La Cámara de Diputados continúa “en receso”: hace más de dos meses que no se celebran sesiones ni reuniones de comisión y, en medio de la parálisis generalizada, oficialistas y opositores prolongan la inercia al no ponerse de acuerdo sobre el retorno a la actividad presencial en el cuerpo.Un principio de entendimiento se había alcanzado el miércoles pasado, cuando el presidente del cuerpo, Sergio Massa, reunió en su despacho a los jefes de bloque del oficialismo y de Juntos por el Cambio para volver a poner en funcionamiento la actividad, ahora bajo la modalidad presencial. Acto seguido, Massa firmó una resolución en la que establece un “Protocolo para el Funcionamiento Parlamentario con Recinto Protegido”, por el cual se establece que las sesiones serán presenciales, mientras que las reuniones de comisión pueden adoptar la modalidad mixta (remota y presencial) según dispongan sus autoridades.Axel Kicillof sostiene a Carlos Bianco, el hombre más criticado por los intendentesLa resolución de Massa desató la inmediata reacción de Juntos por el Cambio, que le reclamó al presidente de la Cámara que retire la resolución. Le achacó que se excedió en sus facultades al emitir una disposición de manera unilateral.“La resolución implica un cambio al reglamento y esto exige no sólo la participación de los bloques en su redacción, sino que tres cuartas partes de los presentes en una sesión voten afirmativamente”, señalaron los jefes de los bloques de Juntos por el Cambio, Mario Negri (UCR), Cristian Ritondo (Pro) y Juan López (Coalición Cívica).Además, la bancada opositora ratificó que “no está de acuerdo en el trabajo remoto de las comisiones, salvo que sean reuniones informativas para lo cual ya estaba establecida esta opción en el reglamento (no hace falta introducir nada)”.Desde la Secretaría Parlamentaria de la Cámara baja, a cargo de Eduardo Cergnul, se aclaró que el presidente del cuerpo cuenta con atribuciones parlamentarias para hacer funcionar el cuerpo y que el nuevo protocolo establece un procedimiento con ese fin. Dicho protocolo dispone, además de la presencialidad de las sesiones, un detalle de las medidas sanitarias que deben adoptar los legisladores antes de asistir al recinto. Asimismo, establece que aquellas personas con inmunodeficiencias estarán exceptuadas de participar de manera presencial de los debates. Mientras oficialistas y opositores persisten en sus desacuerdos en torno al funcionamiento de la Cámara baja, una larga agenda de temas espera su tratamiento. Entre los proyectos pendientes figuran la iniciativa sobre etiquetado frontal, destinada a promover una alimentación más saludable; la prórroga de la ley ovina, que establece incentivos fiscales para el sector, y una nueva ley de humedales, demorada hace meses.

Fuente: La Nación

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