Un hombre de 30 años fue apuñalado tras una discusión en el interior de un colectivo de la línea 152 en el barrio porteño de Palermo, informaron hoy fuentes policiales.Según precisaron, efectivos de la comisaría vecinal 14 A de la Policía de la Ciudad se desplazaron esta tarde al cruce de la Avenida Santa Fe y Vidt, en ese barrio porteño. En el lugar, hallaron a un hombre con una herida de arma blanca en el abdomen.Santa Fe: el abogado al que una mujer le destrozó el BMW se encuentra en estado críticoCuando intentaba escapar, el agresor fue reducido por particulares, quienes luego lo entregaron a los efectivos policiales.En tanto, el hombre herido fue trasladado por el Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME) al Hospital Fernández, donde ingresó al quirófano y se encuentra estable.

Fuente: La Nación

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SAN PABLO.– Nunca vi a Lionel desalineado. Hasta cuando lo golpean cae con plasticidad y elegancia. Ni siquiera en los últimos minutos de los partidos corre con agotamiento, cuando cualquiera pierde coordinación. Él no pierde ni el estilo. Y es otra de las claves de su efectividad: está siempre fresco. Yo jamás llegaba tan explosivo al cierre de los partidos. Lejos de compararme, sólo lo describo para señalar el abismo. Todos se agotan y él sigue marcando diferencias. En la Copa América estamos disfrutando de una de las mejores versiones de Messi en la selección. Quizás, la mejor. Gravitante, influyente, decisivo. Activo hasta en esos pasajes de menos intensidad del equipo, donde cualquiera se permitiría relajarse. Entregarse al descanso de la faena realizada. Messi no. Busca otro gol, corre, asiste, grita. Calcula por cuál ángulo puede filtrar otro tiro libre.Messi juega siempre, como siempre lo ha hecho. Ahora se resalta que no sale nunca, pero él nunca quiso perderse un partido. Ni en la selección, ni en Barcelona ni por los 32avos de final de la Copa del Rey. Messi convive mal con el banco de suplentes, porque es genial. El quiere jugar. Siempre. Messi es un superdotado, no solamente técnicamente, sino físicamente también. No termino de comprender cómo son sus tiempos de recuperación. Se sube a un avión, a otro, viaja, juega, lo golpean, se entrena, va, viene y va.Messi ve más allá, ve lo que nosotros, humanos, no vemos. Messi está en otra dimensión mental. Les propongo algo: sigamos su lenguaje corporal. Messi habla con sus gestos. Y no reduzcamos todo a la bobería del himno. No, por favor. Si Messi está contrariado, molesto, incómodo, es muy probable que no tengamos una buena actuación. Su cara lo dice, porque los genios ven todo antes. Saben qué les espera. Como en la cancha ejecuta todo una fracción de segundo antes, también tiene la intuición para advertir qué va a suceder.Peligro de gol: Messi y un tiro libre para la Argentina (Andre Penner/)Cuando lo ves bien, indefectiblemente cosas buenas van a ocurrir. Sus expresiones son un anticipo. Su rostro es una advertencia, que después se corresponde con el tono del juego. Si prestan atención a su gestualidad, él ya está leyendo el partido. Únicamente los genios se lo permiten –aunque parezca reiterativo–, y luego el partido corrobora esas sensaciones. Y en la Copa América está arriba, iluminado, encendido. ¿Por qué motivo? Por rebeldía, por motivación, por madurez…, no lo sé. Pero lo disfruto.Festejo para Messi: el capitán de la selección argentina atraviesa una excelente Copa América (Andre Penner/)Contra Bolivia, y creo no exagerar, ofreció pinceladas descomunales. Nunca había visto dos asistencias en un mismo gol: lo dejó a Nico González de cara al gol, primero, y después, tac, le puso a Rodrigo De Paul un pase que apenas Messi podía ver. La calle por la que tuvo que pasar