Julio Iglesias se refirió a los supuestos problemas de salud de los que se han hablado en los últimos meses. El cantautor sostuvo que se cuentan cosas que son “absolutamente inciertas” en torno a las afecciones que se dijo que estaba padeciendo. El año pasado había asegurado que permanecía escondido en su casa porque le tenía miedo al Covid-19, pero esta vez nuevos rumores volvieron a reflotarse y por eso acudió a las redes sociales para tratar de llevar calma a sus fanáticos.Nicole Neumann perdió un juicio contra Fabián Cubero y descargó su furia al aire: “Rata”El intérprete compartió en Instagram una imagen de su juventud en Peñíscola [España] que data de 1965. “Los bastones que me servían para andar los tenía guardados detrás del muro. Tenía 19 años cuando un día cualquiera me encontré en un hospital casi sin vida y con muy pocas esperanzas de poderme recuperar. Aquí en esta foto iba a cumplir 21 años, llevaba 2 años de recuperación, nadaba 6 o 7 horas diarias hasta que no podía más, es ahí cuando empecé a escribir canciones. Un año después me fui por primera vez con dos bastones a estudiar Inglés en Ramsgate en el condado de Kent”, empezó el relato el cantante para poner en contexto a sus más de 300 mil seguidores.A mediados de 2019 estuvo dos meses sin caminar luego de una caída que sufrió y que lo obligó a guardar absoluta calma. En 2020, reconoció que vivía aislado en su mansión de República Dominicana y con miedo por todo lo relacionado con el coronavirus y que extremaba las medidas de seguridad para evitar cualquier tipo de riesgo.Julio Iglesias habló sobre su salud en las redes sociales para tratar de llevar calma a sus fanáticos (Instagram /)Y siguió el relato: “Volví en navidades a España, pero ya andaba con un solo bastón, tiempo después me fui a estudiar otra vez a Inglaterra en este caso a Cambridge desde donde volví en Junio porqué un mes después cantaría “La vida sigue Igual” en el festival de Benidorm”, expresó sobre sus estudios.En la foto, dijo, se estaba recuperando poco a poco del accidente que le cambió la vida. “Mi alma y mi cabeza me dieron la fuerza suficiente para seguir viviendo. Era un deportista natural y seguramente eso me ayudó muchísimo en mi recuperación. Nunca dejé de aprender; es más, creo que aprendí a aprender y aprender a aprender ha sido lo más importante que me ha pasado en todo este largo camino. Por supuesto que me duele la espalda como siempre me ha dolido, por supuesto que tengo menos fuerzas que tenía antes”, siguió en su descargo.Una de las fotografías más recientes del cantante en su casa de Miami (Instagram Julio Iglesias/)En ese sentido, el intérprete de “Me olvidé de vivir”, afirmó que sus dolencias son propias de la edad, ya que va a cumplir 78 años y ni siquiera a un grandísimo deportista se le puede pedir que a los 78 años pueda hacer deporte de la misma manera que lo hacía a los 20 años. “Tengo una familia espléndida y una mujer a la que amo con toda mi alma. A veces oigo que dicen y cuentan que si estoy mal, muchas cosas absolutamente inciertas”, apuntó.Por último, agradeció a sus seguidores y añadió que su vida nadie la conoce como él. “Estoy como tengo que estar a la edad que tengo y si tengo que contar la historia de mi vida nadie la va a contar más ciertamente y mejor que yo, por cierto… ‘la contaré’”, afirmó, dando a entender que podríamos tener noticias de él en un futuro cercano.

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Un grupo de manifestantes de izquierda que participaba hoy de una marcha contra el gatillo fácil en Plaza de Mayo vandalizó el Cabildo y la Catedral Metropolitana con varias pintadas contra la Policía y la Iglesia.Las pintadas exhibían violentos mensajes como “cuando se lee poco, se dispara mucho”, “fuego a las Iglesias” y “muerte a la policía”, entre otras polémicas frases.Pintadas en la Catedral durante una manifestación contra el gatillo fácil y la violencia policial, en Plaza de Mayo (Gerardo Viercovich/)Según se informó los disturbios en la zona fueron provocados por un grupo reducido de manifestantes de izquierda, quienes además de las pintadas realizaron pegatinas en los edificios aledaños. Rápidamente las imagenes se viralizaron en las redes sociales, donde varios usuarios difundieron mensajes de rechazo e indignación por lo acontecido. Alberto Fernández, sobre la docente que discutió con un alumno por criticar al Gobierno: “Que haya tenido ese debate es formidable, abre la cabeza”El resto de la jornada de protesta se produjo de forma pacífica en los alrededores de la Plaza de Mayo. Como todos los 27 de agosto, la 7°Marcha Nacional contra el Gatillo Fácil fue encabezada por familiares, amigos de víctimas de la violencia institucional y organizaciones sociales y de derechos humanos. Manifestantes pintan los muros de la Catedral de Buenos Aires (Gerardo Viercovich/)“Sabemos que esto sucede a lo largo y a lo ancho del país, que pasó en todos los gobiernos, hay casi 5.000 casos de gatillo fácil desde 1983, nos matan un pibe por día. Y si no nos organizamos la impunidad que les garantizan a los asesinos desde el poder político, los jueces y fiscales y los grandes medios de comunicación, va a ser aún mayor”, destacaron en un comunicado familiares de víctimas de gatillo fácil.“Están en los colegios, en las universidades, en los hospitales, en vez de recibirnos un médico el primero que nos recibe es un represor. Controlan nuestros barrios, nuestras calles, son los que manejan el crimen organizado, los secuestros extorsivos, la venta de drogas, la trata de personas, y eso lo hacen asociados a las mafias políticas y judiciales”, apuntaron los familiares que organizaron la marcha. Pintadas en la Catedral durante una manifestación contra el gatillo fácil y la violencia policial, en Plaza de Mayo (Gerardo Viercovich/)Y en relación a ello concluyeron: “El control en las calles no sólo es por los negocios, sino para enseñarnos desde chicos quién manda en esta sociedad. Ese es y va a ser el rol de las fuerzas represivas del Estado, mientras existan ricos y pobres, mientras la sociedad siga dividida en clases”.“Exigimos que el Gobierno tome medidas efectivas que podrían minimizar el poder de fuego de fuerzas represivas que hostigan, persiguen, torturan y matan como forma de disciplinamiento social”, reclamaron, por su parte, desde la Coordinadora contra la represión policial e institucional (Correpi).Pintadas en la Catedral durante una manifestación contra el gatillo fácil y la violencia policial, en Plaza de Mayo (Gerardo Viercovich/)Manifestantes pintan los muros de la Catedral de Buenos Aires (Gerardo Viercovich/)Noticia en desarrollo

