Por un poco más de lo que sale una bicicleta plegable, algún nostálgico de la aviación argentina podrá quedarse con un Boeing 737-200. Eso sí, canibalizado y vendido como lote de chatarra, pero pintado con los colores de una aerolínea que fue un boom en los 90 y que terminó sus días en medio de un escándalo de narcotráfico. Tiene un mes para juntar la plata ya que la subasta será el 29 de octubre.Después de 16 años de aquel escándalo de una valija llena de drogas que llegó a Madrid, cinco aviones de la compañía Aérea Southern Winds serán rematados al mejor postor como chatarra. Tres de ellos, en un mes. Dos de esos, que están en las pistas auxiliares de Ezeiza, según lo que surge del expediente judicial, tendrán una base de 112.000 pesos cada una. El restante, no tiene base. Quien ponga más, se los lleva.Southern Winds, rescatada por el gobierno de KirchnerA las 9.45 del 29 de octubre se abrirá el remate, en la Oficina de Subastas Judiciales. Se subastarán ¨las siguientes aeronaves que, teniendo encuentra el estado de canibalización en el que se encuentran, serán subastadas para el desguace como chatarra: Boeing, modelo 737, matrícula LV-ZYX y aeronave Boeing, modelo 737, matrícula LV-YBS. La venta se realizará al contado, en efectivo al momento de la subasta, al mejor postor. Base de cada aeronave: $112.500. Y el avión matrícula LV-AGC, sin base”, se lee en el edicto que anticipó el diario cordobés Comercio y Justicia”.Los últimos bienes físicos que quedaron de lo que fue una aerolínea modelo, creada por los hermanos Juan y Cristian Maggio, se venderán al peso. De hecho, el avión LV-AGC es un fuselaje, sin ningún elemento de valor, canibalizado por completo, apoyado en la panza del tubo, y que yace desde 2005 tirado en Ezeiza.La historia de Southern WindsLa historia de Southern Winds está colmada de particularidades. Inició sus operaciones en 1996 con con una marca que revolucionó el mercado: unos jet Bombardier, de uso regional, para 50 pasajeros. Hacia fines de los 90, la compañía ya operaba varias rutas y tenía 1500 empleados. Mientras el caso de éxito se estudiaba en las escuelas de negocios, los Maggio incorporaba aviones.La crisis de 2001, sumado al shock en el mercado aerocomercial que significó el atentado a las Torres Gemelas, modificaron los planes de expansión y la línea aérea cambió su modelo de negocios. Los jet dejaron paso a aviones Boeing y empezaron los sueños de volar internacional.Los empleados de Southern Winds paralizaron ayer los vuelos de la empresa, en Aeroparque, en reclamo del pago de los salarios de junioDe a poco, aquellas fortalezas que tenía al inicio desaparecieron. En 2004, ya en medio de una crisis terminal, el entonces secretario de Transporte, Ricardo Jaime, se acercó a brindar una solución. Fue el abrazo del oso. El Gobierno se comprometió a subsidiar el combustible a cambio de que se quede con la planta de empleados de Líneas Aéreas Federales, Lafsa, una compañía estatal fantasma, que jamás voló pero que tenía los empleados que habían quedado sin trabajo después de la caída de LAPA, American Falcon y alguna otra aerolínea menor.Nació la unión de Southern Winds – Federales. Esa alianza terminó mal, de la peor forma. En noviembre de 2015, un vuelo de la empresa, llevó una valija llena de droga que terminó en Madrid. En febrero de 2006, cuando se conoció, SW no voló más. De aquella fusión queda el recuerdo en los aviones que se rematarán en un mes, que, en medio de óxido, dejan ver la marca en su fuselaje.Los empleados de SW, sin embargo, quedaron en Lafsa. Ante la irremediable caída, el Gobierno se vio obligado a tener un actor más en el mercado. Fue entonces cuando, de apuro, habilitaron el ingreso de LAN Argentina. La mayoría de los empleados terminaron en la empresa de capitales chilenos; el remanente, lo empleó Trenes de Buenos Aires, la exconcesionaria de la familia Cirigliano, que entonces acostumbraba a cambiar favores con Jaime.Hoy, la quiebra de SW tiene pocos bienes que sirvan para pagar las deudas. De hecho, hay una novela tragicómica en torno a tres aviones. En varias oportunidades, el juzgado requirió a la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), la información sobre el “paradero de tres aeronaves matrículas LV-AZF, LV-AHV y LV-YZA. Ya parecen haber bajado los brazos. La Justicia notificó a la ANAC para “hacerle saber la imposibilidad de dar con el paradero de las aeronaves matriculas: LV-AZ, LV-AHV y LV-YZA, a pesar de las diligencias realizadas”. Creer o reventar, dice el dicho: los aviones, desaparecieron.De aquella aventura no ha quedado nada. Dos aviones que tienen en valor de una bicicleta, de las de gama media, y otro sin siquiera un mínimo valor como para arrancar la subasta. Hay otros en el Aeropuerto de Córdoba, que seguirán el mismo camino, y no mucho más. Ricardo Jaime, el otro responsable, está detenido y a la espera de una condena. Los empleados, que pasaron a LAN y que luego fue Latam, ya fueron indemnizados por la línea aérea. Los Maggio, especialmente Juan, siempre soñó con volver a tener su nuevo proyecto pero no ha podido ni siquiera formalizar una nueva propuesta. Con los años, todos han perdido la atención del auditorio. Queda, apenas, un poco de chatarra.

Fuente: La Nación

Comparte este artículo en: