El seleccionado argentino igualó 2-2 como visitante con Colombia y mantuvo el segundo puesto en la tabla de posiciones de las eliminatorias rumbo a Qatar 2022. Cristian Romero y Leandro Paredes, ambos en el primer tiempo, anotaron los goles del equipo nacional. Luis Muriel, de penal, y Miguel Borja, en la última jugada del partido, convirtieron para los locales. El partido se disputó en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez de Barranquilla ante unas 10 mil personas.No había pasado nada. De golpe, tiro libre con la derecha de Rodrigo De Paul al corazón del área colombiana. Hubo conexión tierra-aire de dos que se conocen de la liga italiana. Porque en las alturas ganó Cristian Romero, el Cuti, para convertir su primer gol en su segundo partido con la selección. Dos minutos, apenas. Y la Argentina ya estaba en ventaja.El gol de Cristian RomeroCinco minutos más tarde, un córner de Messi terminó en un problema para Colombia. Porque Leandro Paredes se inventó un slalom ante los defensores cafeteros, que ni siquiera atinaron a poner la pierna para evitar el avance del exjugador de Boca. El mediocampista se abrió camino y definió de zurda, al palo más lejano de Ospina. Argentina, dominador absoluto, redondeaba un comienzo soñado: 2-0 en apenas ¡ocho minutos!El gol de Leandro ParedesColombia, aterido, no pudo salir nunca del asedio argentino: el equipo cafetero lució inconexo, sin ideas, como un boxeador al borde del nocaut. Tuvo, sí, un par de proyecciones en ataque de Juan Guillermo Cuadrado, pero fueron bien controladas por la defensa albiceleste. La Argentina, que se supo superior desde el comienzo mismo del partido pudo encontrar el tercer gol tras un estiletazo de Lo Celso. En velocidad, encontró a Lautaro Martínez, quien definió y Ospina salvó con lo justo. Nicolás González, que venía por la banda opuesta, estuvo a punto de convertir el 3-0. Y todavía no se había llegado a la media hora de juego.Fue demasiado para Rueda, el entrenador colombiano. Movió el banco de suplentes y revirtió la formación: afuera Jefferson Lerma y adentro Luis Muriel. Ahora, Colombia pasaba a atacar con dos delanteros bien de área, que además se conocen de memoria porque ambos comparten equipo, Atalanta, de Italia: Muriel-Zapata. Más trabajo para Cristian Romero, otro del equipo bergamasco. El partido se abría aún más.Minutos más tarde, una mala noticia para el equipo argentino. Tras un cabezazo de Zapata que buscaba en las alturas a Mina, las manos de Emiliano Martínez atenazaron la pelota. Pero el arquero del Aston Villa cayó muy mal y golpeó su cabeza contra el césped. Fue atendido en el mismo campo de juego, mientras Agustín Marchesín se preparaba para ingresar. Todos los compañeros se acercaron a “Dibu” para ver cómo estaba. “Tranquilo, tranquilo”, le decían los médicos, que procuraban moverlo lo menos posible.El golpe de Emiliano MartínezLa salida por lesión del arquero no cambió el plan argentino. A puro toque, continuaron las triangulaciones y los pases profundos. Como esa fase que terminó con la falta sobre Lautaro Martínez al borde del área colombiana. El equipo amarillo vio cómo los argentinos se multiplicaban por la cancha y monopolizaran la pelota. Messi se relamió antes de patear. Zurdazo y respuesta en dos tiempos de Ospina. Era casi un monólogo del equipo albiceleste.Lionel Messi domina la pelota durante el partido que disputan Argentina y Colombia por las eliminatorias de la Copa del Mundo Catar 2022. (RAUL ARBOLEDA/)Sobre el final del primer tiempo, Colombia creció en ataque. Y en el séptimo minuto de descuento estuvo a punto de conseguir su primer gol. Muriel-Zapata, el tándem de Atalanta, creó la jugada, que culminó el exdelantero de Estudiantes de La Plata. En lugar de pensar y elegir el lugar donde poner la pelota, prefirió romperle el arco a Marchesín. El balón se fue por encima del travesaño. Fue lo más claro (y lo único) de Colombia en la primera parte.En el entretiempo, el entrenador colombiano movió fichas. Tres afuera (Luis Díaz, Gustavo Cuéllar y Duván Zapata) y tres adentro, conocidos del fútbol argentino: Miguel Borja, Wilmar Barrios y Edwin Cardona. En la primera pelota parada, Cardona mostró la calidad que suele aportar en Boca. Y encontró a Borja. Fue una advertencia para la Argentina. El local salió más decidido a dejar de lado la modorra del primer tiempo y descontar pronto.Giovani Lo Celso elude la marca de Juan Cuadrado durante el partido que disputan Argentina y Colombia por las eliminatorias de la Copa del Mundo Catar 2022. (Fernando Vergara/)Nicolás Otamendi levantó su brazo izquierdo e impactó en el rostro