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Un grupo de manifestantes de izquierda que participaba hoy de una marcha contra el gatillo fácil en Plaza de Mayo vandalizó el Cabildo y la Catedral Metropolitana con varias pintadas contra la Policía y la Iglesia.Las pintadas exhibían violentos mensajes como “cuando se lee poco, se dispara mucho”, “fuego a las Iglesias” y “muerte a la policía”, entre otras polémicas frases.Pintadas en la Catedral durante una manifestación contra el gatillo fácil y la violencia policial, en Plaza de Mayo (Gerardo Viercovich/)Según se informó los disturbios en la zona fueron provocados por un grupo reducido de manifestantes de izquierda, quienes además de las pintadas realizaron pegatinas en los edificios aledaños. Rápidamente las imagenes se viralizaron en las redes sociales, donde varios usuarios difundieron mensajes de rechazo e indignación por lo acontecido. Alberto Fernández, sobre la docente que discutió con un alumno por criticar al Gobierno: “Que haya tenido ese debate es formidable, abre la cabeza”El resto de la jornada de protesta se produjo de forma pacífica en los alrededores de la Plaza de Mayo. Como todos los 27 de agosto, la 7°Marcha Nacional contra el Gatillo Fácil fue encabezada por familiares, amigos de víctimas de la violencia institucional y organizaciones sociales y de derechos humanos. Manifestantes pintan los muros de la Catedral de Buenos Aires (Gerardo Viercovich/)“Sabemos que esto sucede a lo largo y a lo ancho del país, que pasó en todos los gobiernos, hay casi 5.000 casos de gatillo fácil desde 1983, nos matan un pibe por día. Y si no nos organizamos la impunidad que les garantizan a los asesinos desde el poder político, los jueces y fiscales y los grandes medios de comunicación, va a ser aún mayor”, destacaron en un comunicado familiares de víctimas de gatillo fácil.“Están en los colegios, en las universidades, en los hospitales, en vez de recibirnos un médico el primero que nos recibe es un represor. Controlan nuestros barrios, nuestras calles, son los que manejan el crimen organizado, los secuestros extorsivos, la venta de drogas, la trata de personas, y eso lo hacen asociados a las mafias políticas y judiciales”, apuntaron los familiares que organizaron la marcha. Pintadas en la Catedral durante una manifestación contra el gatillo fácil y la violencia policial, en Plaza de Mayo (Gerardo Viercovich/)Y en relación a ello concluyeron: “El control en las calles no sólo es por los negocios, sino para enseñarnos desde chicos quién manda en esta sociedad. Ese es y va a ser el rol de las fuerzas represivas del Estado, mientras existan ricos y pobres, mientras la sociedad siga dividida en clases”.“Exigimos que el Gobierno tome medidas efectivas que podrían minimizar el poder de fuego de fuerzas represivas que hostigan, persiguen, torturan y matan como forma de disciplinamiento social”, reclamaron, por su parte, desde la Coordinadora contra la represión policial e institucional (Correpi).Pintadas en la Catedral durante una manifestación contra el gatillo fácil y la violencia policial, en Plaza de Mayo (Gerardo Viercovich/)Manifestantes pintan los muros de la Catedral de Buenos Aires (Gerardo Viercovich/)Noticia en desarrollo

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Para algunas personas la noche de bodas es inolvidable por las razones equivocadas.El servicio árabe de la BBC habló con mujeres de distintas edades y clases sociales, que viven en países árabes y musulmanes, sobre el impacto de la noche de bodas en sus matrimonios y cómo les afectó la falta de una educación sexual.Estos son los testimonios de cuatro de ellas, cuyos nombres fueron cambiados a pedido suyo.Manchas de sangreSomayya tuvo que enfrentarse asu familia para poder casarse con Ibrahim, el hombre al que amaba.La joven estaba estudiando literatura árabe en la Universidad de Damasco, en Siria, y su futuro marido le había prometido que nada se interpondría con su graduación.Todo parecía de ensueño. Somayya había apostado por el amor y el apoyo de Ibrahim. Pero la noche de bodas fue su primera decepción.Su nuevo esposo, “con impaciencia” y sin darle ni un momento para “recuperar el aliento”, se dispuso a penetrarla “tan pronto como pudo”, alegando que su amor por ella justificaba su ímpetu, cuenta Somayya, de 23 años.”Fui cooperativa”, dice, “y a pesar de mi agotamiento, cumplí”.Cualquier rastro de romanticismo terminó de desaparecer cuando la cara de él se transformó. “No hay manchas de sangre”, le dijo.Ella de inmediato entendió lo que su marido estaba sugiriendo: que no era virgen, tal como se espera de las recién casadas en muchos países árabes y musulmanes.Y si bien muchas mujeres sangran en cantidades variables tras la ruptura del himen, de acuerdo con doctores y expertos, no es algo que ocurra en todos los casos.Además, mientras que algunos hímenes son tan delicados que se rompen sin sangrar, otros solo pueden ser penetrados quirúrgicamente; algunas niñas nacen sin esa membrana o se les rompe accidentalmente como resultado de una lesión.Al describir la reacción de su esposo, Somayya dice: “Su mirada se me clavaba como una daga en el pecho. Me mató sin saberlo”.GETTY IMAGES (GETTY IMAGES/)”Ni siquiera intentó hablar conmigo. Me sentí abandonada, como si fuera un sospechoso en espera de juicio”, cuenta.”Antes del matrimonio, habíamos hablado de muchas cosas”, agrega, “incluso de nuestra noche de bodas, la que se suponía sería la mejor noche de nuestras vidas”.”Pensamos que sabíamos mucho el uno del otro, pero todo se derrumbó cuando no surgió ninguna ‘señal de virginidad'”.El día despuésAunque este tipo de incidentes son comunes en su sociedad, Somayya no esperaba vivirlo.Asumió que las actitudes y opiniones de los hombres jóvenes habían cambiado respecto a la generación de sus abuelos, especialmente porque su prometido era un intelectual, de mentalidad abierta y educación universitaria.Al día siguiente él le sugirió visitar a un médico para confirmar su virginidad.Ella se quedó estupefacta.Las pruebas de virginidad femenina son una costumbre antigua, y los motivos para llevarlas a cabo y los métodos de inspección difieren de una sociedad a otra.En las familias más conservadoras no es raro celebrar la virginidad de la novia en su noche de bodas, mostrando a las familias de los novios las sábanas ensangrentadas.Pero eso es algo que se puede lograr incluso si la novia ya tuvo relaciones sexuales antes.Es relativamente fácil “volver a coser” el himen quirúrgicamente.Incluso existen hímenes artificiales hechos en China, prótesis que aparentan ser una membrana intacta y liberan un líquido rojo que parece sangre cuando se someten a presión.Y es que hay lugares en los que una mujer, ante la sospecha de que no llegó virgen al casamiento, puede ser asesinada en nombre del “honor”.Tradicional y sumisaAl visitar a un ginecólogo al día siguiente, Somayya descubrió que su himen era grueso y le dijeron que solo se rompería si daba a luz de forma natural.Su esposo respiró aliviado y una sonrisa se dibujó en su rostro, pero ya era demasiado tarde. Somayya estaba decidida a divorciarse.GETTY IMAGES (GETTY IMAGES/)”Mi esposo se convirtió en un extraño para mí”, explica.”No podía predecir qué iba a hacer. Todo era posible. Ya no podía confiar en alguien que deshizo una relación de varios años en cuestión de segundos”.Después de una breve pausa, agrega: “No sé describir cómo me sentí tras aquello, pero no podía soportar vivir con él después de que redujo todo mi ser a un membrana inútil. Soy un ser humano, no solo tejido membranal”.Desde ese día, el bienestar psicológico de Somayya se fue deteriorado. Empezó a rechazar visitas y evitar salir.Sentía que estaba jugando el tradicional rol de género, donde la esposa es sumisa e indefensa.Durante los siguientes tres meses, tuvo relaciones sexuales con él varias veces. “Cuando me penetraba, la repulsión se apoderaba de mí”, cuenta.”No lo quería y no sentía nada en absoluto. Mi pasión se había extinguido aquella noche”, reconoce.”Simplemente esperaba a que terminara y me dejara en paz. Tener sexo con él se sentía sucio y fraudulento, porque era como un deber, una tarea que tenía que realizar, en lugar de un acto de amor”.Sin divorcioUnos meses más tarde, Somayya habló con su esposo sobre su deseo de terminar con el matrimonio, diciendo que no había forma de revertir su decisión porque temía por su vida y porque ya no le quedaba amor ni pasión después de esa fatídica primera noche.También le explicó que su sospecha “insensible” la había ofendido y degradado.GETTY IMAGES (GETTY IMAGES/)”Él estaba en shock, porque se sentía que, como hombre, tenía derecho a cuestionar si su esposa había tenido relaciones sexuales o no”, cuenta.”Me dijo que no se divorciaría mientras viviera y me aconsejó que pensara en mi ‘comportamiento rebelde’ con cuidado, ya que me iba a llevar