MAR DEL PLATA.- Incertidumbre. Todo se resume en esa palabra que retumba a la industria turística desde el inicio de la pandemia, pero que atruena como nunca en estos días, cuando el panorama escasea en certezas y las vacaciones de invierno son un objetivo tan esperado como de dudosas chances para mejorar la situación al sector.A cinco semanas del punto de partida fijado para el receso escolar de mitad de año –de acuerdo con el calendario de provincia de Buenos Aires y de Capital Federal- ni siquiera está claro que ese esquema se respete, envuelto en rumores de inicio anticipado y otros, de desdoblamiento.Axel Kicillof anunció que el miércoles próximo vuelven las clases presenciales en el conurbano bonaerenseImposible, o como mínimo muy complicado, diagramar entonces los paquetes y propuestas que rubros como la hotelería y el transporte de larga distancia deberían tener por estas horas en vidriera, en plena misión de tentar y captar pasajeros.Abruma el escenario en este cierre de semestre en el que los operadores del ramo ni siquiera pudieron facturar durante los fines de semana largos. Semana Santa estuvo cargada de restricciones, lo mismo que el feriado del mes pasado, que transcurrió en medio de medidas de confinamiento de alcance nacional.El rubro turístico marplatense tiene expectativas, pero casi nulas precisiones sobre la posibilidad de recibir visitantes en la temporada baja (Mauro V. Rizzi/)“Estamos preparados para trabajar, pero es difícil programar algo con tan pocas definiciones”, dijo a LA NACION Eduardo Palena, propietario del Hotel Spa República y directivo de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Mar del Plata. La intención es salir al mercado, pero todo se vuelve difícil cuando los potenciales viajeros no tienen un horizonte claro sobre cuál será la dinámica posible entre el cierre de este mes y fines del próximo.La costa atlántica, que no es el epicentro pero siempre aparece como un destino atractivo aún en estas épocas de bajas temperaturas, espera por alguna confirmación. “La verdad es que queremos preparar propuestas, pero estamos algo desorientados de cómo y cuándo serán las vacaciones de invierno”, destacó Nelson Valimbri, responsable del Apart Hotel Ville Saint Germain y el Cariló Golf Club.Frente a tanta duda entiende que pueden repetirse situaciones previas a la última temporada de verano, cuando la oportunidad de viajar se confirmó casi sobre el cierre del año e inicio de la temporada. “Nos lanzaremos a armar propuesta y si no se puede, quedaremos en modo pausa, pero así todo es muy difícil”, admitió.Todo sigue en penumbrasLas expectativas estaban puestas en este viernes, con anuncios presidenciales sobre continuidad y condiciones de las restricciones vigentes por decreto nacional. También se esperaba alguna referencia sobre la cuestión turística en la conferencia de prensa que brindó esta tarde el gobernador bonaerense, Axel Kicillof. Por ahora nada cambia y todo sigue en penumbras para el sector.“Es mucha la incertidumbre que se genera y mucha la angustia, en especial en el sector privado”, explicó Juan Ibarguren, director de Turismo de Pinamar, que reconoció estas dudas que todavía sobrevuelan sobre fecha del receso de temporada baja e incluso un posible desdoblamiento. “Estamos muy atentos a eso”, dijo.En Pinamar, los propietarios suelen ser los primeros en marcar la tendencia de la temporada de invierno (Tomás Cuesta/)Lo que sí advierten allí y otros distritos de la zona es que los propietarios son los que dan el primer paso y empiezan a confirmar que ocuparán sus casas durante esas dos semanas, que en principio están previstas entre el 19 y 31 de julio. “Lo hemos visto durante buena parte de la pandemia y seguro será así durante las vacaciones de invierno”, añadió Ibarguren.“No sabemos qué hacer”, admitió Joaquín Bustillo, que administra complejos de alojamiento de categoría en Cariló. Por lo pronto si siquiera han podido fijar tarifas y, por ende, mucho menos abrirse al mercado en busca de reservas. “No sabemos cuándo salir, estamos perdidos”, reconoció.Tandil espera definicionesRodrigo Inza, director de Turismo de Tandil, también advirtió sobre este panorama cargado de sombras. “Por ahora estamos a la espera de definiciones que tome la provincia sobre el tema”, dijo a LA NACION.En Tandil, los gastronómicos se rebelaron y abrieron sus espacios cubiertos, con aforo, para atender clientesPor estos días algunos de los principales destinos del circuito mar y sierras bonaerense atraviesa momentos complicados por las crisis sanitarias. Si bien el pico de contagios se dio hace un par de semanas, los hospitales y clínicas arrastran una muy alta demanda. En algunas localidades con servicios al límite de sus propias posibilidades solo con su propia población, por lo que el turismo en escala podría ser un bálsamo para la economía, pero un riesgo para su sistema de salud.Por lo pronto algunos protagonistas de la industria turística se pusieron en marcha más allá de los límites de normas vigentes. En Mar del Plata primero, en Tandil después, la gastronomía abrió sus salones a la clientela en momentos que solo se les permite atención al aire libre o venta por delivery y take away.

Fuente: La Nación

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