de Mateus Uribe. El árbitro chileno, Roberto Tovar, no dudó: penal para los locales. Como en el comienzo del primer tiempo, ahora era Colombia la que merodeaba un gol tempranero. Muriel, de derecha, engañó a Marchesín y convirtió. Colombia estaba 1-2. En Barranquilla había partido.El gol de MurielScaloni también movió piezas: afuera Lo Celso y adentro Exequiel Palacios. La apuesta era volver a ganar el medio y que los minutos corrieran mientras la Argentina hacía circular la pelota. En una de esas triangulaciones, y luego del pasaje al ataque de Montiel, el equipo albiceleste ganó otro tiro libre. Otra chance para Messi. Otro manotazo, casi como un arquero de handball, de Ospina.El capitán colombiano volvió a salvar a los suyos y a dejarlos en partido. Fue tras una jugada protagonizada por Acuña, que contó con la aceleración de Messi y el remate en última instancia de Lautaro Martínez. La mitad de la cancha era una autopista sin peaje, donde ni uno ni otro se detenían. El encuentro se encaminaba a la etapa de definición. Golpe a golpe.Colombia se acercó como nunca al empate. La defensa argentina, ya sin su mejor hombre, Romero, miró cómo Borja le bajó la pelota a Muriel y el autor del descuento se fabricó una ocasión clarísima. Con Marchesín en la línea de fuego, su remate se fue por encima del travesaño. Otra advertencia.Respondió Argentina con la sexta velocidad de Messi. Un rechazo defectuoso de Davinson Sánchez habilitó a Lautaro Martínez, recostado sobre la banda izquierda. El ex Racing calibró el arco y remató de zurda. Ospina, otra vez, mandó la pelota al córner. Y el arquero volvió a hacer de las suyas a puro reflejo tras un remate de aire de Messi. Si Colombia se mantenía en partido era gracias a los milagros de su arquero.Entre las ganas de los locales por empatar y la falta de puntería de los argentinos para anotar el gol definitivo, el resultado se mantuvo incierto. Hasta que Borja ganó en las alturas y la pelota se le escurrió a Marchesín. Como la victoria a la Argentina.El gol de Borja en la última jugada

Fuente: La Nación

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El subsecretario de Desarrollo Social de Santiago del Estero, Cristian Mansilla, de 44 años, murió este martes por coronavirus. Era un funcionario clave del gobierno santiagueño, especialmente en la pandemia, ya que desde su área dependía todo tipo de asistencia directa a familias de escasos recursos o que estuviesen aisladas por la enfermedad.El gobernador Gerardo Zamora se expresó esta noche tras la noticia y lamentó el fallecimiento. ”Mucha amargura; todo este tiempo debes haber sido seguramente, el funcionario con el que más hablaba, sin horarios, sin feriados”, lo recordó Zamora en sus redes sociales.Y añadió: ”No descansabas para atender junto a tu equipo de trabajo a tanta gente que necesitaba atención por esta pandemia; y fue también, esta pandemia la que te llevó, siendo aún tan joven y con salud querido amigo Cristian Mansilla”.Zamora envió condolencias a la familia del funcionario “en este doloroso momento”. Y cerró: “Que brille para él la luz que no tiene fin”.”Da vergüenza”. La queja de Fernanda Vallejos por el sueldo de los diputadosEl funcionario santiagueño había sido internado días pasados por complicaciones a causa del coronavirus, indicaron fuentes consultadas y falleció en la tarde de este martes.El gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora. (Captura de video/)El vicegobernador de la provincia, Carlos Silva Neder, quien también se encuentra aislado por ser positivo de Covid, aunque se encuentra asintomático y “muy bien de salud”, recordó a Mansilla y dijo que “hoy es un día de profundo dolor para el gobierno provincial y para todos los santiagueños”.”Esta tarde falleció el CPN Cristian Mansilla, quien ocupaba el cargo de subsecretario de Desarrollo Social, desde allí, trabajó incansablemente por los que más necesitaban, en particular, en este tiempo de pandemia”, dijo.Por su lado, el senador nacional José Emilio Neder expresó: “Pésame y acompañamiento a la familia de mi estimado amigo Cristian Mansilla”. Y agregó: “Una gran persona y un eficiente funcionario, con quien tuve el gusto de compartir muchos años de trabajo en la función pública”.Coronavirus: la Argentina superó los 4 millones de casos y los 82.000 muertosPor su parte, la presidenta provisional del Senado, Claudia Ledesma Abdala de Zamora dijo: “Día de mucha tristeza ante la partida del contador Cristián Mansilla con quien he tenido la oportunidad de trabajar durante mi gestión como gobernadora”. Y cerró: ”Un funcionario maravilloso y ejemplar, siempre atento a las necesidades de la gente sin importar el día y la hora”.Agencia Télam