al ‘arrepentimiento y remordimiento'”.”Nuestra sociedad tiene un doble estándar”, dice Somayya.”Las hazañas sexuales de los hombres son reconocidas e incluso alabadas, pero cuando se trata de las mujeres, ese comportamiento es motivo de rechazo social y, a veces, se castiga con la muerte”, reclama.”Mi marido era uno de esos hombres, jactándose a las risas con sus amigos sobre su historial sexual, pero poniéndose furioso si yo hacía una broma sutil”.Después de que su familia se negara a apoyarla para conseguir el divorcio, describiendo su razonamiento como “mezquino y trivial”, Somayya dejó Siria en junio pasado y se dirigió a Europa.El dolor 20 años despuésJumanah, de 45 años, vivió toda su vida en Alepo, Siria, hasta 2016, cuando se mudó a Bruselas, Bélgica.”Tenía 19 años cuando mi padre decidió que debía casarme con mi primo en contra de mi voluntad”, le cuenta a la BBC.”No lo quería, pero me incitaron a creer que él era la persona adecuada para mí y que en algún momento me acostumbraría a él. ‘El amor vendrá más tarde’, me dijeron”.Jumanah recuerda su noche de bodas vívidamente y con un dolor palpable, como si acabara de suceder.”Cerró la puerta y dijo que debíamos darnos prisa, ya que los ancianos de la familia esperaban la verificación”.”Fue absolutamente horrible”, dice ella. “Mi esposo no me habló, pero se dedicó a terminar su tarea sin molestarse en hablarme mientras yo temblaba de miedo y repulsión”.GETTY IMAGES (GETTY IMAGES/)”A pesar de mi dolor físico y angustia emocional, la única preocupación de mi esposo era esa mancha de sangre”, prosigue.”No sangré esa noche, así que mi esposo rompió el silencio gritándome: ‘¡No hay sangre!’. Y desató un aluvión de improperios que no puedo repetir. Sus ojos eran como carbones ardiendo”.Durante una hora más o menos se sintió atrapada por el miedo. Quedó atónita e incapaz de pronunciar palabra.En su caso, no esperaron hasta la mañana: esa misma noche la llevaron a un ginecólogo que confirmó su virginidad.”Recuerdo al doctor consolándome como si fuera mi padre”, cuenta, “y regañando a mi esposo por lo que hizo”.Jumanah se vio obligada a vivir con su esposo, quien públicamente la ridiculizó, porque su familia y amigos no la apoyaron en su deseo de separarse, ni esa noche ni durante 20 años de conflictos matrimoniales.Cirugía de himenRozana llevaba cinco años comprometida cuando se separó.”Confiaba en él y lo amaba mucho”, cuenta. “Él insistía con tener sexo diciendo que técnicamente ya era su esposa. Un día me sometí a su insistencia y lo hice”.Seis meses después, sin embargo, las familias de ella y su prometido tuvieron un gran encontronazo y Rozana terminó separándose.”En nuestra sociedad no se debate qué castigo se aplica por la pérdida de la virginidad”, dice, agregando que puede llegar a ser la muerte.”Afortunadamente una amiga me aconsejó que visitara a un ginecólogo discreto con el cual podía someterme a una cirugía de reparación de himen y ponerme uno fabricado en China”.”Sin esa cirugía menor habría muerto hace mucho tiempo”, afirma.GETTY IMAGES (GETTY IMAGES/)Amina, quien proviene de una familia conservadora y pobre, sufrió una caída en la puerta del baño y sangró un poco.Sin entender lo que había pasado, le contó a su madre, quien la llevó a un ginecólogo para que la revisara. Fue allí que descubrió que se había roto el himen.”Ese día fue un calvario para mi madre. No sabía qué hacer”, cuenta.”Después de consultar a mis tres tías, reservamos una cita para la cirugía de reparación del himen”, prosigue.”Tales procedimientos se realizan en completo secreto, ya que están prohibidos en nuestro país y porque la mayoría de la gente no habría creído que había sufrido un accidente y habría puesto en duda mi virginidad por el resto de mi vida”.Pruebas de virginidadEn varios países árabes y musulmanes muchas mujeres son sometidas a pruebas de virginidad previas al matrimonio.De pasarlas, la futura novia recibe un certificado que confirma su virginidad.La organización Human Rights Watch (HRW) ha señalado a varios países donde se llevan a cabo estas dolorosas pruebas.En general, son mujeres mayores las que realizan la inspección invasiva, que implica la inserción de dos dedos en la vagina para determinar si el himen está allí o no.La práctica, generalizada en Medio Oriente y el norte de África, fue descrita por HRW en un informe publicado en 2014 como “una forma de violencia de género y discriminación inhumana contra las mujeres y una violación flagrante de los derechos humanos”.Un estudio realizado por la BBC reveló que en India, Afganistán, Bangladesh, Irán, Egipto, Jordania, Libia, Marruecos y Sudáfrica se llevan a cabo.Y según el informe de HRW, Egipto, Marruecos, Jordania y Libia se encuentran entre los países donde la prueba de virginidad se practica más ampliamente.En respuesta, las autoridades de Marruecos y Egipto negaron rotundamente el reclamo y reiteraron la ilegalidad de la práctica.

Fuente: La Nación

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Para algunas personas la noche de bodas es inolvidable por las razones equivocadas.El servicio árabe de la BBC habló con mujeres de distintas edades y clases sociales, que viven en países árabes y musulmanes, sobre el impacto de la noche de bodas en sus matrimonios y cómo les afectó la falta de una educación sexual.Estos son los testimonios de cuatro de ellas, cuyos nombres fueron cambiados a pedido suyo.Manchas de sangreSomayya tuvo que enfrentarse asu familia para poder casarse con Ibrahim, el hombre al que amaba.La joven estaba estudiando literatura árabe en la Universidad de Damasco, en Siria, y su futuro marido le había prometido que nada se interpondría con su graduación.Todo parecía de ensueño. Somayya había apostado por el amor y el apoyo de Ibrahim. Pero la noche de bodas fue su primera decepción.Su nuevo esposo, “con impaciencia” y sin darle ni un momento para “recuperar el aliento”, se dispuso a penetrarla “tan pronto como pudo”, alegando que su amor por ella justificaba su ímpetu, cuenta Somayya, de 23 años.”Fui cooperativa”, dice, “y a pesar de mi agotamiento, cumplí”.Cualquier rastro de romanticismo terminó de desaparecer cuando la cara de él se transformó. “No hay manchas de sangre”, le dijo.Ella de inmediato entendió lo que su marido estaba sugiriendo: que no era virgen, tal como se espera de las recién casadas en muchos países árabes y musulmanes.Y si bien muchas mujeres sangran en cantidades variables tras la ruptura del himen, de acuerdo con doctores y expertos, no es algo que ocurra en todos los casos.Además, mientras que algunos hímenes son tan delicados que se rompen sin sangrar, otros solo pueden ser penetrados quirúrgicamente; algunas niñas nacen sin esa membrana o se les rompe accidentalmente como resultado de una lesión.Al describir la reacción de su esposo, Somayya dice: “Su mirada se me clavaba como una daga en el pecho. Me mató sin saberlo”.GETTY IMAGES (GETTY IMAGES/)”Ni siquiera intentó hablar conmigo. Me sentí abandonada, como si fuera un sospechoso en espera de juicio”, cuenta.”Antes del matrimonio, habíamos hablado de muchas cosas”, agrega, “incluso de nuestra noche de bodas, la que se suponía sería la mejor noche de nuestras vidas”.”Pensamos que sabíamos mucho el uno del otro, pero todo se derrumbó cuando no surgió ninguna ‘señal de virginidad'”.El día despuésAunque este tipo de incidentes son comunes en su sociedad, Somayya no esperaba vivirlo.Asumió que las actitudes y opiniones de los hombres jóvenes habían cambiado respecto a la generación de sus abuelos, especialmente porque su prometido era un intelectual, de mentalidad abierta y educación universitaria.Al día siguiente él le sugirió visitar a un médico para confirmar su virginidad.Ella se quedó estupefacta.Las pruebas de