La simpleza con la que Kevin Díaz relata la ilusión que tiene de ir a la universidad y los obstáculos que tiene para conseguirlo, tocó la fibra de la audiencia. Más de 100 personas hoy le están abriendo las puertas al futuro que tanto soñó. Vive en la comunidad Puntana del Chaco Salteno, que queda al límite con Bolivia. No tienen señal de teléfono, ni Wifi ni transporte público.“Me apasiona leer y escribir. Me gustaría mucho un día poder salir de aquí, conocer a otras personas. Tengo esas ganas y estoy dispuesto a hacer el esfuerzo. Pero el problema es que mi familia no tiene los recursos porque somos nueve hermanos”, decía Kevin en la nota que salió publicada la semana pasada en La Nación. Tiene 19 años y sueña con estudiar Letras en una ciudad.Esas ganas de crecer, de conocer gente nueva y de adquirir nuevas herramientas para después volver a su comunidad, hicieron que su historia fuera viral. El celular de Javier Saavedra, un joven que trabaja como voluntario con los hermanos fransiscanos en la zona, no paró de recibir mensajes de WA y llamados.“Acá estamos que no damos abasto. No nos dan las manos para contestar mensajes y atender el teléfono. Tenemos una felicidad tremenda. El impacto es muy grande. Hasta ahora conseguimos un celular, una computadora y una Tablet para él. Dividimos los aportes por ejes: uno de conectividad, otro de beca de estudios y otro de materiales”, cuenta Saavedra.Kevin está terminando el último año de la secundaria y el objetivo es que el año que viene curse la carrera de Letras en la Universidad Nacional de Salta. Para eso están armando un fondo de becas. “Algunas personas donaron un monto por única vez y otros decidieron hacer un aporte todos los meses”, agrega Saaverda.Como consecuencia de la enorme repercusión de la nota, se organizó la campaña “Junto a Kevin, y a los jóvenes que sueñan como él”. Nació desde los frailes franciscanos de Aguaray, a través de los voluntarios Javier Saavedra y Catalina Carbajo, que creen en la unión de voluntades para crear redes y puentes de oportunidades. La idea en el corto plazo es apoyar a Kevin para que pueda llegar a la universidad y la de largo plazo es ampliar esa posibilidad a todos los jóvenes de la comunidad que quieran seguir sus pasos.Kevin Díaz camina todos los días un kilómetro para llegar a la escuela en la comunidad Wichi de Puntana, en Salta (Micaela Urdinez/)El nuevo sueño es conseguir instalar wifi satelital en Puntana que funcione como un punto de encuentro y conectividad comunitario y para que todos tengan más facilidades para estudiar. “El estar aislados nos impide relacionarnos con el resto del mundo, sobre todo en este contexto de pandemia que hoy atravesamos, donde no solo nos dificulta el estudio sino también la posibilidad de resolver rápidamente situaciones de emergencia”, explica Kevin.El tercer obstáculo para sortear es la movilidad. La apuesta es conseguir una moto para Kevin y una trafic escolar para la comunidad. “No por nada a nuestro Chaco salteño se lo conoce como el impenetrable. Los caminos son extensos y de difícil acceso, no existe transporte público y eso hace imposible poder trasladarnos si no contamos con una movilidad adecuada. La moto me serviría para ir al pueblo más cercano a capacitarme, por alguna emergencia o simplemente para abastecerme”, dice Kevin.COMO AYUDAR¿Cómo se puede ser parte? Se puede participar con recursos materiales, transferencia bancarias, información, gestión y puente para contactos, visibilización y acompañamiento humano.Las personas que quieran ayudar a Kevin en su sueño de ir a la universidad pueden:Comunicarse con Javier Saavedra para saber más sobre Kevin y su realidad al +54 9 3875 77-7756.Donar en esta cuenta:Empresa: ORDEN DE FRAILES M V SAN FRANCCUIT: 30669128807Banco: SantanderCuenta: CC$ 154-009795/6CBU: 0720154320000000979568Alias: MISION.AGUARAY.TERE

Fuente: La Nación

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