la pelota para que llegue a De Paul es increíble. Ese pasillo únicamente él lo podía encontrar. Sin perder de vista, también, un mérito insoslayable para De Paul: estaba ahí, se ofreció en ese lugar para la descarga y la frialdad que mostró en la definición fue estupenda.Colombia exige atención, cuidados. Pero antes de intentar asomarnos al partido, con respeto porque el fútbol se burla de los adivinos, me despierta entusiasmo estar analizando a la Argentina en las semifinales. Describe progresión. Y le abre una nueva ventana a un grupo de futbolistas que hace dos años, precisamente acá, en Brasil, cayeron en las semifinales por la Copa América anterior. Parece trillada, remanida la frase, pero es verdad: el fútbol guarda segundas y terceras oportunidades. Hay que saber esperarlas, hay que saber buscarlas.Al ángulo: Galíndez no llegará al impecable tiro libre de Messi, que cerró la goleada frente a Ecuador (Eraldo Peres/)Nos vamos a enfrentar contra un equipo que lastima. Con potencial de daño inocultable. E incluso, reparo en el siguiente detalle: Colombia está entre los cuatro mejores de la competencia, aun sin que sus piezas más desequilibrantes hayan ofrecido su mejor versión. El delantero Luis Muriel todavía no ha sido Luis Muriel, y el otro atacante, Duvan Zapata, todavía no ha sido Duvan Zapata. Y Cuadrado se reencuentra con la titularidad justo ahora, en una instancia decisiva. Después, más allá de cálculos y previsiones, lo sabemos: es fútbol. Con caprichos e imponderables.Lionel Messi festeja luego de anotar el segundo tanto en la victoria 4-1 ante Bolivia en un encuentro de la Copa AméricaArgentina ya ha definido cómo quiere jugar. Está claro, no hay debate en formas y estilos. Después, sólo se trata de gustos y paladar. Pero la propuesta está a la vista. La Argentina avanza, gana metros, asume el protagonismo, obtiene la ventaja y luego, necesita respirar, y para respirar necesitás bajar la intensidad. Hay riesgos, sí. Habíamos señalado que la selección iba a sufrir por momentos. El plan viene funcionando y las victorias son contagiosas.Messi está cómodo y ese retrato no puedo obviarse. Habíamos comentado en un encuentro anterior que el rodaje, la suma de las dos fechas en las eliminatorias que precedieron a la Copa América, más varios partidos en este torneo por su sistema de juego, aceitarían el funcionamiento. O, al menos, le daría agilidad a la propuesta. Certezas. Los muchachos de la selección están juntos desde finales de mayo, y eso es muchísimo tiempo. Pero muchísimo. Se traduce en conocimiento y en confianza.El capitán de la selección y una obsesión a dos pasos: la preciada Copa América Messi está enfocado. Adentro y afuera de la cancha. Tiene determinación, sin perder nada de su repertorio. Y hasta el brasileño se lo reconoce. Lo admiran, lo adoran. Y de alguna manera es una lección para nuestra idiosincrasia, donde a partir del folclore, amparados en ese sentimiento alejado de la razón, crecimos bajo el mandato de que a los brasileños no los podemos valorar, apreciar ni admirar…, aunque los admiramos.Talento, habilidad y algo más: Messi conduce la ilusión del seleccionado argentino en la Copa América (EVARISTO SA/)Ellos reconocen en Messi a una celebridad, sí, a un futbolista de estatura universal, pero también admiran al Messi que es familia, que juega con sus hijos. El brasileño empatiza rápidamente con esas conductas. Lo sienten cercano, desprovisto de frivolidades. Quizás bloqueados por históricos prejuicios, se sorprenderían de hasta qué punto despierta simpatías Messi en Brasil. Acá se permiten dejarse atrapar por la magia de un artista como Messi. No es traición, no se trata de la patria. Es un sentimiento más espontáneo, más noble. El que provoca la fascinación.

Fuente: La Nación

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PITTSBURGH (AP) — Ben Gamel conectó dos jonrones e impulsó seis carreras para liderar el triunfo de los Piratas de Pittsburgh 11-1 el lunes sobre los Bravos de Atlanta.Gamel pegó un tablazo frente a Max Fried (5-5) que envió la pelota sobre la barda del jardín central para un cuadrangular de dos carreras en la cuarta, conectó un doble ante Bryan Reynolds en la sexta y agregó un bambinazo de tres carreras en la séptima para que los Piratas ganaran por segunda vez consecutiva tras perder seis juegos seguidos.Un día después de que remolcó la carrera del triunfo como un bateador emergente en el triunfo en la décima entrada ante Miami, Fried regresó al montículo con su peor apertura desde abril. Los Piratas propinaron seis carreras al zurdo en poco más de cinco entradas y Atlanta perdió la oportunidad de volver a estar por encima del .500 por primera vez desde el 8 de junio.Chase De Jong (1-3) sobrevivió a los primeros 36 lanzamientos para conseguir su primer triunfo en cinco años en las Grandes Ligas. De Jong ponchó a cuatro y entregó tres pasaportes para su primer victoria desde que venció a los Medias Blancas de Chicago el 28 de septiembre de 2018, cuando estaba con Minnesota.Por los Bravos, los venezolanos Ronald Acuña Jr. de 5-2 con una carrera; Orlando Arcia de 4-0; William Contreras de 4-0; Ender Inciarte de 1-0. El cubano Guillermo Heredia de 3-0.