virginidad femenina son una costumbre antigua, y los motivos para llevarlas a cabo y los métodos de inspección difieren de una sociedad a otra.En las familias más conservadoras no es raro celebrar la virginidad de la novia en su noche de bodas, mostrando a las familias de los novios las sábanas ensangrentadas.Pero eso es algo que se puede lograr incluso si la novia ya tuvo relaciones sexuales antes.Es relativamente fácil “volver a coser” el himen quirúrgicamente.Incluso existen hímenes artificiales hechos en China, prótesis que aparentan ser una membrana intacta y liberan un líquido rojo que parece sangre cuando se someten a presión.Y es que hay lugares en los que una mujer, ante la sospecha de que no llegó virgen al casamiento, puede ser asesinada en nombre del “honor”.Tradicional y sumisaAl visitar a un ginecólogo al día siguiente, Somayya descubrió que su himen era grueso y le dijeron que solo se rompería si daba a luz de forma natural.Su esposo respiró aliviado y una sonrisa se dibujó en su rostro, pero ya era demasiado tarde. Somayya estaba decidida a divorciarse.GETTY IMAGES (GETTY IMAGES/)”Mi esposo se convirtió en un extraño para mí”, explica.”No podía predecir qué iba a hacer. Todo era posible. Ya no podía confiar en alguien que deshizo una relación de varios años en cuestión de segundos”.Después de una breve pausa, agrega: “No sé describir cómo me sentí tras aquello, pero no podía soportar vivir con él después de que redujo todo mi ser a un membrana inútil. Soy un ser humano, no solo tejido membranal”.Desde ese día, el bienestar psicológico de Somayya se fue deteriorado. Empezó a rechazar visitas y evitar salir.Sentía que estaba jugando el tradicional rol de género, donde la esposa es sumisa e indefensa.Durante los siguientes tres meses, tuvo relaciones sexuales con él varias veces. “Cuando me penetraba, la repulsión se apoderaba de mí”, cuenta.”No lo quería y no sentía nada en absoluto. Mi pasión se había extinguido aquella noche”, reconoce.”Simplemente esperaba a que terminara y me dejara en paz. Tener sexo con él se sentía sucio y fraudulento, porque era como un deber, una tarea que tenía que realizar, en lugar de un acto de amor”.Sin divorcioUnos meses más tarde, Somayya habló con su esposo sobre su deseo de terminar con el matrimonio, diciendo que no había forma de revertir su decisión porque temía por su vida y porque ya no le quedaba amor ni pasión después de esa fatídica primera noche.También le explicó que su sospecha “insensible” la había ofendido y degradado.GETTY IMAGES (GETTY IMAGES/)”Él estaba en shock, porque se sentía que, como hombre, tenía derecho a cuestionar si su esposa había tenido relaciones sexuales o no”, cuenta.”Me dijo que no se divorciaría mientras viviera y me aconsejó que pensara en mi ‘comportamiento rebelde’ con cuidado, ya que me iba a llevar al ‘arrepentimiento y remordimiento'”.”Nuestra sociedad tiene un doble estándar”, dice Somayya.”Las hazañas sexuales de los hombres son reconocidas e incluso alabadas, pero cuando se trata de las mujeres, ese comportamiento es motivo de rechazo social y, a veces, se castiga con la muerte”, reclama.”Mi marido era uno de esos hombres, jactándose a las risas con sus amigos sobre su historial sexual, pero poniéndose furioso si yo hacía una broma sutil”.Después de que su familia se negara a apoyarla para conseguir el divorcio, describiendo su razonamiento como “mezquino y trivial”, Somayya dejó Siria en junio pasado y se dirigió a Europa.El dolor 20 años despuésJumanah, de 45 años, vivió toda su vida en Alepo, Siria, hasta 2016, cuando se mudó a Bruselas, Bélgica.”Tenía 19 años cuando mi padre decidió que debía casarme con mi primo en contra de mi voluntad”, le cuenta a la BBC.”No lo quería, pero me incitaron a creer que él era la persona adecuada para mí y que en algún momento me acostumbraría a él. ‘El amor vendrá más tarde’, me dijeron”.Jumanah recuerda su noche de bodas vívidamente y con un dolor palpable, como si acabara de suceder.”Cerró la puerta y dijo que debíamos darnos prisa, ya que los ancianos de la familia esperaban la verificación”.”Fue absolutamente horrible”, dice ella. “Mi esposo no me habló, pero se dedicó a terminar su tarea sin molestarse en hablarme mientras yo temblaba de miedo y repulsión”.GETTY IMAGES (GETTY IMAGES/)”A pesar de mi dolor físico y angustia emocional, la única preocupación de mi esposo era esa mancha de sangre”, prosigue.”No sangré esa noche, así que mi esposo rompió el silencio gritándome: ‘¡No hay sangre!’. Y desató un aluvión de improperios que no puedo repetir. Sus ojos eran como carbones ardiendo”.Durante una hora más o menos se sintió atrapada por el miedo. Quedó atónita e incapaz de pronunciar palabra.En su caso, no esperaron hasta la mañana: esa misma noche la llevaron a un ginecólogo que confirmó su virginidad.”Recuerdo al doctor consolándome como si fuera mi padre”, cuenta, “y regañando a mi esposo por lo que hizo”.Jumanah se vio obligada a vivir con su esposo, quien públicamente la ridiculizó, porque su familia y amigos no la apoyaron en su deseo de separarse, ni esa noche ni durante 20 años de conflictos matrimoniales.Cirugía de himenRozana llevaba cinco años comprometida cuando se separó.”Confiaba en él y lo amaba mucho”, cuenta. “Él insistía con tener sexo diciendo que técnicamente ya era su esposa. Un día me sometí a su insistencia y lo hice”.Seis meses después, sin embargo, las familias de ella y su prometido tuvieron un gran encontronazo y Rozana terminó separándose.”En nuestra sociedad no se debate qué castigo se aplica por la pérdida de la virginidad”, dice, agregando que puede llegar a ser la muerte.”Afortunadamente una amiga me aconsejó que visitara a un ginecólogo discreto con el cual podía someterme a una cirugía de reparación de himen y ponerme uno fabricado en China”.”Sin esa cirugía menor habría muerto hace mucho tiempo”, afirma.GETTY IMAGES (GETTY IMAGES/)Amina, quien proviene de una familia conservadora y pobre, sufrió una caída en la puerta del baño y sangró un poco.Sin entender lo que había pasado, le contó a su madre, quien la llevó a un ginecólogo para que la revisara. Fue allí que descubrió que se había roto el himen.”Ese día fue un calvario para mi madre. No sabía qué hacer”, cuenta.”Después de consultar a mis tres tías, reservamos una cita para la cirugía de reparación del himen”, prosigue.”Tales procedimientos se realizan en completo secreto, ya que están prohibidos en nuestro país y porque la mayoría de la gente no habría creído que había sufrido un accidente y habría puesto en duda mi virginidad por el resto de mi vida”.Pruebas de virginidadEn varios países árabes y musulmanes muchas mujeres son sometidas a pruebas de virginidad previas al matrimonio.De pasarlas, la futura novia recibe un certificado que confirma su virginidad.La organización Human Rights Watch (HRW) ha señalado a varios países donde se llevan a cabo estas dolorosas pruebas.En general, son mujeres mayores las que realizan la inspección invasiva, que implica la inserción de dos dedos en la vagina para determinar si el himen está allí o no.La práctica, generalizada en Medio Oriente y el norte de África, fue descrita por HRW en un informe publicado en 2014 como “una forma de violencia de género y discriminación inhumana contra las mujeres y una violación flagrante de los derechos humanos”.Un estudio realizado por la BBC reveló que en India, Afganistán, Bangladesh, Irán, Egipto, Jordania, Libia, Marruecos y Sudáfrica se llevan a cabo.Y según el informe de HRW, Egipto, Marruecos, Jordania y Libia se encuentran entre los países donde la prueba de virginidad se practica más ampliamente.En respuesta, las autoridades de Marruecos y Egipto negaron rotundamente el reclamo y reiteraron la ilegalidad de la práctica.

