CÓRDOBA. La Justicia de Ecuador condenó a 34 años y 8 meses de cárcel al hombre que hace 14 meses asesinó a la cordobesa Gabriela Pedraza. Tras haber criado a sus hijos, decidió forjarse una nueva vida: viajó y quería radicarse en aquel país; vivía en Ballenita, un balneario de la provincia de Santa Elena, donde también está Montañita, conocida playa del Pacífico en la que hace cuatro años fueron asesinadas otras dos argentinas: las mendocinas María José Coni y Marina Menegazzo.“Madoff argentino”: si no paga $450 millones, Enrique Blaksley seguirá en la cárcelPedraza tenía 50 años y cinco hijos mayores, quienes denunciaron su desaparición el 9 de marzo del 2020 porque hacía una semana habían perdido el contacto con ella. Un día después, la Policía Nacional de Ecuador ingresó en la casa que ella alquilaba, encontraron manchas de sangre y huellas de arrastre. En el patio, la tapa del pozo séptico parecía recién sellada; la levantaron y allí encontraron el cadáver.Tres meses después detuvieron a los responsables y la Justicia dictó la prisión preventiva de Leonardo Floriano Darwin como presunto autor material del crimen; ahora lo condenaron a 34 años y ocho meses de prisión.La mujer fue enterrada en la cámara séptica de la casa que alquilaba. (@GaloPerezD/)Los peritajes confirmaron que la cordobesa murió por un golpe en la cabeza que le provocó múltiples fracturas de cráneo, y que su cuerpo fue arrastrado dentro de la casa hasta la cisterna subterránea.Pese a los planteos de Pfizer, el oficialismo no modificará la ley de vacunas“Mi mamá conocía a esta gente; Darwin fue el último que la vio con vida. Él trabajaba en un local de comidas árabes y mi mamá hacía crepas en un carrito. De ahí se conocían; Ballenita es un pueblo y todos se conocen. Como ella hacía reiki, atendía a los dueños del restaurante y también a él. Probablemente ella se confió, él había hecho trabajos para la propietaria de donde alquilaba mi mamá”, contó oportunamente David Ludueña, hijo de Pedraza, a LA NACION.Hoy, ya con la condena sellada, David contó que la fiscal pidió la máxima pena, que es la que fue dictada: “Por ese lado, bien. Por el otro, tristes porque esto no nos devuelve a mi mamá. Ya no la tendremos más”.

Fuente: La Nación

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