Fuente: La Nación
Fuente: La Nación
“Debido al Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio debimos cancelar nuestras actividades a campo, que, creemos, son una de las mejores oportunidades que tenemos de mostrar nuestros productos in situ e intercambiar con productores y asesores”, aseguró Federico Larrosa, gerente de Marca y Producto de KWS Argentina. “En este contexto, y sabiendo que el agro es uno de los sectores esenciales que continúa trabajando, decidimos continuar nuestro plan de encuentros, pero de forma virtual”, explicó.
Este DAR (Demostrativo Agronómico Regional), tuvo tres ejes: manejo de maíz en ambientes restrictivos, buenas prácticas en fertilización y cosecha, y la presentación de la remolacha forrajera.
En tiempos de cosecha
El asesor privado Federico Sánchez analizó la eficiencia de cosecha de maíz. En ese sentido, aseguró que la misma es mucho menor en los maíces tardíos que en los tempranos. En el caso de los tardíos, los lotes presentan muchas plantas con vuelco y voleo de espigas, porque permanecen mucho tiempo en el campo.
En promedio, el 72% de las pérdidas por cosechadora se debe a la recolección y el 28% a la trilla, separación y limpieza. La eficiencia de uso del cabezal maicero depende de la combinación de diferentes factores: contenido de humedad, rendimiento, consumo de combustible y necesidad de terminar el trabajo cuanto antes. Las placas espigadoras deben extirpar la espiga de maíz del tallo y dejar el resto de la planta en el terreno. Si no se combina correctamente la velocidad de avance de la cosechadora con la velocidad de trabajo del cabezal, observaremos un efecto de empuje o de arrancado de la planta por parte del cabezal, lo que provocará caída de espigas del cabezal o bien arrancado de toda la planta.
La forma de evaluar el trabajo de un cabezal maicero desde el terreno es posicionarse en la parte posterior de la máquina y observar el tipo de material que despide por la cola. En un trabajo adecuado la máquina debería despedir únicamente marlos limpios (y enteros en una situación ideal) y restos de chala. Si la misma despide restos de caña y hojas, o si observamos tallos arrancados o cortados en la línea de siembra, eso significa que el cabezal maicero está trabajando mal y que la combinación velocidad de avance, separación entre placas espigadoras y velocidad de rotación del cabezal es inadecuada. Esta evaluación debe ser combinada con la metodología de medición de pérdidas de cosecha propuesta por INTA.
Además, aseguró que la cosechadora es el principal diseminador de malezas, y por lo tanto resulta vital hacer una limpieza con aire. Luego se recomienda desmenuzar un fardo de alfalfa, y mediante el embragado del sistema de trilla y separación, hacer que la maquina lo trague.
En el marco de la situación epidemiológica del coronavirus (COVID-19), Sánchez repasó una serie de puntos a tener en cuenta para evitar la transmisión del virus en las tareas de cosecha y almacenamiento de granos de la campaña gruesa.
• Concientizar a los trabajadores sobre los riesgos de contagio para tomar precauciones.
• Evitar el contacto directo en todas sus formas y, en caso de ser imprescindible, tomar las medidas de prevención antes y después del contacto. Esto implica evitar las rondas de mates y las aglomeraciones de personas, tanto en las actividades laborales como en campamentos, casilla, rondas, reuniones, etc.
• Es deseable llevar un equipo de mate propio, sumado a vajilla personal (cubiertos y vaso) y elementos de aseo (toallas y otros).
• Minimizar la movilidad de personas.
• Realizar una desinfección meticulosa de los elementos que obligatoriamente se comparten a través del contacto directo (carta de porte, llaves, herramientas, lapicera, memoria del monitor de rendimiento, etc.).
• Disponer de agua limpia, jabón y rollos de papel secante en la totalidad de la maquinaria de campaña (tolvas, cosechadora y casilla rural) para que el personal pueda lavarse regularmente las manos de forma adecuada.
• En el caso de la casilla rural, por tratarse de un lugar crítico para el contagio (espacio reducido), se recomienda la desinfección periódica, turnarse para las comidas y exigir el uso de tapabocas, también para el descanso.