Fuente: La Nación

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“Bienvenidos a la tierra del miedo”. Un grupo de jóvenes pensó en poner un cartel con esa frase en el ingreso a Formosa. Todavía no lo hicieron, acaso porque saben que no duraría más de cinco minutos. Cualquier expresión de libertad implica un alto riesgo en la provincia de Gildo Insfrán.Con o sin cartel, Formosa es una provincia que convive con el temor. Esa sensación domina el clima asfixiante de un enclave al que el adjetivo feudal empieza a quedarle chico. Hay miedo a un Estado autoritario que lo vigila todo; hay miedo al desempleo, a la persecución, al hostigamiento. Hay miedo al aislamiento y a la condena de una sociedad cada vez más dependiente del poder. Por supuesto, también hay miedo a la pandemia. Con la cuarentena más dura y más prolongada del país, Formosa no ha evitado -ni mucho menos- la tragedia sanitaria: hoy tiene 96 muertos cada 100 mil habitantes, muy por encima de Misiones (27 cada 100 mil habitantes), Catamarca (48), Corrientes (59) y Santiago del Estero (64). Más allá de las cifras, para muchos se ha convertido, sí, en un territorio “invivible”, en el que la atmósfera de opresión lleva al repliegue, la obediencia y el silencio.Coronavirus en la Argentina: el avance de la pandemia, en tiempo realAun frente a un Estado omnipresente y con un sector privado cada vez más débil, se ha abierto alguna válvula de oxígeno. Entre muchos jóvenes empieza a brotar la rebeldía. Se han empezado a gestar enclaves de resistencia en la sociedad civil. Y las redes sociales se han convertido en un vehículo para eludir los cepos a la libre expresión. Algunos ven, en miniatura, síntomas de una incipiente “primavera árabe”, en alusión a aquel movimiento protagonizado por jóvenes contra regímenes opresivos enquistados en el poder durante décadas.A principios de este año, las restricciones impuestas por el gobierno de Insfrán provocaron fuertes protestas en las calles de Formosa (Twitter/)El encierro de Formosa empezó muchos años antes de la pandemia. Está atrapada en una suerte de cepo institucional: con un gobernador que lleva 33 años en el poder, ya son varias las generaciones de formoseños que no conocen la alternancia política. Han crecido bajo una especie de “monarquía de facto” en la que la democracia queda subordinada a una trama de abusos y chantajes tejida desde el poder.Gildo Insfrán se recibió de veterinario, pero nunca ejerció otra cosa que no fuera el poder político. Con una formación juvenil en el Partido Comunista Revolucionario, se abrazó luego al peronismo. Fue diputado nacional, vicegobernador durante 8 años y, desde 1995, gobernador con vocación de perpetuidad. Es el mandatario provincial que lleva en su cargo mayor cantidad de tiempo. Pero además forzó una reforma constitucional en 2003 que le permite aspirar a reelecciones indefinidas: una suerte de monarca vitalicio. Votos, sin embargo, no le faltan. Ganó la última reelección con más del 70%. Para sus opositores, semejante caudal se explica por la creciente dependencia estatal de los ciudadanos y por una maquinaria electoral que incluye el empadronamiento de personas fallecidas, ciudadanos paraguayos y DNI adulterados. Desde 2011 hasta ahora se han acumulado, por presunto fraude electoral, 87 causas judiciales con 4780 imputados. “Todas fueron cajoneadas”, denuncia la oposición.Hablar de “dependencia del Estado” es quedarse corto. “En Formosa, si el gobierno te hace la cruz te convertís en un muerto civil”, dice Pablo Siddig.Insfrán parece manejar la provincia como si fuera su estancia. Lo llaman “tío Gildo”, una manera de subrayar ese paternalismo ejercido por un “tío protector” al que se le deben la comida, la vivienda, el trabajo y la libertad. El gobierno es el gran empleador. Y el gobierno es Gildo Insfrán. Las empresas fuertes son las proveedoras del Estado, de manera que el sector privado también está -en buena medida- dentro del cerco que Insfrán maneja con látigo y chequera.Hace un mes, la policía formoseña realizó un allanamiento en una casa de familia para detener a un contagiado por el Covid-19 y trasladarlo por la fuerza a un centro de aislamiento. El caso fue denunciado por los vecinos como un “avasallamiento brutal” (Captura/)La resistencia civil ha empezado a gestarse en aquellos ámbitos que están más a salvo del tutelaje estatal: comerciantes, profesionales jóvenes y estudiantes universitarios. Son, a la vez, los que sienten el rigor del atropello. Les han cerrado los negocios, las escuelas de sus