GOIANIA, Brasil (AP) — Ecuador había tomado una ventaja de dos goles, que bien pudo ser más amplia, y acariciaba la clasificación. En un instante, un vendaval peruano la dejó sin más remedio que esperar un milagro.Y de paso, la Blanquirroja controla su destino en la última fecha de la fase de grupos.Perú remontó en un intervalo de apenas cinco minutos del segundo tiempo para empatar el miércoles 2-2 ante la selección ecuatoriana, que dilapidó una oportunidad inmejorable de avanzar a los cuartos de final en la Copa América.La Tri se puso en ventaja a los 23 minutos, con un gol de Renato Tapia en su propia puerta y amplió con un tanto de Ayrton Preciado en el descuento del primer tiempo. Perú equilibró con dianas de Gianluca Lapadula a los 49 y André Carrillo a los 54.“Nos acomodamos en el segundo tiempo, hay que felicitar a los muchachos por la reacción que tuvieron”, recalcó el técnico de Perú, Ricardo Gareca. “No es fácil tener una reacción como la tuvieron ante una selección como la de Ecuador”.El dominio arrollador que ejercieron los dirigidos por Gustavo Alfaro en la primera mitad hacía suponer que lograrían la victoria sin muchos problemas, con lo que habrían asegurado su clasificación y de paso la de Colombia, que más tarde certificó de todos modos su boleto pese a caer 2-1 ante el anfitrión Brasil.Los graves descuidos defensivos que han sido la pesadilla ecuatoriana en el certamen dejaron en cambio muy complicada la misión ecuatoriana.“Hay jugadas en que cometemos pequeños errores, hay una pérdida de balón… pero creo que estamos dando todo, estamos luchando cada partido, estamos recorriendo cada partido hasta el final y es una pena que un equipo con muy poco nos empate”, lamentó el zaguero Pervis Estupiñán. “Han sido pequeños desajustes, pero en esta Copa América se pagan caro”.Brasil está ya clasificado como líder inamovible del Grupo B con seis puntos. Colombia es segunda con cuatro, con mejor diferencia de goles que Perú, por lo que ha avanzado pese a descansar en la última fecha.Ecuador totaliza dos unidades, las mismas que la empeñosa Venezuela, que descansó en la jornada.El domingo, Ecuador buscará sobrevivir ante Brasil. Si cae, a los peruanos y a la Vinotinto les bastará un empate para seguir adelante.“Nosotros tenemos que jugarnos la última posibilidad de clasificar ante Venezuela”, comentó el argentino Gareca. “Sabemos que será un rival muy duro”.Consciente de que el triunfo le instalaba en la ronda siguiente, el equipo de Alfaro se mostró agresivo desde el comienzo, y encontró la ventaja tras un centro rasante de Estupiñán, que Tapia envió a su propio arco en un intento por anticiparse al remate de Alan Franco.Con desorden, Perú buscó el empate, lo que abrió la puerta a varios contraataques peligrosos. Pedro Gallese alcanzó a atajar un remate de cabeza de Robert Arboleda tras un saque de esquina a los 38 minutos. Miguel Trauco intervino para enviar a tiro de esquina un balón cuando Campana se disponía a darle rumbo de gol a los 44.Y un instante después, Campana perdió el balón cuando tenía todas las ventajas para marcar el segundo.Ese tanto ecuatoriano llegó al fin con un tiro libre de Damián Díaz. El volante nacido en Argentina envió hacia el área el balón, que cayó a los pies de Ayrton Preciado, para que lo empujara a las redes.Sin embargo, fue Perú el que comenzó el complemento como una tromba. Lapadula acercó con un zurdazo cruzado, tras una estupenda asistencia de Christian Cueva.En vez de concentrarse un poco más en labores defensivas tras recibir el primer tanto, varios ecuatorianos se lanzaron al frente en una jugada. Y los dirigidos por el argentino Gareca se encargaron de que la Tri pagara caro el atrevimiento.Peña puso en marcha el contragolpe, al recuperar el balón, dominarlo y darse la media vuelta para habilitar a Lapadula, quien avanzó la milla antes de prodigar un pase a André Carrillo.Con todas las ventajas, el extremo del Al Hilal de Arabia Saudí, consiguió un empate que era inimaginable minutos antes.En la primera fecha, Ecuador jugó bien ante Colombia, pero permitió una jugada de pizarrón que marcó la diferencia en el 1-0. El domingo, la Tri tuvo dos veces la ventaja pero Venezuela rescató el empate 2-2.Ecuador buscó afanosamente recuperar la ventaja. Pero jamás encontró la claridad del primer tiempo, y fue mostrando en cambio una desesperación creciente.“Tendríamos tranquilamente que tener siete puntos e ir a disputar con Brasil la chance del liderazgo del grupo”, deploró Alfaro. “Tenemos dos. Hoy estamos clasificados por diferencia de goles. La Copa ha sido buena en rendimientos, mala en resultados”.Gareca apostó a la contra y tuvo también opciones de llevarse el triunfo.

