Con la llegada del otoño, comienzan a bajar las temperaturas y vuelven a aparecer las lluvias. Este escenario vuelve a abril el más adecuado para la siembra de las hortalizas de otoño-invierno, tales como la acelga, la lechuga, y la espinaca, entre otras.
En esta oportunidad, la especialista del INTA Concepción del Uruguay, Alejandra Boxler, brinda una serie de recomendaciones y prácticas de manejo para la huerta sobre el cultivo de rabanito (Raphanus sativus L.), una especie herbácea de clima templado-frío que soporta cualquier temperatura y crece en suelos profundos y fértiles.
Al respecto, se explicarán por medio de la del INTA una serie de prácticas y recomendaciones para esta especie que es sencilla, de ciclo corto y cultivo secundario por excelencia en la huerta, ya que acompaña muy bien a otras especies.
las prácticas y recomendaciones

Se aconseja sembrarlos cada 15 días para tener una producción escalonada. Desde la siembra hasta la cosecha transcurren alrededor de 28 a 30 días.
Para la siembra, se debe dejar una distancia entre plantas de cinco centímetros, y la distancia entre líneas debe ser de 30 centímetros.
Se asocia muy bien con especies aromáticas como el ajenjo y plantas de jardín como el taco de reina, al mismo tiempo que con algunas verduras de hoja, como las zanahorias y arvejas.
Luego de la brotación, la especialista sugiere realizar un raleo para dejar las plantas bien separadas entre sí y libres de malezas.
La cosecha no debe superar los 30 días debido a que si se dejan por más tiempo, se endurecen, crecen mucho, se rajan y se ahuecan.
El rendimiento promedio al cual se debe llegar es de uno a cuatro atados por metro cuadrado o, de dos kilogramos por metro cuadrado.
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Fuente: InfoCampo

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