Densidad en ambientes restrictivos
Los Ings. Agrs. Gustavo Maddonni y Martín Parco, de la Universidad de Buenos Aires, y Aníbal Cerrudo e Ignacio Massigoge, de la Unidad Integrada Balcarce, fueron los responsables de desarrollar este bloque.
Entre los temas abordados se encontraron la Red de Ultra Baja Densidad, la plasticidad del maíz en estos ambientes, y cómo evolucionaron los híbridos en los últimos 50 años de mejoramiento genético.
Buenas prácticas agrícolas
Durante este bloque, Santiago Tourn, de la Unidad Integrada Balcarce brindó recomendaciones para una buena aplicación de fertilizantes. “La calidad de aplicación depende del tipo de fertilizante, de la máquina, y también del operario”, afirmó.
En cuanto al fertilizante, es importante medir su densidad para ajustar dosis. Otra característica relevante es la dureza de la partícula. Se considera que el fertilizante es de buena calidad cuando el 80% de las partículas tienen entre 2,5 y 4 mm de tamaño. Esto facilitará la regulación de la máquina y del ancho de labor.
Fuente: InfoCampo
Fuente: La Nación
Un sistema de trazabilidad ya fue aprobado en Buenos Aires y espera su aprobación en Córdoba, Santa Fe y La Pampa.
Fuente: Clarín Rural
La policía ambiental de Tulumba, al norte de Córdoba, frenó esta semana un desmonte en un bosque nativo cercano a Sebastián Elcano, a 170 kilómetros de la ciudad capital.
El responsable es un hombre que violó la cuarentena y pretendía realizar una intervención sin autorización en una zona roja del área protegida.
“Se salvaron 23 hectáreas de vegetación de gran tamaño, se secuestró la maquinaria y el sujeto quedó detenido“, explicaron desde el gobierno provincial.
El hecho se detectó gracias a un análisis de imágenes satelitales que realizaron efectivos del área técnica policial. Al llegar al campo, los inspectores encontraron al infractor, ingresaron al predio y detuvieron el desmonte, que ya se había iniciado.
“El propietario pretendía realizar un desmonte total en un parche del campo sobre una superficie de 30 hectáreas, y vale aclarar que en octubre del año pasado se labraron actuaciones en el mismo campo por otra intervención sin autorización”, relató la policía.
La deforestación se realizaba con una topadora, movimiento de suelo y acordonamiento de material.
Fuente: InfoCampo
Las empresas de insumos echan mano a las tecnologías de comunicación para avanzar con la campaña comercial.
Fuente: Clarín Rural
Los vecinos de Parque Leloir, en Ituzaingó, se sorprendieron al observar que en las calles de su barrio apareció caminando un ñandú. El animal se encontraba asustado y con intenciones de atacar a quien se le acercara, declararon los vecinos.
Kity Veloso fue quien compartió las imágenes a través de Facebook. “El amiguito está perdido en la zona de Parque Leloir, si alguien lo reconoce o lo está buscando comuníquese por este medio. Parece que está asustado y si te acercas mucho tiene intenciones de atacar“, escribió en su posteo.
En su publicación, varios vecinos del joven explicaron que el ñandú pertenece a un hombre que vive en la zona, el cual lo tiene de manera ilegal, ya que no es un animal doméstico, motivo por el cual llamaron a Zoonesis.
Lo cierto es que ya son varios los casos de animales que ganan las calles, por la ausencia de personas producto de la cuarentena. Usuarios del portal de periodismo ciudadano compartieron imágenes de un grupo de zorros que jugaron en el jardín de una casa de Ushuaia.
Fuente: InfoCampo
Un trabajador rural manifestó haber sufrido violencia física por parte del empleador y que no contaba con libertad ambulatoria.
Fuente: Clarín Rural
La langosta es probablemente el insecto plaga con mayor potencial de daño hacia los cultivos, pasturas y pastizales, que son el alimento del ganado, como así también a la flora nativa como bosques y montes.
Tiene un poder destructivo enorme, pudiendo arrasar con el trabajo de un agricultor en minutos, ya que se alimenta de casi cualquier material vegetal. Es una plaga rural pero, en cuestión de muy poco tiempo, puede convertirse en plaga urbana, como sucedió en agosto de 2017, cuando invadió la Ciudad de Córdoba, en Argentina.