Fuente: La Nación

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El impacto por la noticia de la muerte de Raffaella Carrá activa la memoria. Y además de la inmensa carrera que construyó la estrella italiana, también aparecen postales que la vinculan de manera automática con Diego Armando Maradona.La popular cantante compartió pantalla con el ídolo en más de una oportunidad, no solo en Italia sino también en la Argentina. La admiración era mutua. Y por eso participaron juntos de diversos segmentos televisivos, de un lado y del otro del Océano Atlántico. Incluso, hubo fuertes rumores (jamás confirmados) de una relación amorosa entre ambos.En 1992, Maradona fue invitado al programa “Hola Raffaella”. Allí, aceedió a ser hipnotizado por el mentalista español Tony Kamo.Seis años más tarde, en noviembre de 1998, ella volvió a invitar a Diego, esta vez a su programa “Carramba che Fortuna”, donde reunió al ídolo con todos sus compañeros del Napoli campeón 86/87. Diego se divirtió mucho e incluso hicieron jueguitos juntos.La devolución de gentilezas llegó en 2005. Raffaella fue una de las invitadas a ese gran show televisivo que condujo Diego, llamado “La Noche del 10?Por último, Raffaella quiso decir presente en el gran compilado de saludos de diversas figuras de todo el mundo que Maradona recibió como regalo para su cumpleaños número 60, el 30 de octubre de 2020.

Fuente: La Nación

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El periodista Carlos Pagni analizó, en Odisea Argentina, por LN+, un dato “inquietante” sobre la vicepresidenta Cristina Kirchner. “Está estudiando economía, lee libros y subraya”, lanzó Pagni a mitad de su editorial esta noche. Según detalló, en el inicio de la campaña electoral para las elecciones legislativas de noviembre, a la expresidenta la encontraron subrayando textos de Marcelo Diamand, ingeniero y economista que falleció en 2007.¿De qué eran esos textos? “Sobre la restricción externa”, reveló Pagni. “Acá hay que acordarse que ya en octubre del año pasado, cuando recordó otro aniversario por la muerte de Néstor Kirchner, [Cristina Kirchner] se refirió a que el problema del dólar era un problema estructural”, indicó. “Estudia economía, aparece mucho: ¿habrá que descartarla tanto como la descarta La Cámpora para las presidenciales de 2023? ¿No ya para una Cristina eterna sino para una vuelta de Cristina Kirchner?”, se preguntó el periodista en su análisis.Esa publicación de Cristina Kirchner, que fue compartida en las redes de la vicepresidenta, se titulaba “A 10 años sin él y a uno del triunfo electoral: Sentimientos y Certezas”. Y entre otras cosas hacía referencia al dólar.Creó Paty, fundó Las Leñas y, a los 82, sigue trabajando. La inspiradora historia de Tito LowensteinY describía: “Hoy, continuamos con la restricción externa de esa moneda -o faltan dólares o hay demasiada demanda- a la que se suma una más que evidente extorsión devaluatoria”. Y daba detalles sobre el cepo que había puesto en su segundo mandato como presidenta: “Si la analizamos con perspectiva, la restricción no sólo era razonable, sino que daba cuenta del nivel del poder adquisitivo de ciertos salarios de la época. Muchos compraban dólares y muchos compraban el tope mensual. ¿Quién podría hoy acceder a esos USD2.500 para ahorrar mes a mes? Casi nadie. Sin embargo, por haber establecido dicha restricción cambiaria, nuestro gobierno fue atacado día a día por los medios hegemónicos”, afirmaba en aquella carta Cristina Kirchner.“Es que la Argentina es el único país con una economía bimonetaria: se utiliza el peso argentino que el país emite para las transacciones cotidianas y el dólar estadounidense que el país -obviamente- no emite, como moneda de ahorro y para determinadas transacciones como las que tienen lugar en el mercado inmobiliario. ¿Alguien puede pensar seriamente que la economía de un país pueda funcionar con normalidad de esa manera?”, decía la vicepresidenta.Eugenio Zaffaroni: “Si no reforman el Poder Judicial no van a poder gobernar”Pagni, que dedicó una parte del editorial a la campaña legislativa del oficialismo, explicó que la reaparición de Cristina Kirchner va de la mano con el segundo plano que adquirió el presidente Alberto Fernández. “Lo tienen oculto, casi como Juntos por el Cambio a Macri”, afirmó.En ese tramo del editorial, el periodista contó que el Frente de Todos ofrece en la provincia de Buenos Aires un menú variado: “Si se revisan los últimos actos en la provincia se los puede ver a Berni, Massa y Kicillof. Un menú “amplio” desde el punto de vista ideológico, posible por un frente que tiene una conducción política clara con Cristina Kirchner.

