El atractivo lenguaje arquitectónico del Paso Yrigoyen –una fábrica textil convertida en complejo de viviendas por el estudio Dujovne-Hirsch– se cruza, en el interior de tres departamentos, con los modos de habitar de sus dueños. En cada intersección, un desenlace con encanto propio.El edificio industrial reciclado tiene unidades tipo loft en planta baja con jardines propios y lofts de pisos superiores con terrazas. (Daniel Karp/)Mística intacta. Tres vecinos nos muestran sus lofts en los Silos de DorregoMariana SomainiEs diseñadora de indumentaria y vive con su marido, Máximo, y su hija, Ámbar, en un gran loft que funciona también como centro de operaciones de la marca que creó y lleva su apellido. Fueron de los primeros en mudarse al complejo. Su depto es un ambiente sin compartimentar con una deco alta en fibras naturales y guiños vintage.Respetando la estructura, la iluminación se resolvió con lámparas que cuelgan de los caños de electricidad y el piso se hizo en cemento alisado. (Daniel Karp/)El loft que eligieron –un único ambiente con metros de sobra y carácter propio– se distingue por sus techos altísimos, una construcción de gruesos muros de hormigón que hacen que ni se escuche el tren que pasa, paredones de ladrillo a la vista y mucha luz natural.”Mandé a hacer la mesa de ping-pong como regalo de cumpleaños para mi marido. La usamos hasta el cansancio: ¡cuando vienen en masa nuestros diez sobrinos le sacan lustre!”. (Daniel Karp/)Mesa con tapa de madera y patas de hierro a medida (Broca). Mariana la completó con un lote de seis sillas antiguas de hierro que compró online las readaptó cambiándoles los asientos. Para las cabeceras, sillas ‘Bertoia’ vintage. (Daniel Karp/)”Dejamos la cocina tal cual la recibimos: sólo agregamos un mueble de acero inoxidable para acomodar condimentos, utensilios y vajilla de uso diario”. (Daniel Karp/)El espacio debajo de la escalera que lleva a la terraza se separa del cuarto por medio de una estantería abierta donde la dueña de casa exhibe productos de su marca, con un ropero que se abre hacia el otro lado como telón de fondo. (Daniel Karp/)”Por las dimensiones y el estilo del lugar, optamos por cemento alisado para el piso. Con el pasar de los años, varias fiestas, una hija y la vida misma, se marcó, pero es parte del encanto”. (Daniel Karp/)Un gran sillón Chesterfield (Fradusco) delimita el living, que se completó con muebles usados comprados online: una mesa baja con patas de hierro, un aparador de madera natural sobre el que se apoya un tocadiscos ‘Stanley’ (Urban Outfitters) y plantas tropicales en cestos de fibras naturales.3 vecinos nos muestran sus deptos en una antigua fábrica de chocolate de CoghlanAna y MáximoÉl es economista y, también, uno de los pioneros del complejo. “Puso cemento alisado sobre la carpeta, una pintura así nomás, dos bombitas y se mudó. La luz era de obra, no había ni gas ni cortinas: me acuerdo que cuando venía, dormíamos con campera”, nos cuenta Ana, que es doctora en Biología e investigadora del Conicet. Poco tiempo después, la pareja decidió casarse y mudarse juntos aquí.Junto a la puerta, un perchero es el rincón de la bici. Al otro lado, vajillero antiguo pintado por la abuela paterna de Ana. Arriba, una biblioteca de aglomerado, diseñada por el Grupo DWG, le da uso a una buhardilla existente, y sirve como exhibidor de objetos traídos de diferentes viajes. (Daniel Karp/)”Cuando Máximo compró, ya le habían dado la idea de que se podía sumar un entrepiso si se hacía una obra en la que se socavara el área de la cocina”. La encargada de la reforma fue la arquitecta Sofía Peña, del Grupo DWG: una amiga de la pareja que ya había hecho dos remodelaciones en departamentos de conocidos.Con una escalera ligera y una baranda enrejada, el entrepiso se hace liviano a la vista. (Daniel Karp/)”La idea de la obra fue coordinar todos los ambientes en una planta combinada pero sectorizada por función”, dice la arquitecta Sofía Peña. En la práctica funciona: en las frecuentes reuniones, los amigos se desparraman por toda la casa. La obra duró todo un verano: la cocina se bajó casi un metro del nivel 0, se extendió sumando una porción del baño y orientó al jardín. Se construyó un entrepiso para el cuarto principal y un flamante baño, ubicado detrás de la cabecera de la cama. Además, se reacondicionó el jardín con un planteo que lo incorpora fluidamente a los espacios interiores.La pared medianera con pizarrón era de ladrillo a la vista y se cubrió con placas de yeso para ocultar las instalaciones, y lograr una mejor aislación acústica. (Daniel Karp/)La cocina original, más angosta, estaba ubicada sobre la pared donde ahora hay un pizarrón. La nueva orientación aprovecha mejor el espacio y lo vincula aún más con el jardín. En el lateral, muebles con frente de MDF laqueado blanco, mesada de mármol granítico negro y alzada de azulejos Subway. Mesada alta que funciona como barra y espacio de trabajo, con banquetas armadas con sobrantes de obra; en continuado, se alineó la mesa de comedor (todo de Grupo DWG). En lugar de cemento alisado, acá se optó por un piso granítico (Moltrasio).Las cortinas de género azul, hechas por la madre de Máximo, le