Fuente: La Nación

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NUEVA YORK (AP) — Francisco Lindor jonroneó y remolcó tres carreras, Michael Conforto reanimó la anémica ofensiva de Nueva York en su demorado regreso tras una lesión y los Mets derrotaron 7-3 el miércoles a los Bravos de Atlanta.Tylor Megill y Corey Oswalt ascendieron de las menores para aportar una buena labor a un plantel de Nueva York devastado por las lesiones. Los Mets se recuperaron de dos blanqueadas seguidas para dividir la serie de cuatro juegos.Jeff McNeil añadió tres hits, incluido un sencillo remolcador en el segundo inning. Lindor siguió con su noveno jonrón de la temporada ante Wright (0-1) para poner el 5-0.Oswalt (1-0) se alzó con la victoria. Edwin Díaz logró cinco outs para llevarse su 16to salvamento en 17 oportunidades.Por los Mets, el puertorriqueño Francisco Lindor de 4-2 con tres impulsadas y dos anotadas. El venezolano Luis Guillorme de 3-2 con dos anotadas.Por los Bravos, los venezolanos Ender Inciarte de 4-1 con dos impulsadas y una anotada; Ehire Adrianza de 2-1 con una producida y una anotada; William Contreras de 3-0; Pablo Sandoval de 1-0. El dominicano Abraham Almonte de 3-0.

Fuente: La Nación

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Tras sellar su clasificación a los cuartos de final de la Copa América, luego de la victoria ante Paraguay por 1-0, la selección argentina enfrentará a Bolivia el próximo lunes 28 de junio a las 21.00, en el Estadio Arena Pantanal en la ciudad de Cuiabá.Gol del siglo: el hito de Diego Maradona se celebró con emoción en las redes socialesEl partido, correspondiente a la última jornada de la Copa América 2021, será televisado por TyC Sports, DirecTV Sports y TV Pública.El argentino Lionel Messi, en el centro, se arrodilla durante un partido de fútbol de la Copa América contra Paraguay en el estadio Nacional de Brasilia, Brasil, el lunes 21 de junio de 2021 (AP / Ricardo Mazalan/)Ambas selecciones jugaron 15 encuentros en el certamen continental. El historial favorece a Argentina con 11 victorias, hubo dos empates y dos triunfos de los bolivianos.El entrenador Lionel Scaloni hará una rotación de jugadores con la intención de cuidar a aquellos futbolistas que tienen tarjetas amarillas o que arrastran signos de cansancio.Entre los titulares habituales que tienen una tarjeta, se encuentran Emiliano Martínez, Leandro Paredes, Giovani Lo Celso y Lautaro Martínez, y en caso de que vean otra amarilla deberán cumplir con una fecha de suspensión. Además, Lucas Martínez Quarta y Joaquín Correa también están al borde de perderse un partido, pero como no suelen formar parte de la alineación titular, podrían llegar a jugar contra los bolivianos.Partidos de hoy de la Copa América: Brasil-Colombia y Ecuador-PerúEntre los que arrastran algunas molestias, están Nicolás González, Exequiel Palacios y el propio Lo Celso. Por esta razón, el cuerpo técnico deberá evaluar la evolución de estos jugadores para saber si puede contar con ellos o les ofrecerá descanso.Pero el gran interrogante contra Bolivia es qué ocurrirá con Lionel Messi, quien estuvo en cancha contra Paraguay y jugó todos los minutos en esta edición de la Copa América. En caso de descansar, el astro argentino llegará al cruce de cuartos de final con 12 días de inactivad.