Fuente: La Nación

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Lionel Messi no ganó títulos con la selección argentina y se le cuentan las finales perdidas. Todo es verdad. Alguna vez, Juan Sebastián Verón se preguntaba qué sería de la Argentina sin Messi. Asustaba y todavía asusta pensarlo. Sucederá más temprano que tarde. El equipo albiceleste, que hace años arrastra déficits y penurias, estaría mucho más retrasado en el contexto global sin el crack. Se podría haber caído del mapa en algún momento, hasta se podría haber perdido un Mundial. Un trofeo que no luce en ninguna vitrina, claro.La columna de Hernán Crespo en la Copa América, exclusivo para LA NACIONSiempre resultó ingrato reducir las culpas a él. Maquilló distintas épocas de desatinos dirigenciales y errores de entrenadores. Messi disimuló despropósitos, rectificó egoísmos y enmendó incapacidades. No ganó títulos, pero evitó tempestades. Servicios que le dieron tanto poder hasta sentirse el dueño, es cierto. Y se sobrepasó en las atribuciones, también, junto con las amistades de la ‘mesa chica’. Pero en la cancha condujo a la selección a terrenos que sin él hubiese sido imposible transitar. Y la Copa América es un buen ejemplo. Un buen retrato. Especialmente porque este torneo maldito siempre le dio la espalda.Messi y Ángel Di María, dos “veteranos” que buscan venganza en algún torneo con la selección mayor (Andre Penner/)Vaya casualidad, o no tanto. Casi una alegoría del poder restaurador de Messi. Cada vez que la Argentina desembarcó en las semifinales de la Copa, el rosarino ofreció su mejor actuación en el certamen. Vale el repaso. En Venezuela 2007, 3-0 sobre México con un delicioso gol de emboquillada; LA NACION lo calificó con un 9. En Chile 2015, intratable frente a Paraguay para un arrollador 6 a 1, que increíblemente no llevó su rúbrica; LA NACION lo calificó con un 9. En los Estados Unidos 2016, excepcional en el 4-1 sobre Estados Unidos, la noche del golazo de tiro libre que le permitió arrebatarle a Gabriel Batistuta el récord de goleador histórico de la selección; LA NACION lo calificó con un 9. Y en Brasil 2019, en la derrota con el ‘Scratch’, fue el más destacado (LA NACION le puso un 7) en la mejor producción del equipo. Polémica arbitral y VAR mediante, después no alcanzó.Turno de otra semifinal. Colombia lo reta, en Brasilia. Messi siempre se las ingenió para mantener encendida la ilusión de que un tiempo mejor estaba por desembarcar. Messi sostuvo la esperanza que nunca se correspondió en las vitrinas. Las frustraciones en las finales estuvieron precedidas por grandes partidos a los que se los llevó el dolor. Quizás algo esté por cambiar esta vez.

