El primer registro de la rabia aparece aproximadamente 2.000 años antes de Cristo, en el Código de Eshnunna que mandó a hacer el rey Dadusha, precisamente para elaborar el primer código de la lengua babilónica, lo que en el mundo del Derecho algunos especialistas definen como la primera recopilación de las leyes de la humanidad.
En uno de sus artículos se hace referencia a la rabia, no por el nombre que actualmente conocemos, pero si por los síntomas que la enfermedad produce.
Hoy, a más de 4.000 años de diferencia, se conmemora el Día Mundial de la Rabia. Una enfermedad que afecta desde hace siglos tanto a animales como a seres humanos (zoonosis), que está muy presente en América Latina y que la pandemia mundial generada por el COVID-19, nos lleva a hacer una nueva reflexión.
¿Qué es la rabia, cómo se contagia y qué tiene que ver con los zombies?
Definición: “La rabia es una enfermedad zoonótica viral, de tipo aguda e infecciosa. Es causada por un Rhabdoviridae que ataca el sistema nervioso central, causando una encefalitis con una letalidad cercana al 100%. La rabia suele contagiarse por la mordedura de un animal. Los principales animales que propagan la rabia son los perros, murciélagos, coyotes, zorros, zorrillos y mapaches” (Wikipedia).
Los zombies, figura del muerto viviente que lleva siglos eclipsando a la cultura popular, literatura, historias de comics, juegos, series de televisión o películas, etc. no es ni más ni menos que la representación vulgar de los síntomas y los modos de la rabia.
Comparación ficción/realidad:
* Los zombies contagian su enfermedad mordiendo, al igual que sucede con los animales y la rabia.
* La conducta del zombie, un errante que camina sin rumbo contagiando al mundo, se asocia a la rabia por su síntoma, que al atacar al sistema nervioso central produce dolores de cabeza tan grandes que “transforman” a las personas, generando en el paciente “agitación, confusión mental, alucinaciones, agresividad, aberraciones grotescas del pensamiento, espasmos musculares, meningismo, opistótonos, convulsiones, etc.”.
* La propagación del zombie es increíblemente rápida, y en general, no tiene cura. Con la velocidad de la rabia sucede lo mismo, y sólo se conocen en el mundo menos de 10 personas que se han curado de la enfermedad, llamados también supervivientes.
Para hacerlo más didáctico, les compartimos un video del veterinario español Víctor Algra, que con su humor e ingenio aporta comparaciones locas y conocimientos invaluables.
 
Vampiros en Argentina
Y ahora alguien se preguntará: ¿Qué tienen que ver los vampiros en todo esto?
Infocampo conversó con el especialista Gabriel Russo, médico veterinario y Coordinador del Programa Rabia del Servicio de Sanidad y Calidad Agroalimentario de la Argentina (Senasa), quien explicó que “en nuestro país tenemos cuatro variantes antigénicas que pueden estar presentes. La 1 y la 2 es de cánidos terrestres que prácticamente no hay. La 3, que es la rabia de vampiro que transmite precisamente el vampiro a los herbívoros porque es su fuente de alimentación; y una variante antigénica 4 que es la rabia presente en los murciélagos insectívoros de las ciudades. En la Argentina tenemos éstas dos últimas”.
“En lo que va del año ya tenemos entre 300 y 400 muertes de bovinos, equinos, mulares y otros herbívoros, pero el número está dentro de lo esperado, que es entre 1.500 y 1.700 muertes por año. Nosotros trabajamos en las variables que podemos controlar, que es la vigilancia epidemiológica y la atención pronta de cada sospecha, pero hay variables que no podemos manejar como la cantidad de vampiros”, contó Russo.
¿Vampiros? “Sí, porque sencillamente es un nematófago que se alimenta pura y exclusivamente de sangre. En América, que es el único lugar donde hay vampiros, aunque nos quieran hacer creer que vienen de Transilvania”, cuanta Russo entre risas y continúa “tenemos tres especies diferentes. Una es el ‘Desmodus Rotundus’, que es el vampiro común. El ‘Diaemus Youngi’ (vampiro de alas blancas) que está descripto en la Argentina y el ‘Diphylla Ecaudata’ (vampiro de patas peludas) que está en América, pero no en nuestro país”.
“Los últimos dos se alimentan exclusivamente de sangre de ave, porque no pudieron evolucionar como si lo hizo el Desmodus Rotundus, que ya es una plaga y ha hecho una explosión de su población. Pero la plaga principal es el humano, porque intervino en la naturaleza trayendo una gran cantidad de comida a la que él se adaptó a comer, que son todos los animales domésticos, y también le brindó un montón de refugios artificiales”, explica el coordinador del Senasa.
Por último, el especialista explicó la pregunta que a esta altura de la nota todos nos estamos haciendo.¿Nos pueden contagiar esos vampiros directamente a los humanos? “Sí, claro que sí y no es para nada descabellado. Un vampiro incubando la enfermedad de la rabia se puede alimentar de un humano y hemos tenido muchos casos. En la Argentina los últimos casos se dieron hacia fines de la década del ´90, uno cerca de la Isla del Cerrito (Chaco) y otro en el interior de Corrientes”.
Murciélagos, COVID-19, One Health y la Guardia de la Noche
Como pudimos observar a lo largo de esta nota, la ficción y la realidad se cruzan, alimentando la una a la otra casi de forma arbitraria.
Pero también se puede entender fácilmente aquí la importancia de los veterinarios en la salud pública de un país, que previenen día a día que las zoonosis no “crucen” esa barrera invisible entre animales y humanos, como si el virus tuviese algún tipo de respeto por nuestra condición de seres racionales.
La actual pandemia del coronavirus COVID-19, supuestamente generada por la ingesta de un murciélago, nos pone sobre la mesa las consecuencias de olvidar y dejar de lado las políticas públicas de sanidad animal.
Pero curiosamente, los veterinarios, tanto en la Argentina como en gran parte del mundo, no participan de esa mesa redonda que toma decisiones. No tienen voz ni voto en la salud pública. Y para el caso de la rabia, no existe en nuestro país obligatoriedad de vacunación contra esta enfermedad, una zoonosis que está medida con una letalidad del 100%.
El concepto promovido a nivel mundial por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) llamado One Health o Una Salud, sencillamente pone de manifiesto esta realidad, que “la salud humana y la sanidad animal son interdependientes y están vinculadas a los ecosistemas en los cuales coexisten”.
Y para que entiendan mejor qué significa One Health, les dejamos este video del veterinario español Víctor Algra, que no tuvo mejor idea que explicarlo a través de la serie mundial Game of Thrones:
 

Fuente: InfoCampo

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