HOUSTON (AP) — Luis Rengifo conectó un jonrón y totalizó tres impulsadas para que los Angelinos de Los Ángeles se impusieran el sábado 4-2 sobre los Astros de Houston.David Fletcher y Shohei Ohtani batearon sencillos consecutivos en el inicio del encuentro. Fletcher terminó anotando en un doble de Jared Walsh, con un out.Los Angelinos se colocaron arriba por 2-0 cuando Ohtani anotó en un rodado en que fue puesto out el venezolano Rengifo.Jo Adell abrió el tercer inning pegando un sencillo, y Rengifo estiró la ventaja a 4-0 mediante su cuadrangular con un out por todo el jardín derecho frente a su compatriota Luis García 10-7.El abridor venezolano de los Angelinos, José Suárez (7-7) permitió tres hits y una carrera en un trabajo de cinco entradas y dos tercios, durante el que recetó siete ponches. Los Astros no pudieron hilar hits después de que Suárez abandonó el duelo y hasta el noveno episodio.Kyle Tucker bateó un sencillo cuando había un out de ese inning, avanzó a segunda en un balk del cerrador cubano Raisel Iglesias y se instaló en la antesala gracias a un pasbol.Iglesias entregó un boleto a Jake Meyers antes de que Garrett Stubbs pegara un doble para impulsar a Tucker y reducir la ventaja a 4-2.Iglesias ponchó al venezolano José Altuve, antes de retirar al emergente Chas McCormick, para conseguir su 31er salvamento.Por los Angelinos, el venezolano Rengifo de 4-1 con una anotada y tres impulsadas. El dominicano Juan Lagares de 1-0.Por los Astros, el venezolano Altuve de 5-0. Los cubanos Yordan Álvarez de 2-2, Yuli Gurriel de 4-0. Los puertorriqueños Carlos Correa de 4-0, Martín Maldonado de 2-0.

Fuente: La Nación

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Algo subyacente, casi imperceptible, está sucediendo en la Corte Suprema de Justicia y puede significar un cambio profundo y definitivo. Ese tribunal, la máxima instancia judicial del país, tiene como función elemental revisar la constitucionalidad de las decisiones de los otros dos poderes del Estado (el Ejecutivo y el Legislativo) y de los jueces de instancias inferiores. Es el tribunal, en definitiva, que interpreta de manera inapelable si la nación política respeta –o no– su Constitución, que es a su vez el único contrato unánime de los argentinos. Lo hace con grandes o con pequeñas sentencias, crea jurisprudencia, resguarda las garantías constitucionales y ordena el a veces desordenado territorio de la política. Por eso es importante cómo se conduce ese tribunal y quién o quiénes lo conducen.El actual presidente de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz, terminará su actual mandato de tres años con el último día de septiembre. Otra elección, menos bulliciosa y más austera que la legislativa, está ocurriendo en la cima misma del Poder Judicial. La probabilidad más grande es que el juez Horacio Rosatti suceda a Rosenkrantz como presidente de la Corte, aunque ninguna elección está terminada hasta que la votación no ha concluido. Es así aunque los votantes sean solo cinco, como es el caso de la Corte. Rosatti fue constituyente en el 94. Sus amigos subrayan su apego al espíritu y a la letra de la Constitución. ¿Es necesario hacerlo? “Hubo una campaña en los últimos días para mostrarlo como antiliberal”, contestan. La votación sucederá dentro de los próximos diez días. La primera certeza es que el expresidente de la Corte Ricardo Lorenzetti, que aspiraba a un nuevo mandato al frente del tribunal, no volverá a liderarlo. Lorenzetti fue el último presidente de la Corte con un inmenso poder dentro de la Justicia, ya sea porque administraba los tiempos de la Corte o por su influencia en los jueces de los tribunales inferiores, sobre todo los de la Justicia Federal de Comodoro Py.Al revés, a Rosenkrantz le tocó presidir una Corte en la que las decisiones fueron siempre consensuadas. A muchos les pareció que Rosenkrantz era solo un paréntesis entre dos liderazgos fuertes. Tal vez entre dos liderazgos del propio Lorenzetti. No será así. Si fuera Rosatti el nuevo presidente de la Corte o en el caso menos probable de una reelección de Rosenkrantz, el tribunal seguirá con el estilo colegiado de los últimos tres años. El mismo Rosenkrantz terminó aceptando que ese método consensual, con el que no estuvo de acuerdo al principio, es mejor que un liderazgo absoluto y decisivo. “No habrá más un zar de la Justicia”, dice un funcionario judicial que frecuenta al máximo tribunal.La política prefiere un zar, quizás porque se siente más cómoda con un solo interlocutor. Sea por lo que fuere, jueces, empresarios y políticos oficialistas y opositores trataron de influir en los últimos tiempos para que Lorenzetti regresara a la principal poltrona de la Corte. Tales gestiones no han cesado. Era el candidato de muchos funcionarios de Alberto Fernández (el propio Presidente se reunió con él al menos una vez) y de algunos dirigentes macristas. Ciertos empresarios llamaron a jueces de la Corte hasta el viernes último. La respuesta de los jueces supremos fue la misma para todos: esta elección es una cuestión exclusiva de cinco personas. Otra respuesta es habitual entre los jueces de la Corte: “El método colegiado y consensual llegó para quedarse. No lo cambiaremos”. Lo que parecía un paréntesis con Rosenktantz se convirtió en una tendencia definitiva. Es un cambio significativo.Algunos jueces de la Corte subrayan la importancia de que Rosenkrantz esté llegando al final de su mandato. Lo cumplirá hasta el último día. ¿Raro? ¿Por qué? “Hubo un intento de golpe de Estado cada tres meses en estos tres años”, señala un funcionario del tribunal. Magistrados de la Corte llegaron a sentirse amenazados físicamente y con sus familias en peligro. Es común entre ellos hablar de “operaciones periodísticas” (lo que es una aberración, porque si es una operación no es periodismo) para desestabilizar a Rosenkrantz y para desgastar a otros miembros de la Corte. Pero es cierto que hubo supuestas notas periodísticas que destrataban a Rosenkrantz, a Rosatti y hasta a Juan Carlos Maqueda. La tensión era palpable entre los miembros del máximo tribunal.El papel que jugó Maqueda en este proceso de cambio fue significativo. Su voz es escuchada por los otros jueces porque es el juez decano de la Corte, pero sobre todo porque él no aspira a presidir el tribunal. Ya fue como senador presidente de otro poder del Estado, el Legislativo, en la crisis política e institucional más grave que vivió el país desde la restauración democrática, en 2001 y 2002. Suficiente. Maqueda se apartó de Lorenzetti, con quien había tenido tiempos de muchas coincidencias, aunque también de ciertas disidencias. De hecho, Maqueda fue el único miembro de la Corte que votó por la reelección de Lorenzetti cuando Rosenkrantz fue elegido presidente, en 2018. Pero se cansó. Prefiere un tribunal integrado por jueces en permanente consulta entre ellos que uno liderado por una sola persona.Lorenzetti había trabajado especialmente la relación con los jueces federales de Comodoro Py, aunque no con todos. O no todos se dejaron seducir. Esos jueces son los más iridiscentes del país porque investigan e instruyen las causas que involucran al poder político, fundamentalmente la corrupción. Lorenzetti les dio a esos jueces federales, o a algunos de ellos, el control de la crucial oficina de escuchas telefónicas. Esa oficina pasó a la Corte Suprema para que sus actos (nada menos que escuchar las conversaciones telefónicas de ciudadanos bajo sospecha) fueran transparentes. Jueces y fiscales de Comodoro Py terminaron nombrando a familiares y amigos en esa oficina. El presidente de la Corte tiene ahora poco poder sobre esa dependencia fundamental. Ese es otro cambio que podría suceder. De todos modos, es una mala práctica que la Corte Suprema influya sobre los jueces de instancias inferiores, porque el máximo tribunal es el que revisará finalmente la gestión de esos magistrados. “Los jueces federales se acomodan. Y se acomodarán cuando vean que las cosas han cambiado para siempre en la Corte”, dicen en oficinas de los jueces supremos.El poder, la independencia y el prestigio de la Corte Suprema son indispensables para que funcione bien el sistema político y para garantizar las libertades y garantías de los ciudadanos comunes. El espectáculo de Nicaragua es desolador cuando la Justicia dependiente de la déspota diarquía que gobierna ese país, la de Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo, ordenó la prisión del escritor Sergio Ramírez. Ramírez es un escritor exquisito, una persona honorable y un hombre bueno, que cometió el delito de denunciar la tiranía que se abatió, otra vez, sobre su país. El gobierno de Alberto Fernández tiene la oportunidad de tomar distancia de Ortega. Solo necesita hacer una cosa: pedirle a Ortega que deje de perseguir a un escritor que solo tiene el poder de la palabra.El poder de la palabra es al que más temen los autoritarios. Cristina Kirchner dijo en el acto de cierre de campaña que había mirado “a Macri en su canal”, en una clara referencia al canal de televisión de LA NACIÓN. Esa versión es una mentira premeditada y con real malicia, porque ella sabe que no es cierto. El rumor que vincula a Macri con LN+ es una mentira interesada desde el principio, que ofende al periodismo independiente. Censurar o difamar a los que solo tienen el poder de la palabra es la práctica más común de los que no creen en las libertades. O de los que le temen a la libertad. Con la amenaza de cárcel para un escritor o con la calumnia a un medio periodístico, con la abolición de la palabra, es como empiezan y terminan las dictaduras.