Fuente: La Nación

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Noel William Cooper fue el medio-scrum del seleccionado argentino que el 16 de agosto de 1936 se enfrentó con el Combinado Británico que desde 1924 es conocido como “Lions”. El partido se desarrolló en la sección Maldonado de Gimnasia y Esgrima, con una asistencia récord para un encuentro internacional en el país: 15.000 personas. Los visitantes ganaron por 23-0. Cooper, que nació en Quilmes en la Nochebuena de 1914, jugó ese mismo año dos test-matches más, ambos ante Chile, en Valparaíso. En 1938 fue capitán de la primera de su club, entonces Buenos Aires Football Club, hoy Buenos Aires Cricket & Rugby Club (”Biei”). En 1940 se enroló como voluntario para la Segunda Guerra Mundial. La noche del 4 de marzo de 1943, ya siendo teniente de la Royal Navy, la armada británica desapareció en el mar mientras reconocía en kayak una playa cercana al puerto de Sciacca, en Sicilia. Literalmente, el agua se lo tragó cuando él aún no había cumplido 29 años.Cooper fue uno de los casi 600 jugadores de rugby que formaron parte del contingente de alrededor de 4000 voluntarios que partieron de la Argentina para combatir contra el nazismo. En ese grupo de hombres y mujeres, en el cual también había representantes de otros deportes, como el atletismo y el remo, muchos ni siquiera eran descendientes directos de británicos. Los unían principios democráticos, pero también una cuestión de honor, de solidaridad con amigos o familiares que habían decidido ir a luchar. Cooper se embarcó en el Highland Patriot, que arribó al puerto de Liverpool en julio de 1940. Allí se unió a la Royal Navy.Noel William Cooper fue el medio-scrum argentino en el partido que el Combinado Británico, ya conocido como “Lions”, ganó por 23-0 en GEBA en 1936; a los pocos años el back de Buenos Aires Football Club se incorporaría a las fuerzas de Reino Unido para combatir, y moriría en Italia.Aquella gira de los Lions de 1936 tuvo a otros cuatro jugadores que luego cayeron en combate. Alex Obolensky, conocido como “El Príncipe Volador”, príncipe ruso exiliado en Oxford, crack de la época y autor de dos tries excepcionales a los All Blacks, murió piloteando un avión en Norfolk en 1940; Paul Cooke falleció ese mismo año en Dunkerque; Peter Jobbs, en Libia en 1942, y John Moll, que era capitán del ejército, también en 1942, en un accidente.Reginald Cooper, el padre de Noel William, también jugó por el seleccionado argentino como medio-scrum ante el Combinado Británico. Lo hizo en la serie de 1927, también en GEBA, con triunfos de los visitantes por 34-3 y 43-0. Noel William estudió en el colegio San Jorge, de Quilmes, y en 1930 cursó en la King’s School Canterbury, de Inglaterra. Su vuelta a la Argentina transcurría entre su trabajo y el rugby, hasta que él decidió enrolarse.Cooper se sumó a la Royal Navy, la armada británica; otros rugbiers se adhirieron a la Fuerza Aérea.Ya en la guerra, Cooper participó en decenas de acciones de altísimo riesgo con un coraje que José Maffeo desmenuza con precisión en su libro Proa a la victoria, en el que detalla las vidas de los voluntarios argentinos que prestaron servicio en la marina británica durante la Segunda Guerra Mundial. “Por ejemplo, por su desempeño en la Operación Torch, London Gazette destacó a Cooper por su valor y habilidad en las riesgosas operaciones de desembarco en el norte de África”, cuenta Maffeo, abogado de 44 años de Chascomús, que gracias a un libro que encontró en una librería inició una investigación de años, en la que contó con el impulso de Claudio Meunier, investigador de los voluntarios en combate, pero en la Fuerza Aérea. En su último libro, Volaron para vivir, éste rescata las historias de varios rugbiers argentinos.Proa a la victoria, el libro que rescata las historias de voluntarios argentinos en la marina británica durante la última guerra mundial.En abril pasado, el diario La Vanguardia retrató la vida de Michel Reynard, estrella del rugby en Cataluña, soldado en la Primera Guerra Mundial y héroe en la Segunda al resistir las torturas a las que lo sometió el nazismo. Republicano, ingeniero, atleta, defensor acérrimo del amateurismo, Reynard es recordado mediante una calle que lleva su nombre en Barcelona. En la Argentina, la historia de los voluntarios en la Segunda Guerra Mundial está poco difundida. No existen, salvo en algunos clubes, registros de memoria de aquellos rugbiers. Hay, sin dudas, un homenaje que está esperando.