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El negocio de las cajas de seguridad sigue creciendo, pese a la intención del Gobierno de volcar los dólares de los ahorristas al mercado de capitales doméstico. Según el Indec, hay US$250.374 millones los fondos que los ciudadanos del país guardan fuera del sistema. A pesar de las propuestas para introducirlos, los argentinos siguen prefiriendo, en muchos casos, el ahorro en cash, en el colchón o en una caja de seguridad.En ese marco, Hausler, la empresa de cajas de seguridad no bancarias y salas de negocios, está buscando ampliar su horizonte de sucursales con un plan de expansión en los shoppings. Por eso, la firma anunció una inversión de $500 millones destinada a abrir dos locales. El primer estará activo en los próximos días en el Alto Palermo Shopping y el segundo se ubicará en el Unicenter, ubicado en Martínez, provincia de Buenos Aires., que comenzará a funcionar en noviembre.En la firma dicen que desde que abrieron en 2014 no paran de crecer y tienen previsto abrir cuatro sucursales más en 2022, con una inversión estimada de $270 millones para cada una. Aun no está definido dónde se ubicarán, pero adelantaron que algunas estarán en el interior del país.Las acciones argentinas suben más de 5% tras el discurso del titular de la Fed, Jerome PowellLas sucursales ofrecen horarios más extendidos que los bancos, lo que representa una ventaja para los clientes. Los nuevos locales operaran los siete días de la semana. Además, confirmaron que las bóvedas estarán automatizadas. Los usuarios no tendrán que cruzarse con ninguna persona para acceder a su caja.“Los clientes y los comercios podrán disponer de un servicio superador de resguardo de valores en lugares de proximidad a sus domicilios y estratégicamente ubicados”, dijeron desde Hausler a través de un comunicado.Por su parte, Carlos Gesino, director general de la compañía, comentó: “Entendemos que es el momento ahora de ofrecer nuestro servicio superador de resguardo de valores. Además lo haremos con tecnología de vanguardia, mediante una operación robotizada, una experiencia que será muy bien recepcionada por los usuarios, con mayor discreción, eficiencia y rapidez”.La empresa ya cuenta con cuatro locales, en Retiro, Belgrano, Pilar y Córdoba. Los montos de cobertura van de entre US$50.000 a US$1 millón en plazos de contratación flexibles. También apuestan a sus servicios adicionales como salas de escritura, encriptación de los datos de los clientes y medidas de seguridad que incluyen tecnología en CCTV, biometría, monitoreo remoto, alarmas y sensores.

Fuente: La Nación

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El negocio de las cajas de seguridad sigue creciendo, pese a la intención del Gobierno de volcar los dólares de los ahorristas al mercado de capitales doméstico. Según el Indec, hay US$250.374 millones los fondos que los ciudadanos del país guardan fuera del sistema. A pesar de las propuestas para introducirlos, los argentinos siguen prefiriendo, en muchos casos, el ahorro en cash, en el colchón o en una caja de seguridad.En ese marco, Hausler, la empresa de cajas de seguridad no bancarias y salas de negocios, está buscando ampliar su horizonte de sucursales con un plan de expansión en los shoppings. Por eso, la firma anunció una inversión de $500 millones destinada a abrir dos locales. El primer estará activo en los próximos días en el Alto Palermo Shopping y el segundo se ubicará en el Unicenter, ubicado en Martínez, provincia de Buenos Aires., que comenzará a funcionar en noviembre.En la firma dicen que desde que abrieron en 2014 no paran de crecer y tienen previsto abrir cuatro sucursales más en 2022, con una inversión estimada de $270 millones para cada una. Aun no está definido dónde se ubicarán, pero adelantaron que algunas estarán en el interior del país.Las acciones argentinas suben más de 5% tras el discurso del titular de la Fed, Jerome PowellLas sucursales ofrecen horarios más extendidos que los bancos, lo que representa una ventaja para los clientes. Los nuevos locales operaran los siete días de la semana. Además, confirmaron que las bóvedas estarán automatizadas. Los usuarios no tendrán que cruzarse con ninguna persona para acceder a su caja.“Los clientes y los comercios podrán disponer de un servicio superador de resguardo de valores en lugares de proximidad a sus domicilios y estratégicamente ubicados”, dijeron desde Hausler a través de un comunicado.Por su parte, Carlos Gesino, director general de la compañía, comentó: “Entendemos que es el momento ahora de ofrecer nuestro servicio superador de resguardo de valores. Además lo haremos con tecnología de vanguardia, mediante una operación robotizada, una experiencia que será muy bien recepcionada por los usuarios, con mayor discreción, eficiencia y rapidez”.La empresa ya cuenta con cuatro locales, en Retiro, Belgrano, Pilar y Córdoba. Los montos de cobertura van de entre US$50.000 a US$1 millón en plazos de contratación flexibles. También apuestan a sus servicios adicionales como salas de escritura, encriptación de los datos de los clientes y medidas de seguridad que incluyen tecnología en CCTV, biometría, monitoreo remoto, alarmas y sensores.

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Pasaban tiempo en su castillo en el sur de Francia y tenían casas por todo el mundo. Tenían una vida idílica, más allá de lo que cualquiera pudiera imaginar. La condesa Alexandra Tolstoy, una aristócrata inglesa, vivía su propio cuento de hadas hecho realidad cuando se enamoró del hombre de sus sueños en 2008, un oligarca y uno de los hombres más ricos de Rusia, Sergei Pugachev. Entonces, todo se convirtió en una pesadilla.La historia empezó hace cinco años en Londres, donde los dos vivían una vida envidiable de lujos en su enorme casa en la exclusiva zona de Chelsea junto a sus tres hijos pequeños.”Teníamos un asistente personal, dos conductores, dos amas de llave, una niñera inglesa y también una niñera rusa así como una profesora francesa para las tareas escolares”, cuenta Alexandra mientras ofrece un recorrido por su casa. “Nos mudamos aquí justo después de que tuve el primer bebé. Y luego compramos la casa de al lado”, agrega.Antes de su matrimonio, Tolstoy había tenido una niñez privilegiada: su padre era un familiar lejano del escritor León Tolstoy y Alexandra acudió a un internado de élite antes de empezar a trabajar como corredora de bolsa en la City londinense.Pronto abandonó ese empleo e inició un negocio de viajes, explorando la antigua Unión Soviética, Turkmenistán y Kirguistán; y casándose con un jinete cosaco por el camino. Lamentablemente, eso no duró.Unos años más tarde, cuando Alexandra y su marido estaban luchando para pagar las cuentas y llegar a fin de mes, apareció Sergei Pugachev, su caballero de brillante armadura. La pareja se había conocido cuando Alexandra fue contratada para enseñarle inglés a él.Sergei Pugachev llegó a ser conocido como “el banquero de Putin”. “Fue algo eléctrico”Una fotografía enmarcada da luces sobre Pugachev. Él aparece a la izquierda de Tolstoy, con profundos ojos verdes, un bigote recortado y una barba. La pareja se ve relajada y bronceada durante unas vacaciones, con una sonrisa fácil y vestidos con ropa blanca de casa.”Cuando conocí a Sergei fue algo eléctrico. Quedé tan enamorada de él”. Era tan romántico, nunca había sentido una conexión semejante con