Fuente: La Nación

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Durante muchos años se la describió como “la musa de Michelangelo Antonioni” y aunque pueda ser que Monica Vitti haya sido en más de un aspecto motor de inspiración del italiano, -además de su pareja y actriz en media docena de sus películas-, la descripción no termina de hacerle justicia. Porque Vitti fue un ícono en sí mismo, una mujer que nunca se subordinó al universo masculino sino que lo transitó con la convicción de saber siempre qué estaba haciendo. “Yo tengo una forma de ver el mundo que cambia cada día, cada hora, cada minuto. El día que no me pase eso me consideraré vieja, perdida para siempre. Yo no nací para la diplomacia, me gusta hablar con todas las palabras. Además, esa es la única manera de entenderse. A veces puedo decir cosas brutales, que pueden aterrorizar a mis mejores amigos y si eso sucede, paciencia. Yo hago mi trabajo con un amor infinito, le dedicó todo lo mejor con la mayor seriedad y honestidad. Lo siento en mi piel, en mis ojos”, decía en 1972. Evelyn Von Brocke, enamorada y feliz con su presente laboral, no descarta irse a vivir a Alemania por sus hijosQuien marcó el rumbo del cine italiano en la década del 60, y 70 nació el 3 de noviembre de 1931 en Roma como María Luisa Ceciarelli. De madre boloñesa y padre romano dedicado al comercio exterior, descubrió la interpretación siendo muy niña, jugando con muñecos y títeres, a los que los hacía “hablar” con diálogos inventados durante horas. En ese momento la familia lo consideraba un divertimento y ella: el universo al que soñaba pertenecer.Cuando se recorre su filmografía, enseguida salta a la vista una división marcada por su ductilidad: de las obras de Antonioni a las comedias con Alberto Sordi. El universo de Monica fue muy amplio. Sin embargo, detrás de ese éxito profesional, de esa mirada seductora y de sus dotes para pasar del drama al humor, existieron también otras realidades. Varios intentos de suicidio, el sentir que necesitaba cambiar cuando su entorno no se lo permitía y la sorpresa de descubrir que estaba muerta en vida.Las muchas vidas de un mitoMonica Vitti, al llegar al hotel Carlton, en Cannes, en 1966 Un día, a mediados de la década del 50, María Luisa se convirtió en Monica y Ceciarelli en Vitti. El apellido, breve y contundente, provenía de acortar el Vittiglia materno. En cambio el nombre fue menos simbólico: provino del personaje femenino de un libro que estaba leyendo en ese momento.Con la convicción de querer ser actriz, Monica se graduó en la Academia Nacional de Arte Dramático y comenzó a hacer obras de teatro. Se dio el gusto de interpretar obras de Shakespeare y de Molière, la fascinaban los clásicos.Su debut sobre el escenario fue en 1953 y un año después llegó una pequeña aparición en el cine no acreditada. El camino fue lento y ella consecuente. Cada año sumaba horas de vuelo en escena y más líneas de guion en películas. “Soy actriz para no morir”, escribió en su autobiografía en referencia a sus múltiples intentos de suicidio, el primero a los catorce años, para luego reafirmar: “Si tuviera el suficiente valor, ya me habría disparado un tiro en la cabeza”.Y es que para la actriz, la ficción siempre fue más atractiva que la realidad. Tener un camino de altos y bajos prefijado, sin sorpresas y con la convicción de que habrá final feliz fue para Monica un deseo que la obsesionó durante toda su vida. De la alegría a la tristeza, de la pasión a la depresión, la montaña rusa de emociones que signó su vida la convirtió en una mujer reflexiva, pero a la vez desconfiada y punzante en el análisis de su entorno. Y por supuesto, la necesidad de entretener al otro para evitar que experimente la misma sensación que ella tenía cada mañana.“Claro que le tengo miedo a la soledad -monologaba en aquella entrevista de 1972-, ¿por qué no reconocerlo? Pero creo, para ser justa, que eso le pasa a todas las mujeres. Sin embargo, cuántos errores cometemos en su nombre, por huirle, por no asumirla, por sentirnos frustradas. Se puede ser viejo a los veinte años y joven a los ochenta, bueno, lo mismo pasa con la soledad. Una puede sentirse angustiosamente sola rodeada por los seres que más nos quieren”.Y enseguida, nuevamente la muerte como angustioso desenlace: “Creo que a lo único que le tengo verdadero miedo, lo único que configura mi verdadera obsesión es la muerte. Por eso odio los viajes en avión, la posibilidad de una muerte gratuita, la insólita exposición a un riesgo que no puede ser controlado en caso de accidente. Con solo decir la palabra ‘muerte’ me siento mal, la imagino como una vieja que me sorprende y aterra, pero no hablemos más de eso, mi vida es otra y por otra parte, la gente no piensa que las actrices puedan estar angustiadas más que por la pérdida de su maletín de belleza”.A pesar de correrle la cara, de esquivarla, de no darle entidad, la parca tenía una sorpresa para ella. Un aviso en forma de nota periodística destacada en uno de los medios más importantes de Francia. Corría 1988, cuando Vitti abrió el diario y descubrió que había muerto.El entierro prematuroEl 3 de mayo de 1988, el prestigioso diario francés Le Monde publicó