A nivel mundial existen alrededor de 25 especies consideradas langostas que se diferencian de los saltamontes -tucuras– no desde la taxonomía, sino por la particularidad que tienen las langostas de cambiar de una fase solitaria a una gregaria o viceversa, ante distintos estímulos, siendo la densidad el más relevante. Una langosta solitaria no conlleva ningún riesgo, pero al aumentar la densidad poblacional cambia hacia una fase gregaria y esto implica modificaciones en la morfología -tamaño y color- y el comportamiento, debido a lo cual los insectos se agregan activamente. Es decir: se atraen aumentando el número de individuos y también su voracidad.
Características que la convierten en una plaga temida
Se trata de una plaga migratoria y transfronteriza, con una gran capacidad de desplazamiento, alcanzando hasta 150 kilómetros por día, en donde nubes de millones de insectos, conocidas como mangas, se desplazan rápidamente sin respetar ningún tipo de límite territorial. Sumado a esto, es importante destacar la voracidad que tienen estos insectos con la capacidad de alimentarse de casi cualquier material vegetal, incluyendo los cultivos y pasturas, con un consumo equivalente a su propio peso por día (unos 2 gramos en insectos adultos), y debido a lo cual la FAO estima que una manga de un kilómetro cuadrado puede comer lo mismo que 35.000 personas. En el mismo sentido, en Argentina el Senasa estima un consumo similar al de 2.000 vacas por día, con tamaños de mangas promedio en los últimos años de 25 kilómetros cuadrados en nuestro país.
Además esta plaga, considerada por muchos como bíblica, tiene una alta capacidad reproductiva que hace que la curva de crecimiento poblacional sea casi exponencial. Esto se debe, en el caso de la plaga que afecta a Sudamérica, a que las langostas ponen en promedio entre 80 a 100 huevos por postura, y depositan huevos en el suelo de 2 a 3 veces por año en su vida.
El cuerno de África, las langostas y la seguridad alimentaria
La langosta del desierto (Schistocerca gregaria) es considerada la plaga más destructiva a nivel mundial. Actualmente, el este de África enfrenta una explosión poblacional de esta especie sin precedentes en los últimos 25 años en Somalia y Etiopía, y 70 años en Kenia, en donde también se están viendo afectados Uganda, Djibouti, Eritrea, Tanzania y Sudán del Sur.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en estos países hay 20 millones de personas que ya padecen de inseguridad alimentaria aguda, a los que se le suman otros 15 millones en Yemen, país que también está enfrentando un brote de langostas. Ante esta situación, la invasión de miles de millones de insectos representa un riesgo alarmante para la agricultura. Para dar claridad en el impacto, si nos remitimos al último brote en África Occidental de 2003 – 2005, el daño por pérdidas de cosecha se estimó en 2500 millones de dólares. Para la FAO resulta clave trabajar sobre la problemática de la langosta del desierto para poder mitigar los impactos en la vida de millones de personas en toda la región.
¿Qué acciones se llevan adelante para afrontar la crisis en África?
Para este tipo de plagas de crecimiento rápido resulta vital actuar de forma temprana a fin lograr que el crecimiento poblacional no sea tan alto, y con esto disminuir el impacto que generan como así también los costos requeridos para su control.
Según estimaciones de los expertos de FAO, si no se actúa y la plaga continúa en su desarrollo, el número de langostas se multiplicaría por 400 para el mes de junio. Para enfrentar esta situación se elaboró un presupuesto que alcanza, a la fecha, los 153 millones de dólares, siendo el presupuesto elaborado a principios de este año de 138 millones, es decir, luego de cuatro meses de trabajo intenso la necesidad de recursos aumentó en 15 millones de dólares. Hasta el momento, a través del aporte de distintos países en un Fondo Especial para Actividades de Emergencia y Rehabilitación (SFERA), la FAO cuenta con 110 millones de dólares para asistir a los países que están siendo afectados. El presupuesto contempla, dentro de la estrategia, tres componentes:
1) Coordinación, con el apoyo de expertos de FAO en aspectos técnicos y tareas operativas, incluyendo cuestiones de logística y adquisiciones, la facilitación de alianzas regionales, y el fortalecimiento de las organizaciones internacionales y nacionales para mejorar su capacidad de respuesta.
2) Frenar la propagación de la langosta del desierto, disminuyendo las poblaciones con acciones de vigilancia y control, tanto aéreo como terrestre.
3) Apoyo a los agricultores y personas afectadas por la invasión de la plaga.
Pese a las restricciones que existen para el movimiento de personal y aprovisionamiento de insumos debido a la pandemia del COVID-19, se han controlado más de 240.000 hectáreas con insecticidas químicos y biológicos, y se ha capacitado a más de 700 personas, poniendo de manifiesto la gran labor y experiencia de la FAO.
El combate está lejos de terminar, ya que las lluvias que ocurrieron en marzo podrían dar lugar a un aumento sustancial de langostas en los próximos meses.
Argentina y la Situación de la langosta sudamericana
En Argentina, continúa vigente la emergencia fitosanitaria respecto de la langosta sudamericana, cuyo nombre científico es Schistocerca cancellata, la cual pertenece al mismo género que la langosta del desierto de África. La situación emergencial no se restringe a nuestro país únicamente, ya que Bolivia y Paraguay tienen actualmente declaradas emergencias por la misma especie.
Desde 2015, la región está enfrentando grandes invasiones de esta plaga, que fue considerada la más importante en la primera mitad del siglo XX. Desde la reaparición de la langosta, luego de 60 años, el Senasa ha coordinado las acciones trabajando codo a codo con los gobiernos locales, países vecinos, el INTA, Conicet y los productores, cuyo rol fue y es clave para la lucha contra esta plaga.
El Senasa de Argentina, el Senasag de Bolivia y el Senave de Paraguay continúan realizando acciones de vigilancia y control, pero las mismas se encuentran limitadas debido a la situación del COVID-19. Es por esto que nuevamente se realza la importancia de contar con agricultores comprometidos con la problemática.
El rol activo de los “productores líderes” permitió que los agricultores se apropien de la problemática y trabajen en forma articulada con el Senasa en el manejo de la plaga. Este modelo de interacción e intervención pública y privada es hoy en día reconocida como una gran fortaleza por distintos especialistas en la temática.
Actualmente, en el país hay focos en Catamarca y La Rioja, pero lo más complejo está del otro lado de la frontera. Es por eso que continúa en funcionamiento el Plan Regional de Manejo de la langosta sudamericana entre Argentina, Bolivia y Paraguay.
Recientemente se han detectados mangas en Paraguay y es inminente la formación de enjambres, motivo por el cual la amenaza de nuevas invasiones de langostas en nuestro país es altamente probable, de modo similar a lo ocurrido en años anteriores, por lo que la situación es de alerta máxima.
Fuente: InfoCampo
En Argentina se consume vino desde principios del siglo XVI. Las primeras cepas que se cosecharon en el mundo eran originarias de Armenia, Irán, Irak e Israel. Entre ellas estaba el Malbec, nombre que se le atribuye a un húngaro que vivió en el siglo XIX. Cuentan que este viticultor fue quien identificó la uva y la introdujo en el mercado de Francia. Esos primeros imperios, expertos en vino desde hace varios siglos atrás, expandieron sus cultivos por Europa, cruzando luego los océanos para llegar a América de la mano de Cristóbal Colón.
Con resultados negativos en Centroamérica, a causa del clima caribeño, los colonizadores fueron probando las cepas por diferentes partes del continente, y para 1543, las vides ingresaron a la que más tarde sería la ciudad de Salta y a la zona de Cafayate, provenientes desde el Alto Perú. Sin embargo, fue en Santiago del Estero donde nació la viticultura argentina. La necesidad de producir vino para la misa causó el “milagro”.
El sommelier y miembro de la Asociación Mundial de Periodistas y Escritores de Vinos y Licores, Diego Di Giacomo, cuenta que “el clérigo Juan Cedrón llegó desde Chile para establecerse en la actual provincia santiagueña… y donde hay un sacerdote, hay misa, y dónde hay misa, debe haber vino para celebrarla”, cuenta. Luego remata la anécdota: “Según los relatos, Cedrón cruzó los Andes a lomo de mula, con las estacas de vid a cuestas hasta su destino final. Esas vides eran de las cepas Moscatel y Uva País, procedentes de España. Así logró abastecerse de vino para sus misas, dando sin proponérselo, el punta pié inicial de una larga historia en un territorio muy próspero”.