hijos, las instituciones. “El Poder Judicial de Formosa está desde hace un año en terapia intensiva”, dice la abogada Melissa Silva. Melissa es referente, además, de Padres Organizados: “Formosa es una provincia que se ha quedado sin educación y sin justicia”.También se ha quedado sin libertad de expresión: desde 2012 a 2021 se han registrado 50 denuncias por casos de censura y ataques a la prensa, según un informe de la Fundación LED (Libertad de Expresión + Democracia). En febrero de este año, el gobierno formoseño impidió el ingreso de periodistas de LA NACION para informar sobre la situación en la provincia.Sin escuelas desde hace 15 mesesLa pandemia ha expuesto, hasta extremos que rozan la crueldad, la concepción del poder que se ha enquistado en esta provincia del nordeste argentino. Se instaló un Estado policíaco para imponer un cierre férreo y absoluto que, con muy pocas flexibilizaciones, se mantiene desde marzo del año pasado. La capital y la ciudad de Clorinda (que suman el 50% de la población formoseña) tienen las escuelas cerradas desde hace 15 meses. “No se dan clases virtuales porque la mayoría de los chicos no tiene conectividad; solo se envían tareas por WhatsApp. Estamos sufriendo una tragedia educativa. No se acepta ninguna alternativa presencial, a pesar de que todos los docentes ya están vacunados con la primera y la segunda dosis”, dice Melissa, madre de una adolescente y de un hijo de 3 años que no pudo empezar su escolaridad. Las escuelas no solo han sido cerradas; directamente se las ha desmantelado para instalar en sus edificios los cuestionados centros de aislamiento para personas con Covid.Pese a los planteos de Pfizer, no se modificará la ley de vacunasLos padres que reclaman la apertura de los colegios chocan con la misma pared que describen los comerciantes: “El gobierno no acepta ningún diálogo ni debate. Cree que la única alternativa es cerrar todo y no se mueve de ahí”, dice Matías Orozco. La curva de contagios contradice la estrategia del encierro absoluto: los casos se han multiplicado por cuatro desde abril hasta ahora.El 70 por ciento de los empleados formoseños depende del Estado. “Al sector privado lo quieren liquidar, porque es un sector que defiende su libertad, que no vota al régimen y que cuestiona el autoritarismo policial”, dice Marcelo Ocampo, empresario del rubro gastronómico. Su caso resume la asfixia del pequeño y mediano empresariado: Cuando empezó la pandemia tenía 10 locales y 60 empleados; un año después le quedan 5 locales y 10 empleados. “Siempre fui emprendedor y optimista, pero ahora he perdido hasta ese espíritu”. El desmoronamiento de su esfuerzo empresario no es la única pesadilla que sufrió Marcelo en medio de la “cuarentena policíaca” que ha impuesto Insfrán. En mayo del año pasado viajó a Corrientes a visitar a su familia: se tuvo que quedar ocho meses porque Formosa cerró la frontera y no lo dejaban volver. Recién pudo regresar con un amparo de la justicia federal (“ni sueñes con que un juez formoseño falle en contra del gobierno y a favor de un ciudadano”, dice), pero en represalia lo mandaron a hacer una cuarentena forzosa a un centro de aislamiento de un pueblo ubicado a 120 kilómetros de su casa en la capital. “Fue tan insoportable, que me tuve que volver a ir de la provincia”, cuenta. Su actitud de reclamo le ha costado cara: le labraron 17 actas de infracción por abrir las puertas de sus locales, le aplicaron 4 clausuras y le iniciaron dos causas penales. Además, sufrió un escrache con panfletos en los que lo acusaban por las muertes que ha provocado el Covid.Atropellos y penurias similares describe Pablo Siddig: “Nos persiguen para que cerremos; te mandan todo tipo de inspecciones y la Policía comete cualquier abuso”. En su caso, comenzó la pandemia con tres locales de ropa y 25 empleados. “Hoy me queda un solo local y apenas 5 empleados. Muchos comerciantes se fueron a Chaco; acá buscan que se funda el comercio -afrima- para quedarse con todo”. Siddig es el comerciante que el lunes terminó arriba del capot de la camioneta de un ministro de Insfrán.Controles policiales en la frontera entre las provincias de Chaco y Formosa. Más de 7000 formoseños quedaron varados, durante meses, en los accesos a la provincia (Tomás Cuesta/)Las de Marcelo Ocampo y Pablo Siddig son, al fin y al cabo, historias de supervivencia, a diferencia de la de Mauro Ledesma. A los 23 años, Mauro murió cuando intentaba cruzar a nado el Río Bermejo (que separa Formosa de Chaco) para ver a su hija. Era uno de los 7500 formoseños que quedaron varados, durante meses, en localidades fronterizas.La extinción