Fuente: La Nación

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El estreno de Rápidos y furiosos 9 (y la noticia de al menos dos películas más en camino), confirma una vez más la solidez de esta saga cinematográfica. Por ese motivo, repasamos los motivos por los que el público parece siempre dispuesto a una aventura más junto al incombustible Dominic Toretto (Vin Diesel).Un éxito inesperadoEn 1998, Rob Cohen leyó un artículo titulado “Racer X”, que desnudaba el mundo de las picadas callejeras en Nueva York, un negocio que movía millones, que tenía sus propias reglas y hasta sus conductores estrella. Al director lo tentó la posibilidad de plasmar esa subcultura en la pantalla grande, y para eso llamó al guionista Neal H. Moritz. Cohen tenía en mente un film licuadora en el que se combinaran propuestas muy disímiles, como los films Rebelde sin causa, y Mad Max, junto a videojuegos como The Need for Speed y Grand Theft Auto. En su visión, los autos eran el marco de un relato de amistad entre dos hombres que compartían un mismo código moral, pero que se encontraban en veredas opuestas de la ley.El primer nombre confirmado para el proyecto fue el de Paul Walker, un joven actor fanático de Donnie Brasco, al que entusiasmaba mucho la posibilidad de interpretar a un agente de policía encubierto. Para el personaje de Toretto, Cohen quería a Timothy Olyphant, pero él se negó debido a que había trabajado en 60 segundos, otra película de autos estrenada poco tiempo antes. Luego de buscar alternativas, el director convocó a Vin Diesel, un intérprete muy poco conocido, que antes de confirmar su participación, solicitó algunas modificaciones en el guion para darle más espesor a su personaje. Sin saberlo, Diesel ayudó a definir al héroe destinado a convertirse en el gran hito de su carrera.La primera Rápido y furioso era un largometraje de carreras, con algunos toques policiales, y una historia de amistad entre Brian O´Conner (Walker) y Toretto como base del relato. Las influencias eran evidentes, y en muchos aspectos, parecía una versión edulcorada de Punto límite, con hombres que se miden por el grosor de sus bíceps, y el sonido de los motores como música incidental. Pero entre tanto lugar común, aparecían tímidamente algunos rasgos distintivos que mostraban la personalidad del film, como el sentido vínculo fraternal entre los protagonistas, el personaje de Michelle Rodríguez como una heroína que podía jugar de igual a igual en un mundo marcadamente masculino, y ante todo, las posibilidades que brindaban los autos como ejes de un visceral ballet automovilístico (tomando algo de la idea con la que Martin Scorsese conceptualizaba los combates de Toro salvaje).Resulta complejo explicarle a quienes no vivieron el lanzamiento de Rápido y furioso en el 2001, el fenómeno en el que se convirtió ese título. Hollywood comenzaba un período en el que las franquicias eran una apuesta segura (ese año se estrenaron las primeras partes de El señor de los anillos y Harry Potter), y el cine de animación demostraba su efectividad en taquilla, con Monsters Inc. y Shrek a la cabeza. Y aunque no se esperaba demasiado de esta película, su recaudación fue contundente, con una ganancia de 207 millones de dólares, sobre una inversión de 38 millones.Ante un éxito de ese calibre, Universal estrenó en 2003 y 2006 dos secuelas, que si bien funcionaron en taquilla, no lograron repetir el fenómeno de la primera. Vin Diesel no protagonizó ninguna, y Walker solo estuvo en la segunda. Ambos relatos ponían el acento en los autos, y mientras Rápido y furioso 2 arriesgaba una trama policial, la tercera entregaba una nueva historia con un protagonista debutante. Pero se notaba demasiado la falta de Toretto, pieza principal del engranaje. Ante ese panorama, Universal había resuelto convertir la franquicia en una serie de películas de bajo presupuesto, destinadas al mercado de hogareño del DVD. Pero el guionista de la tercera parte, Chris Morgan, torció el destino de los planes, y convenció a los inversores de apostar fuerte por esa saga, para devolverle los días de gloria que había tenido en el pasado. Y para eso, sí o sí había que recuperar a Toretto.Una franquicia millonariaLos fans de la primera, miraban con tibieza Rápido y Furioso 3, hasta que en el final (en un recurso que anticipó las famosas escenas post créditos, tan habituales en la actualidad) reaparecía Toretto. En ese instante, el público vitoreaba el regreso del personaje. Chris Morgan confiaba en las posibilidades de reunir al elenco original, y escribió el guion de una cuarta parte que llegó a los cines en 2009. La película retomó la historia troncal de la saga, con Toretto y Brian como protagonistas, y con un libreto que profundizó en el vínculo entre dos hombres que compartían un código ético, a pesar de estar en bandos opuestos. Por otra parte, la dirección de Justin Lin proponía una puesta en escena mucho más audaz que la vista en las entregas anteriores, con una cámara que entraba y salía de los motores y las cabinas de conducción, para retratar la adrenalina de conducir esos imponentes autos a más de doscientos kilómetros por hora.El éxito de Rápidos y furiosos 4, le significó al guionista Chris Morgan convertirse en el coordinador de la franquicia, la mente maestra que se encontraba detrás de ese mundo fierrero que, de golpe, comenzaba expandirse. El cuarteto central exigía aventuras más grandes, más imponentes, y una fórmula que la alejaría de las carreras urbanas, para apostar por escenas de acción mucho más ambiciosas, con tramas dignas de Misión imposible. En tiempos de superhéroes, Justin Lin y Chris Morgan sabían que sus conductores tenían que parecerse un poco más a Hulk, y menos a Niki Lauda.En constante evoluciónSi un espectador desprevenido, luego de ver la primera entrega de Rápido y furioso, saltara directamente hasta la 8, la confusión sería brutal. El cuarteto principal dio paso a una infinidad de secundarios de peso propio, así como también a nuevas figuras centrales cuya popularidad va casi a la par que la de Toretto. La familia Rápido y furioso creció no solo en cantidad de héroes y villanos, sino también en el calibre de sus aventuras, que suelen recorrer todo el mundo, desde Rusia hasta Nueva York, pasando por Cuba, Alemania y Brasil. Otra carta que utilizó la saga, fue incorporar nombres habituales (y no tanto) del cine de acción, como por ejemplo Jason Statham y Dwayne Johnson, así como también Charlize Theron y Helen Mirren.En el transcurso de las historias, algunos villanos se convierten en aliados, y como si fuera un universo Marvel en clave fierrero, los cameos se amontonan conformando una continuidad a la que cada vez cuesta más seguirle las referencias. A lo largo de nueve películas, un spin off protagonizado por Shaw (Statham) y Hobbs (Johnson), dos cortometrajes y hasta una serie de animación, Rápido y furioso se convirtió en una verdadera mina de oro, que ya tiene confirmado dos largometrajes en camino, y varios spin off. Y en ese camino que la convirtió en un suceso imparable, la saga aprendió a evolucionar de manera constante.A partir de Rápidos y furiosos 5, las peleas y persecuciones de autos gozaban de una espectacularidad que destruían por completo los límites del verosímil. De golpe, los vehículos eran capaces de proezas imposibles, y a partir de ese momento, cualquier auto podía literalmente volar por los aires, o medir fuerzas contra aviones o submarinos. Mientras más conscientes de su rasgo artificial eran las persecuciones, y mientras más cancheras fueran las líneas de diálogo de sus protagonistas, mejor respondía el motor de esta máquina. Sin embargo, hubo una prueba que una vez más, puso a la saga contra las cuerdas.El 30 de noviembre de 2013, cuando la séptima parte aún estaba en producción, Paul Walker murió en un accidente de autos. Esa pérdida no solo modificó de manera inesperada la evolución de la ficción, sino que demostró que la dinámica de Rápido y furioso iba mucho más allá de la pantalla. Para todo el elenco, pero especialmente para Vin Diesel, que compartía con su compañero una amistad igual de profunda que la de sus personajes, la muerte de Walker fue un golpe terrible. La única solución posible fue entonces combinar ficción y realidad.Más allá de las peleas, la acción y las persecuciones, hay una idea rectora que Toretto repite como un mantra: “Primero, la familia”. El personaje asegura no tener amigos, sino familiares, y cuidarlos es su único objetivo. Por ese motivo, capitalizar esa muerte y trasladarla a la ficción, no solo chocaba con la naturaleza de la familia Rápido y furioso, sino que también hubiera sido de pésimo gusto. En el final de la séptima parte, Toretto y Brian toman caminos distintos, en una imagen que conmueve por su correlación con aquello que realmente pasó. Fue una opción elegante, la de mostrar que los amigos se separan pero que, a pesar de esa distancia, ese vínculo compartido siempre estará presente, dentro y afuera de la pantalla. Y en postales como esa, se encuentra ese amor tan único que genera esta propuesta.De las franquicias más taquilleras del Hollywood actual, Rápido y furioso es la única que no es animada, ni está basada en un cómic o libro. De hecho, también es la única que no está apuntada principalmente al público infantil y juvenil. Y alcanza una mirada algo desprejuiciada hacia el cine de acción, para ver que detrás de tantas carreras y peleas imponentes, su corazón está puesto en la lealtad que comparte un grupo de personajes, que se entienden como miembros de una familia. De esa forma, la saga Rápido y furioso logró que el público se vincule de manera genuina con este clan liderado por Toretto, y a través de esa conexión, esta franquicia demuestra tener nafta para rato.