en su primera edición que la actriz Monica Vitti se había quitado la vida. Al momento de encontrarse con la noticia, ella se preparaba para ir al funeral del actor de teatro Paolo Stoppa, que había fallecido el día anterior en Roma.La información había llegado al periódico de manera telefónica, a pocos minutos del cierre de la edición: “Monica Vitti está muerta. Se suicidó en su apartamento romano (…). Se tragó una dosis letal de barbitúricos. Ingresó en el hospital de urgencias y todos los tratamientos resultaron inútiles”. La contundencia de los datos, sumada a la mala praxis periodística hicieron el resto.Aunque nunca se terminó de conocer de dónde vino la llamada, de acuerdo al medio la publicación surgió luego de un mensaje firmado por Georges Geaume, agente de Vitti en Francia. Sin embargo, este aseguró que no había tenido nada que ver con la información y Le Monde cargó con la culpa de publicar una información sin verificar. Igualmente, tan grave como los datos erróneos fueron las especulaciones del imaginativo redactor: “Detrás de la armonía, había una herida, sin duda disimulada con demasiada modestia. Monica Vitti prefirió abandonar la vida y no lo hemos podido contener”.Al día siguiente, y a partir del revuelo que generó la noticia falsa, el diario se rectificó pero hasta ahí nomás porque aprovechó la autocrítica para vanagloriarse de que la noticia había servido para que la actriz dimensionara el cariño de su público, que solo aparece cuando mueren las estrellas, y por lo tanto ellas no lo pueden saber. Ella no lo entendió de esa manera.“No cabe duda -declaró la actriz días después al diario El País- que dicha historia me ha servido para darme cuenta de la gran responsabilidad que tiene la prensa, ya que la gente tiene tendencia a creer ciegamente en lo que se escribe, y de este modo lo escrito acaba siendo más verdadero e irrefutable que la realidad”. Y a continuación sumó un nuevo ejemplo: “Un día llamé a mi madre y le dije: ‘Hola mamá, te hablo desde Milán’. Y ella me respondió: ‘No es verdad, estás en Venecia porque lo he leído en el periódico esta mañana. Lógicamente mi madre le creyó al diario en lugar de dar por cierto lo que su propia hija le estaba diciendo al otro lado del aparato”.Amor y cineMichelangelo Antonioni junto a Monica Vitti, en el festival de Cannes en mayo de 1960 (WEHRLE/)Monica Vitti y Michelangelo Antonioni se conocieron trabajando. Algunas investigaciones periodísticas aseguran que su primera colaboración con el realizador no fue frente a cámara, sino que prestó su voz para el personaje de Dorian Gray en la película Il Grido (1957). Sin embargo, esta historia fue refutada con el paso de los años.La aventura (1960) y La noche (1961) fueron las primeras colaboraciones oficiales de la pareja, al mismo tiempo que el inicio de una historia de amor entre ambos que duró cinco años. Y aunque la prensa de entonces aseguraba que se trataba de una relación asimétrica y aburrida, ella siempre se encargó de desmentirlo: “Cómo se puede vivir mal al lado de uno de los hombres más lúcidos de su época. Yo odio los encuentros furtivos, mis sentimientos son demasiado violentos como para poder expresarlos en uno o dos encuentros. Preciso tiempo, paciencia, introspección. Vivo en alta tensión todas las horas de mi vida, de manera que me sería imposible convivir con un hombre superficial”.A mediados de la década del 60, Vitti comenzó una relación con el director de fotografía Carlo Di Palma, a quien había conocido durante el rodaje de Deserto Rosso (1964), de Antonioni. Ambos hombres colaborarían inmediatamente después en el clásico Blow Up (1966). Vitti, por su parte, fue la protagonista de los únicos tres largometrajes que Di Palma dirigió entre 1973 y 1976.A mediados de la década del 80, la producción fílmica de Monica Vitti comenzó a decaer. De todos modos, la estrella italiana se dio el gusto de despedirse de la pantalla grande con una película como directora, Escándalo secreto (Scandalo segreto, 1990). Previo a eso, había vuelto a trabajar con Antonioni en El misterio de Oberwald (1980) y protagonizado dos películas dirigidas por su actual marido, Roberto Russo, con el que se casó el 28 de septiembre de 2000, luego de dos décadas de noviazgo.Se la vio por última vez en marzo de 2002, en un estreno en París. Retirada de la vida pública, las últimas noticias en torno a Vitti han sido a raíz de su salud. En noviembre de 2003 fue hospitalizada por una fractura de fémur y poco después se anunció que padecía alzheimer. Desde entonces, su esposo se encarga de actualizar su estado de salud y de desmentir rumores, que desde la prensa continúan acechándola. Pero ella sigue ahí, dando pelea: “La ironía forma parte de mi carácter y no debo evitarla ni esconderla. Es mi válvula de defensa. La ironía es la base que me sirve para deformar la realidad de manera de hacerla soportable, adaptable a mis puntos de vista, a mis necesidades. Muchos amigos me preguntaron cómo pude pasar del cine trágico a la comedia sin sobresaltos. Bueno, la ironía me podría servir para replicarles que en el fondo, las dos actividades son caras de una misma medalla, condenada para colmo, a perderse en el río del tiempo”.

