Si fueran caballos de carrera en Longchamps estarían cabeza a cabeza. Son los dos hombres más ricos de Francia, hicieron de las marcas de lujo una mina de oro y del patrimonio la mejor inversión. Bernard Arnault (72), mandamás del grupo Louis Vuitton Moet Hennessy (LVMH) inauguró en junio el “rebuilding” de La Samaritaine, tienda icónica de París. Más de 50.000 m2 en las márgenes del Sena, a metros del Pont Neuf con 700 locales de lujo, un hotel y un restaurante de alta gama.Una semana antes, su archicompetidor Francois Pinault (84) inauguró en la antigua Bolsa de Comercio de les Halles un museo de arte contemporáneo, proyecto de Tadao Ando, con café, restaurante y sala de meditación. Conservar el patrimonio es la mejor inversión y concentrar marcas de lujo, el mejor negocio.El dueño de Louis Vuitton superó a Jeff Bezos y fue el más rico del mundo por unas horasLa Samaritaine fue fundada en 1869 por Ernest Cognacq. Conoció días de gloria y años de decadencia. Con una inversión de 750 millones de euros, Arnault vuelve a la levantar la bandera del patrimonio. Ha respetado cada cerámica, herraje y cristal de ese formidable edificio que cabalga entre el Art Nouveu y el Art Deco, joya del patrimonio, bendecido por el presidente Macron y su mujer Brigitte, que, dicen los que saben, se viste en Vuitton.En los últimos meses, Arnault fue noticia por el sorpasso protagonizado en el ranking Forbes. Por unos días fue el hombre más rico del mundo, arriba de Bill Gates y de Jeff Bezos, con su conglomerado de marcas de lujo (Givenchy, Dior, Tiffany, Fendi, Loro Piana, Rimowa, Tag Heuer) y un patrimonio de US$186.300 millones.Dos matrimonios, cinco hijos, Arnault le ganó a la pandemia. En 2020 duplicó su fortuna. Y sigue creciendo. En lo que va de 2021 ha facturado 32% más que en 2020. El 30% de su clientela está en China. Como su competidor François Pinault, Arnault ha movido sus fichas al arte contemporáneo. Es un coleccionista de ligas mayores y fundó un museo en el Bois de Boulogne, diseñado por Frank Gehry, donde se exhibe una obra del argentino Adrián Villar Rojas.En el otro plato de la balanza está Pinault. Su mayor capital está en el mundo del arte como dueño de Christie’s y tiene también la mirada en el patrimonio. Hijo de un campesino del norte de Francia, Pinault inició su carrera con un préstamo del Credit Lyonnais. Su primer paso fue la compra de las tiendas Printemps y FNAC. El paso dos fue orientarse al lujo: compró Gucci, Yves Saint Laurent, Balenciaga, Boucheron, Chateau Latour, Bottega Veneta, Alexander Mc Queen y más. Su propio sorpasso fue la adquisición del paquete mayoritario de la rematadora Christie’s, fundada en 1744. Es líder del mercado de arte, donde juega con la camiseta 10: tiene 5000 obras, desde Picasso a Jeff Koons, y tres museos. Los negocios los maneja su hijo François Henry, casado con la actriz Salma Hayek, sagaz como su padre.Ganadores y perdedores en el año de la generación AmazonDurante la pandemia el grupo avanzó varios casilleros y las subastas de la primavera neoyorquina anotaron récords históricos, sin contar el efecto de las ventas globales por streaming que sentaron a los chinos en primera fila. El modelo francés de asociar patrimonio, arte y lujo hizo de París la ciudad más visitada del mundo. La piqueta es la peor enemiga de los negocios. Nadie mueve una piedra en la ciudad escenográfica atravesada por las diagonales de Haussmann, porque todos queremos siempre la misma foto.ß

Fuente: La Nación

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