alguien”, dice Tolstoy.La vida en el jet setTolstoy comenta que al principio la vida no podía haber sido mejor. Durante el primer año tras conocerse ella había dado a luz al primer bebé y la nueva familia estaba viviendo una vida de lujos entre Moscú, Londres y París. “Él me daba su tarjeta de crédito y yo iba de compras. Podía hacer lo que quisiera. Tenía un jet privado. Solamente tenía que hacer mi maleta y listo”, recuerda.La pareja dividía su tiempo entre varias propiedades, incluyendo una casa de unos US$14,85 millones en el exclusivo distrito de Battersea, en Londres; una propiedad de casi un kilómetro cuadrado en Hertfordshire, en el sur de Inglaterra, y una villa en primer línea de playa en el Caribe valorada en US$40 millones. Pero mientras vivían los buenos tiempos, en Rusia las cosas habían cambiado.El presidente Vladimir Putin le daba la espalda a los oligarcas que habían sido sus aliados como Sergei Pugachev.En 2003, Putin inició una campaña para sacar de la política a los oligarcas de la era Yeltsin. “El banquero de Putin”Sergei Pugachev amasó su enorme fortuna de US$15.000 millones en la Rusia postcomunista. Era propietario de una mina de carbón, astilleros, marcas de diseño e incluso de uno de los mayores bancos privados de Rusia.Él afirma que era próximo al presidente Vladimir Putin, que iban de vacaciones juntos “todo el tiempo” y que tras darle algunos préstamos al gobierno se había ganado el apodo de “el banquero de Putin”.Pero Pugachev asegura que el mandatario no aprobaba su relación con Alexandra Tolstoy. “Putin estaba realmente sorprendido. Él preguntó por qué. ‘Ella es inglesa. Es tan extraño. Hay 140 millones de personas en Rusia, es una idea loca'”, afirma.”Podemos cortarle un dedo a tu hijo”En 2006, Rusia aprobó una ley que daba a sus agentes de seguridad permiso para asesinar en el exterior a los enemigos del Estado y no pasó mucho tiempo hasta que el gobierno comenzó a prestar atención a Pugachev y sus miles de millones.En 2008, el banco de Pugachev había enfrentado problemas y había sido auxiliado por el Estado con un préstamo por US$1.000 millones. Pese a ello, el banco se hundió apenas dos años más tarde.Pugachev asegura que él había vendido el banco años antes pero Moscú lo niega. En los tribunales, Pugachev fue declarado responsable de las pérdidas de la institución financiera y rápidamente abandonó Rusia.Pugachev asegura haber sido amenazado por la Agencia Rusa de Garantías de Depósitos (DIA, por sus siglas en inglés), que le exigió pagar el préstamo de US$1.000 millones. “Me invitaron a un restaurante y me dijeron: ‘tienes que pagar US$350 millones o te matamos a ti o a tu familia. Si quieres, le podemos cortar un dedo a tu hijo y te lo enviamos”, dice Pugachev.La DIA niega que eso haya ocurrido, pero lo que es cierto es que Pugachev se negó a pagar el dinero. Durante los años siguientes, siguieron cayendo en desgracia los enemigos del Estado ruso.Boris Nemtsov fue uno de los responsables de las reformas económicas en Rusia en la década de 1990. Enemigos del Estado de alto perfilCara a caraEl Estado ruso estaba cercando a Sergei Pugachev y en 2015 recurrió a los tribunales británicos para exigirle el pago de los US$1.000 millones.Pugachev fue declarado responsable por las pérdidas del banco. El dinero de la ayuda financiera, se dijo entonces, había sido transferido a una cuenta en un banco suizo y luego había sido movido por allí hasta que todo el dinero simplemente desapareció.Los bienes de Pugachev en todo el mundo fueron congelados y le fue retirado su pasaporte. Habiendo abandonado su castillo en Francia, Pugachev decidió enfrentarse cara a cara con el Estado ruso y los demandó por la pérdida de sus empresas.Alexandra Tolstoy vive ahora en una casa de campo en Oxfordshire. Una presión insoportableCon su pareja escondida de forma permanente y su familia siendo perseguida, Tolstoy comenzó a sentir que las cosas no eran seguras para ella y para sus hijos. Para 2016, su relación con el padre de los niños estaba bajo una presión insoportable.Cuando Pugachev le pidió a Tolstoy que se mudara permanentemente a Francia con sus tres hijos para vivir juntos como una familia, ella fue reacia. Simplemente no podía hacerlo.”Sergei tuvo una de sus explosiones en las que me agredió físicamente. Encerró a los niños en una habitación aparte y guardó mi pasaporte y el de los niños en una caja fuerte”, asegura la mujer.”Algo se rompió dentro de mí ese fin de semana. Supe que no estábamos a salvo”, apunta. Entonces, en la primavera de 2016, ella abandonó de forma abrupta junto a los niños el castillo en Francia y nunca más regresaron.A partir de ese momento, ella y los niños se quedaron sin recursos financieros. “Algunas personas me ven y dicen ‘tu vida es fácil, tienes niños con suerte que son tan privilegiados'”, comenta con lágrimas en los ojos.”Ellos no lo son. La crianza más privilegiada es poder vivir seguros y una familia para ser feliz tiene que estar junta”, afirma. Tolstoy indica que el Estado ruso se apropió de la casa familiar y la puso en venta. Ella afirma que le ofrecieron quedarse en la casa por un año si ella accedía a “no exigir ningún mantenimiento por parte de Sergei y no reclamar mi deuda”.”O firmaba el acuerdo o debía abandonar la casa al día siguiente. Mi peor temor es que no tenemos dinero y que no tenemos dónde vivir. Es una pesadilla”, sostiene.Alexandra Tolstoy organiza expediciones a caballo en Kirguistán. Empeoran las relaciones entre Reino Unido y RusiaPara 2018, tras el envenenamiento de Sergei Skripal, un ex doble agente ruso residente en Reino Unido, se inició un intenso escrutinio sobre una serie de muertes ocurridas en territorio británico durante las últimas dos décadas.Se le pidió al Ministerio de Interior que revisara 14 casos, que habían sido considerados como ataques de corazón, suicidios, accidentes y muertes por causas naturales.Pero algunos creen que muestran un patrón de muertes orquestadas por un Estado en las calles británicas. Las relaciones entre Reino Unido y Rusia se deterioraron aún más.”Me quedan mis últimos US$70 millones”Hoy, Pugachev vive en su castillo en Francia -una decisión que dice que tuvo que tomar obligado por el Estado ruso- y de su fortuna asegura que solamente le quedan los últimos US$70 millones.”Amo a mis hijos y realmente espero que en el futuro próximo ellos estén felices de estar con su padre y que todo esté bien”, afirma.Por su parte, Alexandra Tolstoy pasa todo el tiempo que puede en su casita de campo en Oxfordshire, en el sudeste de Inglaterra, junto a sus hijos, quienes no han visto a su padre desde 2016. “Yo les diré que él necesita resolver la situación en la que se encuentra y que ‘quizá cuando sean mayores ustedes podrán ir a buscarlo'”, señala.Tolstoy reactivó su negocio de viajes, encabezando expediciones a caballo por Kirguistán y viajando de forma regular a Rusia. “Amo mucho Rusia. Extrañamente mi relación con el gobierno de Rusia es mejor de lo que es con Sergei”, apunta.Ella también prescinde ahora de los lujos con los que vivía antes. “En realidad, ahora odio todas esas cosas. Están asociada con una vida que no me gustaba”, dice Tolstoy.“Tengo toda una vida por delante. Puedo volver a las cosas que amo. Esta soy yo. Sergei siempre pensó que yo estaría tan desesperada por estar con él y su dinero, que yo lo seguiría. En realidad, ya he superado eso. Tuve la fortaleza de hacerlo”, afirma.