Fuente: La Nación

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Barclays estaba en la suite presidencial de un hotel en Lima con vistas al océano Pacífico (“si no puedo ser presidente, me contentaré con ocupar las suites presidenciales”, solía decir, en tono risueño, a sus amigos), cuando su hermano John le dijo por teléfono:-El juez ha dictado orden de captura. Van a arrestarlo en cualquier momento.John Barclays aludía al padre de ambos, don James Barclays, quien, tras una exitosa carrera como ejecutivo en bancos y automotrices, había presidido el Jockey Club durante dos períodos, y luego se había retirado, pensando en dedicarse a su afición más perdurable, la de viajar y cazar animales, un plan que abortó bruscamente porque la nueva administración del Jockey, presidida por un almirante retirado, lo enjuició por malos manejos de los dineros del Club, y ahora el juez a cargo del caso había encontrado suficientes indicios de culpabilidad como para ordenar su inmediata captura.-Dile a papá que no se entregue -le dijo Barclays, desde su suite, a su hermano menor, John-. Dile que venga enseguida al hotel. Yo lo voy a esconder.En ese momento Barclays no se encontraba a solas en la suite. Estaba con él, haciéndole fotos, el fotógrafo internacional Mario Tarantino, un artista de los retratos, quien había leído los primeros libros de Barclays, traspasados de pura angustia gay, y sentido curiosidad por conocer al escritor y hacerle fotos. Antes de comenzar la sesión, Tarantino abrió los vestidores de la suite y escudriñó con ojo hipercrítico la poca ropa de Barclays, incluyendo sus calzoncillos, que miró con espanto o pavor.-Tienes que aprender a vestirte -le dijo, en tono paternal-. Tu ropa es patética.-Soy un escritor, Mario -se defendió Barclays-. No sé nada de moda.-Cuando aprendas a vestirte, escribirás mejor -dijo Tarantino.Ahora estaban Barclays en calzoncillos y Tarantino disparando sus retratos cuando el escritor le dijo al fotógrafo:-No podemos seguir. Mi padre está en camino. Va a llegar en cualquier momento.-Me hace ilusión conocerlo -dijo Tarantino-. Porque ya lo he conocido bastante en tus novelas.-No conviene, Mario -dijo Barclays-. Mi padre es muy homofóbico. Te ruego que te vayas.Sorprendido, el gran fotógrafo internacional recogió sus equipos sin demasiada prisa, seguramente pensando:-Qué patán este Barclays de interrumpirme así una sesión de retratos.Aún no se había marchado el fotógrafo cuando volvió a sonar el teléfono:-Señor Barclays, su padre está aquí abajo, en la recepción.-Que suba inmediatamente -dijo Barclays.Poco después, Barclays abrió la puerta, hizo pasar a su padre sin darle un abrazo ni un apretón de manos y dijo:-Papá, te presento a Mario Tarantino, el famoso fotógrafo.Se dieron un apretón de manos y Tarantino se despidió con elegancia y coquetería.-¿Es tu amigo? -le preguntó a Barclays su padre.-No, sólo estaba haciéndome fotos.Por supuesto, ya Barclays se había vestido. Su padre no sabía quién era Mario Tarantino: el mundo de la moda no era su mundo.-¿Qué hacemos? -preguntó el señor James Barclays.-No puedes quedarte en tu casa -le dijo su hijo, el escritor-. Van a llegar en cualquier momento a arrestarte. Tienes que esconderte. Tienes que pasar a la clandestinidad.-¿Dónde crees que debo esconderme, hijo?El señor Barclays estaba levemente nervioso, aunque intentaba disimularlo.-Quédate acá hasta que tengamos un plan. Luego a la noche te buscamos un buen lugar para esconderte.De pronto Barclays hijo recordó que el fotógrafo Tarantino tenía un apartamento en una playa cuarenta kilómetros al sur, llamada Punta Hermosa. Lo llamó enseguida. Le dijo:-Mario, necesito pedirte un gran favor. ¿Estás durmiendo en tu apartamento en la playa?-No -dijo Tarantino-. Es invierno y me muero de frío. Estoy en casa de Susana de la Fuente.-¿Puedes prestarme tu apartamento dos o tres días? Después te explico de qué se trata. Es un asunto muy delicado.-Con mucho gusto -dijo Tarantino-. Siempre que mañana sigamos con las fotos que interrumpiste.Esa noche, los Barclays, padre e hijo, salieron de la cochera subterránea del hotel en la camioneta del hijo, se detuvieron en la casa de Susana de la Fuente, recogieron las llaves del apartamento del fotógrafo Tarantino y manejaron hasta Punta Hermosa, donde pasaron la noche tomando coñac.-Papá, necesito preguntarte algo -dijo Barclays-. ¿Eres culpable?-No, hijo. Soy inocente. No le he robado nada al Jockey Club. El almirante que me acusa es un hijo de puta.Pero Barclays no supo si creerle a su padre.-No vas a entregarte -le dijo-. Voy a hablar con mi abogado. Vamos a ganar este juicio. Vamos a ganarlo como sea. Cueste lo que cueste.-Gracias, hijo. Gracias por estar de mi lado. Tu madre es una jodida. No me cree. Cree que soy un ladrón. Casi me ha botado de la casa.-Nadie debe saber que estás acá. No hables por teléfono con ella ni con nadie, papá.Los Barclays, padre e hijo, habían sido enemigos toda la vida, el padre deplorando los libros que publicó su hijo, el hijo maldiciendo los abusos que le infligió su padre, pero ahora las circunstancias aciagas los habían unido en una extraña alianza: la de salvar el honor de la familia e impedir que don James Barclays fuese a la cárcel, acusado de ladrón.-No vas a pasar una sola noche en la cárcel, papá. Confía en mí. Confía en mi abogado.