Es un gran catador de vinos. Tintos, especialmente malbec. Puede hacerlo con los ojos cerrados y distinguir entre italianos, argentinos, españoles y norteamericanos. Ese hobby nació precisamente en París, cuando Mauricio Pochettino jugaba en PSG. Le alquilaba la casa al director de Louis Vuitton, y el ‘propietario’ le enviaba con frecuencia, de regalo, vinos y champagne. Por curiosidad, empezó a leer, a preguntar, a interiorizarse y se volvió un aficionado a la enología. “Cuando salió la oportunidad de ir a jugar a Girondins -2003/04-, me fui especialmente por la posibilidad de ir a conocer la región de Bordeaux, la zona vitivinícola más importante del mundo. Allí se fabrica el mejor vino del planeta…, el problema es que para aprender no sólo hay que leer, sino también hay que tomar, y tomar…, y ahí está el problema”, bromeaba hace un tiempo Pochettino con LA NACION. Ahora se recuesta sobre su sillón favorito en su hogar parisino y no, no es una borrachera, no. Dirigirá a Lionel Messi. Y a Neymar.El último duelo PSG-Barcelona, por la Champions: Pochettino parece darle la bienvenida a Messi, que ya trae la camiseta del club parisino en la mano después de un intercambio con Paredes (LLUIS GENE/)Gerardo Martino y Luis Enrique lo hicieron antes. Apenas ellos en aquel Barcelona que se evaporó. Serán tres, se suma Pochettino para un PSG de fantasía desde los nombres. Y Messi vuelve a la vida de Pochettino. Curioso. Al exdefensor de Murphy lo presentaron el martes 20 de enero de 2009 como entrenador de Espanyol y debutó al día siguiente… contra el Barcelona de Guardiola, Iniesta, Xavi, Eto’o y Messi, que entró a 15 minutos del final. Fue su estreno como DT de primera, antes había dirigido a las chicas ‘periquitas’. Empató 0-0, por los cuartos de final de la Copa del Rey. En la vuelta quedaría eliminado; Barcelona lideraba la Liga y Espanyol peleaba el descenso. ¿Cuánto cambió desde entonces? “Mucho. Y espero seguir cambiando. El día que no evolucione tendré que dejar esta profesión. El entrenador debe estar abierto y atento a todo para no estancarse. Si creés que sabés todo, que llegaste… tenés que ir a comentar fútbol a la televisión”, le advertía a LA NACION. En broma, pero en serio.Pochettino es un hombre diferente, contracultural. No está contaminado, entonces las respuestas llevan la riqueza de la autenticidad. Le preguntaron por Messi y aceptó que era una posibilidad, nada de misterios ni evasivas. Pero en un punto, Pochettino está atravesando una etapa de cambios desde que desembarcó en enero de este año en el multimillonario PSG. Otro escenario. Pochettino prácticamente no había dirigido estrellas en una década de trabajo –a excepción de Harry Kane, quizás- y se había caracterizado por nutrirse de la evolución de las inferiores. “Sólo el corazón le puede ganar a los presupuestos. La billetera te soluciona problemas porque te permite comprar calidad. Escenarios como el de Southampton o Tottenham te hacen ser más creativo. Tal vez este obteniendo muchas más herramientas para cuando me toque manejar a jugadores del otro nivel”, decía… Llegó al paraíso qatarí a metros de la Tour Eiffel. Y acaba de sumarse Messi. El desafío que Pochettino tiene por delante es gigantesco. ¿Futbolístico? Sí. Y emocional.“El líder humano es el líder que triunfa”, y “el fútbol perdió gente auténtica, parecemos actores”, fueron dos frases suyas a este medio. Su lucha contra la deshumanización del fútbol se parece a una cruzada. Dirige egos. Dirige a Mbappé, a Neymar, acaban de llegar Sergio Ramos, Donnarumma… y el tal Messi. “No es una cruzada…, no quiero ser el Quijote de la Mancha ni mucho menos. Sí, siento la responsabilidad de ser espontáneo y de comportarme de manera natural. No sé si humanizar es la palabra correcta… Nosotros tenemos que ser gente normal, que conduce a un grupo de personas comunes y corrientes, que tienen un talento para jugar al fútbol, sí, el deporte más popular del mundo. Pero ellos no tienen por qué ser intocables. Pienso que debemos decir las cosas claramente y no actuar delante de los medios de comunicación. Y no vender una imagen que no es la nuestra. Muchos sí lo pueden hacer, porque también es una forma de mostrar fortaleza y esconder sus debilidades, pero para mí lo más importante es ver en el futbolista a gente normal, insisto, común y corriente”. Defiende esa idea. ¿Cómo asumir que Messi y Neymar son personas comunes y corrientes?Pochettino llegó a PSG a comienzos de este año, para ya le renovaron el contrato hasta junio de 2023 (Prensa PSG/)Un día cualquiera, los jugadores del Tottenham recibieron un mensaje por Whatsapp. Una frase, en realidad. Una frase del entrenador de basquetbol serbio Božidar Maljkovi?. ‘Un perro y