del sector privadoFormosa, en los últimos veinte años, ha expandido el Estado y el asistencialismo a la par que ha achicado su sector productivo hasta una virtual extinción. Pasó de tener 116.000 hectáreas de cultivos de algodón a tener solo 40.000. Por su territorio pasa la hidrovía, pero el llamado Puerto Nuevo ha quedado inutilizado y convertido casi en una ruina. Solo queda una única fábrica de tanino (un producto químico derivado del quebracho), aunque esa fue una industria fuerte en la provincia.Con 573.000 habitantes (una población equivalente a un tercio de la de La Matanza), Formosa tiene una ecuación privilegiada: el 1° de cada mes recibe, por coparticipación, los recursos para cubrir el 93 por ciento de sus gastos. Sin embargo, no ha podido potenciar un desarrollo productivo. Peor aún, su tasa de mortalidad infantil está entre las dos más altas del país, junto con Corrientes. Según los últimos datos disponibles, registra un índice de 16 muertes cada mil nacidos vivos, cuando el promedio nacional es de casi 11.Detrás de la tragedia social y sanitaria, hay fuentes de trabajo que agonizan. “El comercio está asfixiado. Yo tengo un gimnasio, y llevo más de un año sin poder abrir. Lo peor es que no hay empatía, nadie nos convoca, no se nos propone ninguna alternativa. Sin ayuda de mi familia, yo no sé cómo hubiera hecho para seguir adelante”, dice Rosi Brakenridge. Lo plantea con la misma impotencia que se repite en todos los testimonios recogidos entre comerciantes y emprendedores de la capital provincial.Kicillof, la “política del yo” y la Argentina futura “A muchos jóvenes nos han amenazado con dejar a nuestros padres sin trabajo o sacarles alguna ayuda”, dice F.L. y ruega que no se publique su nombre. “A mi viejo le dijeron: ‘Si tu hija vuelve a ir a una marcha, a vos se te va a complicar seguir acá’”. El padre trabaja en una dependencia municipal. “Eso es moneda corriente; empezaron a apretar más fuerte, porque vieron que los jóvenes se estaban rebelando”.Cuando hablan del Estado, los formoseños aluden a una especie de “Gran Hermano”: “Saben todo; vigilan cualquier movimiento”, dice otro joven que también prefiere que no se lo mencione. En el manejo de la pandemia se ha extremado esa omnipresencia estatal: Formosa es la única provincia en la que nadie se puede hacer un hisopado en un laboratorio privado. El monopolio de los tests lo tiene el Estado. Para la oposición, eso le permite al gobierno de Insfrán “manipular los datos de la pandemia”. Para agregar oscuridad, el 17 de mayo el registro de casos diarios de Formosa pegó un salto desconcertante: pasó del orden de los 200 a 5630 en un solo día. Después explicaron que se habían cargado datos atrasados de los últimos meses. Por denunciar irregularidades y abusos en el manejo de la pandemia, la concejala Gabriela Neme ha sufrido escraches y ha sido detenida, incluso incomunicada.Gildo Insfrán y Alberto Fernández en la visita del Presidente del 28 de mayo del año pasado. Habían transcurrido 2 meses y días del comienzo de la cuarentena y Formosa aún no tenía positivos. (La Nacion/)La calidad institucional parece, en la provincia del miedo, una completa excentricidad. Diputados opositores han pedido en el Congreso nacional que se disponga una “intervención federal” sobre el Poder Judicial de la provincia. “Sería la única forma de poner fin a una administración de justicia signada por la falta de independencia y sometida a los designios del poder político”, dijo la diputada Lidia Ascárate al fundamentar la iniciativa.Desde el gobierno de Insfrán niegan todas estas denuncias y descripciones. Defienden su política sanitaria como “un modelo de éxito”, destacan que hasta el año pasado registraban bajos índices de contagio y mortalidad por Covid, responsabilizan por el aumento de casos a “sectores que han violado irresponsablemente las normas sanitarias” y sostienen que las críticas forman parte de “una campaña” contra la provincia.A 1100 kilómetros del Obelisco, Formosa ha consolidado un modelo que gira alrededor de un Estado omnipresente. Quizá haya que mirarlo como una suerte de laboratorio político e ideológico, donde la pandemia es tomada como excusa para restringir libertades, silenciar voces incómodas y estimular el miedo. Pero también será interesante ver cómo progresa la reacción social. Hoy asistimos a una creciente tensión entre un gobierno aferrado al poder y un germen de rebeldía ciudadana. Es una tensión entre el encierro y la libertad, entre el pasado y el futuro. Quizá algún día encontremos otro cartel a la entrada de Formosa: “Bienvenidos a la tierra de la diversidad”.