-Por eso estoy acá, hijo. Tu hermano John me aconsejó que me pusiera en manos de tu abogado.Al día siguiente, convocado por el escritor, llegó al escondrijo de Punta Hermosa el abogado de Barclays hijo, dispuesto a salvar de la cárcel a Barclays padre. Se llamaba Henry Gubbins. Era bajo, gordo y cabezón. Era brillante, culto y ambicioso. Era astuto, maléfico e inescrupuloso. Ganaba todos los juicios. Solía decir con delicioso cinismo:-En este país la fuente del Derecho es el dinero.Gubbins escuchó pacientemente el largo alegato de Barclays padre, recibió las carpetas con todos los documentos del caso, aprobó que don James siguiera escondido en Punta Hermosa, le aconsejó que no tratara de salir del país y sentenció:-Esto se arregla fácilmente con cien mil dolaritos.No dijo dólares, dijo “dolaritos”.Don James Barclays arqueó las cejas, sorprendido, frunció el ceño y miró a su hijo, el escritor, quien, a su turno, le dijo a su amigo, el abogado:-No hay problema, Henry. Cuenta con eso.-Si queremos aceitar al juez y al fiscal y asegurarnos de levantar la captura y ganar el juicio, necesito la plata ahora mismo -dijo Gubbins.Barclays padre no parecía dispuesto a pagar nada. Lo acusaban de haberse robado millones de dólares del Jockey Club, pero él sostenía que era inocente y quizás por eso no quería mostrarle dinero al abogado, no fuese a creer Gubbins que don James había desfalcado al Jockey Club.En pocos minutos, Barclays hijo abrió la aplicación de su cuenta bancaria, introdujo los números de la cuenta de Gubbins y le transfirió cien mil dólares:-Ya tienes tus dolaritos, Henry.-Gracias, hermanito. Quédate tranquilo que con este lubricante yo me encargo de aceitar bien a todos.Antes de irse, Gubbins le dijo a don James Barclays:-Usted no va a pasar una sola noche en la cárcel, le doy mi palabra. Y luego vamos a enjuiciar al nuevo presidente del Jockey, el almirante que le ha abierto el juicio, y lo vamos a meter preso a ese cabrón.Gubbins se marchó caminando como si le pesara la cabeza, como si fuera a caérsele. Se metió en un auto negro, blindado, un chofer abriéndole la puerta. Se perdió en la espesa penumbra de la noche, al pie del mar Pacífico.James Barclays pasó dos semanas escondido en el apartamento de Punta Hermosa del fotógrafo Mario Tarantino. Barclays, su hijo, el escritor, reanudó la sesión de fotos y volvió a quedar en calzoncillos, a sugerencia del afamado retratista. Todas las noches, el escritor manejaba hasta Punta Hermosa con comidas y bebidas para su padre: quesos, jamones, salmón ahumado, algo de caviar, whisky y coñac, pero nada de dulces, pues don James alardeaba de ser tan macho que no comía helados ni chocolates ni postres en general, pero bebía café, whisky y coñac como preso político recién liberado.-Papá, dime la verdad, ¿no es tu firma la que está en todas las facturas sobrevaluadas del Jockey? ¿No es cierto que inflaste los montos al doble y al triple por cada compra o servicio, para quedarte con la diferencia?-No, hijo. Créeme. Soy inocente. Es mi firma, claro, pero los montos eran los correctos, no estaban inflados.-El presidente del Jockey dice que transferiste ese dinero a una cuenta en un paraíso fiscal.-Sí, sí, dice que tengo una cuenta en las islas Vírgenes Británicas. Esa cuenta ya no existe, hijo. La tuve un tiempo, pero la cerré.-Si te llevaste un dinero del Jockey, no te voy a juzgar, papá. Pero necesito saber la verdad.-No me robé nada, hijo. Soy inocente. Sírveme más coñac, por favor.Unos días después, el abogado Gubbins le dio una buena noticia a Barclays:-En cualquier momento levantan la orden de captura. Dile a tu viejo que se quede tranquilo. He repartido más aceite que grifo de carretera. Todos bien lubricados, mi estimado.-Gracias, querido Henry. Eres el mejor de todos.Una noche en Punta Hermosa, los Barclays, padre e hijo, salieron a caminar por la playa, bien abrigados, don James fumando un cigarrillo, alcoholizados ambos.-Hijo, te debo unas disculpas -dijo de pronto don James.-No me debes nada, papá.El rumor del mar danzando su extraña danza infinita, las olas lamiendo lánguidamente la orilla pedregosa, el viento húmedo y helado, la sensación de estar a solas, escondidos, en la clandestinidad: todo inducía a deponer las hostilidades, firmar un armisticio e intentar ser amigos, o cuando menos aliados.-Te he hecho la vida imposible -dijo don James Barclays-. He sido muy estricto contigo. Te pido perdón por eso.-No pasa nada, papá. No hay rencores.Pero claro que había rencores, y allí estaban los libros de Barclays, un minucioso inventario de esos rencores contra su padre, contra su familia, contra su país.-Te felicito, hijo, porque, a tu manera, eres un ganador. Ya no puedo seguir jodiéndote la vida. Has ganado. Reconozco que has ganado.-No he ganado nada, papá. Todo es una impostura.-Dame un abrazo, hijo.Padre e hijo se abrazaron brevemente, a orillas del mar.-¿Me perdonas, hijo?-No perdono nada, papá. Hay cosas que no se olvidan. Pero te quiero. Por eso estoy acá.Días después, el abogado Gubbins cumplió sus promesas: el juez dejó sin efecto la orden de captura, don James Barclays regresó a su casa y la justicia lo declaró inocente de todos los cargos.Años más tarde, padre e hijo volvieron a abrazarse, esta vez en una clínica, en la víspera de que Barclays padre muriese de cáncer.-¿No hay rencores? -preguntó Barclays padre.-No hay rencores -respondió Barclays hijo.Luego don James le dijo:-Acércate, quiero decirte algo al oído.Barclays, el escritor, pensó que su padre le diría algo sentimental, un último consejo, el sentido profundo de la vida. No fue así. Le entregó una llave pequeña de una caja de seguridad de un banco. Le dijo que allí estaban todos los datos de una cuenta bancaria en Suiza. Le dijo que el único beneficiario era él, Barclays, su hijo mayor, el escritor, su enemigo de toda la vida.-Es la plata del Jockey -dijo Barclays padre-. Que no se entere tu madre, por favor.Barclays padre murió esa noche, de madrugada, confortado por los auxilios de su esposa y de un cura llevado por ella. Al día siguiente de los funerales, Barclays hijo viajó a Zurich.-Me han invitado a un congreso literario -mintió.

Fuente: La Nación

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Los dos eran huraños y solitarios. Nunca llegaron a ser amigos. Sin embargo, y aunque no le sobraba el dinero, Edgar Degas compró varias obras de su colega Paul Cézanne. Entre ellas Bañista con brazos extendidos, en una exposición de 1895, que décadas más tarde pasaría a la colección de otro pintor: Jasper Johns.En el artista postimpresionista que sería considerado “el padre de la pintura moderna”, precursor del fauvismo y el cubismo, el autor de las célebres bailarinas percibía “la misma trascendencia clásica que él buscaba para su obra”, según recuerdan María Dolores Jiménez-Blanco y Cindy Mack en el libro Buscadores de belleza. Historias de los grandes coleccionistas de arte.Admirado también por Henri Matisse y Pablo Picasso –quien lo definió como su “único maestro”-, Cézanne fue un referente tanto para sus contemporáneos como para las generaciones que siguieron. Especialmente desde la retrospectiva que le dedicó el Salón de Otoño de París en 1907, un año después de su muerte. Su pintura Los jugadores de cartas (1890/95) llegó a ser la más cara de la historia en 2011, cuando la familia real de Qatar pagó por ella 250 millones de dólares.El estaque con tejados rojos (1883/85) se rematará en noviembre (Gentileza Christie’s/)Ahora vuelve a ser noticia gracias a la muestra de dibujos y acuarelas que le dedica hasta fin de mes el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), y la subasta de Christie’s que lo tendrá en noviembre entre sus grandes protagonistas: la obra El estaque con tejados rojos (1883/85), de la colección de Edwin Lochridge Cox, se ofrecerá por un valor estimado entre 35 y 55 millones de dólares. Es uno de los tantos paisajes que pintó, junto con sus bañistas, retratos y naturalezas muertas, además de abocarse a diario al dibujo durante más de medio siglo.Todas esas obras tienen algo en común: la forma innovadora en que el artista expresó su percepción, al integrar la observación directa de los impresionistas con la estructura de la composición clásica. Tras vivir en París y en Auvers regresó a su ciudad natal, Aix-en-Provence. El lugar donde unas simples frutas, montañas y rocas -recreadas de manera única- contribuyeron a cambiar la forma de mirar.Saco sobre una silla (1890-92), uno de los dibujos que exhibe el MoMA (colección privada) (Gentileza MoMA/)“Durante siglos antes de Cézanne, el arte europeo más importante fue el que representaba con mayor precisión el mundo, con exactitud, ilusionismo, elegancia, sprezzatura -explica el crítico Jason Farago en el New York Times-. Cézanne desechó todo eso. En cambio, usó el arte para dar forma al proceso de ver ese mundo, individualmente, tanto con el ojo como con el cerebro”.

Fuente: La Nación

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NUEVA YORK (AP) — Estados Unidos conmemoró solemnemente el 20mo aniversario de los atentados del 11 de septiembre el sábado, lamentando las vidas perdidas y la unidad estadounidense destrozada en eventos que se llevaron a cabo semanas después del fin sangriento de la guerra de Afganistán que fue emprendida en respuesta a los ataques terroristas.Familiares de las víctimas y cuatro presidentes estadounidenses rindieron honores en los sitios donde los aviones secuestrados provocaron la muerte de unas 3.000 personas en el acto más letal de terrorismo en territorio estadounidense.Otros se reunieron para conmemorar el acontecimiento desde Portland, en Maine, hasta Guam, o para realizar proyectos de voluntariado en lo que se ha convertido en un día de servicio en Estados Unidos. Mandatarios extranjeros expresaron sus condolencias por un atentado ocurrido en Estados Unidos pero que cobró víctimas de más de 90 países.“Se sintió como si un espectro maligno hubiera descendido sobre nuestro mundo, pero también fue un momento en que mucha gente actuó más allá de lo normal”, expresó Mike Low, cuya hija Sara Low era asistente de vuelo en el primer avión que se estrelló.“Mientras avanzamos en estos 20 años, encuentro sustento en un continuo agradecimiento a todos aquellos que hicieron más que la gente ordinaria”, comentó el padre de familia ante una multitud reunida en la zona cero que incluía al presidente Joe Biden y a los expresidentes Barack Obama y Bill Clinton.En un video publicado el viernes por la noche, Biden señaló que el 11-S ilustraba que “la unidad es nuestra mayor fortaleza”.La unidad “es lo que va a afectar nuestro bienestar más que cualquier otra cosa”, añadió en su visita a una estación de bomberos voluntarios el sábado luego de depositar una corona de flores en el sitio donde se estrelló un avión cerca de Shanksville, Pensilvania. Más tarde, guardó un minuto de silencio en el tercer sitio, en el Pentágono.El aniversario fue conmemorado bajo el mando de la pandemia de coronavirus y a la sombra del retiro de Estados Unidos de Afganistán, que ahora está bajo el control del mismo grupo Talibán que le ofreció un refugio seguro a los conspiradores de los atentados del 11-S.“Esto es difícil porque uno esperaba que sería un momento diferente y un mundo diferente, pero a veces la historia comienza a repetirse y no de la mejor manera”, afirmó Thea Trinidad, quien perdió a su padre en los ataques y quien leyó los nombres de las víctimas durante la ceremonia en la zona cero de Nueva York.Bruce Springsteen y los actores de Broadway Kelli O’Hara y Chris Jackson cantaron en el evento, pero, por tradición, ningún político habló en la zona cero.En el sitio de Pensilvania, donde pasajeros y miembros de la tripulación lucharon por mantener el control del avión que se cree iba en camino al Capitolio federal o a la Casa Blanca, el expresidente George W. Bush dijo que los atentados del 11-S mostraron que los estadounidenses pueden unirse a pesar de sus diferencias.

