último sobreviviente del primer equipo de rugby argentino que venció a una potencia de este deporte. Pero la historia los hará vivir siempre a él y a sus 14 compañeros. Ellos escribieron un capítulo fundacional cuando la tarde gris del viernes 15 de agosto de 1952, Pucará le ganó a Irlanda por 11-6, en la sección Jorge Newbery de Gimnasia y Esgrima, en Palermo. Aquel triunfo significó cruzar el océano para desparramar las semillas de lo que vino después.Culotta, que murió el viernes último, fue uno de los pilares de ese equipo que formó con él, Ernesto Dacharry y Alberto Mirat; Emilio Domínguez y Rogelio Cernadas; Edgardo Bonfante, Julián Fernández Vidal y Jesús Lourés; Guillermo Ehrman e Isidro Comas; Guillermo Iglesias, Horacio Laborde, Alfredo Palma y Luis Ehrman; Enrique Fernández del Casal. Los once tantos (épocas en el que el try valía 3) fueron marcados por un try de Palma, un penal y una conversión de Fernández del Casal y un drop de Comas.Pucará, que había sido fundado nueve años atrás, fue el campeón en 1952. Para aquel partido debió afrontar distintas dificultades. Una de sus grandes figuras, Ricardo Giles (de los mejores aperturas que dio el país), no pudo jugar porque se había muerto su suegro. Jorge Torres Viña, el entrenador, entonces lo convocó a Comas, que jugaba en Hindú. Por otro lado, estaba lesionado el fullback titular, Ricardo Frigerio. Su reemplazo natural, Luis Lecona, consideró que no estaba a la altura del compromiso internacional, por lo cual aconsejó llamar a otro jugador. Fue así como llegó desde CUBA Fernández del Casal, extraordinario back de esa época. En un escrito que redactó para la revista Test-Match 34 años después, Comas valoró especialmente el gesto de Lecona.Cuando en 2017 se cumplieron 65 años de ese partido, en la URBA se realizó un homenaje al que acudieron los dos únicos sobrevivientes en ese entonces: Culotta y el “Ciego” Fernández del Casal. Este último se fue de gira en marzo del año pasado. Cuando lo entrevistamos en aquel momento, se emocionó al recordar lo que había vivido con tan solo 21 años. Y se rio cuando evocó la extensión del tercer tiempo en la sede de Viamonte de su club, CUBA: “Fue el más largo de mi vida, porque los irlandeses no aflojaban”. Otros datos de ese equipo de Pucará: había un español (Lourés) y un uruguayo (Mirat). Ambos siguen siendo los únicos nacidos en ese país que vencieron a Irlanda.“Durante las tres semanas anteriores al partido, agregamos un día más de entrenamiento. O sea, tres en vez de dos. Pudimos hacerlos en GEBA, en la cancha que nos prestaron, pero nunca con Comas y Fernández del Casal”, recordaba Culotta. Ese viernes, se despertó a las 6 de la mañana para ir a su trabajo en una fábrica de porcelana en Monte Grande. El dueño lo dejó ir al mediodía. “Volví a mi casa de Burzaco en moto, me tomé un tren, un subte, otro tren y a las 2 de la tarde llegué a Palermo para almorzar con Torres Viña”, contó. Tres horas después le ganaba a Irlanda.Horarios y TV de la Copa América Brasil 2021: fixture, estadios y todo lo que hay que saberNueve días más tarde, cuatro de esos jugadores –Fernández del Casal, Palma, Ehrman y Domínguez– formaron parte del seleccionado argentino que, también en GEBA, empató en 3 con Irlanda, que ese año terminó 3° en el 5 Naciones, aunque después de la Segunda Guerra Mundial lo había ganado en 1948, 1949 y 1951. Aquella fue la segunda gira de una potencia por la Argentina, tras la de Francia en 1949.Culotta decía, riéndose, que los pilares de esos tiempos no tocaban la pelota: “No nos dejaban, porque creían que era causal de knock-on”. También tenía grabada otra imagen posterior al triunfo ante Irlanda: la calle que les armaron los visitantes al salir de la cancha, repleta por la gente que había bajado desde las tribunas. Murió a los 95 años y se fue a completar el equipo que lo esperaba en el más allá, pero que seguirá viviendo para siempre en el rugby argentino.

