Por Lizbeth DiazMONTERREY, México, 25 sep (Reuters) – Muchos haitianos que
se dirigen a la frontera sur de Estados Unidos, mientras miles
de sus compatriotas fueron expulsados ??de un campamento
fronterizo, están pensando encontrar trabajo en México si las
medidas para frenar la entrada al país del norte siguen siendo
estrictas.El viernes, miles de migrantes -la mayoría haitianos- fueron
desalojados de un campamento fronterizo entre las ciudades Del
Río, en Texas, y Ciudad Acuña, en México. Algunos fueron
trasladados en avión, mientras que otros permanecen en Estados
Unidos por ahora.Durante semanas, los haitianos han estado huyendo del caos
económico, político y social en su tierra natal, con muchos
miles todavía atravesando Centroamérica y México, con la
esperanza de llegar a Estados Unidos para lograr una mejor vida.Miles de ellos se han dispersado por el norte de México en
las últimas semanas, lo que ha generado preocupación entre los
funcionarios de que los cruces masivos, como los que se ven en
Ciudad Acuña, puedan ocurrir en otros lugares.En Monterrey, unos cientos de kilómetros al sureste, se han
reunido unos 2.000 haitianos, según recuentos de los refugios
para migrantes.Marck Lender, un haitiano de 30 años que viajó desde Chile,
dijo que se esperaría hasta obtener los papeles necesarios para
legalizar su estadía.”Tengo miedo de las autoridades migratorias, no quiero que
me deporten”, confesó mientras comía un caldo de pollo en un
comedor de una casa para migrantes. “Si encuentro trabajo en
México, me voy a quedar”.El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos
(DHS, por sus siglas en inglés) dijo que se habían encontrado
casi 30,000 migrantes en Del Río en las últimas dos semanas y
que no quedaba ninguno en el campamento para el viernes.Más de 12,000 de ellos tendrán la oportunidad de presentar
su caso de asilo ante jueces estadounidenses, mientras que unos
8,000 regresaron voluntariamente a México y 2,000 fueron
expulsados a Haití. Otros detenidos esperan conocer su destino.Roberson, un soldado haitiano de 42 años que llegó desde
Brasil, dijo que estaba harto de pagar dinero a “guías” y que
acababa de presentar una solicitud de asilo en México.”Nos han tratado muy mal durante todo el viaje y nos han
cobrado mucho para llegar aquí”, sostuvo, rodeado de cientos de
familias, algunas de las cuales durmieron en la calle debido a
la falta de espacios en albergues en Monterrey.Roberson, quien dijo que tenía esposa e hijos en Haití, se
negó a dar su nombre completo. Aseguró que quería conseguir un
trabajo en Monterrey, o en las ciudades fronterizas Tijuana o
Mexicali.Miles de haitianos más se están moviendo a través de
Centroamérica, y otros -unos 16,000- esperan embarcaciones hacia
la región del Darién, una peligrosa zona selvática que separa
Colombia de Panamá.Al subrayar los peligros que enfrentan, las autoridades
panameñas dijeron el viernes que habían encontrado los restos y
nueve cuerpos de presuntos migrantes que se ahogaron o murieron
por insolación en la región de Emberá-Wounaan, en Darién.Haití ha sido golpeado por desastres naturales, violencia de
pandillas y disturbios políticos crónicos que llegaron a un
punto crítico en julio con el asesinato de su presidente,
Jovenel Moïse.
(Reporte adicional de Elida Moreno en Ciudad de Panamá; Editado
por Dave Graham)

Fuente: La Nación

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