Fuente: La Nación

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¿Alcanza con reabrir las escuelas? Después de haber “militado” el cierre de las aulas durante más de un año, el Gobierno parece haber advertido que la situación ya resultaba insostenible. ¿Pero ha vuelto la educación? ¿O solo se ha improvisado un regreso limitado, desordenado y desganado a una apariencia de normalidad escolar? No son preguntas arbitrarias: desde que se anunció la vuelta a la presencialidad, casi ningún colegio ha regularizado una rutina continua. La jornada escolar es acotada, los alumnos van algunos días y otros no, la asistencia docente está muy condicionada y los edificios muestran las secuelas de haber estado mucho tiempo sin recibir ni siquiera un mantenimiento mínimo. Basta asomarse a la realidad cotidiana de cualquier colegio bonaerense para ver lo lejos que está el ciclo escolar de parecerse a la normalidad.La decisión de haber mantenido las escuelas cerradas durante más de un año estuvo siempre floja de argumentos y de justificaciones. Provocó un daño que aún es difícil dimensionar, pero que muchos expertos definen como una verdadera tragedia generacional. Acentuó desigualdades, multiplicó la deserción, desarticuló las rutinas familiares y dejó a millones de chicos y adolescentes sin el amparo del colegio. Sin embargo, algún equívoco profundo y misterioso parece haber hecho que los gobiernos (nacional y provinciales), así como los gremios docentes, se sintieran cómodos con semejante despropósito. Quizá haya que desentrañar esa confusión para entender el desgano y la falta de convicción que parecen acompañar esta tardía apertura de las escuelas. ¿Por qué no se autorizan las jornadas completas en aquellos colegios que pueden garantizarlas? ¿Qué fundamento existe para que los protocolos sanitarios se puedan cumplir durante un turno limitado y no durante un turno completo? ¿Por qué no pueden ampliarse las “burbujas” en los colegios con matrículas más reducidas e instalaciones más amplias? “Volvamos, pero no mucho”, parece decir el Gobierno. Los gremios no celebran la vuelta al aula; la lamentan. Ni hablar de agregar días de clases, ampliar horarios y reducir recesos para compensar lo que se ha perdido. Propuestas de ese tipo suenan a herejías en un sistema educativo que siempre encuentra excusas para justificar la pérdida de días de clases.El ministro de Educación de la Nación dijo la semana pasada, con pasmosa liviandad: “En aquellas escuelas donde haga frío se deben suspender las clases”. Podría haber dicho que el Estado iba a poner estufas, pero optó por el atajo más fácil. Es un criterio revelador: el Gobierno encubre su propia ineficiencia con el relato de que “cuidamos la salud de los chicos”. ¿Suspender más clases es cuidar la salud y el futuro de los chicos? ¿Cerrar escuelas es una forma de abrigar a los jóvenes? Para el relato de la indolencia demagógica, la respuesta es “sí”.El problema es mucho más profundo que la falta de estufas, las jornadas reducidas y la asistencia alternada. Detrás de esta “escuela a media máquina” hay un profundo debilitamiento de la educación. Los alumnos son evaluados cada vez menos, la exigencia ha bajado al mismo ritmo que la actividad escolar, la interacción con los docentes se ha reducido. Los boletines de calificaciones son una mera formalidad llena de siglas incomprensibles. La escuela (como estructura y como institución) se ha desorganizado. La relación de los padres con el colegio ha quedado más fragmentada y desarticulada. Se ha resentido más el concepto de “comunidad educativa” y, en muchos casos, se han acentuado las desconfianzas, porque los padres (sobre todo en los sectores más vulnerables) sienten que la escuela los abandonó.Esa escuela que estuvo más de un año cerrada ya era una institución en crisis: arrastraba problemas muy graves, tanto de calidad como de valores y de organización. La autoridad docente estaba cuestionada, la formación dejaba mucho que desear y los niveles de deserción eran muy altos. El trauma de este año y medio profundiza, entonces, un deterioro educativo que lleva décadas en la Argentina. ¿Se ha abandonado toda intención de recuperar la escuela pública? ¿Nos conformaremos con una escolaridad limitada y de baja intensidad? ¿El Gobierno le soltó la mano a “la escuela” para abrazarse al sindicalismo docente?Mientras el ministro llama ahora a suspender las clases por el frío, en los últimos tres años Chubut tuvo solo sesenta días de clases. Se estima que 50.000 adolescentes de esa provincia, sobre un total de 170.000, han perdido el vínculo con la escuela en ese lapso. En Neuquén, un trabajo realizado por la ONG Barriletes en Bandada ha detectado que “hay chicos de tercer grado que todavía no saben leer” y que “recién están empezando a reconocer las letras”. Son apenas algunos de los datos recogidos por la historiadora María Victoria Baratta en su libro No esenciales. La infancia sacrificada.Lo que se ve, en un contexto tan dramático y complejo como el que plantea la pandemia, es una escuela en retirada, a la que parece darle lo mismo estar abierta que cerrada, a la que un día de clases parece significarle poco y nada. Para el Gobierno, el reclamo por la reapertura de las escuelas ha sido casi un capricho de “padres opositores”, cuando no “negacionistas”. Después de mirar encuestas, ha concedido el regreso de la presencialidad en la provincia de Buenos Aires. Pero no parece preocupado por el hecho de que las escuelas sigan cerradas en Santa Cruz, en La Pampa, en Catamarca o en La Rioja.Los datos, acá y en el mundo entero, son concluyentes: la actividad escolar produce muy bajo riesgo en materia de contagios. Y el costo de cerrar las aulas es, para chicos y adolescentes, enormemente más alto que el que supone la pandemia para esos grupos etarios. Si con protocolos adecuados han podido funcionar las industrias, el comercio y los servicios, ¿por qué no pudieron funcionar las escuelas? Los funcionarios responden con balbuceos; los gremios, con dogmatismo.En el marco de esa indiferencia se debe interpretar la decisión oficial de suspender las pruebas Aprender. No se trata de una mera postergación, sino de una declaración de principios: de la misma manera que el Gobierno se ha sentido cómodo con las escuelas cerradas, se siente notoriamente incómodo con cualquier cosa que represente evaluación, exigencia, método, continuidad. Ni siquiera parece interesado en saber dónde estamos parados.En lugar de multiplicar esfuerzos, la agudización de la crisis educativa alimenta un círculo vicioso: cada vez nos conformamos con menos y nivelamos más hacia abajo. Un sistema con dramáticos niveles de deserción tiende a conformarse con que los chicos vayan al colegio, aunque vayan de vez en cuando, aunque no estudien, aunque no aprendan.¿Hay educación sin exámenes? ¿Se puede enseñar sin evaluar? Sin calificaciones y sin medición de rendimientos, la escuela se convierte en una ficción. Y en ese juego de ficciones, unos hacen que enseñan y otros hacen que aprenden, sin importar, en el fondo, que de verdad sucedan una u otra cosa. Tal vez haya que indagar en esta ideología de la ficción para entender lo que está pasando con la educación en la Argentina.Por supuesto, no hay una salida rápida para una crisis de semejante envergadura. Pero tal vez se deba empezar por restablecer acuerdos básicos: la escuela debe estar abierta; no es lo mismo un día de clases que un día sin clases; no es lo mismo estudiar y esforzarse que no hacerlo. Para eso hay que macar un rumbo, dar señales claras y sostener una línea de coherencia. Pero primero hay que creer en la educación.