Fuente: La Nación

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Ardía Barranquilla el martes cuando Martín Tocalli, el entrenador de arqueros de la selección, abrazó a Agustín Marchesín. Lo soltó cinco segundos después, y recién entonces el muchacho de 33 años entró a la cancha. Iban 40 minutos del primer tiempo de un partido que la Argentina ganaba 2-0 mientras Emiliano Martínez, llorando, se resignaba ante las indicaciones médicas: debía salir en una camilla, por precaución, tras haber recibido un golpe en la cabeza al caer, desestabilizado por Yerry Mina. Conviene detenerse en ese instante: nunca como hasta entonces, desde que empezó el ciclo de Scaloni tres años atrás, hubo tantos enigmas alrededor del arco argentino.Lejos del lugar de los hechos, Franco Armani seguía el partido por TV. En la burbuja que la AFA montó en su centro de entrenamientos, en Ezeiza, el arquero de River penaba por la anomalía que lo sacó del arco: los continuos positivos que arrojan sus testeos de coronavirus, a pesar de que cursó la enfermedad hace casi un mes. Por esa razón, ante Chile se había producido el debut del propio Martínez. Fue toda una rareza: esa noche, en Santiago del Estero, por primera vez no había estado Armani en un partido oficial desde que Lionel Scaloni dirige a la selección. Encadenó diez juegos consecutivamente, entre la Copa América 2019 y las eliminatorias.El arquero argentino Emiliano Martinez es retirado en camilla después de recibir un codazo durante el partido que disputan Argentina y Colombia por las eliminatorias de la Copa del Mundo Catar 2022. (RAUL ARBOLEDA/)El dato va de la mano con lo que bien podría definirse como contrafáctico: si estuviera apto, el hombre de 34 años seguiría siendo titular. “El puesto no lo perdió, iba a arrancar él”, confían a LA NACION alrededor del entrenador. Su ausencia, de todos, sigue dejando huecos sin completar. ¿Por qué no jugó en Santiago, si la provincia no le iba a impedir el ingreso como parte de una delegación deportiva que iba a viajar en modo ‘burbuja’? ¿Por qué no estuvo en Barranquilla, con un criterio similar? Y más importante aún: si la última prueba de PCR efectuada ayer le da positivo, ¿quedará fuera de la lista de la Copa América? Eso se rumiaba anoche en Ezeiza, mientras se acortan las horas para que venza el plazo de presentación de los 28 elegidos, que expira el viernes.Las copas Libertadores y Conmebol sirven como antecedente: ningún futbolista fue excluido de la competencia más allá de los 10 días de haberse declarado el contagio, aunque las pruebas siguieran dando positivo. El criterio médico de la Conmebol (más laxo respecto al que deben respetar el resto de los ciudadanos) establece que a partir de ese momento el jugador no encarna riesgo de contagiar.El propio Armani se benefició de la medida: el sábado 15 de mayo dio positivo en un testeo y fue excluido de los dos partidos siguientes (ante Boca e Independiente Santa Fe), pero volvió a ocupar el arco el 25 de mayo, contra Fluminense. ¿Y por qué entonces quedaría fuera de la lista de un torneo que organiza y controla la misma Conmebol?Marchesín vive su mejor momento: es titular en Porto, que llegó a cuartos de final de la última Champions League. (agustinmarchesin1/)Pero ayer la Conmebol extendió sus protocolos sanitarios para la competencia y aclaró que un jugador con PCR positivo no podrá viajar. El tema es difuso, más que desde las normativas, desde su posterior implementación. Además, en la AFA tampoco no confían del todo en lo que pueda ocurrir en los viajes a las distintas ciudades brasileñas donde jugará la selección. La experiencia de Esteban Andrada, que fue aislado en Guayaquil cuando fue a jugar con Boca en una situación similar, sirve de antecedente peligroso. Algo similar le ocurrió al plantel de Independiente, en Salvador, estado de Bahía, por la Copa Sudamericana.De quedar desafectado Armani, los arqueros de Scaloni en Brasil serán Martínez, Marchesín y Juan Musso. Entre todos conforman el 40 por ciento de los arqueros que convocó el DT en estos tres años. Fueron diez: además de ellos cuatro, en distintos momentos pasaron Andrada, Gerónimo Rulli, Chiquito Romero, Paulo Gazzaniga, Jeremías Ledesma y Guido Herrera. Solo los dos últimos no tuvieron minutos de juego.El roce en las ligas de EuropaAlgunas coincidencias unen a los tres que estarán en la lista de 28 convocados si Armani no sube al avión: la falta de rodaje en la selección, jugar en Europa y haber protagonizado una gran temporada, la mejor de sus carreras. Martínez (28 años) se probó contra los cracks en la Premier League desde que tomó el arco de Aston Villa, un año atrás: jugó todos los partidos del torneo y aprobó sobradamente. En la selección apenas tiene un partido y medio… Marchesín (33) tuvo noches gloriosas en la Champions League con Porto, como aquella en la que su equipo eliminó a la Juventus de Cristiano Ronaldo en Turín. Su caso es curioso: debutó en la mayor hace diez años, en un amistoso ante Venezuela previo a la Copa América 2011, pero nunca tuvo un momento de protagonismo, a pesar de sucesivas convocatorias con distintos entrenadores.Musso en el centro, Armani y Marchesín a los costados. una escena de la Copa América 2019.Y Musso (28) puso las manos para mejorar una campaña discreta de Udinese: tan bien las colocó que, después de tres años, dejará ese club para ir a uno de más jerarquía. ¿Roma? Tal vez. Su historial con la camiseta argentina es bien corto: jugó 23 minutos contra Marruecos antes de la última Copa América, dos años atrás. A ese torneo, el exarquero de Racing llegó a último momento, por la lesión que marginó Andrada cuando faltaba menos de una semana del debut. La contingencia, llamativamente, podría ponerlo otra vez en el mismo lugar.