Fuente: La Nación

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“Es un excelente compañero de viaje; todo le interesa; está dispuesto a hacer lo que uno quiera; evita que uno gaste; es muy inteligente” escribía Adolfo Bioy Casares en su diario, un día de 1951, sobre Juan Rodolfo Wilcock, que los acompañaba a él y a Silvina Ocampo en una de las tantas peripecias europeas de la pareja. La entrada figura en Wilcock, libro que reúne las notas de Bioy sobre su amigo, que por entonces era un poeta neorromántico argentino, pero pronto se transformaría en inaudito narrador italiano.Pero, ¿sería esa compañía así de pacífica? Wilcock fue un carácter que me resultó escurridizo desde que lo escuché nombrar por primera vez. En el subsuelo de mi colegio había un quiosco de Eudeba. Lo atendía un poeta menor que entre tantas cosas se vanagloriaba de haberle recomendado a Héctor Bianciotti irse de la Argentina. “Se fue en el mismo barco que Wilcock”, repetía sin otra explicación. Pronto, intrigado, un poco a ciegas, conseguí La sinagoga de los iconoclastas, lo único que circulaba de él. A partir de entonces, Wilcock fue, además de escritor, enigma.Varios años más tarde me tocó entrevistar al novelista Bianciotti –que ya era parte de la Académie Française– y se me ocurrió volver sobre aquella versión. No recordaba al supuesto consejero, pero sí a Wilcock, la persona que lo había convencido de que se subiera con lo puesto al barco que los llevaría para siempre a Europa. Fue, en efecto, un impecable compañero de viaje. El problema vino después, cuando, según insistía  Bianciotti con espanto, el otro se volatilizó con un pase de magia, dejándolo a él sin una lira en un tugurio del sórdido Trastevere. Años después, ya en París y trabajando como editor, tuvo que sondearlo por carta para contratar uno de sus libros. Wilcock se hizo el distraído, como si no recordara.Si hubiera que deducir de sus relatos italianos una personalidad, bien podría ser la del inquieto imperturbable. Nadie como él se atrevió a tantos inventores díscolos y formidables criaturas esperpénticas (en El libro de los monstruos, la última es el propio hombre). “Tenía un aspecto sumiso y una vocecita muy suave, pero capaz de decir las cosas más terribles”, aporta Bioy en una entrevista de 1977, un año antes de que Wilcock falleciera, con un libro sobre infartos sobre el pecho, en su casita del campo italiano.Wilcock –que sale en gran medida de los diarios de Bioy, como el Borges o Descanso de caminantes– es en todo caso el primer acercamiento directo a esa contradictoria cruza de erudición, fragilidad, sensibilidad y maledicencia argentinas que corrían riesgos de perderse para siempre. Alguna de las entradas ya figuraba en aquellos volúmenes previos de Bioy, pero este suma de manera fundamental cartas inéditas. Son las que mejor dejan vislumbrar la inteligencia caprichosa, sin concesiones de Wilcock y esos bruscos cambios de humor que Bianciotti nunca llegó a descifrar. Por las cartas sabemos que fue “Johnny” el que le contagió a Bioy el gusto por la Cuarta Sinfonía de Brahms, pero también el que le acercó La conciencia de Zeno (la novela que más tarde ABC eligiría como su preferida). Se pueden leer además de primera mano sus disparatados intentos de que le otorguen a Borges un premio en Italia (fracasa, claro). Bioy no duda en definir alguna de esas cartas como obra maestra, “graciosa y veloz, como escrita sin respiro”. Tiene razón. No por eso deja de anotar en detalle, cuando se encuentran en Italia, las incontables strong opinions orales de su amigo, dignas de competir con las más conocidas de Vladimir Nabokov. Citemos una sobre su papel en la literatura italiana: “Aquí están los famosos, que ganan los premios; no se los respeta y se les da con todo en las críticas; y están los respetados como yo: no ganamos ningún premio, pero nadie nos ataca y nuestras opiniones tienen importancia”. Wilcock se jactaba con sarcasmo de haber conseguido sortear la fama, la “vida horrible” del escritor famoso, siempre acosado por los periodistas. En ese punto, siempre semisecreto, sigue teniendo más éxito que Nabokov. Celebremos la elegancia de ese detalle póstumo.

