“A las 6 de la tarde todos teníamos los mismos datos, incluida la oposición”, intentó explicar perplejo un funcionario con despacho en la Casa Rosada cómo se pasó de una victoria previsible del Frente de Todos en la provincia de Buenos Aires a una aplastante paliza electoral de Juntos por el Cambio en casi todo el país.Aún no repuestos del todo del golpe, en el Gobierno atinaron hoy a negar cambios urgentes en el gobierno de Alberto Fernández. “No se trata de cambiar jugadores, sino de la forma de jugar”, evaluó otro funcionario importante y cercano al Presidente, sabedor-de todos modos-de la inminente ofensiva del kirchnerismo duro para instrumentar modificaciones. La presión ya comenzó con declaraciones como las de el expiquetero Luis D´Elía, quien de manera directa pidió las cabezas del jefe de gabinete, Santiago Cafiero, y del ministro de Economía, Martín Guzmán.Dos plebiscitos: uno aplaza al Gobierno y el otro desafía a la oposiciónPasada la medianoche, con el resultado irremontable, se habló anoche de cómo seguir, según fuentes oficiales que estuvieron en el búnker oficialista que se montó en Chacarita. El Presidente y su vice, Cristina Kirchner, intercambiaron impresiones con Máximo Kirchner, Axel Kicillof, Juan Zabaleta y Gabriel Katopodis, más algún otro participante. Sin definiciones concretas, se conversó de “impulsar la reactivación económica”. Un funcionario al tanto de las charlas argumentó: “La gente está enojadísima por todo, obviamente por la pandemia y porque no le llegan las mejoras en la economía”. Otro hombre cercano al Presidente daba una explicación similar. “Se perdió por la pandemia, vinimos a hacer un montón de cosas que no pudimos hacer”, reflexionaba. “La paliza fue para todos”Desde el albertismo impulsaron entonces el acto de hoy al mediodía del Presidente, junto a empresarios, sindicalistas y el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, uno de los “funcionarios que no funcionan” apuntado por Cristina Kirchner desde hace meses. “Nadie habló de (Martín) Redrado superministro, la paliza fue pareja para todos”, se defendió un funcionario cercano al Presidente. “Se perdió en todos lados… ¿vas a cambiar todos los gabinetes? ¿el de Axel? el de Alicia? todos los que perdieron?”, se preguntó un incondicional del jefe de Estado. Alberto Fernández y Cristina Kirchner (Franco Fafasuli / POOL Argra/)De todos modos, y en privado, y más allá de los elogios de propios y ajenos al tono “humilde y autocrítico” que utilizó en la noche del domingo, el llamado a la acción lanzado por el Presidente en el discurso que siguió a la derrota despierta interrogantes en el propio seno del Frente de Todos.Una derrota enorme que cambia todo“A Alberto lo eligieron como el mariscal de la derrota, va a tener que cargar con ese sayo”, especuló un antiguo asesor presidencial. Con el mismo tono preocupado, se preguntó por la “credibilidad” del Presidente para encarar cambios profundos. “Hay que hacer las cosas con seriedad, más allá de que salgan bien, regular o mal”, dijo la fuente.El Presidente no definió aún si viaja a México para la reunión de la Celac y a Washington para la asamblea general de las Naciones Unidas, a realizarse el lunes próximo. La posibilidad de cambios de nombre en su equipo sobrevuela de todos modos la estrategia oficial.“Mucha gente estaba enojada, no se sintió contenida por nosotros”, dijo anoche el canciller Felipe Solá, a la salida del búnker. “Posiblemente haya cambios, pero no puedo estar en la cabeza del Presidente”, respondió a una consulta de radio Andina de Mendoza. Todo un indicativo de las dudas del Gobierno en torno al futuro.

Fuente: La Nación

Comparte este artículo en: