De una defensa pública e irrestricta, con conferencia de prensa incluida, a una distancia prudencial cuando se confirmó el procesamiento. Así podría resumirse el cambio en la relación entre la exsecretaria de Medio Ambiente de la Nación Romina Picolotti, con quien fuera su padrino político, el hoy presidente de la Nación, Alberto Fernández, por entonces jefe de Gabinete de Néstor Kirchner. De un momento a otro pasaron siete años y en ese lapso tanto Picolotti como Fernández dejaron de ser funcionarios y hasta abandonaron las filas del kirchnerismo.Picolotti, que actualmente reside en los alrededores de Miami, está siendo juzgada por administración fraudulenta en un debate que hoy entra en su etapa final con el alegato del fiscal, Diego Luciani. Se la acusa de haber utilizado fondos de la Secretaría, en la que trabajó entre 2006 y 2008, tanto para gastos personales como de allegados. Más de mil tickets y facturas se acumulan en la causa y van desde cenas, flores, bombones y juguetes para los hijos de la funcionaria, hasta viajes en avión para familiares.El cumpleaños que violó la cuarentena: los invitados debieron pagar medio millón de pesosEl escándalo de Picolotti estalló en 2007 luego de que una investigación del diario Clarín develara la serie de gastos privados realizados por ella y su entorno con dinero público. Entonces, Fernández hasta organizó una conferencia de prensa para defenderla. En una pantalla gigante de fondo se leía la frase: “La Verdad de los Hechos”. Fernández calificó allí de “falsa” a la denuncia que originó el tema y aseguró que se trató de una “operación política”.”Se copió una carpeta que estaba dando vueltas, que no era más que una operación política para lastimar a una funcionaria del Gobierno”, decía por esos días el hoy mandatario. El entonces jefe de ministros defendió las alrededor de 350 designaciones, que denunciaba el diario que se habían hecho y que se habían sumado a los ya 400 empleados existentes. Hizo lo mismo con la contratación de Juan Picolotti, hermano de la funcionaria, una de las incorporaciones junto a otros familiares y amigos de la secretaria. Por esos días, el hoy primer mandatario también la definió como una “funcionaria honesta y de bien”.En 2014, cuando Fernández ya se había alejado del kirchnerismo e integraba las filas del Frente Renovador, llegó el procesamiento de Picolotti. La decisión judicial fue de la juez María Servini, por el supuesto delito de “administración fraudulenta”. Por entonces, Fernández sostuvo que Picolotti debía dar las explicaciones necesarias y que la imputación por la que fue procesada era por un tema que él desconocía.Romina Picolotti, en juicio por administración fraudulenta; siguió el debate desde su casa en las afueras de Miami, con un curioso fondo de pantalla (Caprtura/)A modo de defensa de su cambio de postura, Fernández, sostenía que “de todo lo que se le imputó (a Picolotti), se declaró la falta de mérito y quedó liberada”. Agregó que la investigación “hablaba de inversiones indebidas y de contratos irregulares con una fundación que no había firmado Picolotti” y que que “la investigación siguió y se detectó una serie de gastos realizados con caja chica y la contratación de vuelos para viajar a Córdoba con su familia. Tras lo que terminó admitiendo que “visto a la distancia creo que el periodista de Clarín (Claudio Savoia) alguna razón tuvo, por lo cual le pido disculpas si fui destemplado”.“Si Romina hizo esto que dé explicaciones, ojalá las tenga. Yo nunca protejo a un funcionario que malgasta los fondos públicos”, dijo Fernández entonces.“En su momento había existido una denuncia mediática muy fuerte sobre de las contrataciones de personal que había hecho Picolotti en la secretaría. Yo le pedí explicaciones y ella me las dio. Y fue por esos hechos que yo la defendí públicamente, siendo jefe de Gabinete”, aclaraba Fernández en diálogo con LA NACION, en 2014.Tras lo que agregó: “El manejo de la caja chica en la secretaría yo no la conocía, que es lo que ahora es materia de investigación” y aseguró que “nunca” se involucró en la causa judicial que se le abrió Picolotti y que hacía tiempo que ya no tenía contacto con ella.

Fuente: La Nación

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