Fuente: La Nación

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La ocupación de camas de terapia intensiva volvió a aumentar durante el fin de semana. Por la pandemia de coronavirus, este lunes, el indicador de camas arrojó un nuevo récord desde el inicio de la pandemia con 7.827 pacientes graves internados, un 48,5% más que hace un mes.En la primera quincena de mayo, la cantidad de personas con Covid-19 internadas en Unidades de Terapia Intensiva (UTI) a nivel país comenzó a tener un crecimiento en forma sostenida; ya en ese momento había alcanzado valores similares a los peores registros de la pandemia en 2020.De hecho, la cifra más alta de internados por coronavirus en UTI del año pasado fue el 1° de noviembre, con 5.119 pacientes; en tanto que el 7 de mayo de este año, hace un mes, la cantidad de personas con Covid-19 en cuidados intensivos superaba ese pico con 5.268.Adiós al viñedo: vendió su tractor para irse a vivir a ItaliaDesde entonces, y a excepción del viernes 4 de junio, cada día, la cantidad de personas reportadas en UTI con Covid-19 es superior al día anterior, lo que marca un crecimiento sostenido.El porcentaje de ocupación, contemplando toda patología, fue este lunes de 78,1% a nivel nacional y de 74% en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).Para sostener estos porcentajes, frente al crecimiento de pacientes con Covid-19, las jurisdicciones han aumentado las camas de UTI. En la ciudad autónoma de Buenos Aires (CABA), por ejemplo, se anunció la incorporación de 30 nuevas camas de terapia intensiva en el sistema de salud del sector público con lo que se alcanzaron 580 plazas disponibles, de las cuales 71% ya están ocupadas.En relación a lo que sucede en el sector privado de CABA, el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, dijo que “de las 1.222 camas disponibles, están ocupadas 1.019, lo que representa una ocupación del 83%”.Es la tercera vez que CABA debe sumar nuevas unidades de terapia intensiva durante esta segunda ola de la pandemia y tras picos de ocupación que superaron al 86 por ciento en los primeros días de mayo.Por su parte, el médico intensivista, profesor e investigador de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Arnaldo Dubin, advirtió que “la situación en las terapias intensivas no ha cambiado sustancialmente” en las últimas semanas y se manifestó a favor de un esquema de períodos de restricciones “intermitentes”.La frase de Alberto Fernández que generó una dura respuesta desde el campo“Esta situación va a seguir una o dos semanas más, cuando empiecen a verse los efectos de las medidas restrictivas”, sostuvo el especialista en declaraciones a Radio Provincia.El domingo, la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) publicó su reporte semanal realizado a partir de una encuesta voluntaria a instituciones públicas y privadas de todo el país que, aclaran, “es solo una muestra, por lo que no es prudente extraer conclusiones por encima de las estadísticas oficiales”.De la encuesta de la última semana, que se realizó el 4 de junio, participaron 202 UTIs, lo que representa 3.754 camas. La SATI informó que en estas instituciones hay una ocupación del 91%, siendo Covid-19 positivos el 73% y que en comparación a informes anteriores se observó “un gran aumento” de pacientes con coronavirus en detrimento de las internaciones por otras causas.De los pacientes con coronavirus internados, el 75% requirió Asistencia Respiratoria Mecánica (ARM) y 7% cánulas de alto flujo (CAFO); en tanto que sólo el 13% de las instituciones indicó que tenía capacidad de expansión de camas.Un dato que destacaron desde la SATI es que el 24% de los centros de salud consultados manifestó tener pacientes ventilados fuera de las unidades de terapia intensiva.Con información de Télam

Fuente: La Nación

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La Argentina podría haber contado hasta fines de este mes con ocho millones de dosis de la vacuna Pfizer. Significa que casi un 20 por ciento de la sociedad argentina estaría vacunada con ese inmunizante, o casi un 10 por ciento, si se consideran las dos dosis de esa vacuna. Es el doble del total de la población vacunada hasta ahora. Esta es la revelación más importante que hizo este martes ante el Congreso el director general de Pfizer para la Argentina, Nicolás Vaquer. Esos ocho millones de dosis hubieran llegado entre fines del año pasado y el segundo trimestre de este año. El resto, poco más de cinco millones de dosis, llegarían en el último trimestre. El total de vacunas que Pfizer se comprometió a entregar ante el gobierno argentino fue de 13,2 millones de dosis, tal como lo anticipó LA NACION hace varias semanas. LA NACION había informado de 13,3 millones de dosis; el error se reduce a 100 mil dosis.El Presidente debería hacer, otra vez, una reflexión sobre las cosas que dice. La afirmación de Vaquer desmiente la suposición de Alberto Fernández, quien hace unos días señaló que tuvo la impresión de que Pfizer no quería firmar el contrato porque no podría cumplir con el compromiso hasta no abastecer totalmente al mercado norteamericano. El hecho desconocido hasta ahora era que el laboratorio les había entregado a las autoridades argentinas un programa preciso de envíos de vacunas. ¿Por qué el Presidente infirió que el laboratorio incumpliría su compromiso? ¿Por qué, si la única vacuna que sí tiene un compromiso con el