La expansión por todo el país siguió de la mano de los Jesuitas. Para 1598 había viñedos en Córdoba, Santa Fé, Buenos Aires y Misiones, donde se encontraba una de las plantaciones más importantes del territorio. Mendoza y San Juan fueron sitios claves, ya que por allí ingresaban al territorio las vides provenientes de Chile, que ya contaba con una prominente producción vitivinícola.
“La viticultura real en Argentina empieza con Sarmiento. Antes de él, lo que que había era producciones muy rudimentarias. Las vides que existían antiguamente en América daban uvas de mesa, de postre, no las de calidad enológica. Sarmiento trajo las primeras vides de alta calidad, lo que hoy conocemos como el Cabernet Sauvignon, Merlot, Malbec. Fue también quién trajo de Francia al primer Ingeniero Agrónomo especializado en viticultura. Así fundó una escuela agraria para desarrollar ese tema, la Quinta Normal”, cuenta Di Giacomo.
Domingo Faustino Sarmiento y el vino
Desde el área de Archivo Histórico del Museo Histórico Sarmiento, comentan que en 1841 Sarmiento contribuyó en Chile a formación de la Quinta Normal de Santiago, a partir del modelo de la Escuela Normal de París, destinada al cultivo de plantas y de vides. A partir de esa experiencia, Sarmiento le propuso al Gobernador de Mendoza, Pedro Pascual, que contrate al Ingeniero Agrónomo francés, Michel Aimé Pouget, a quien ya había conocido en Chile. Fue así que Pouget se radicó en Mendoza en 1853 y fundó y dirigió la Quinta Normal.
Esta institución mendocina fue la primera en introducir diversos cepajes franceses, entre los cuales el Malbec fue el que logró mayor difusión tanto en Mendoza como en San Juan. El proyecto para la creación de esta quinta se presentó en la Cámara de Representantes de Mendoza un 17 de abril de 1853, fecha que más tarde se establecería como el Día Mundial del Malbec.
“Otras veces lo he dicho, y esta vez debo repetirlo: consultada la posición mediterránea de Mendoza, era, hasta entonces, un pueblo eminentemente civilizado, rico en hombres ilustrados y dotado de un espíritu de empresa y de mejora que no hay en pueblo alguno de la República argentina: era la Barcelona del interior. Se formaron sociedades de Agricultura, Industria, Minería y Educación pública, dirigidas y secundadas todas por hombres inteligentes, entusiastas y emprendedores”, recitaba Sarmiento en su obra Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas
Los huarpes
Lo que olvidó mencionar el prócer sanjuanino, fue el rol fundamental que tuvieron los indios Huarpes en la creación de un sistema hídrico para proveer de riego a las plantaciones. “Si no fuese por los Huarpes”, afirma Diego Di Giacomi, “Mendoza sería como Santiago del Estero.
Los Huarpes crearon las acequias para llevar el agua de deshielo de la cordillera a los diferentes cultivos. Se dieron cuenta que para prosperar en un territorio tan inhóspito debían aprovechar y encauzar el agua que descendía desde la Cordillera de los Andes. Muchas de esas acequias todavía existen, sobre todo en Mendoza capital”.
La uva Malbec
“El malbec es la uva con que todas las bodega se abren cancha a la hora de exportar, y fue Argentina quien trabajó con la cepa y la posicionó en el éxito que tiene ahora. Cuando Sarmiento fue a Francia y trajo la Malbec, para ellos era una uva de descarte, debido a que el clima allá no es tan cálido y las uvas y las pieles no llegan a madurar tanto y quedaba un vino ácido, tánico, astringente. Los franceses usaban esa especie para hacer vino de corte, es decir, mezclaban un poco con la Malbec solo para darle color”, explica Di Giacomo.
Desde entonces la Malbec se adaptó al suelo y al clima argentino, y se convirtió en la uva más plantada en la Argentina. Si bien la Torrontés es la única uva nativa, la Malbec se distribuyó en todo el país, obteniendo excelentes resultado en todas las regiones. En la actualidad, hay unas 43 mil hectáreas con esa variedad, constituyéndose en la cepa más representativa del país.
Fuente: InfoCampo