Más allá de su condición de director técnico novato, Lionel Scaloni ha ido encontrando maneras de demostrar que la responsabilidad de dirigir al seleccionado argentino no lo sobrepasaba ni lo exponía como un conductor dubitativo o permeable a influencias externas. Esa convicción la exhibió mayormente en la elección de los jugadores que hicieron girar la rueda de la renovación tras el Mundial 2018.Rumbo a los tres años en el cargo, hay varios futbolistas a los que se puede etiquetar “de Scaloni”, lista a la que habrá que ir incorporando al último recién llegado, el expansivo zaguero Cristian Romero. Dentro de este contexto, quizá a la única presión que cedió el entrenador de Pujato fue la reincorporación de Ángel Di María.El fixture de la Copa América Brasil 2021 Scaloni no pudo hacerse más el distraído con el alto nivel internacional de Fideo, que en su momento se sintió con derechos adquiridos, por su pasado en el seleccionado y su actualidad europea, para quejarse por su marginación y reclamar públicamente nuevas oportunidades.El resumen de Colombia 2 – Argentina 2La autonomía y libertad con que se maneja Scaloni le hizo lugar al pragmatismo político y salió la convocatoria para Di María, siempre bien recibido por Lionel Messi. ¿Era injustificado que el ex Rosario Central tuviera un lugar entre los titulares? Seguramente no, es de los que jugadores que “se ponen” en los equipos por su rendimiento, el lobby que pueda desplegar es complementario. Pero futbolísticamente no funcionó contra Chile, le costó encontrar su lugar y función. No incidió en el desarrollo. No pudo evitar un gesto de desaprobación cuando Scaloni lo reemplazó a los 15 minutos del segundo tiempo por el debutante Julián Álvarez.Posiciones de las eliminatorias sudamericanas, en vivo: así está la tabla camino al Mundial Qatar 2022Es difícil predecir si el papel de Di María en este seleccionado cambiará en el futuro, pero la realidad indica que entre el técnico y el jugador hay una desconfianza que no le conviene a ninguno de los dos y que por extensión perjudica al equipo. Hay situaciones que exceden lo futbolístico, que se explican más por la falta de química entre los integrantes de un plantel. El de Scaloni-Di María puede ser un caso.Cumplido el trámite de darle la titularidad frente a Chile, el director técnico volvió a ser Scaloni frente a Colombia. Restableció el medio-campo (Rodrigo De Paul, Leandro Paredes, Giovani Lo Celso, Nicolás González) y la delantera (Messi, Lautaro Martínez) que había conseguido el triunfo en Lima frente Perú por las eliminatorias. La memoria siempre recuerda lo que funcionó y dio resultado.Lionel Scaloni dijo que la Argentina mereció ganar y se lamentó del descuido en defensa que posibilitó el empate de Colombia (Captura/)Pese a que a la Argentina se le escapó increíblemente el triunfo en el final, varios de los soldados de Scaloni rindieron en el empate en Barranquilla otro examen para mantener a Di María en la sala de espera. El entrenador lo estaba esperando a Lo Celso, que en Inglaterra cerró una temporada muy discontinua a causa de las lesiones. Hasta 27 partidos se perdió en Tottenham por afecciones musculares. Demasiado, pero no tanto como para ser olvidado por Scaloni. Cuando todavía era técnico de Tottenham, José Mourinho hacía referencia a que la condición física del volante no era buena, que no era el Gío que conocía, intenso en las transiciones y de gran criterio en el manejo de la pelota.Lo Celso se sumó a esta ventana de las eliminatorias aun sin estar en su mejor estado físico, lo están llevando de a poco. Scaloni, que lo eligió desde el primer momento como una de las piezas de la refundación, lo espera y confía en él. En un partido áspero, de tapones afilados y codos arriba, con cuerpos al límite, Lo Celso se ubicó como interior izquierdo, entre Paredes y Nico González.En los 55 minutos que disputó hasta que le dieron las piernas y le dejó su puesto a Palacios, Lo Celso se asemejó bastante al jugador versátil y comprometido que se conoce. Capaz de controlar por su sector a Lerma, de ayudar a Acuña para encerrar a Cuadrado y de agarrar la pelota para asociarse en ataque con Messi o soltar una asistencia que puso a Lautaro en situación de gol. Alguna pérdida de pelota que generó un contraataque local no fue para Lo Celso tan dolorosa como ver desde el banco el 2-2 de Colombia en el descuento. Un golpe para la tropa de Scaloni.

Fuente: La Nación

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