Por Jarrett Renshaw y Stephanie KellyNUEVA YORK, 11 jun (Reuters) – El gobierno del presidente de
Estados Unidos, Joe Biden, bajo presión de sindicatos y
senadores, está estudiando formas de brindar alivio a las
refinerías de petróleo locales de los mandatos de mezcla de
biocombustibles, dijeron tres fuentes conocedoras del asunto.El asunto enfrenta a los trabajadores de las refinerías y a
los agricultores, que dependen de los mandatos de
biocombustibles para apuntalar el mercado del maíz.Esto podría provocar un cambio radical en el gobierno, que
estaba reduciendo la dramática expansión de exenciones del
expresidente Donald Trump para las refinerías. La ley exige que
mezclen miles de millones de galones de etanol y otros
biocombustibles en su combustible cada año o que compren
créditos a los que lo hagan.Los créditos, conocidos como RIN, se encuentran actualmente
a su precio más alto en los 13 años de historia del programa, y
las refinerías han dicho que la política amenaza con quebrar a
unos fabricantes de combustible ya golpeados por la caída de la
demanda durante la pandemia.Los defensores de los biocombustibles responden que los
fabricantes de combustible deberían haber invertido en
instalaciones de mezcla hace años y pueden traspasar los costos
adicionales de comprar créditos a los consumidores en los
surtidores.Los senadores demócratas Chris Coons y Tom Carper de
Delaware han mantenido al menos dos reuniones en las últimas
semanas con Michael Regan, director de la Agencia de Protección
Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés), para discutir la
prestación de ayuda a las refinerías, según las tres fuentes.Coons y Carper buscaban ayudar a la única refinería del
estado, una planta en la ciudad de Delaware con una capacidad de
alrededor de 180.000 barriles por día. Sus solicitudes se
sumaron a un coro de súplicas de otros estados que albergan
refinerías, como Pensilvania, Texas y Luisiana.En las reuniones, Regan y los senadores discutieron opciones
como una exención a nivel nacional que exima a la industria de
refinación de algunas obligaciones, reducir la cantidad de
combustible renovable que los refinadores deben mezclar en el
futuro, crear un precio límite para los créditos de cumplimiento
y emitir una declaración de emergencia, dijeron dos fuentes.Nick Conger, portavoz de la EPA, confirmó que Regan se
reunió con los senadores, pero no comentó más sobre las
discusiones ni dijo si la agencia está buscando formas de
brindar alivio a las refinerías. Coons no respondió a una
solicitud de comentarios.Un portavoz de Carper dijo que el senador ha hablado con
Regan varias veces sobre los altos costos de los RIN.Seth Harris, asistente adjunto del presidente en asuntos
laborales y económicos, también se ha reunido con representantes
sindicales para escuchar sus quejas sobre los mandatos de
biocombustibles, dijeron dos fuentes. Harris no respondió a una
solicitud de comentarios.Las refinerías comerciales como PBF Energy, que
opera la planta de la ciudad de Delaware, dicen que las leyes de
biocombustibles podrían obligar al cierre de plantas y acabar
con miles de empleos sindicales.La compañía cerró recientemente la mayor parte de su
refinería en Nueva Jersey, la última medida de este tipo a lo
largo de la costa este. La región ha visto caer la capacidad de
producción de combustible en un 40% desde 2000.Los datos federales muestran que solo quedan ocho refinerías
de las 17 que estaban operando en la costa este del país en
2000.(Editado en español por Javier Leira)

Fuente: La Nación

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