Fuente: La Nación

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Pasaban tiempo en su castillo en el sur de Francia y tenían casas por todo el mundo. Tenían una vida idílica, más allá de lo que cualquiera pudiera imaginar. La condesa Alexandra Tolstoy, una aristócrata inglesa, vivía su propio cuento de hadas hecho realidad cuando se enamoró del hombre de sus sueños en 2008, un oligarca y uno de los hombres más ricos de Rusia, Sergei Pugachev. Entonces, todo se convirtió en una pesadilla.La historia empezó hace cinco años en Londres, donde los dos vivían una vida envidiable de lujos en su enorme casa en la exclusiva zona de Chelsea junto a sus tres hijos pequeños.”Teníamos un asistente personal, dos conductores, dos amas de llave, una niñera inglesa y también una niñera rusa así como una profesora francesa para las tareas escolares”, cuenta Alexandra mientras ofrece un recorrido por su casa. “Nos mudamos aquí justo después de que tuve el primer bebé. Y luego compramos la casa de al lado”, agrega.Antes de su matrimonio, Tolstoy había tenido una niñez privilegiada: su padre era un familiar lejano del escritor León Tolstoy y Alexandra acudió a un internado de élite antes de empezar a trabajar como corredora de bolsa en la City londinense.Pronto abandonó ese empleo e inició un negocio de viajes, explorando la antigua Unión Soviética, Turkmenistán y Kirguistán; y casándose con un jinete cosaco por el camino. Lamentablemente, eso no duró.Unos años más tarde, cuando Alexandra y su marido estaban luchando para pagar las cuentas y llegar a fin de mes, apareció Sergei Pugachev, su caballero de brillante armadura. La pareja se había conocido cuando Alexandra fue contratada para enseñarle inglés a él.Sergei Pugachev llegó a ser conocido como “el banquero de Putin”. “Fue algo eléctrico”Una fotografía enmarcada da luces sobre Pugachev. Él aparece a la izquierda de Tolstoy, con profundos ojos verdes, un bigote recortado y una barba. La pareja se ve relajada y bronceada durante unas vacaciones, con una sonrisa fácil y vestidos con ropa blanca de casa.”Cuando conocí a Sergei fue algo eléctrico. Quedé tan enamorada de él”. Era tan romántico, nunca había sentido una conexión semejante con alguien”, dice Tolstoy.La vida en el jet setTolstoy comenta que al principio la vida no podía haber sido mejor. Durante el primer año tras conocerse ella había dado a luz al primer bebé y la nueva familia estaba viviendo una vida de lujos entre Moscú, Londres y París. “Él me daba su tarjeta de crédito y yo iba de compras. Podía hacer lo que quisiera. Tenía un jet privado. Solamente tenía que hacer mi maleta y listo”, recuerda.La pareja dividía su tiempo entre varias propiedades, incluyendo una casa de unos US$14,85 millones en el exclusivo distrito de Battersea, en Londres; una propiedad de casi un kilómetro cuadrado en Hertfordshire, en el sur de Inglaterra, y una villa en primer línea de playa en el Caribe valorada en US$40 millones. Pero mientras vivían los buenos tiempos, en Rusia las cosas habían cambiado.El presidente Vladimir Putin le daba la espalda a los oligarcas que habían sido sus aliados como Sergei Pugachev.En 2003, Putin inició una campaña para sacar de la política a los oligarcas de la era Yeltsin. “El banquero de Putin”Sergei Pugachev amasó su enorme fortuna de US$15.000 millones en la Rusia postcomunista. Era propietario de una mina de carbón, astilleros, marcas de diseño e incluso de uno de los mayores bancos privados de Rusia.Él afirma que era próximo al presidente Vladimir Putin, que iban de vacaciones juntos “todo el tiempo” y que tras darle algunos préstamos al gobierno se había ganado el apodo de “el banquero de Putin”.Pero Pugachev asegura que el mandatario no aprobaba su relación con Alexandra Tolstoy. “Putin estaba realmente sorprendido. Él preguntó por qué. ‘Ella es inglesa. Es tan extraño. Hay 140 millones de personas en Rusia, es una idea loca'”, afirma.”Podemos cortarle un dedo a tu hijo”En 2006, Rusia aprobó una ley que daba a sus agentes de seguridad permiso para asesinar en el exterior a los enemigos del Estado y no pasó mucho tiempo hasta que el gobierno comenzó a prestar atención a Pugachev y sus miles de millones.En 2008, el banco de Pugachev había enfrentado problemas y había sido auxiliado por el Estado con un préstamo por US$1.000 millones. Pese a ello, el banco se hundió apenas dos años más tarde.Pugachev asegura que él había vendido el banco años antes pero Moscú lo niega. En los tribunales, Pugachev fue declarado responsable de las pérdidas de la institución financiera y rápidamente abandonó Rusia.Pugachev asegura haber sido amenazado por la Agencia Rusa de Garantías de Depósitos (DIA, por sus siglas en inglés), que le exigió pagar el préstamo de US$1.000 millones. “Me invitaron a un restaurante y me dijeron: ‘tienes que pagar US$350 millones o te matamos a ti o a tu familia. Si quieres, le podemos cortar un dedo a tu hijo y te lo enviamos”, dice Pugachev.La DIA niega que eso haya ocurrido, pero lo que es cierto es que Pugachev se negó a pagar el dinero. Durante los años siguientes, siguieron cayendo en desgracia los enemigos del Estado ruso.Boris Nemtsov fue uno de los responsables de las reformas económicas en Rusia en la década de 1990. Enemigos del Estado de alto perfilCara a caraEl Estado ruso estaba cercando a Sergei Pugachev y en 2015 recurrió a los tribunales británicos para exigirle el pago de los US$1.000 millones.Pugachev fue declarado responsable por las pérdidas del banco. El dinero de la ayuda financiera, se dijo entonces, había sido transferido a una cuenta en un banco suizo y luego había sido movido por allí hasta que todo el dinero simplemente desapareció.Los bienes de Pugachev en todo el mundo fueron congelados y le fue retirado su pasaporte. Habiendo abandonado su castillo en Francia, Pugachev decidió enfrentarse cara a cara con el Estado ruso y los demandó por la pérdida de sus empresas.Alexandra Tolstoy vive ahora en una casa de campo en Oxfordshire. Una presión insoportableCon su pareja escondida de forma permanente y su familia siendo perseguida, Tolstoy comenzó a sentir que las cosas no eran seguras para ella y para sus hijos. Para 2016, su relación con el padre de los niños estaba bajo una presión insoportable.Cuando Pugachev le pidió a Tolstoy que se mudara permanentemente a Francia con sus tres hijos para vivir juntos como una familia, ella fue reacia. Simplemente no podía hacerlo.”Sergei tuvo una de sus explosiones en las que me agredió físicamente. Encerró a los niños en una habitación aparte y guardó mi pasaporte y el de los niños en una caja fuerte”, asegura la mujer.”Algo se rompió dentro de mí ese fin de semana. Supe que no estábamos a salvo”, apunta. Entonces, en la primavera de 2016, ella abandonó de forma abrupta junto a los niños el castillo en Francia y nunca más regresaron.A partir de ese momento, ella y los niños se quedaron sin recursos financieros. “Algunas personas me ven y dicen ‘tu vida es fácil, tienes niños con suerte que son tan privilegiados'”, comenta con lágrimas en los ojos.”Ellos no lo son. La crianza más privilegiada es poder vivir seguros y una familia para ser feliz tiene que estar junta”, afirma. Tolstoy indica que el Estado ruso se apropió de la casa familiar y la puso en venta. Ella afirma que le ofrecieron quedarse en la casa por un año si ella accedía a “no exigir ningún mantenimiento por parte de Sergei y no reclamar mi deuda”.”O firmaba el acuerdo o debía abandonar la casa al día siguiente. Mi peor temor es que no tenemos dinero y que no tenemos dónde vivir. Es una pesadilla”, sostiene.Alexandra Tolstoy organiza expediciones a caballo en Kirguistán. Empeoran las relaciones entre Reino Unido y RusiaPara 2018, tras el envenenamiento de Sergei Skripal, un ex doble agente ruso residente en Reino Unido, se inició un intenso escrutinio sobre una serie de muertes ocurridas en territorio británico durante las últimas dos décadas.Se le pidió al Ministerio de Interior que revisara 14 casos, que habían sido considerados como ataques de corazón, suicidios, accidentes y muertes por causas naturales.Pero algunos creen que muestran un patrón de muertes orquestadas por un Estado en las calles británicas. Las relaciones entre Reino Unido y Rusia se deterioraron aún más.”Me quedan mis últimos US$70 millones”Hoy, Pugachev vive en su castillo en Francia -una decisión que dice que tuvo que tomar obligado por el Estado ruso- y de su fortuna asegura que solamente le quedan los últimos US$70 millones.”Amo a mis hijos y realmente espero que en el futuro próximo ellos estén felices de estar con su padre y que todo esté bien”, afirma.Por su parte, Alexandra Tolstoy pasa todo el tiempo que puede en su casita de campo en Oxfordshire, en el sudeste de Inglaterra, junto a sus hijos, quienes no han visto a su padre desde 2016. “Yo les diré que él necesita resolver la situación en la que se encuentra y que ‘quizá cuando sean mayores ustedes podrán ir a buscarlo'”, señala.Tolstoy reactivó su negocio de viajes, encabezando expediciones a caballo por Kirguistán y viajando de forma regular a Rusia. “Amo mucho Rusia. Extrañamente mi relación con el gobierno de Rusia es mejor de lo que es con Sergei”, apunta.Ella también prescinde ahora de los lujos con los que vivía antes. “En realidad, ahora odio todas esas cosas. Están asociada con una vida que no me gustaba”, dice Tolstoy.“Tengo toda una vida por delante. Puedo volver a las cosas que amo. Esta soy yo. Sergei siempre pensó que yo estaría tan desesperada por estar con él y su dinero, que yo lo seguiría. En realidad, ya he superado eso. Tuve la fortaleza de hacerlo”, afirma.

