El grupo chileno Falabella dio otro paso decisivo en su salida del mercado argentino. A través de un comunicado, la firma informó que llegó a un acuerdo para traspasar el negocio de su tarjeta financiera CMR, que cuenta con más de 250.000 plásticos, al Banco Columbia.“CMR Falabella Argentina acordó la cesión de su cartera de tarjetas de crédito al Banco Columbia. Los clientes podrán continuar utilizando su tarjeta, ahora como clientes de Banco Columbia, de la misma manera que lo vienen haciendo actualmente. La marca CMR seguirá en las tarjetas en circulación mientras el banco lleve a cabo el proceso de reemplazo de plásticos”, expresó en el texto.Falabella. La cadena finalmente se despidió del país y hay un nuevo candidato para CMR“Los colaboradores continuarán trabajando en CMR Argentina en tanto se efectúa la transferencia de la cartera de tarjetas a los sistemas del comprador. Además, se les ofrecerá un plan de retiro diseñado especialmente para este proceso”, agregó el comunicado.Por su parte, en el grupo comprador destacaron que la operación representa un salto en su cartera de clientes. “Esta compra representa un hito para nuestra entidad, duplicando la cartera actual y sumando más de 250.000 tarjetas a la entidad. Los clientes CMR pasan a ser clientes Columbia, donde también contarán con todos los beneficios en productos y servicios que ofrecemos”, afirmó Gregorio Goity, vicepresidente del Banco Columbia.La venta de CMR se suma al cierre de todas las sucursales -que se fue concretando en forma paulatina en los últimos meses- y de la página web. De esta manera, el grupo chileno continuará operando localmente a través de Sodimac, que hoy mantiene siete locales abiertos más la venta online en su página web. Inicialmente, la intención de la empresa era encontrar un comprador para este negocio, aunque después de meses de negociación y ante la falta de una oferta considerada lo suficientemente atractiva, decidieron retirar de la venta a Sodimac Argentina y continuar operando sin cambios.Conocimiento localFalabella desembarcó en el país en 1993, con la apertura de una primera tienda en Mendoza y desde el interior se fue expandiendo hasta llegar a Buenos Aires. En más de 25 años, la empresa pudo superar con éxitos todos tipo de obstáculos, incluyendo la crisis de 2001. A nivel global, además tiene un CEO argentino, el ex McKinsey, Gastón Bottazzini.Sin embargo, la experiencia y el conocimiento del mercado no alcanzaron. Hace tiempo que su negocio local dejó de ser atractivo, con pocas ventas y resultados negativos, a lo que se sumó que con el cambio de gobierno se volvió cada vez más difícil de llevar adelante en el día a día.

Fuente: La Nación

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