Estado norteamericano es Moderna, porque su inmunizante fue financiado casi íntegramente con fondos públicos? ¿Por qué, si Pfizer había hecho en la Argentina el ensayo más grande del mundo en el proceso de investigación y desarrollo de la vacuna, que incluyó la inoculación a 5762 argentinos en el Hospital Militar? Las suposiciones son suposiciones. Los hechos son los que contó ayer el máximo directivo de Pfizer en la Argentina.Pese a los planteos de Pfizer, el oficialismo no modificará la ley de vacunasEs cierto que en esos momentos, entre julio y octubre del año pasado, el Gobierno estaba negociando con muy buenos resultados con el laboratorio AstraZeneca, que aceptó tener un socio local y eligió al empresario farmacéutico Hugo Sigman para que fabricara aquí el principio activo de la vacuna. Según acaba de reconocer el exministro de Salud Ginés González García ante el periodista Pablo Sirven, él tiene una vieja amistad con Sigman. El principio activo se trasladaría luego a México para su separación y envasado en el laboratorio Liomont. El multimillonario mexicano Carlos Slim aportó 200 millones de dólares para esa investigación con la condición de que las vacunas se distribuyeran en América Latina. Sin embargo, el laboratorio mexicano tuvo problemas con los insumos norteamericanos en momentos en que los Estados Unidos sufrían una devastadora ola de Covid-19. Después, AstraZeneca tomó la producción argentina-mexicana y la destinó de acuerdo a sus conveniencias. Aunque la Argentina pagó por anticipado 60 millones de dólares a AstraZeneca, esa vacuna demoró (y demora) mucho en llegar. Pero el gobierno norteamericano dispone de 40 millones de dosis del inmunizante de AstraZeneca que no puede aplicar porque no está todavía autorizado por la FDA, el organismo norteamericano de control de medicamentos. Es evidente que AstraZeneca prefirió competir por el mercado norteamericano con Pfizer, Moderna y Janssen antes que cumplir con los contratos que ya había firmado. Por su parte, la Unión Europea le inició un juicio por incumplimiento de contrato; sospecha que AstraZeneca privilegió la vacunación en Gran Bretaña, uno de los países con mayor porcentaje de población inmunizada y donde ese laboratorio tiene su casa matriz.Vaquer dijo ayer que el gobierno argentino no pidió sobornos ni “intermediarios”. En rigor, nunca se habló de pedido de sobornos, salvo una frase que se le atribuyó a Patricia Bullrich, según la cual funcionarios argentinos habrían reclamado “retorno”. Bullrich insiste en que nunca pronunció esa palabra (“retorno”), pero ratificó que el entonces ministro González García pidió “transferencia de tecnología”. El reclamo de tal transferencia fue confirmado por fuentes oficiales y por exfuncionarios del Ministerio de Salud. Ese eufemismo encierra el pedido de un socio local: ¿a quién se le haría, si no, la transferencia de tecnología? Es imposible, en efecto, que el gobierno argentino haya pedido que existieran “intermediarios”; la diagonal que eligió Vaquer para escapar de una denuncia es exacta. Pfizer tiene oficinas e industria locales; produce aquí muchos medicamentos de consumo popular. ¿Para qué le pedirían un intermediario, si tenían como intermediarios a los propios ejecutivos de Pfizer en la Argentina? Vaquer trató de despejar cualquier sospecha sobre sobornos o coimas, porque ese es un tema demasiado sensible, casi tabú, en los Estados Unidos. La ley norteamericana les prohíbe a sus empresas pagar sobornos en el extranjero; pueden ser multadas con cifras multimillonarios si lo hacen.La predisposición del Gobierno a no firmar con Pfizer se explica en la incorporación de la palabra “negligencia” en la ley de inmunidad para los laboratorios. La inmunidad quedaría sin efecto, según la ley argentina, si hubiere “negligencia” de parte de los laboratorios. Negligencia es una palabra que puede tener graves consecuencias en los tribunales norteamericanos, que es donde se debatirá cualquier juicio. Esa palabra no estaba en el proyecto de ley enviado por el Ejecutivo al Congreso, pero fue incorporada por la diputada Cecilia Moreau, según las actas de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados. El oficialismo dice que la incorporó para buscar el consenso porque la diputada opositora Graciela Ocaña la había pedido. Es falso. Fue Moreau, y no Ocaña, la que habló de la necesidad de incorporar la palabra “negligencia”. De hecho, en esas actas de la Comisión de Salud no se nombra nunca a Ocaña, pero sí se menciona a Moreau y a otros diputados como autores de modificaciones al proyecto del Ejecutivo. Ahora bien, ¿es culpa de Cecilia Moreau? Una ley tan sensible, que aseguraba nada menos que la vacunación de los argentinos (la ley de inmunidad fue pedida por todos los laboratorios), no podía ser modificada sin la autorización del Gobierno. O sin el pedido de este. Si no fuera así, estaríamos ante un oficialismo integrado por librepensadores, una idea inadmisible para cualquier expresión del peronismo. Ya sea porque el Ministerio de Salud se lo pidió o porque lo dejó pasar, lo cierto es que los funcionarios sanitarios son más culpables que Moreau de lo que sucedió con la ley, que es, según Vaquer, el principal obstáculo para que los argentinos no puedan acceder a la vacuna Pfizer. Vaquer señaló que 116 países aceptaron las condiciones de Pfizer, que se estipularon, señaló, porque el laboratorio había investigado en pocos