A corazón abierto y con mucha emoción, Abel Pintos se animó a contara en televisión una historia que nunca antes había relatado. El cantante se trasladó a su infancia para recordar una amiguita de la niñez que falleció cuando eran chicos, y reveló que la recuerda cada día de su vida“Volvería al día de mi comunión, porque fue la última vez que vi a una amiga que se llama Corina”, dijo durante su visita a PH: Podemos Hablar. “Perdón”, se disculpó por las lágrimas que no pudo contener al mencionarla.De Brad Pitt a Charlize Theron: cómo fueron los primeros besos de los famososEmocionado, Pintos relató brevemente lo que pasó aquel día. “Una amiga de la infancia que cuando se fue, porque no se podía quedar mucho tiempo por un tema de salud, me mandó a decir con otra amiga que me quería dar un beso en el cachete”, explicó y resaltó la inocencia de la niñez. “La aclaración fue genial”“Yo le di un beso a ella y me dijo, ‘te quiero’, pero yo no sabía decir ‘te quiero’ y no la vi nunca más”, agregó mientras las lágrimas continuaban cayendo por su mejilla. “La recuerdo cada día de mi vida”, aseguró.[#PodemosHablar] Profunda emoción ? Abel Pintos se emocionó fuertemente al recordar un episodio del pasado: “La recuerdo cada día de mi vida” ? pic.twitter.com/BqwrMC0CFV— telefe (@telefe) July 18, 2021El cantante también recordó como fueron sus comienzos en la música. “A los 11 años supe que quería ser cantante”, afirmó. “A los 9 empecé en un coro y me comenzaron a dar partes solistas, tenía que pasar adelante y cantar una pedacito de una canción. En ese momento me empecé a dar cuenta que me gustaba mucho estar frente al público y recibir ese tipo de energía”, recordó con dulzura.“La otra parte que me gustaba era la parte de cuidado, de trabajo, de entender que cuando sos cantante sos un instrumento y que para estar lo más afinado posible tenés que ajustarlo mucho a ese instrumento, cuidarlo. Esa parte me gustó mucho también, entonces pedí que ojalá la vida me de la oportunidad de hacer eso todos los días porque me divertía”, dijo sobre la responsabilidad de tener una carrera, algo que entendió de chico.De allí en adelante Pintos comenzó a enfocarse en sus objetivos. “Yo trabajaba en la comisión del teatro de Ingeniero White, y ahí siempre se hacían conciertos. El trato era que yo trabajaba de ‘che pibe’, de lo que necesitaban, pero que me tenían que dejar estar en la trastienda para ver como lo hacían lo que lo sabían hacer”, explicó.“Un día vino Raúl Lavié. Le hicieron una conferencia de prensa y un almuerzo en donde yo oficié de mozo. Ahí, un periodista de mucho prestigio en Bahía Blanca le dijo a Raúl, ‘Ese es nuestro pollo, es el que canta’. Raúl le dijo que no le creía porque me veía muy chiquito, muy flaquito”, relató sobre el encuentro que le cambió la vida.Sin dudarlo mucho, Lavié quiso escuchar a ese adolescente que se le acercó. “Me dijo, ‘Mostrame algo’, entonces me fui a mi casa a buscar un demo, se lo di y me dijo que cuando terminara el almuerzo lo escuchábamos juntos para que yo no piense que él lo iba a cajonear”. Esa misma tarde los dos se sentaron en el teatro del pueblo a escuchar la grabación, y el resto es historia: el artista le mostró la grabación a un productor y la carrera de Pintos comenzó a aflorar. “La enseñanza que me dejó Raúl en ese momento es que le podés cambiar la vida a alguien escuchándolo cuando te habla. Él escuchó lo que yo deseaba”, culminó.

Fuente: La Nación

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