Fuente: La Nación

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Tras la festejada performance de Flor Vigna y Facu Mazzei, llegaron a la pista de ShowMatch Rocío Marengo y Nacho Pérez Cortés para mostrar su destreza en el cuarto ritmo de “La Academia”, la música disco.Luego de ver la propuesta de la pareja, que bailó al ritmo de “Gimme! Gimme! Gimme!” y “Voulez vous”, de ABBA, llegó el momento de escuchar las devoluciones del jurado. El primero en dar su opinión, como todas las noches, fue Angel De Brito (8). “Rocío está más linda que nunca. Me encantó. Me gusta mucho la Marengo de este año y las parejas que ensayan. Apostaron a una coreografía más clásica, pero tuvo estilo y trucos, se movieron por toda la pista… Cuidado, Rocío, con no perder la energía”, expresó el conductor de Los ángeles de la mañana.Alec Baldwin contó que está luchando “seriamente” contra un trastorno obsesivo compulsivo“La coreografía me encantó, no tuvieron respiro. Los pasos básicos estuvieron todos y Rocío está bailando cada vez mejor. Si vemos los tapes de años anteriores, parece otra persona. Me encanta. El compañero es excelente. Sigan creciendo”, agregó Pampita Ardohain (8).Jimena Barón (7) coincidió con sus compañeros: “Rocío está bárbara. Baila hermoso, está estilizada, tiene una linda postura. Por ahí me falta conexión entre los dos. Jueguen un poquito más. Al final decayó un poquito la energía, pero me gusta mucho. Son muy lindos”.La Academia: luego de un desubicado insulto al jurado, Charlotte Caniggia abandonó el certamenEl dueño del voto secreto, Hernán Piquín, siguió con los elogios: “Me gustaron las líneas y los trucos. Fueron muy a ritmo. Lo único, el tema de la cabeza: lo tiene que mirar al bailarín cuando gira para no perderse”.

Fuente: La Nación

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LA NACION CONTENT LAB PARA PIONEER

PIONEER
Maíces hiperprecoces. Cómo son los nuevos híbridos de la campaña 21/22

Los dos nuevos materiales de Pioneer tienen los ciclos más cortos del mercado y abren más oportunidades de negocios para los productores.

Cuando en la campaña 1999/00 Pioneer introdujo los híbridos de maíz hiperprecoces en la Argentina, los productores empezaron a contar con una alternativa versátil en cuanto a fecha de siembra y una nueva herramienta para diversificar el riesgo. Más de quince años después, es posible afirmar que estos materiales llegaron para quedarse.

Una nueva generación
Para la campaña 2021/22, Pioneer acaba de anunciar el lanzamiento de la nueva generación de maíces hiperprecoces. Se trata de los nuevos híbridos P0622 (MR 106) y P9946 (MR 99), los únicos del mercado en este ciclo con tecnología Leptra (Máxima protección contra lepidópteros y tolerancia a glifosato y glufosinato de amonio). Estos materiales demostraron gran estabilidad en ambientes restrictivos y una muy alta potencialidad en ambientes de alto rendimiento, acortando la diferencia con los híbridos de ciclo más largo, lo cual genera una gran expectativa para varias regiones del país.

Recomendaciones
Una de las novedades es el P0622 con tecnología Leptra y madurez relativa 106. Se trata de una gran opción para los planteos de maíz primicia. Su siembra temprana va a permitir liberar antes el lote y capturar los mejores precios que normalmente hay antes de la gran cosecha. Este híbrido también se recomienda para siembras tardías o de segunda, inclusive sobre cultivos de arveja, colza, cebada o de trigo. Presenta cierta prolificidad en planteos de baja densidad, una muy buena profundidad de grano y número de hileras. Tiene estabilidad en diferentes ambientes, en especial en aquellos con suelos someros o poca profundidad.

En cuanto al P9946, también con tecnología Leptra y con 99 de madurez relativa, está recomendado para planteos tardíos o de segunda, cuando por la fecha de siembra se precisa ir a un material más corto en su ciclo. Una de las ventajas es que la estación de crecimiento del cultivo se desarrolla en el período libre de heladas. Al igual que el P0622, tiene muy buena tolerancia el estrés, tanto en suelos someros como en planteos de bajas densidades y en suelos más arenosos.

“La potencialidad de rendimiento que podemos explorar en ambientes de alta y con buen manejo de densidad permite achicar la brecha de rendimiento que tenemos entre estos híbridos de ciclo muy corto con aquellos de ciclo más largos. Hemos logrado capturar rendimientos muy altos casi a la par de los ciclos completos. Un maíz sembrado hacia finales de octubre o principios de noviembre va a estar próximo a la cosecha para la primera semana de abril”.
ESTEBAN NOVELLO, EQUIPO AGRONOMÍA PIONEER.

Ventajas

La alternativa de sembrar los maíces hiperprecoces de Pioneer ofrece varias ventajas para los productores.

Al tener un ciclo de desarrollo corto y cosecharse en mucho menos tiempo, se diversifica el riesgo productivo y climático, ya que al manejar la fecha de siembra es posible escapar de las épocas de estrés hídrico, golpes de calor y heladas.

A su vez, la cosecha anticipada permite capturar el mejor valor por tonelada de maíz primicia.  

