MENDOZA.- Ulises tiene 10 años y un sueño: ser futbolista. Le encantaría convertirse en un arquero reconocido, y se imaginó con guantes y botines nuevos, pero sabe que no todo está a su alcance, ya que para su familia es muy difícil comprarlos. Por eso, se puso manos a la obra para empezar a conquistar sus deseos. Así, decidió salir todos los días a barrer las veredas de los vecinos en San Rafael, a cambio de una colaboración para juntar dinero y poder darse el gusto. La solidaridad fue más fuerte y en pocos días logró más de lo que se imaginaba.“Trabajo para ganarme un poco de plata. Salgo a barrer para comprarme lo que me gusta. Ya tengo ahora los botines y los guantes y estoy muy agradecido. Ahora vuelvo a salir para comprarme una gaseosa y otras cosas”, cuenta el pequeño “barrendero” a LA NACION, sin entender el fenómeno que está causando su actitud, en medio de la crisis económica y sanitaria que afecta al país. Para muchos, representa un verdadero ejemplo de esfuerzo y superación.El “pequeño barrendero” con los guantes, botines, pelotas y la camiseta de Boca que le regalaron. “Estoy muy agradecido”, cuenta a LA NACION.Su historia se hizo viral por las redes sociales, gracias a una vecina que decidió compartirla. Así, aunque Ulises sigue haciendo su labor diaria para ganarse unos pesos, inmediatamente consiguió lo que quería. Guantes, botines, pelotas y una camiseta de Boca Juniors, el club de sus amores, fue lo que recibió en las últimas horas. La solidaridad de los mendocinos lo sorprendió a él y a su mamá, Lorena, que no sale del asombro.Todo comenzó con un mensaje en Facebook. “Les presento a Ulises. Un niño de 10 años que sale todos los días a barrer veredas para poder comprarse sus botines y guantes de fútbol. Acá está el claro ejemplo que cuando hay ganas, todo se puede”, posteó Mariana De Lucca, la vecina del niño que hizo todo posible. En pocos días, el teléfono de Lorena comenzó a explotar de mensajes preguntándole qué necesitaba su hijo y cómo se podía ayudarlo.“Gracias a Dios, Uli ya tiene todo lo que quería. Por ahora, está todo bien. Él sigue yendo a barrer, sigue haciendo su vida normal como si nada. Creo que no toma dimensión de todo esto. Nos llegan mensajes de mucha gente, felicitándonos por mi hijo. Estamos agradecidos de toda la gente”, expresó la mamá del pequeño.Ulises es alumno de la escuela Julio Argentino Roca. Además de jugar al fútbol, le gusta andar en bici y visitar a la gente de su barrio. Por eso, asegura que continuará golpeando las puertas de sus vecinos, escoba en mano, para ofrecerles el servicio a cambio de una propina. Por estos días, en medio del otoño mendocino, hay muchas hojas por levantar. Y allí está el “barrendero”, listo para avanzar en sus sueños.

Fuente: La Nación

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