Las terrazas son como una joya . Están los que la tienen en una cajita y se las olvidan, los que la sacan para ocasiones espaciales, y los que le actualizan en el engarce para llevarlas puestas a diario. Si hay algo que nos demostraron estos meses, es que el momento de invertir en los metros descubiertos (con más o menos plata, ingenio, dedicación o todo lo anterior) es ahora.Cañas, macetas y parrillitaLa remodelación de este espacio estuvo a cargo del Estudio DWG; Ana, la dueña de casa, armó el jardín casi sin recurrir al vivero, con gajos de plantas que ya tenía o los que va encontrando por la calle.Sobre el piso de tejuelas de cemento (Bará Cemento), mesa y sillas plegables restaurados por los dueños y taburetes regulables (Estación Ortiz). (Daniel Karp/)La zona de estar al aire libre se delimitó con piso de cemento alisado antideslizante y se equipó con una grada escalonada en el mismo material. Juego de mesa baja y banco de hierro (Grupo DWG). (Daniel Karp/)Alineado con la salida desde el living, se armó un estar al aire libre. El piso de cemento, del ancho exacto del ventanal, hace un efecto de “cinta” que integra ambos sectores y desemboca en una grada sobre la pared del fondo, que asiento y deja lugar a varias macetas (el noventa por ciento, las clásicas de terracota).En el centro, el muro el muro sin ventanas al interior se aprovechó para ubicar una mesada de trabajo que también aloja la parrilla. Debajo, el lavarropas y los artículos de jardinería quedan ocultos tras puertas de hierro a medida.La mesada de cemento alisado (Grupo DWG) tiene a un lado la parrilla y, al otro, una bacha. Dependiendo de la hora y la ocasión, el sector central se usa como apoyo de cocina o mesa de jardinería, (Daniel Karp/)Coqueta en medio de Barrio NorteEsta es la terraza de los arquitectos Javier Figueroa y Horacio Méndez, dedicados desde hace más de veinte años a la compra, reciclado y venta de inmuebles, además de ser los creadores de los encantadores hoteles Legado Mítico en Salta y en Palermo Soho.La ventana cónica vista desde el escritorio y desde afuera. La escalera conduce a la terraza. (Daniel Karp/)Las enormes claraboyas, a las que les cambiaron los vidrios originales por unos transparentes, hoy bañan con luz la cocina-comedor y permiten ver desde allí las plantas de la terraza. (Daniel Karp/)”Creamos un oasis en pleno Barrio Norte. Primero, impermeabilizamos con membrana geotextil; luego colocamos otra (especial, con relieve para que la tierra no se deslice), colocamos tierra sulfurada y, por último, panes de grama bahiana”.La terraza tenía un quincho con techo de chapa que los dueños decidieron conservar. Está iluminado por una tira de luces cálidas en el centro. (Daniel Karp/)El muro pertenece a un edifico de siete pisos. Al pintarlo de gris oscuro hasta los tres metros de alto, se anuló su efecto abrumador y desangelado. Además, coincide con la altura del quincho y del treillage que eleva la pared lateral. Mientras empiezan a crecer las plantas, la malla sima le da un efecto especial a la pared y la recorta aun más de la medianera.Dos camastros de madera pintados de blanco, dos mesas de centro de MDF hechas por los dueños y un par de sillas reclinables (Easy) rodean un tapiz en telar de María Inés Miranda. (Daniel Karp/)Para ver la casa completa, click acá.Con espacio de trabajo incluidoEn esta terraza Ian y Bernardo, dueños de casa, encontraron el sitio ideal para plasmar su amor por el verde y el diseño. Y además, usaron uno de los extremos (de 3x6m) para instalar el showroom de su marca de accesorios de cuero, Piet.Tanto las gradas, que funcionan como asientos extra o exhibidores de plantas y productos Piet, como la mesa y bancos de madera para 10 personas, fueron hechos a medida. (Magali Saberian/)”No habíamos considerado Núñez hasta que encontramos este PH ubicado en una ochava y rodeado de edificios que no superan los 3 pisos; la vista desde la terraza es inusualmente abierta: se ven desde los troncos de los árboles hasta el cielo”.Ante la falta de una tienda física, la pareja decidió aprovechar para este lugar en la terraza para montar el showroom de su marca. Cuando notaron que sus medidas (3x6m) coincidían con las dimensiones estándar de un conteiner, decidieron enchaparlo en negro para darle un aire industrial que contrastara con el verde y se integrara a la vista de la ciudad.En su antiguo depto, esta mesita plegable y las sillas de hierro funcionaban como desayunador en una cocina sin vista y hoy ofrecen desayunos al aire libre. (Magali Saberian/)La terraza recibe muchas horas de sol pleno, por lo que, entre otras especies, predominan los agaves, las palmeras y los cactus. Colaboró en la puesta la madre de Ian, la arquitecta y paisajista Gracie Ullmann. De ella heredó el placer por la jardinería y por las visitas a viveros como plan de fin de semana.

Fuente: La Nación

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