Fuente: La Nación

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PITTSBUGH (AP) — Bryan Reynolds conectó su 23er jonrón de la temporada y empujó tres carreras para que los Piratas de Pittsburgh vencieran el sábado 10-7 a los Nacionales de Washington.Reynolds disparó un garrotazo de dos carreras entre el jardín derecho y el central en la quinta entrada y le dio a Pittsburgh la ventaja en la sexta, cuando gestionó un boleto con las bases llenas ante el relevista venezolano Andrés Machado.Esa base por bolas fue una de 10 expedidas por los decaídos Nacionales, que han perdido 12 de 15 partidos.Ben Gamel sacudió su séptimo jonrón y su primero en más de dos meses, en el quinto acto. Colin Moran bateó dos sencillos y totalizó cuatro remolcadas por Pittsburgh, que ha ganado cuatro de cinco duelos.Los Piratas dejaron el encuentro prácticamente resuelto por medio de un racimo de cuatro carreras en la sexta entrada. Tres pasaportes, incluidos dos del panameño Alberto Baldonado (0-1) llenaron las bases cuando había dos outs.Reynolds dio a Pittsburgh la delantera cuando Machado le dio el boleto en cinco pitcheos. El sencillo de Moran dentro del cuadro remolcó a Hoy Park para poner el juego 7-5.Tanto Reynolds como Ke’Bryan Hayes corrieron a home cuando el intermedista Luis García no pudo controlar un potente roletazo de Gamel.Kyle Keller (-1) se embolsó el triunfo como relevista. Chris Stratton resolvió en forma perfecta la novena entrada para llegar a cuatro rescates.Por los Nacionales, los venezolanos Alcides Escobar de 5-2 con dos anotadas y una empujada, Kiebert Ruiz de 2-1 con tres impulsadas. El dominicano Juan Soto de 5-4 con dos anotadas y una producida. El cubano Yadiel Hernández de 5-1 con una remolcada.Por los Piratas, el dominicano Wilmer Difo de 1-0. El puertorriqueño Michael Pérez de 3-0 con una anotada.

Fuente: La Nación

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Hoy es un día especial, querido lector. Va a votar en un contexto diferente y no solo por la pandemia, que muchos están usando de pretexto para que se asuste y esquive el cuarto oscuro. No les haga caso. El virus es más previsible que nuestros políticos y jueces. Si usted se protege bien del Covid, lo más probable es que no le pase nada. No así con los otros mencionados más arriba.Vaya y vote con la mente, con el corazón, con alcohol en gel, barbijo, mascarilla, un Voligoma para pegar el sobre y una birome para firmar. Lo más difícil es lo primero: saber por quién votar. Lo demás se consigue en la farmacia o en la librería del barrio. No se olvide de la distancia social de dos metros con el otro elector y tome mayor distancia de la trifulca que se armó entre la Cámara Nacional Electoral y la jueza Servini de Cubría.La Cámara Electoral acusó a la jueza María Servini de causar “confusión y estrépito” en el electoradoSi nos faltaba una grieta era la de la justicia electoral. La Cámara dispuso que haya un “facilitador sanitario” en cada local. La jueza dijo que será de “dudosa efectividad”. Los camaristas habilitaron un aforo de ocho mesas por centro de votación y colas de votantes en la calle. La jueza dijo que habrá más mesas y que los electores esperarán tanto adentro como afuera. La Cámara determinó un horario para que voten las personas que integran grupos de riesgo. La jueza retrucó que podrán hacerlo cuando quieran. La Cámara estableció que cualquier persona sospechosa de Covid puede votar garantizándole medidas de higiene y distanciamiento. Servini decidió que no vayan.La Cámara dijo que los que a las 18 todavía estén haciendo cola, recibirán un número y podrán votar aunque haya terminado el horario. Esté atento a si le dan el “verde 14” y se le quiere colar el “rosa 18”.Quiénes son los principales protagonistas de una elección decisivaNo se complique, estimado. Ni siquiera cuando –a pedido de alguien de la mesa– deba bajarse el barbijo para que las autoridades corroboren que es usted el que va a votar y no el puntero del barrio que le hizo un tackle en la entrada. Tampoco cuando le pidan que no toque la urna cuando mete el sobre –tenga cuidado con errar el lanzamiento y darle en el ojo al presidente de mesa–. Haga caso a la Cámara cuando advierte “no compartir mate, no saludar con besos, abrazos ni apretones de manos” y, menos, con el fiscal de la lista que eligió porque eso sería voto cantado. No le pase la lengua al sobre, no le dé en mano el DNI a nadie. Apóyelo sobre la mesa y retírelo de ahí junto con el troquel. Si siente que está jugando al Twister, disfrútelo. Pero más disfrute haber cumplido con su deber ciudadano. Y recuerde: no se queje si no se queja. El voto vale mucho y hay que cuidarlo. Esta vez: no se quede en casa.