Fuente: La Nación

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La Cámara de Diputados dio sanción a una ley que convalida el Consenso Fiscal suscripto el 4 de diciembre de 2020 entre el el gobierno de Alberto Fernández y 21 provincias. Contra lo que pueda pensarse, este último Consenso Fiscal no se ha propuesto reducir impuestos, sino postergar hasta el 1° de enero de 2022 las reducciones que habían sido acordadas entre el gobierno de Mauricio Macri y los gobernadores el 16 de noviembre de 2017. Se está convalidando lo que ya estaban incumpliendo gran parte de las provincias.El aumento del gasto público provincial a partir de 2003 fue desmedido e injustificado. La cantidad de empleados públicos de los gobiernos provinciales pasó de 1.766.600 a 3.185.000 en 2020. El aumento se sostuvo entre 2015 y 2019, período en el que se agregaron 140.000 empleados provinciales. En este fenómeno de expansión burocrática hubo comportamientos disímiles. No extraña que crezca más rápido el empleo público en donde ya es excesivo. Entre las provincias que superan la relación de 100 empleados cada 1000 habitantes se encuentran las de Tierra del Fuego, Neuquén, Catamarca, La Rioja y Santa Cruz. En el otro extremo, con aproximadamente 50 cada 1000 habitantes, están Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires, Mendoza y Misiones. Para tener una idea del exceso se pueden comparar estas cifras con el promedio de los gobiernos estaduales de Brasil, que es de 18 empleados cada 1000 habitantes. Y ellos se quejan, con razón, de su excesiva burocracia.Está claro que no hubo motivos para un aumento del personal provincial. Por el contrario, la racionalización y la digitalización deberían haber posibilitado la reducción de las plantas, aun incrementándose la población servida. Desde ya que, para que ello sea posible, debe haber creación de empleo privado.El acuerdo federal suscripto en 2017 no alcanzó lo que hubiera sido deseable, pero fue un paso adelante para encorsetar a los gobiernos provinciales en metas fiscales por el lado de los ingresos. Había fijado una escala decreciente de las alícuotas del impuesto a los ingresos brutos, que es un mal impuesto porque se cobra en cascada y desalienta la especialización vertical. Se desgravaban de ese impuesto las exportaciones, incluyendo las de la industria del conocimiento, pero excluyendo minerales e hidrocarburos. Se habían acordado además la reducción y desaparición del impuesto de sellos desde el 1° de enero de 2022. También se había convenido suprimir todos los impuestos provinciales sobre los salarios, y los que se cargaban en las facturas de servicios públicos.El acuerdo logrado durante la gestión de Macri, y ahora diferido, careció de un contenido significativo del lado de acotar el gasto. Decía que las provincias podían aumentar su planta de personal en el sector público en una proporción no superior a la de su crecimiento demográfico. No decía que debieran reducirla; por lo tanto, era más una concesión inverosímil que una exigencia de reducción de un gasto que había tenido un fuerte e injustificado aumento en los años previos. Ahora, con la sanción de la ley que comentamos, ni siquiera esa cota limitará el incremento de las burocracias provinciales.Desde esta columna editorial hemos opinado que el camino indicado para evitar el crónico desborde fiscal de las provincias es evolucionar hacia un sistema de correspondencia fiscal. Esto significa que sus gobiernos deberían recaudar lo que gastan, sin tener el beneficio de gastar lo que otro, el gobierno nacional, recauda para ellos. En otras palabras, suprimir la coparticipación federal de impuestos, devolviendo potestades tributarias a las provincias. Entonces, dejarán de gastar con billetera ajena y serán sus propios gobernados quienes disciplinarán a los gobernadores provinciales en defensa de sus bolsillos.El Estado argentino se encuentra en un default no declarado formalmente, pero percibido por el resto del mundo. La degradación de la calificación a standalone y el riesgo país en torno de 1600 puntos básicos lo expone crudamente. En este marco hay muy escasas posibilidades de que se produzcan inversiones y de que salgamos del círculo vicioso del desempleo, el aumento de la pobreza y el estancamiento. Esto lo deberían saber el actual gobierno, que dejó sin efecto el acuerdo federal de 2017, y los legisladores oficialistas y algunos más que votaron favorablemente la sanción de la ley que convalidó lo actuado.