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La Cámara Federal de Mendoza resolvió ordenarle a la Anses que aplique un aumento a los haberes de un jubilado, con el fin de evitar que los efectos del ajuste al bolsillo que hizo el año pasado el Gobierno se perpetúen en el tiempo. En otras palabras: los jueces que analizaron la causa “Guerra, Alfredo Antonio c/ Anses s/ Reajustes varios”, resolvieron validar la suspensión de la movilidad durante el año pasado pero, a la vez, dispusieron que el ingreso mensual se incremente de tal manera que, a partir de los ingresos de enero de este año, lo que cobre la persona sea lo que le correspondería percibir en caso de haber seguido vigente la fórmula de actualizaciones de la ley 27.426, aprobada a fines de 2017 durante la gestión de Juntos por el Cambio.El conflicto tiene su origen en diciembre de 2019, cuando el Congreso aprobó, a pedido del presidente Alberto Fernández, la ley 27.541. Entre otros puntos, esa norma suspendió la aplicación de la fórmula de movilidad previsional que había estado vigente en 2018 y 2019. Esa suspensión fue, en principio, por un período de 180 días, pero luego se la prorrogó por decreto de necesidad y urgencia hasta el 31 de diciembre día de 2020. El 4 de enero de este año, en tanto, se puso en vigencia la ley 27.609, con una nueva modalidad de cálculo de las actualizaciones.Mientras duró la suspensión, el Poder Ejecutivo decidió otorgar subas a las jubilaciones de manera discrecional, que resultaron, para todo 2020, de entre 24,3% y 35,3%, dependiendo del nivel de ingresos (el aumento más bajo le correspondió al haber máximo y el más alto, al mínimo). En caso de haberse aplicado la fórmula suspendida, todos los jubilados y pensionados habrían recibido un incremento de 42,1%. Así, mientras que el ingreso mínimo resultó en diciembre de 2020 de $19.035, habría llegado a $19.990 con la ley que se dejó en suspenso. Y el haber máximo, en tanto, habría sido de $146.454, en lugar de los $128.089 que efectivamente se pagaron en ese último mes de 2020 y también en enero y febrero de 2021.La política previsional decidida por el gobierno de Fernández provocó un ajuste para los bolsillos estimado en unos $100.000 millones solamente el año pasado; pero los efectos siguen durante este año y los siguientes, porque los porcentajes de subas que surgen de la nueva fórmula de movilidad se están aplicando sobre haberes más bajos, respecto de lo que serían en caso de no haber mediado la suspensión. Esto último es, justamente, lo cuestionado por los jueces.Según el fallo, cuya argumentación fue dada por el juez Manuel Alberto Pizarro y avalada por Gustavo Castiñeira de Dios y Juan Ignacio Pérez Curci, es aceptable que durante el año pasado, mientras estaba declarada la situación de emergencia por la ley de diciembre de 2019, se pagaran esos montos, resultantes de aplicar porcentajes inferiores a los de la fórmula. Pero no fue evaluado como correcto, en cambio, que este año se siga convalidando el ajuste. Y, por eso, se entiende que desde enero último los ingresos mensuales de los jubilados deberían ser equivalentes en sus montos a los que hubieran correspondido en caso de no haber existido la suspensión de la fórmula anterior.Si se siguiera ese criterio, en septiembre próximo el haber mínimo llegaría a $27.223 y el máximo, a $199.442. En cambio, las cifras serán de $25.922 ($1301 menos) y de $174.433 ($25.009 menos), respectivamente. Quien cobraba $30.000 a principios del año pasado tendría un haber de $58.054 (en la práctica, cobrará $52.509) y quien percibía $50.000, uno de $96.756.(recibirá, en cambio, $85.883).Tal como se menciona en la sentencia emitida por la justicia federal de Mendoza, la resolución es muy similar a la dispuesta en junio pasado por la Cámara Federal de Bahía Blanca en la causa “Martínez, Eduardo Rubén c/ Anses s / Reajustes varios”. Allí se le había ordenado a la Anses “integrar el haber previsional de diciembre de 2020 con el porcentaje de incremento que la parte actora haya dejado de percibir en virtud de la suspensión legalmente dispuesta”.Según uno de los argumentos del fallo que favorece al jubilado Guerra, no debe dejar de tenerse en cuenta que “la población afectada está caracterizada por la vulnerabilidad sociológica y jurídica” y especialmente protegida “por el plexo de tratados de los derechos fundamentales” firmados en el plano internacional.También se hace alusión a cuestiones prácticas. Se menciona el caso de la medida que dispuso un congelamiento del valor de los alquileres en el marco de la emergencia por el Covid-19, tras la cual se previó cómo podrían compensarse las consecuencias de esa inmovilidad de los precios, algo que no ocurrió en el caso de los haberes jubilatorios. “La ley 27.541 no da solución al problema, no resuelve cómo se va a abonar a los jubilados lo que no se ha pagado conforme a lo denotado en la ley de movilidad vigente, dejando un vacío que debemos llenar”, sostiene el escrito judicial.Además del de Bahía Blanca, hubo otros fallos sobre el tema. El año pasado se habían conocido sentencias correspondientes a jueces del interior del país, que cuestionaron las decisiones sobre la política previsional del Gobierno: hubo dos dictadas por la Cámara Federal de Paraná (“Cabrera, Roque Agapito” y “Davelles, Javier Federico”), y uno por la Cámara Federal de Salta (“Caliva, Roberto Daniel”).En junio del actual 2021, el juez Ricardo Bustos Fierro, del Juzgado Federal número 1 de Córdoba, declaró inconstitucional que se haya suspendido la fórmula de movilidad durante 2020. Y hasta ahora, en tanto, dos de las tres salas de la Cámara Federal de la Seguridad Social con sede en la ciudad de Buenos Aires declararon la validez de lo instrumentado por el Gobierno y no hicieron lugar a los reclamos de los jubilados. La última palabra la tendrá la Corte Suprema de Justicia.

Fuente: La Nación

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