“Intensificando la rotación con una gramínea, mejora el balance de carbono del sistema productivo y podemos lograr resultados excelentes sembrando maíces con trigo, cebada y arveja como antecesores, entre otros”.Joaquín Gutiérrez, Gerente de Producto Pioneer.

para

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Fuente: La Nación

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La aventura científica más exaltante y prometedora de los próximos años no será la carrera espacial, la exploración de los fondos abisales de los océanos o la conquista de nuevos horizontes tecnológicos. El nuevo desafío, crucial para el futuro de la salud humana, consistirá en explorar las vastas perspectivas de bienestar que propone la microbiota intestinal, un ecosistema más voluminoso y tan complejo como el cerebro.Ese universo casi desconocido alojado en los intestinos, que antes se conocía vulgarmente como flora intestinal, no solo regula la digestión, sino que tiene una participación primordial en la actividad de procesos vitales como el metabolismo, la respuesta inmunitaria, la regulación del sistema antiinflamatorio, las enfermedades cardiovasculares y la mayoría de las alergias. Los estudios realizados en los últimos 10 años entusiasman a los investigadores que buscaban alternativas para combatir enfermedades tan disimiles como la obesidad, las diabetes de tipo 2, ciertas formas de cáncer, la enfermedad de Crohn, la mayoría de las patologías neurodegenerativas, como el Alzheimer, el Parkinson, la arterioesclerosis y la senilidad precoz, e incluso la depresión y algunas afecciones psiquiátricas.“Aunque acompaña al hombre desde su aparición sobre la Tierra, hace 2,5 millones de años, la macrobiota recién comenzó a suscitar el interés de los científicos hace apenas medio siglo. Pero sus verdaderas perspectivas aparecieron en 2005, después de que la secuenciación del ADN abrió perspectivas inesperadas a los investigadores”, reconoce Stanislav Dusko Ehrlich, del King’s College de Londres. “Hace tiempo que no había surgido un tema científico tan prometedor para el diagnóstico y las terapias. Numerosos microbiólogos observan con recelo los medicamentos químicos –considerados extremadamente agresivos para el organismo– y prefieren organizar tratamientos en torno de regímenes alimentarios, de la farmacopea tradicional y de algunas terapias no convencionales que hacen fruncir la nariz a mucha gente”, precisa.“Las bacterias intestinales serán los medicamentos del futuro”, pronostica Pierre Belichard, director de Enterome, una startup francesa que desarrolla fármacos derivados de la microbiota intestinal.Los gastroenterólogos admiten que no es fácil avanzar a través de un ecosistema extremadamente complejo que contiene 100 billones de bacterias y microorganismos divididos en 1500 especies mayores. Esa biomasa es casi inconmensurable: “Calculamos que por cada gen humano existen otros 100 surgidos del metagenoma intestinal”, según Rob Knight, investigador en la Universidad de San Diego (California). Algunos de sus colegas sostienen incluso que “el número de bacterias y microorganismos de la microbiota es mayor que la cantidad de estrellas que existen en el universo”. Eso significa que, biológicamente hablando, “somos verdaderas quimeras mitad-humanas y mitad-microbianas, es decir Homo microbis o –expresado en términos más científicos– holobiontes, expresión que deriva del griego holos (”todo”) y bio (“ser vivo” o “vida”), introducida en 2010 por la microbióloga norteamericana Lynn Margulis.Es lo mismo que postula el paleoantropólogo Pascal Picq cuando invita a dejar de imaginar el cuerpo humano como un ente unitario y a considerarlo como “un ecosistema”.Tan compleja es esa biomasa que algunos científicos piensan que cada ser humano tiene una microbiota única que lo identifica, al igual que las huellas digitales. Incluso la flora de los gemelos homocigotas diverge progresivamente después del nacimiento.Alojada en nuestro intestino, que le ofrece condiciones ideales de vida (temperatura, humedad, alimentación), la microbiota protege al organismo contra las infecciones, ayuda a reforzar el sistema inmunitario y produce una serie de moléculas básicas a la existencia. Además, existen otras microbiotas propias de la boca –colonizada en permanencia por un millar de especies bacterianas–, el sistema urinario, la vagina y la piel, que recién empiezan a ser exploradas. Estudios recientes permitieron localizar otro sistema en los pulmones, órganos que siempre se consideraron completamente estériles. El descubrimiento provocó un cambio de paradigma, como reconoce el microbiólogo Jacques Schrenzel, del Hospital Universitario de Ginebra: “Toda traza de bacterias, hongos o virus en esos órganos era tradicionalmente interpretada como patológica. Pero ahora terminaron los debates sobre ese punto”. La característica de esa biomasa es que se renueva en permanencia a través de la respiración. “El flujo incesante es un signo de salud respiratoria”, aclara.Todos esos ecosistemas están conectados, directa o indirectamente, a través de los sistemas sanguíneo o linfático, y a través del nervio vago. Algunas bacterias intestinales secretan moléculas y metabolitos que pasan a la sangre y pueden provocar inflamaciones pulmonares o incluso infiltrarse en la masa cerebral. Los científicos han comenzado a explorar la pista de las principales células gliales, como los axones y los astrocitos, convencidos de que forman una microbiota particular.El “descubrimiento” de esos universos ignorados –sobre todo de la microbiota intestinal– surgió como una respuesta providencial para enfrentar las profundas transformaciones que había comenzado a sufrir el organismo humano en la segunda mitad del siglo XX, debido al consumo intensivo de junk food, así como el impacto de los conservadores y otros aditivos que se emplean en los alimentos procesados. “Cuatro de cada 10 personas presentan graves disfuncionamientos de la microbiota, en su mayoría provocados por una alimentación desequilibrada y los antibióticos”, explica Mathias Chamaillard, director de investigaciones en el Instituto Pasteur de Lille (Francia).En el caso específico de ciertas terapias contra el cáncer, los antibióticos aumentan la porosidad de las paredes intestinales y dejan escapar al sistema sanguíneo las bacterias que activan el sistema inmunitario. El equipo de Thomas Gajewski y Jason Luke, de la Universidad de Chicago, comenzó a repensar la utilización de antibióticos para los pacientes que deben someterse a una quimioterapia o una inmunoterapia, y desarrolló un ensayo con probióticos, organismos vivos que permanecen activos en el intestino y equilibran la microbiota. Gajewski y Luke trabajan con lactobacilos, bacterias similares a las que se usan en la fabricación de yogures. Los primeros resultados alentaron a crear ciertos probióticos que se pueden comercializar –bajo receta– en forma de cápsulas.Centenares de experiencias con pacientes y miles de ensayos de laboratorio con ratas confirmaron las expectativas que ofrecen los trasplantes de microbiota fecal (TMF). En 2020 se publicaron 8141 estudios sobre ese tratamiento, que comenzó en 2011, y poco después se crearon bancos de excrementos en Holanda, Bélgica, Francia y Estados Unidos. Desde entonces, la mayoría de los servicios de gastroenterología utiliza esa terapia –que se realiza mediante sonda anal o nasal– para mitigar ciertas enfermedades crónicas como crisis recurrentes de náuseas, diarreas hemorrágicas y fuertes dolores de vientre, explica el gastroenterólogo australiano Thomas Borody, que reivindica 16.000 TMF. Harry Sokol, una eminencia que ejerce en el Hospital Saint-Antoine de París, no descarta la posibilidad de reemplazar esos tratamientos invasivos por píldoras. Por el momento, las autoridades reguladoras de la salud en Europa y Estados Unidos no prohibieron los TMF y solo los consideran tratamientos experimentales. “Como ocurre siempre en medicina –se entusiasma–, todo es cuestión de tiempo. El futuro está al alcance de la mano”.Especialista en inteligencia económica y periodista