Fuente: La Nación

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El candidato de Perú Libre a la Presidencia del país andino, Pedro Castillo, ha pedido este miércoles “no caer en provocaciones de quienes quieren ver este país en el caos”, mientras que su oponente de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, ha presentado recursos de nulidad contra 200.000 votos en los que ha encontrado “irregularidades”.Durante el anuncio de Fujimori, Castillo ha llamado en su cuenta de Twitter a la “paz y tranquilidad” así como ha pedido seguir “firmes y alegres en esta lucha final que es de todos los peruanos”.Asimismo, Perú Libre había transmitido un mensaje en la misma línea en su perfil de prensa de la misma red social: “A nuestros militantes, simpatizantes y amigos les llamamos a tener paciencia y calma, estamos vigilantes, no hay que caer en el juego del fujimorismo de generar caos y violencia” y han mencionado directamente a Fujimori para “respetar” el voto después de que Castillo se autoproclamara vencedor de las elecciones este martes.”Los personeros o interventores de ambas agrupaciones ya sabemos los resultados”, ha apuntalado el partido. “Cumpla con los compromisos que firmó y tenga palabra”, ha exigido.Por su parte, la presidenta del Consejo de Ministros, Violeta Bermúdez, ha pedido a los candidatos “que orienten a sus seguidores para que respeten las formas democráticas” y que disputen la segunda vuelta que “con tranquilidad”. Igualmente, ha apuntado que los organismos electorales “están demostrando un trabajo imparcial y autónomo”.Las peticiones de “tranquilidad” hacia los simpatizantes de Castillo están relacionadas con las manifestaciones que se están viviendo en Perú. En Lima, donde hay marchas a favor de ambos candidatos, se registraron incidentes cuando un grupo ha proliferado ofensas contra los seguidores de la líder de Fuerza Popular, según recoge RPP, así como en ambas marchas se ha pedido evitar un “fraude”, según indica ‘El Comercio’.Según los resultados oficiales de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), Pedro Castillo de Perú Libre lidera las votaciones con un 50,2 por ciento, mientras Keiko Fujimori de Fuerza Popular perdería con un 49,7 por ciento con el 99,1 por ciento de actas contabilizadas.

Fuente: La Nación

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(Actualiza con situación de empresario)WASHINGTON, 9 jun (Reuters) – Estados Unidos impuso el
miércoles sanciones a cuatro funcionarios nicaragüenses,
incluida la hija del presidente Daniel Ortega, y Washington
advirtió que seguirá utilizando herramientas diplomáticas y
económicas contra miembros del gobierno de izquierda que socavan
la democracia.El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken,
instó a Ortega a liberar a los candidatos presidenciales
detenidos, así como a otros líderes de la oposición arrestados
durante la última semana en lo que llamó una “ola de represión”.”Estas sanciones demuestran que hay costos para los que
apoyan o ejecutan la represión del régimen de Ortega”, dijo
Blinken en un comunicado.”Estados Unidos seguirá utilizando todos los medios
diplomáticos y las herramientas económicas a nuestra disposición
para apoyar los reclamos de los nicaragüenses por mayor
libertad”, añadió.El Departamento del Tesoro de Estados Unidos impuso
sanciones el miércoles a la hija de Ortega, Camila Ortega
Murillo, quien también es una funcionaria de alto rango del
gobierno, y a otros tres personas acusadas por Washington de
socavar la democracia, abusos a los derechos humanos y promulgar
leyes represivas.El Tesoro dijo que Camila Ortega administra la estación de
televisión Canal 13, un medio de comunicación al que acusa de
emitir propaganda.Los otros sancionados son Leonardo Ovidio Reyes Ramírez,
presidente del Banco Central de Nicaragua; Edwin Ramón Castro
Rivera, diputado de la Asamblea Nacional; y Julio Modesto
Rodríguez Balladares, un general de brigada del ejército de
Nicaragua y director ejecutivo del Instituto de Previsión Social
Militar.El gobierno y el ejército de Nicaragua no respondieron a las
solicitudes de comentarios sobre las sanciones.El miércoles por la noche, la policía rodeó la casa del
exdirector de la Cámara de Comercio Americana Nicaragüense,
Mario Arana, según un familiar. Además, una aparente orden de
arresto circuló en medios locales con sus datos personales,
describiendo supuestos “delitos”, como “comprometer la paz o la
dignidad de la República”.El Gobierno no respondió a una solicitud de comentarios
sobre el documento o su autenticidad.
(Reporte de Daphne Psaledakis, Simon Lewis, Humeyra Pamuk y
Tim Ahmann en Washington; información adicional de Michelle
Nichols en Nueva York e Ismael López en Managua. Editado en
español por Rodrigo Charme)

Fuente: La Nación

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