meses lo que en la historia le llevó más de una década hacerlo. Estaban (y estamos) ante un hecho nuevo en la historia de la medicina y de la ciencia. El rumor de que Pfizer pidió los Glaciares o las Cataratas del Iguazú como garantía para entregar las vacunas es una versión ridícula que el kirchnerismo se ocupó de que circulara para limpiarse las culpas. Vaquer la desmintió ayer, obviamente.Tras la cumbre entre Larreta y Bullrich, Juntos por el Cambio se reúne para discutir la estrategia electoral y bajar la tensiónEl gobierno sabía de antemano que la palabra negligencia obturaría el eventual acuerdo con Pfizer, según lo deslizó ayer el propio Vaquer. Este laboratorio no participó del proceso legislativo de aprobación de la ley, participación que suele ser habitual cuando se trata de los que pidieron ese instrumento. Eran momentos de esplendor de los acuerdos con AstraZeneca, que no pudo cumplir luego con sus compromisos por las demoras en el proceso de investigación y desarrollo de su vacuna. Después, aparecieron las vacunas de Rusia, Sputnik V, y de China, Sinopharm y Sinovac. Cristina Kirchner se ufanaría más tarde porque Rusia y China están vacunando a los argentinos. A todo esto, los argentinos que pueden viajan a los Estados Unidos para vacunarse con Pfizer, Moderna o Janssen, de Johnson y Johnson, que son las que más confianza despiertan en el mundo (y también en los argentinos). La Argentina no firmó aún ningún acuerdo con esos tres laboratorios norteamericanos. ¿Casualidad? Improbable. Ya lo dijo la jefa política del peronismo gobernante: todo tiene que ver con todo.

Fuente: La Nación

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El Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) realizó una encuesta para saber cuáles son los pasatiempos de los argentinos, más conocidos como “hobbies”, donde cocinar se ubicó entre los primeros lugares.
“¿Cuáles son los hobbies y pasatiempos predilectos de los argentinos?”, consultó el Instituto, y el 15% eligió “navegar en internet y redes sociales”, el 14% “ver series y/o películas”, el 10% “practicar deportes y/o hacer ejercicios físicos” y “reunirse con amigos y familiares” y el 9%, “cocinar”.
Demás está decir que desde la declaración del Covid-19 como pandemia mundial por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y sus respectivas decisiones políticas de aislamiento, cocinar en casa se volvió aún más importante y frecuente.
En este sentido, los más de 1.110 encuestados fueron consultados sobre dónde buscan información para poder cocinar los vegetales y proteínas de origen animal.
Google sigue siendo la principal fuente de información a nivel global de la población, pero si se tiene en cuenta las conductas alimentarias, hay diferencias.
Para el caso de los vegetarianos, le atribuyen mucha importancia a los comentarios de profesionales y expertos en salud y a lo que se comenta o dice en foros de discusión; mientras que los veganos en cambio prestan mucha más atención a lo que publican influencers y los comentarios que circulan en distintas comunidades digitales.
Para los flexitarianos, son relevantes los influencers en primer lugar, y le siguen los foros de discusión y blogs como puntos de referencia. Por último aquellos considerados carnívoros tradicionales, acuden a la búsqueda en Google, a las comunidades digitales, a los comentarios de profesionales y a la información que buscan en redes sociales.
Yendo a las preferencias de los consumidores a la hora de elegir la comida a cocinar, el IPCVA consultó cuáles son las variables que más influyen en la compra de carne vacuna. La primera de todas es la “frescura” del alimento.
“Siempre se vincula esta característica con la calidad e inocuidad de la carne. En el tope de los intereses y preocupaciones de la gente se contemplan seguidamente la relación precio/calidad y dentro de la calidad específicamente se tienen en cuenta las características organolépticas visuales como el color de la carne o la cantidad de grasa que presenta“, explica el informe.The post Cocinar, entre los primeros cinco hobbies de los argentinos: dónde se ubican los vegetales y las proteínas de origen animal first appeared on Infocampo.

Fuente: InfoCampo

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El Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral dio a conocer los nuevos resultados del Índice “Ag Barometer”, en el cual mide las expectativas y confianza de los productores argentinos que cayó más del 12% respecto de la medición anterior.
Los encuestados afirman que el deterioro de la confianza se dio principalmente por la decisión del gobierno nacional de cerrar temporalmente las exportaciones de carne vacuna, medida que calificaron como “error”, “locura” y “desastre” entre las palabras claves
Para el caso de las condiciones presentes, el índice cayó un 1%, pero si se mira las expectativas futuras, la medición se desplomó 19,6%.
Desde el Centro de Agronegocios de la Universidad sostienen que desde junio de 2020 el Ag Barometer “comenzó una senda de recuperación que si bien fue lenta, se venía consolidando edición tras edición motivada por los buenos precios de los commodities agrícolas que traccionaron al alza en el humor de los productores“, sin embargo, la última medición rompió esa tendencia.
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Fuente: InfoCampo

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