El sostenido ajuste a la baja que sufrieron en los últimos días los dólares financieros volvió a posicionar al denominado “dólar solidario” como el más caro del mercado, algo deseable para el Banco Central (BCRA), que procura que la muy restringida demanda minorista de dólares por la plaza oficial se mantenga aplacada, en especial, algo que se favorece si los precios alternativos de la divisa lo estimulan al operar en niveles inferiores.El fenómeno, que no sucedía desde hace casi un mes por la escalada que habían registrado los dólares financieros, mientras el solidario perdía envión al “pisar” cada vez más el BCRA el tipo de cambio para tratar de quitarle combustible a la inflación, responde a una multiplicidad de factores, coinciden los analistas de mercado.Ya no es solo la sostenida intervención que los organismos oficiales realizan sobre el mercado, para tratar de mantenerlos a raya y evitar que la brecha cambiaria se vuelva a disparar, quien los condiciona. A esa “oferta” se agregaron, básicamente, operaciones privadas para poder sacarle más provecho a los dólares que deben vender, básicamente realizadas por empresas que deben afrontar en los próximos días el pago de aguinaldos, o que dilatan la compra porque necesitan de los pesos para hacer frente a esos pagos.La semana cierra con el dólar solidario a $165,64, tras agregarse al valor minorista de $100,392, según el promedio que releva a diario el Banco Central (BCRA), los recargos del impuesto PAIS (30%) y del adelanto de ganancias (35%).Es un precio que lo deja $0,74 o 0,45% más caro que el contado con liquidación (CCL), que cerró a $164,76, con una baja del 0,2% en la jornada y otra del 0,8% en una semana en la que operó siempre pesado y en baja. O que lo coloca 4,5% por debajo del dólar Bolsa o MEP, que quedó en $ 158,09, tras caer otro 0,6% en la rueda de hoy y acumuló un retroceso del 1,6% en la semana.En el mercado esperan que esta tendencia se mantenga durante las próximas semanas, mientras dure el “efecto aguinaldos” que los presiona a la baja mientras, al mismo tiempo, puede empujar al alza al dólar paralelo o blue que, tal vez por eso, lleva dos ruedas en alza y cierra la semana ofrecido a $158 promedio para la venta, su mayor nivel desde fin de abril.Por eso hablan de un “efecto temporal” que tenderá a desaparecer en las próximas semanas, en especial, cuando el clima electoral se comience a instalar.“Creo que hay un cúmulo de factores que se suman para producir lo que vemos con estos precios. Por lo pronto, a las intervenciones del BCRA, que usa parte de las reservas compradas para frenar al dólar cable, se agrega el repunte de la demanda estacional de pesos típico de esta época del año por el pago del medio aguinaldo”, explica Juan José Vázquez, estratega de Cohen.Vázquez agrega a eso lo que llama las razones técnicas de mercado. Alude a que la brecha entre del dólar cable vs comercial históricamente suele encontrar resistencias cuando alcanza niveles que van del 75% al 80%. “Hay que recordar que en la segunda presidencia de Cristina Kirchner nunca había superado el 80%. Cuando lo hizo, por ejemplo en octubre del año pasado, fue por un motivo muy concreto: el BCRA se había quedado sin reservas. Pero no es el caso ahora, que, aunque ya compra menos, ya acumuló una posición respetable”, señala.Después de haber llegado a niveles cercanos a máximos del año en 77%, la brecha cambiaria (medida entre el dolar CCL y el mayorista Com A3500) tuvo un leve descenso en las últimas ruedas. ¿Brecha controlada hasta las elecciones?#DailyBAVSA pic.twitter.com/AX0wJONGFL— BAVSA (@BAVSA) June 11, 2021El ministro de Economía, Martín Guzmán, al disertar esta semana, volvió a mencionar que “dentro de la lista de objetivos macroeconómicos está la reducción de la brecha cambiaria” y señaló que “las condiciones que se han generado van en la dirección de ir reduciéndola”, en obvia alusión al poder de fuego que recuperó el BCRA.De esto modo dejó a la vista que, aún pasado este efecto estacional, el Gobierno hará todo lo posible para mantener a raya la brecha cambiaria para evitar que se repitan ruidos en el mercado, algo que los analistas ya descontaban.

Fuente: La Nación

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