Cautela hasta conocer el resultado definitivo de las elecciones de noviembre y dudas sobre la reacción del Gobierno tras el revés en las PASO. Esas son algunas de las claves que, según los economistas consultados por LA NACION, marcarán el rumbo del escenario cambiario de corto y mediano plazo en la Argentina.Cautela en el mundo empresario, que reclama al Congreso acuerdos para los “problemas estructurales”Pese al escenario positivo del día posterior a las primarias, los analistas advierten que hay desequilibrios y problemas estructurales, como la emisión monetaria, el déficit fiscal o la inflación, que condicionan la evolución de los tipos de cambio y la brecha cambiaria, y advierten que ese escenario se mantendrá. A su vez, destacan que el acuerdo con el FMI es un factor relevante para la estabilización.El dólar oficial, controlado por el cepo cambiario, sube por debajo de la inflación. (Shutterstock/)“Más allá de que probablemente estos días el mercado juegue a favor en función del resultado, el desequilibrio monetario es muy significativo, con el balance del Banco Central muy deteriorado, con pocas reservas netas y muchos pasivos en pesos”, dice Martín Vauthier, economista de la consultora Anker, en referencia al stock de $4 billones de Leliqs y pases en poder del BCRA.En ese escenario, el analista sostiene que bajar la brecha requiere un plan de estabilización que cambie las expectativas, y advierte sobre el impacto de un acuerdo con el FMI. “Hay escaso margen para no cerrar, por lo menos en los próximos meses, para sí tener margen de maniobra hacia 2023. Ese acuerdo no se puede evitar, teniendo en cuenta los vencimientos del año que viene y la necesidad de revertir las expectativas. Es fundamental”, sostuvo Vauthier.Es que el BCRA tiene US$45.761 millones de reservas brutas -último dato del viernes 10 de septiembre-, pero el calendario de vencimientos de corto plazo con organismos internacionales es exigente en el corto plazo. A las dos cuotas de US$1911 millones con el FMI –en septiembre y diciembre-, que se cancelarán con los DEGs que recibió el país semanas atrás, se suman US$399 millones de intereses en noviembre. Para 2022, el cronograma del acuerdo stand-by firmado por Mauricio Macri establece pagos por US$19.200 millones.Los activos financieros tienen una jornada positiva luego de los resultados de las PASO.En ese contexto, Vauthier sostuvo que “la única manera virtuosa de bajar la brecha es una baja en los dólares financieros generada por un cambio de expectativas, por eso es importante un acuerdo”. Asimismo, advirtió sobre las consecuencias negativas de una devaluación del dólar oficial. “La brecha no se baja con un salto discreto del tipo de cambio sin un programa atrás, porque si eso se hiciera, el riesgo es tener el efecto contrario: golpear la demanda de pesos, acelerar la inflación y que la brecha no termine bajando”.Para Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económios, la derrota del Gobierno en las PASO abre un escenario de tensiones contradictorias, entre el optimismo financiero y la política económica del oficialismo hasta las elecciones legislativas. “Por más de que la tendencia sea muy preliminar, se gesta una idea similar a la de 2013, de un eventual cambio de signo político en 2023, y eso ahora empieza a generar una buena expectativa y favorece los precios de los activos financieros, especialmente las acciones, y eso podría ayudar a contener la brecha porque sube el valor en dólares de esos activos”, dice el economista.En este punto, comparó la evolución de la brecha cambiaria entre las PASO de 2013 y las elecciones de 2015. En aquel entonces, advierte Tiscornia, la derrota del oficialismo en las elecciones legislativas generó un rally positivo en los activos financieros, pero ese escenario no acortó la brecha cambiaria, que osciló por encima del 60% hasta la salida del cepo y la devaluación, ya tras el cambio de gobierno.“Al mismo tiempo, la duda es cuál va a ser la reacción del Gobierno frente a esto. ¿Van a cambiar la política económica? Tiendo a pensar que no. Va a existir el impulso positivo de la expectativa de los inversores financieros, con el Gobierno haciendo más de lo que viene haciendo”, dice Tiscornia, en referencia a la ampliación del gasto y el déficit fiscal, y la mayor emisión de pesos por parte del BCRA para financiar ese desequilibrio.“No me parece que la derrota de ayer el Gobierno la vea como ‘Uy, nos equivocamos, giremos a la ortodoxia’. Y ahí hay mucho juego político, tal vez más que económico, de cuál va a ser el movimiento interno del peronismo a partir de esto. No creo que todas las opiniones sean iguales. Si va a predominar la voz de Cristina y su impulso de redoblar lo que vienen haciendo, o la de gobernadores u otros personajes que van a seguir avalando las cosas que los llevaron a este escenario”, concluye el analista.Esa misma línea comparte el analista financiero Christian Buteler, quien proyecta en el mediano plazo una suba en los dólares financieros en línea con la inflación, mientras el oficial seguirá controlado por el BCRA. “Desde el lado del oficial vamos a seguir con la misma temática de hasta ahora, con subas por debajo de la inflación y en línea con lo presupuestado”, dice el analista.“Desde el punto de vista de los alternativos (MEP, blue y contado con liquidación), después de estas 48 horas, la tendencia va a ser al alza, principalmente por la necesidad de emisión que tiene el Gobierno para cubrir el déficit fiscal y la escasez de dólares en el segundo semestre, porque la oferta no es la misma que en el primero. Además, seguimos con una inflación del 3% mensual, y es lógico que, si todos los precios de la economía suben, el dólar también lo haga”, agregó Buteler.En ese sentido, pronosticó que la brecha cambiaria se mantendrá en los niveles actuales o incluso se expandirá. “¿Hasta cuánto? Dependerá pura y exclusivamente de cuántos pesos termine emitiendo el Gobierno. La pregunta del millón es ver si se radicalizan y van a un populismo más grande, volcando más pesos, o si piensan en más largo plazo y encaran las reformas que realmente la Argentina necesita para bajar la inflación y ordenar la macroeconomía”, dijo el analista, en referencia, entre otros factores, al desequilibrio de las cuentas del sector público.“Estas medidas no le van a dar resultado positivo en las elecciones de este año. Quizás podrían dar resultado en las presidenciales de 2023, pero obviamente no va a tener un impacto positivo en noviembre”, concluye.

Fuente: La Nación

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