Fuente: La Nación

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Rápidos y furiosos 9 (F9, Estados Unidos/2021). Dirección: Justin Lin. Guion: Daniel Casey y Justin Lin. Fotografía: Stephen F. Windon. Música: Brian Tyler. Edición: Greg D’Auria, Dylan Highsmith y Kelly Matsumoto. Elenco: Vin Diesel, Michelle Rodriguez, Jordana Brewster, Tyrese Gibson, Ludacris, Nathalie Emmanuel, Charlize Theron y John Cena. Distribuidora: UIP (Universal). Duración: 145 minutos. Calificación: Apta para mayores de 13 años. Nuestra opinión: Buena.Rápidos y furiosos 9 es la propuesta ideal para que los amantes de los tanques más impactantes, vertiginosos y adrenalínicos vuelvan a las salas. No porque sea una película notable (ni siquiera se ubica entre las mejores de la franquicia), sino porque tiene ese delirio y esa espectacularidad que solo se puede experimentar con la pantalla más grande y el mejor sistema de sonido posibles. No hay dispositivo hogareño, por más avanzado que sea, que pueda equiparar la experiencia inmersiva y envolvente de las escenas de acción protagonizadas por Vin Diesel y compañía. Si la novena película de la saga es una buena excusa para regresar a los cines, también marca otra vuelta, en este caso detrás de cámara, de Justin Lin, director de la tercera, la cuarta, la quinta (para muchos la mejor de todas) y la sexta entregas. Tras un paréntesis de ocho años (en el medio filmó desde Star Trek: Sin límites hasta un par de episodios de la serie True Detective), el realizador y aquí también coguionista de origen taiwanés recupera parte del desenfado y la simpatía de los mejores exponentes de la longeva y taquillera franquicia. Más allá de las set-pieces (cada vez más hilarantes en su constante desafío de las leyes de la física), Rápidos y furiosos siempre tuvo como base la reivindicación de la familia (la de sangre y la que se construye a fuerza de lealtad y sentido de pertenencia). En ese sentido, el prólogo nos remonta a 1989 y narra la muerte del padre de Dominic Toretto en plena carrera de autos con su hijo por entonces adolescente como testigo en los boxes desde su lugar de mecánico. Y, para que todo siga dentro del núcleo familiar, el nuevo villano no será otro que Jakob (John Cena), hermano de Dominic y de Mia (Jordana Brewster). Cuando ya en la actualidad Toretto, su pequeño hijo y su esposa Letty (Michelle Rodriguez) parecen haber encontrado algo de paz y armonía en una granja, reaparecen sus laderos Roman (Tyrese Gibson), Tej (Chris “Ludacris” Bridges) y Ramsey (Nathalie Emmanuel) para que retomen la acción; así como la manipuladora Cipher (Charlize Theron), el apuntado Jakob con un ejército de mercenarios y -en poco más que cameos- el Mr. Nobody de Kurt Russell y la Queenie de Helen Mirren. Así, Rápidos y furiosos 9 se convierte en un viaje por casi todo el planeta más cercano al espíritu de otras sagas como las de Misión: Imposible y James Bond. Es que con los músculos y los autos a toda velocidad ya no alcanzan para una franquicia que quedó presa de la exigencia de ser con cada nueva entrega más gigantesca, más larga, más ruidosa y más espectacular que las anteriores.

Fuente: La Nación

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