Fuente: La Nación

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Cada vez que hay algo que no le gusta se enoja con el emisor. La tesis se constata en toda ocasión que Cristina Kirchner abre la boca. También en la última ocasión que lo hizo, en el cierre de campaña del Frente de Todos, usufructuando de un lugar público como Tecnópolis, con fines partidarios.Debe aclararse que “Cada vez que hay algo que no le gusta se enoja con el emisor” bien podría ser catalogado como el “teorema de Alberto Fernández”, ya que se trata de un textual del actual presidente que pronunció el 13 de marzo de 2012. Con un inesperado plus agravado y confirmatorio de su teoría: él mismo sufrió ese enojo en carne propia segundos después de darla a conocer.Fernández era el invitado del ciclo Longobardi en vivo, que emitía C5N y que fue levantado del aire en el momento que él hablaba.El entonces dueño de esa emisora, Daniel Hadad, que ya sufría intensas presiones para que se la vendiera a Cristóbal López, prefirió ser más cauto y habló de un “exceso de formalismo”, como justificando que se había levantado por haberse pasado mínimamente de su horario. Lo cierto es que esa madrugada no se repitió, como era usual. Alberto Fernández fue más contundente con su característica inclinación a usar adjetivaciones redundantes, al calificarlo de “hecho penoso, de una chatura increíble y de una mediocridad absoluta”.Aquel C5N de Hadad no era un canal opositor. De hecho, ya recibía el simpático apodo de “Cristina 5 Néstor”. Pero a la primera mandataria le fastidiaba el tono crítico de Longobardi y clamaba por su despido. También sospechaba de las buenas relaciones del dueño de la señal con los oficialismos bonaerense (Daniel Scioli) y de CABA (Mauricio Macri).La impuesta llegada del tándem López/De Sousa vino a corregir esos “desvíos” y el canal se volvió fervorosamente cristinista hasta el día de hoy.Este ejercicio de memoria viene a cuento de las hipótesis que Cristina Kirchner hiciera en su más reciente disertación cuando se refirió a los medios de comunicación privados y a sus trabajadores. También apeló a un recuerdo, que le envió aquel que había censurado en 2012 y que, paradojas de la vida, terminó nominando para que ocupara el sillón de Rivadavia. Ella lo subió a sus redes sociales tras el acto.Vale la pena echarle un vistazo. Se trata de un encuentro que tuvo con la prensa Juan Domingo Perón, en 1973. “Todos los periodistas –dijo allí el líder justicialista– están acoplados a una dirección, mandados, dirigidos y organizados por el Cholo Peco”, en referencia al entonces poderoso líder de los distribuidores de diarios y revistas. “Tengo unos cuantos señores –prosiguió– que hablan mal de mí. Esa es la propaganda mía”.Y aquí viene la parte más sugerente: un periodista de Canal 13 (por aquella época, de Goar Mestre, asociado con Editorial Atlántida) intentó aclararle a Perón que él no recibía ese tipo de órdenes. “No me refiero a usted –le respondió risueño el viejo general–, sino a su empresa. Porque si no obedece, le quitan la concesión a fin de año. Usted, en el fondo, es un servidor, un trabajador”.Cuatro días antes de que Perón fuera plebiscitado en las urnas (casi el 62% de los votos), los canales 13, 11 y 9 fueron intervenidos, no por el sindicalista Peco, que no tenía la menor potestad sobre ellos, sino por el gobierno justicialista interino de Raúl Lastiri. Y fueron estatizados por completo un mes después de la muerte de Perón, en agosto de 1974, con la aprobación de su viuda y sucesora en el poder, María Estela Martínez.También Néstor Kirchner interpretó un numerito similar en 2008 cuando maltrató a un movilero de Radio Continental. “¿Grupo Prisa, no? –lo rotuló socarronamente, en medio de las risas de su corte obsecuente–; está bien, yo sé a qué te mandan a vos”.Se entusiasmó el jueves último con su monólogo de casi una hora la vicepresidenta en Tecnópolis sobre el mismo argumento: “Yo entiendo que trabajás en una empresa con una línea editorial. Lo respeto porque el laburo es sagrado para todos. Para los periodistas también. Si no, te echan. Ahora van a ver una catarata a decir ‘yo digo lo que se me da la gana’. Vamos, che. Somos todos grandes. Basta, viejo. Los Reyes Magos son los papás”.En su razonamiento, los periodistas no tienen opinión propia y todas las informaciones que emiten están contaminadas. Alguien con intereses aviesos y antinacionales siempre les dicta: si no es el Cholo Peco, es Macri, Magnetto, “la embajada” o algún poder oculto.No es extraño que a muchos colegas los embargue la indignación y, por eso, ejerzan su oficio exaltados. Descentrar al enemigo es la especialidad predilecta de CFK. Seguir ese juego es contribuir a su negocio.

Fuente: La Nación

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Este domingo aportará acción en su agenda deportiva desde muy temprano. La Argentina no tendrá actividad, por las elecciones legislativas nacionales, pero habrá bastante por mirar en el exterior.Los Pumas, por la tercera fecha del Rugby Championship, jugarán en la madrugada contra All Blacks en Gold Coast, Australia.Luego tendrá lugar la carrera de Fórmula 1 en Monza, por el Gran Premio de Italia. Tras la sanción a Valtteri Bottas, ganador de la competencia sprint del sábado, por el cambio de motor de Mercedes, Max Verstappen se posiciona como favorito para el triunfo.Desde las 12.30 Jürgen Klopp y Marcelo Bielsa sostendrán un interesante duelo táctico, cuando se enfrenten Liverpool y Leeds, por la Premier League. (Reuters y @LUFC/)Por otro lado, Leeds, dirigido por Marcelo Bielsa, sostendrá un partido de alta intensidad con Liverpool por la Premier League.Lejos de allí, en busca del récord absoluto de 21 conquistas de torneos de Grand Slam y del Grand Slam en sí de 2021, Novak Djokovic jugará la final del Abierto de Estados Unidos frente a Daniil Medvedev.Novak Djokovic tendrá varios motivos como para la euforia en caso de superar a Daniil Medeved: ganará el Abierto de Estados Unidos, obtendrá el Grand Slam de 2021 y conseguirá su conquista número 21 en los cuatro torneos mayores, un récord. (John Minchillo/)LA TELEVISACIÓN DEL DOMINGO 12AUTOMOVILISMOFórmula 110 Gran Premio de Italia. La carrera. ESPN y Star+MOTOCICLISMOMoto GP5.45 Gran Premio de Aragón. ESPN 2RUGBYRugby Championship4.05 Nueva Zelanda vs. Argentina. ESPN y Star+7 Sudáfrica vs. Australia. ESPN 3 y Star+Top 14 de Francia10 Toulouse vs. Toulon. ESPN 3TENISUS Open17 Novak Djokovic vs. Daniil Medvedev, la final. ESPNFÚTBOLPremier League12.30 Leeds vs. Liverpool. ESPNSerie A7.30 Sampdoria vs. Inter. ESPN10 Spezia vs. Udinese. ESPN 313 Milan vs. Lazio. ESPN 215.45 Roma vs. Sassuolo. ESPN 2

Fuente: La Nación

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