dan un marco escenográfico al jardín. (Daniel Karp/)Por un tema de facilidad de colocación y mantenimiento, estos vecinos optaron, al igual que Mariana, por un piso de cemento alisado para el living, un sector del patio -donde se trepa a una grada contra la medianera- y la escalera a la cocina.La lámpara ‘Arc’ fue un regalo que la pareja recibió por su casamiento (Daniel Karp/)En el living, sofá a medida, mesa ratona de madera reciclada (Woodhead), sillones antiguos heredados de la abuela de Ana y retapizados, y banqueta con patas de madera y tapizado capitoné (Estación Ortiz).El ropero embutido, con interiores laqueados y puertas corredizas, es un diseño de DWG. Tiene un metro de profundidad, y se usa para guardar valijas, ropa de invierno y bártulos varios que Ana acostumbra recolectar por la calle. (Daniel Karp/)Cama hecha a medida por un carpintero, cubrecama y almohadones blancos y mesas de luz a tono (Rústica y Vintage). En la cabecera, acuarela pintada por el arquitecto Alex Sahores, padre de Ana. “El placard del cuarto se montó sobre un nicho existente: el mismo que en el living se convirtió en estantería para exponer los objetos de viaje”.El patio es el lugar preferido de los dueños de casa y se trazó para aprovechar cada rincón. (Daniel Karp/)El Estudio lo dividió en sectores. Junto a la salida desde la cocina, huerta con aromáticas (Plantero), maceteros contra la medianera y pisada de grama bahiana. En el centro, el comedor al aire libre, con piso de tejuelas de cemento (Bará Cemento), mesada con parrilla a gas (Gastrofactory), taburetes (Estación Ortiz) y juego de mesa y sillas plegables (Mercado Libre) restaurados por los dueños.Padre e hijo. En Vicente López convirtieron un viejo depósito en un moderno loftMariana y MilaAl igual que su tocaya del loft, Mariana –publicista de profesión y madre de Mila– también dio bastantes vueltas antes de dar con Paso Yrigoyen. Venía de vivir en un complejo de torres de la zona (más precisamente el Horizons), y si bien buscaba una onda más hogareña, le costaba resignar las bondades de la torre.De cara a la entrada, una biblioteca de madera (Net Muebles) da la bienvenida. (Daniel Karp/)Esta casa dio en la tecla: está en planta baja y, además de tener un jardín propio en forma de ‘L’ con parrilla que las conquistó desde la entrada, el complejo tiene pileta y gimnasio. Antes de dar el sí, consultó con una arquitecta, para ver si era factible la idea que ella tenía en mente: extender el primer piso sobre la doble altura del living, para poder armar ahí su habitación. Confirmada la hipótesis, encomendó la obra al Estudio VC, de las arquitectas Victoria Falcón y Coni Siniavsky, que resolvieron la planta alta con una zona de juegos central y un flamante cuarto principal comunicado.La viga marca el límite de lo que era la planta alta original. (Daniel Karp/)Cerrando la planta alta que balconeaba sobre el living y extendiéndola a su máxima expresión, se logró una distribución de casa ‘tradicional’, con los ambientes sociales abajo y los cuartos arriba. Un sillón de tres cuerpos con funda lavable traído de su casa anterior se complementó con almohadones en tonos de gris y una mesa ratona con tapa de vidrio circular.El juego de comedor que tenían en la casa anterior se acompañó con un mueble vajillero ubicado en el lateral (Talleres Sustentables) y una dupla de lámparas colgantes (Broca). (Daniel Karp/)La ambientación sigue una paleta neutra con presencia de madera. El color, lo suman los cuadros. Una vez más, la elección para el piso fue cemento alisado. En este caso, una decisión de los dueños anteriores que Mariana celebró como un práctico acierto.Una garganta contiene los artefactos que dan luz focal sobre los laterales. (Daniel Karp/)Mariana también conservó la cocina sin modificaciones: incluir frentes enchapados también fue una feliz decisión de los dueños anteriores. En la galería techada con fibra de vidrio para permitir el paso de la luz al interior, parrilla de acero inoxidable con frente cerrado, mesa de exterior con tapa de madera a medida y sillas de acero inoxidable.Mila juega en una mesita con sillas blancas (El Gusanito Kids). (Daniel Karp/)La escalera desemboca en un ambiente funcional, que las arquitectas del estudio VC equiparon con una cajonera baja de melanina laqueada debajo de la ventana y un mueble de guardado que es a la vez divisor parcial con el cuarto de Mariana.Mila está fascinada con el techo en pendiente: es como tener su propia casita. (Daniel Karp/)En el cuarto de Mila, cama de madera maciza (El Corral), mesa de luz con cajón rosa (El Gusanito Kids), y mueble de guardado con bolsas de tela de distintos colores para organizar los juguetes realizado a medida.Dos cortinas roller con black out en el límite entre los ambientes oscurecen la habitación por la noche. (Daniel Karp/)Un escritorio de melamina (Estudio VC) estratégicamente ubicado le permite a Mariana trabajar cómoda sin perder de vista a su hija. A cada lado de la cama, con almohadones y fundas en la gama de gris (Atelier de Hilos), mesa de luz ‘Tulip’ y lámpara de acero inoxidable con brazo móvil.

Fuente: La Nación

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