Fuente: La Nación

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Con una caída de más de 30% del número de puestos de trabajo en comparación con los primeros meses de 2020, el servicio doméstico y el sector de la hotelería y la gastronomía son los segmentos de la economía en los que con mayor fuerza persiste el deterioro del mercado laboral causado por la profundización de la crisis económica que trajeron la pandemia, la cuarentena y las restricciones para circular y para desarrollar actividades.Las conclusiones surgen del análisis de los resultados de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec, correspondientes al primer trimestre de este año. La estadística oficial también muestra que, si bien el número total de personas ocupadas no cayó en comparación con el mismo período de 2020, eso fue por el crecimiento de puestos en la administración pública, mientras que sí hubo una disminución del número de fuentes laborales en el sector privado.“Si se comparan los datos con los del primer trimestre del año pasado, una primera conclusión es que la tasa de actividad sigue por debajo del nivel de la prepandemia”, dice Agustín Salvia, coordinador del Observatorio de la Deuda Social (ODSA) de la UCA e investigador del Conicet, en referencia al índice que revela qué parte de población trabaja o busca activamente un trabajo. El porcentaje, de hecho, se ubicó en 46,3% de la población total de las áreas relevadas en el período de enero a marzo de 2021, mientras que un año atrás había sido de 47,1%.Si se recuperara ese índice a los niveles que había hace más de un año, estima Salvia, entonces la tasa de desocupación rondaría el 11% o 12%, en lugar del ser de 10,2% de la población económicamente activa (es decir, del grupo de personas que se declaran en actividad al responder a la encuesta del Indec).La tasa de empleo, en tanto, se ubicó, según los resultados del relevamiento más reciente, en el 41,6%, mientras que en el segundo trimestre de 2020 se había desplomado hasta el 33,4% de la población, y en los tres primeros meses del año pasado había sido de 42,2%. Más allá del repunte que tuvo ese índice, Salvia advierte que cuando se mira en forma desagregada qué pasó, se observa que en el segmento de la actividad privada hay 195.000 ocupaciones menos que a inicios de 2020, mientras que en la administración pública el número de ocupados se incrementó en 176.000.Los números se refieren no a la totalidad del país, sino a los 31 centros urbanos en los cuales se hace la encuesta del Indec sobre el mercado de trabajo. Esos mismos datos muestran, según un análisis de LA NACION, que la caída más pronunciada en el número de ocupaciones se dio en los hoteles y restaurantes, donde la reducción del número de trabajadores es de 32,1% respecto de un año atrás (la pérdida es de 158.350 puestos) y en el servicio doméstico, un segmento en el que se desempeñan este año 280.450 personas menos que a principios de 2020, lo cual implica una caída de puestos de 30,2%.Según el informe oficial, esos dos sectores son los que más participación perdieron en el universo total de ocupaciones. Mientras que en los hoteles y restaurantes trabajaba en 2020 el 4,1% de quienes contaban con una ocupación, este año ese índice se redujo a 2,8%. Y quienes desarrollan tareas en casas particulares pasaron del 7,7% al 5,4% del total.En este segundo caso, inciden de manera especial los problemas de la economía doméstica de quienes son empleadores y, además, el hecho de que es un sector con muy elevada incidencia de la informalidad, estimada en más de 70% antes de la pandemia. La situación en cuanto al número de personas empleadas empeoró incluso respecto del cuarto trimestre de 2020: el año pasado terminó con alrededor de 726.000 trabajadoras en esta actividad, mientras que para el primer trimestre de 2021 es posible estimar que son poco más de 647.000.Como contraparte de la caída en la participación de esas actividades, avanzaron levemente las de la industria (de 11,1 a 12%), los servicios financieros (de 10,6 a 11,4%), la prestación de servicios sociales y de salud (de 6,2 a 7%) y la administración pública (de 8,9 a 9,4%). En esas actividades, que coinciden con las que suelen tener menores tasas de informalidad, hubo recuperación del empleo a niveles prepandemia.En el mundo de la informalidad es donde no tuvieron alcance práctico las medidas de protección con las que el Gobierno pretendió reducir los daños de la crisis, como la prohibición de despidos, que recientemente se prorrogó hasta 31 de diciembre de este año.Más allá de la falta de alcance para el sector de la economía no registrada, esa disposición “tiene una doble cara”, según considera el economista Javier Lindenboim, investigador y docente en la UBA. “Son medidas de protección bien aceptadas por la dirigencia sindical, pero socialmente son una bomba de tiempo, que principalmente afecta a las pymes”, las unidades de producción más afectadas.El economista advierte, al tiempo que “la caída del empleo fue casi perpendicular, la recuperación es cada vez más lenta”. Y eso se vuelve más preocupante, evalúa, cuando se observa que, según los datos del Indec difundidos en los últimos días, la actividad cayó en abril, en forma mensual y desestacionalizada, por tercer período consecutivo.La estadística oficial revela la magnitud en que el sector informal sigue sufriendo con mucha mayor fuerza las consecuencias de la crisis. En el primer trimestre, la reducción interanual del número de asalariados sin aportes jubilatorios fue de 12%, según cálculos de la ODSA sobre la base de la EPH, con una caída de 378.000 puestos. También hubo una disminución, de 13,6%, en el número de personas incluidas en el rubro “patrones”.En parte, esas personas pueden haber ido al cuentapropismo: hubo, de hecho, un crecimiento de 9,1% del número de quienes declararon en la encuesta hacer tareas laborales de manera independiente, en comparación con los primeros meses de 2020; son, para el conjunto de centros urbanos abarcados por el Indec, 243.000 personas más que un año atrás. El cuentapropismo suele ser un refugio para quienes pierden un trabajo dependiente y, dados los altos índices de pobreza, se trata de un segmento con alto grado de no registro y de vulnerabilidad.Según un informe de la Cátedra Unesco del Instituto Di Tella, con datos al cuarto trimestre de 2020, mientras que entre los asalariados la falta de aportes a la seguridad social alcanzaba al 32,7%, en el total de ocupados, incluyendo a los independientes, el valor trepaba a 51,8%.

Fuente: La Nación

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El Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz de Colombia (Indepaz) ha denunciado este lunes la muerte de tres personas en el municipio de Espinal, situado en el departamento central de Tolima.Según datos de Indepaz, se trata de la masacre número 48 que tiene lugar en el país latinoamericano en lo que va de año. Dos de las víctimas eran de nacionalidad venezolana y la otra colombiana.Las víctimas se desplazaban en una motocicleta cuando desconocidos con armas de fuego han disparado contra estos. La Policía ha iniciado las investigaciones sobre el suceso, según señala ‘El Tiempo’.El Indepaz ha indicado que en la zona operan varios grupos armados y que la Defensoría del Pueblo ha emitido una alerta “por las dinámicas del conflicto armado identificadas en la zona”.

Fuente: La Nación

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