un lobo son lo mismo, con una diferencia: el perro vive en casa, tiene comida, agua y duerme en la cama del dueño. Mientras que el lobo vive en la montaña, tiene que buscarse el alimento y refugio donde dormir’, leyeron. Pochettino se apropió del remate: “En mi equipo quiero lobos, gente con hambre y ambición”. Los genios desafiados son voraces. Pochettino podrá tocar las teclas justas con este Messi que buscará venganza.Pochettino ejerce un contagioso liderazgo emocional. Eso lo obsesiona. Cercano sin asfixiar, pero exigente sin espantar. Persuasivo como la gota que horada la piedra, contenedor como un acolchado de plumas. Las emociones atraviesan a este hombre de 49 años. Para entenderlo mejor: explica el fútbol desde la pasión, sin la vanidad del científico. “No se trata de correr más o de preparar mejor tácticamente el partido, la clave es el apartado psicológico. Si logramos elevar la autoestima, la confianza, creer en una idea y lograr que mi compañero, combinado conmigo, seamos imbatibles… ahí hay un potencial tan grande por descubrir que marcará en el futuro la nueva frontera entre ganar y perder”, subraya.De nuevo, para entenderlo mejor: para Pochettino todo se reduce a un mano a mano de pulsaciones. Y agudiza la preparación, tanto que su hijo mayor, Sebastiano, está al frente de un laboratorio –antes en los Spurs y ahora en PSG- muy particular, que combina pruebas clínicas con análisis hormonales y estudios del estrés a través del sueño. Un amigo parisino, biólogo, comandante de la Fuerza Aérea francesa, especialista en emociones bajo presión de los pilotos de cazabombardero, supervisa mensualmente este departamento. Para entender hasta donde llega la curiosidad y el grado de minuciosidad que le impone Pochettino a su trabajo.“Hoy en día todo tiende a enfriar las relaciones, a sostenerlas por los mensajitos, Whatsapp, Sky…, a la gente prácticamente le cuesta relacionarse, hablarse, mirarse a la cara, tocarse… Los que venimos de otra generación, y quedamos en el medio, tenemos la responsabilidad de que esta nueva generación no pierda el tocarse, hablarse, relacionarse, que en definitiva es el fútbol. La táctica no es más que la relación que tienes tu con tu compañero, tu con el balón, tu con la portería, tu con el contrario, tu con el referí… al final es eso. En base a cómo nos relacionamos vamos a definir cómo actuamos”, le contaba a LA NACION.Un origen compartido en Newell´s entre Pochettino y Messi; el día del debut en primera del entrenador, en Espanyol, el rival fue Barcelona…, naturalmente con Messi en el equipo
(Xavier Laine/)Mira horas de fútbol, disecciona los partidos y quema madrugadas diagramando nuevos ejercicios. Como todos. Pero su auténtica obsesión es convencer a los jugadores. ¿Cómo? Siendo tan genuino como espontáneo. Humano. “Podrás mostrar tu cara menos amable, podrás estar cercano o lejano, pero serás tu. Seguir lo que tu eres, creer en tu intuición, confiar en ti mismo. Yo he aprendido a comportarme de esa forma, porque he cometido errores en el pasado”, acepta. Messi se encontrará con alguien diferente. Que hasta, tal vez, un día le proponga caminar sobre brasas encendidas… ¿¡Qué!?“Lo hicimos en Southampton y en Tottenham. Si estás en la oficina y te vas a caminar sobre brasas, te vas a quemar, está claro. Pero esto es otra cosa, es como una inducción. Se trabaja a nivel mental, son estrategias que se preparan durante dos o tres horas. Como preparar tu cuerpo y tu mente para sentir que sos invencible, ser proactivo, cruzar los límites, elevar el umbral del dolor… Son estrategias que te demuestran que el poder está en nosotros mismos, que el tema emocional y mental son importantísimos. Mi responsabilidad es buscar el espíritu colectivo. No hay planteamiento táctico que valga sin sentir el deseo de la pasión”, explica Pochettino. Casi como un mantra.“A mí me encantaría trabajar con Cristiano Ronaldo, con Messi, con Modric, Piqué, Sergio Ramos, Lahm, Lewandosky, Neymar, Luis Suárez, con esa clase de jugadores, lógicamente, porque una gran parte de tu trabajo ya estaría hecho. ¿Si me gusta trabajar con jóvenes? Por supuesto. ¿Me encanta trabajar con los jugadores con experiencia? Sí, pero siempre y cuando sean los correctos para el proyecto en marcha”, contaba un día. Se hizo realidad y se acaba de potenciar hasta la dimensión Messi, algo que Pochettino hace unos días ni se imaginaba. Después, hay que pararse delante de ellos. “La mano dura ya ha pasado al olvido, la disciplina se maneja desde otra posición. Hay que ayudarlos a descubrir la pasión, la inspiración… Más que motivarlos, hay que cuidarlos”. Messi estará en buenas manos.

Fuente: La Nación

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