Shaquille O’Neal sorprendió a propios y extraños al exhibir su nueva forma física. Después de un 2020 muy duro desde lo emocional, el cuatro veces campeón de la NBA cambió hábitos alimentarios y mejoró su estado de salud.Los triples y las asistencias de Facundo Campazzo no alcanzaron y Denver Nuggets tropezó ante Phoenix Suns“Mi hermana falleció. Y luego Kobe. Fue un año realmente malo y no quería hacer nada. Sólo hacía dos cosas: comer y ver Netflix”, confesó el gigante Shaq (2,16m y 146 kilos) en una entrevista con la revista Men’s Health en la que relata su transformación interna y externa, así como también promociona una marca de suplementos nutricionales.“Todo cambió al verme en el espejo y descubrir a un anciano de 70 años con músculos por todos lados”, confesó. Y agregó: “Entonces, empecé a comer mejor. Hasta ahí sólo comía sandwiches. Para el almuerzo, para la cena, para la merienda… Y cuando todo se me vino encima el año pasado y no podía dormir, me levantaba y me hacía un sándwich a las tres de la mañana. Me di cuenta de que no podía seguir así. Quité el pan, el chocolate, las Oreo de limón y los pasteles. Quería quitarme la camisa en Instagram una vez más”.A lo largo de ese proceso, O’Neal bajó al menos 10 kilos de grasa y su cuerpo cambió notoriamente. “Ahora sólo como frutas, batidos de proteínas, ensaladas, pescado, pollo, espárragos y otras verduras. Todo en porciones muy pequeñas”, compartió.La dieta saludable vino de la mano de un cambio de mentalidad en lo referido al ejercicio físico: “Hago 20 minutos de entrada en calor, y luego un poco de pecho, bíceps, tríceps, abdominales y espalda. En total, aproximadamente una hora al día y con eso me mantengo alejado de la barriga de Charles Barkley”, contó entre risas, con una ironía a su excolega.El cambio de hábitos cambió, también su vida en el día a día. “Estoy más activo, duermo toda la noche, tengo más energía y quiero hacer ejercicio todo el tiempo”, aseguró.“El cuerpo es un templo, y tenemos que mantenerlo en forma. Sé cómo son las cosas, las personas de 45 años o más, que incluso hemos sido grandes atletas, tenemos trabajo, hijos, llegamos a casa tarde y realmente no tenemos mucho tiempo para nosotros. Sólo queremos sentarnos, ver la televisión, descansar, relajarnos e irnos a dormir. Pero si podés encontrar una hora al día para ir al gimnasio y ponerte en forma, te ayudará a sentirte mejor, verte mejor y hacer más cosas durante el día”, cerró.

Fuente: La Nación

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