Pareciera que el tiempo no alcanza para todo lo que queremos hacer. Y, a la vez, se nos va sin hacer nada, se pierde en los silencios, en la TV, en la computadora, en esas máquinas que atrapan nuestros minutos y cerebros. Y mejor no empezar a hablar de las redes sociales… Pasamos horas en ellas, y después decimos que no tenemos tiempo. Así, lo que se sacrifica es no comer bien, no entrenar, no dormir, no visitar a nuestros padres, no concentrarse en los objetivos personales. Y por desgracia, el tiempo mal usado no es recuperable, y jamás vuelve.Pero en lugar de levantar el dedito acusador, quisiera aprovechar este espacio para proponer pequeños cambios que pueden impactar mucho, y que no necesariamente dejan de lado estos aparatos que ya son parte inherente de la vida. Propongo tratar de evitar ver tanto noticiero. Aunque solo lo tengamos de fondo, esa catarata de malas noticias repetidas una y otra vez terminan por impactar en nuestras emociones y pensamiento, incluso inconscientemente. Si vamos a prender la tele, ¿qué tal hacerlo en algún canal de música o de documentales? Y mientras ese contenido pasa, podríamos aprovechar el tiempo para entrenar. Por ejemplo, haciendo abdominales mientras dure la canción o armando sets de ejercicios y descansando en las publicidades.Para los que son de despertarse y zambullirse en Instagram o Twitter antes de levantarse de la cama o lavarse los dientes, propongo que dilaten ese primer encuentro con el teléfono y, en cambio, usen esos 10 minutos extra para estirar. No hace falta hacer una clase de yoga; un poco de calentamiento de los músculos puede ayudar a encarar el día con otra flexibilidad y postura.Si suelen viajar en subte o colectivo mirando el celular como zombis, llegó el momento de preguntarse si, al menos algunas veces, no estaría bien hacer ese trayecto caminando. Y si quieren mirar el teléfono, puede ser para chequear en el podómetro la cantidad de pasos y/o kilómetros que llevan hechos. Otra buena opción es algún podcast que les guste y les haga más amena la caminata.Si seguimos en plan de usar el teléfono como motivación, no puedo dejar de lado las apps de entrenamiento que existen. Una de las más interesantes es la de Nike, que permite personalizar lo que queremos hacer, poniendo objetivos, tiempo disponible, capacidad aeróbica y estado. A medida que la empiezan a usar se entusiasman con cumplir los propósitos semanales y compartir los logros con amigos o en redes, otro incentivo para sacar a flote el costado más positivo de este vórtex tecnológico.El tiempo sí alcanza, solo es cuestión de poner cabeza y voluntad para aprovecharlo y sacarle el jugo. Y no hacen falta grandes y sacrificados cambios, con pequeños pasos como estos, el camino estará iniciado.LibrosPara mantener la mente en formaSi nos enseñaran a perder ganaríamos siempre. Albert EspinosaEl monje que vendió su Ferrari. Robin S. SharmaEl faro. Norman Vincent PealeUn curso de emociones. Jesús Matos Larrinaga

Fuente: La Nación

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