El bloque que se referencia en Roberto Lavagna en la Cámara de Diputados anticipó duras críticas al proyecto de ley de presupuesto 2022, iniciativa que hasta el propio kirchnerismo cuestiona, por lo bajo, por pretender ajustar el gasto público. El diputado Jorge Sarghini exhibe argumentos aún más contundentes al enfatizar que, así planteado, el presupuesto que presentó el Ministerio de Economía es “inconsistente” porque sus proyecciones macroeconómicas no resultan creíbles.Así las cosas, el jefe del interbloque Federal, el lavagnista Alejandro “Topo” Rodríguez, anticipó que por ahora no acompañarán la iniciativa oficialista. “El ministro (Martín Guzmán) y el equipo económico llegan con la confianza dinamitada a presentar el Presupuesto. Será imposible avalarlo en estas condiciones, porque ni los propios lo apoyan”, sostuvo.Insólito ataque a la oposición durante un desfile oficial en un municipio de La CámporaPor su parte, Sarghini puso en tela de juicio la viabilidad de las proyecciones presupuestarias planteadas por el Ministerio de Economía. “Es prácticamente imposible encontrar consistencia en un presupuesto elaborado sobre la base a un contexto macroeconómico inconsistente. El proyecto del Poder Ejecutivo para el ejercicio 2022 no la tiene”, sentenció el legislador de Consenso Federal, que recordó que “cuando se elabora un Presupuesto, se realiza -en términos nominales-, un cálculo de recursos y un determinado nivel de gasto posible de ser financiado”.El proyecto oficial estima para el año próximo un crecimiento del PBI de 4%, una inflación según IPC de 33%, y un dólar a diciembre a 131,1 pesos. “En el mensaje del proyecto queda claro que el Gobierno subestima el estancamiento que arrastra nuestra economía porque lo limita a ‘la crisis macroeconómica 2018/2019? y a los ‘efectos de la pandemia’”.En ese sentido, señaló que “la inflación prevista de 33% está claramente subestimada. Resulta muy difícil esperar una inflación mensual por debajo de 2,5% con el ajuste de tarifas previsto, la emisión necesaria para financiar parte del déficit fiscal y la inevitable actualización del tipo de cambio no contemplada en el proyecto”. Por eso, advirtió que “la estimación de la inflación es la principal inconsistencia y en consecuencia relativiza los cálculos nominales que presupone”.El legislador –que termina este año su mandato– señaló que el tipo de cambio que se proyecta también es inconsistente. “El nivel de reservas líquidas y la tensión cambiaria hablan por sí solas. En el próximo año, ni cumpliéndose la improbable estimación oficial de inflación será posible sostener una devaluación de ‘solo’ 28% después que en este año será del 25% con precios creciendo arriba del 45%”.“Hasta ahora, el Gobierno –sin éxito– ha venido utilizando como ancla inflacionaria las tarifas y el tipo de cambio, pero esta estrategia que altera precios relativos no se puede sostener en el tiempo. Más rápido que tarde, la realidad impondrá correcciones”, advirtió.Exministro de Economía bonaerense y exsecretario de Hacienda de la Nación de Eduardo Duhalde, Sarghini también advirtió que el año próximo continuarán las dificultades para financiar el déficit fiscal. “Aun alcanzando lo esperado de las fuentes alternativas (renovación de vencimientos, emisión de deuda en el mercado local y préstamos de organismos internacionales), la magnitud de la emisión prevista tiene límites objetivos difíciles de superar: las restricciones que impone la carta orgánica del BCRA, y la magnitud de la deuda remunerada del Gobierno que requiere absorberla”, sostuvo.Para Sarghini, “será necesario, entonces, para cerrar el frente fiscal, recaudar más impuesto inflacionario. Aumento de recaudación nominal y licuación real del gasto. No solo habrá más inflación, será necesaria. Esto es lo grave”.Los insólitos gastos que comprometieron a Romina PicolottiSobre el final, Sarghini sostuvo que “las inconsistencias señaladas –en la macroeconomía y en el Presupuesto– serán una restricción insalvable para alcanzar el perentorio acuerdo con el FMI”. Y advirtió: “Todo podría empeorar si se le incorporan al proyecto las modificaciones que anuncian algún sector del oficialismo”.Por el contrario, “todo podría mejorar, si después de la elección de noviembre, se da un giro hacia la dirección correcta”, concluyó.

Fuente: La Nación

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