El Gobierno Nacional a través de la Secretaría de Mercados Agropecuarios del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, oficializó hoy la suspensión de las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior para todos los productos agropecuarios, que entra en vigencia desde hoy 26 de febrero y por tiempo indefinido hasta que se de a conocer el nuevo esquema de retenciones.
El acta de la suspensión de las exportaciones lleva la firma del secretario de Mercados Agropecuarios de la Nación, Javier Preciado Patiño. Mañana por la tarde el ministro Luis Basterra le comunicaría a la Mesa de Enlace el nuevo sistema, y el viernes por la mañana saldría publicado en el Boletín Oficial el nuevo esquema de retenciones.
Nuevo esquema de retenciones
Según pudo averiguar Infocampo, el nuevo esquema sólo aumentaría las retenciones del complejo sojero, elevando el actual 30% y llevándolo al 33%.
Entrarían en este rubro, el poroto de soja, harina de soja, aceite de soja, biodiesel, y otros productos.
Para el caso del maíz, trigo y cebada, es sistema actual cobra el 12% por derechos de exportación, cifra que se mantendría con la nueva Resolución.
Para el caso de las producciones de carne, el impuesto se reduciría del actual 9% al 5%. Carne bovina, porcina, ovina, equina, merluza, camarones, conejo, caprinos, liebre, y más.
Otras producciones y economías regionales como el garbanzo, algodón, arvejas, harina de trigo, harina de maíz, maíz pisingallo, arroz industrializado, aceite crudo de girasol, y más; también saldrían ganando y pasarían de tributar el 9% al 5%.
 Yerba mate, miel, manzanas, vinos, aceitunas, azúcar, lana, uvas, peras, naranjas, limones, cosechadoras, quesos, ajo, te, papas congeladas, cerezas, arándanos, cuero, ciruelas, mosto, aceite de oliva, herbicidas, fungicidas, insecticidas, fertilizantes, y demás productos, que hoy pagan el 5% continuarían tributando el mismo porcentaje.
Cabe preguntarse qué sucederá con otros productos que hoy pagan el 12% de retenciones, como son los tractores, pulverizadoras, sembradoras, sorgo, tabaco, mandarina, fertilizadoras, colsa, centeno, aceite y pellet de girasol, entre otros productos.

Fuente: InfoCampo

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Los hermanos argentinos Francisco y Patricio Norris, dueños de ZELP, una empresa radicada en Inglaterra, inventaron una máscara que reduce las emisiones de gas metano producidas por el eructo de las vacas. El dispositivo retiene el 90% del metano y lo transforma en vapor de agua y dióxido de carbono.

La creación podría ser revolucionaria y de alto impacto en la actividad ganadera y el medio ambiente, ya que el gas metano que emiten las vacas es uno de los principales gases de efecto invernadero.
El dispositivo, además, cuenta con geolocalizador para rastrear a los animales y recopila importantes datos sobre el metano emitido por los mismos, con los cuales se pueden realizar desde diagnósticos precoces de enfermedades hasta detectar los días en que el animal está en celo, lo cual es clave para maximizar el ordeño. Todos los datos recopilados se pueden analizar de manera remota.
Para Francisco Norris, la máscara crea un aire más limpio, pero admitió que fue difícil venderla al principio.

“Me estoy asegurando de que la gente entienda que esto es viable, que es escalable y que es una solución eficiente al problema del calentamiento global”, expresó Norris.
A su vez, Zelp se presenta como una empresa “dedicada a reducir significativamente el impacto ambiental de la industria ganadera”, al tiempo que señalan que la concientización respecto a la incidencia de la actividad ganadera en el calentamiento global está impulsando a los consumidores a buscar alternativas a la carne que sean más amigables con el medio ambiente.
La empresa espera tener el dispositivo a la venta en Argentina a fines de 2021.

Fuente: InfoCampo

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Técnicos del INTA lograron identificar más de diez especies vegetales que, pese a que comúnmente crecen de manera espontánea o silvestre, tienen propiedades beneficiosas para la salud y la alimentación y resultan valiosas opciones para incluir en las huertas hogareñas.
De acuerdo con Laura De Luca, especialista del INTA Cuenca del Salado, quien trabaja en la caracterización de estos yuyos comestibles desde hace tres años, hay varias razones por las que estas especies resultan una opción beneficiosa para las huertas y los jardines. “Más allá de sus propiedades nutricionales y medicinales, son rústicas, ya que están adaptadas a las condiciones climáticas del territorio y brindan su color y aroma sin necesidad de grandes cuidados”, valoró.
Asimismo, la especialista remarcó que, en general, las raíces mejoran la fijación de dunas o suelos muy sueltos y, en el caso de las especies arbóreas, permiten la nidificación de aves, una estrategia clave para proteger los cultivos hortícolas.
“La vegetación espontánea (nativa o naturalizada) cumple diferentes roles y brinda servicios, como alimentación, ornamentación, fijación de suelo, medicinal, etc; que generalmente se desconocen en la comunidad y es nuestra tarea contribuir a que ese conocimiento circule y crezca”, aseguró De Luca.
Incluso, también destacó que hay algunas especies acuáticas o palustres que, al crecer densamente en las riberas de los arroyos, sirven de refugio para aves y otras especies de fauna acuática capaces de purificar las aguas.
En el marco del proyecto: “Todo está en la semilla: la identidad de las especies espontáneas, nativas o naturalizadas, de la región costera”, que se desarrolló en las localidades bonaerenses de La Caleta, Parque Lago y Mar de Cobo; permitió compartir los avances del estudio que se desarrolló en forma de talleres dinámicos abiertos a la comunidad, en los que los participantes pudieron aprender a identificar las plantas comestibles, conocer sus propiedades y recolectar semillas para multiplicarlas en la huerta.
Calendario de plantas comestibles
Respecto de las especies que pueden encontrarse en la zona, la especialista indicó que, si bien existe una flora de gran diversidad biológica, hay alrededor de 11 plantas que son principales y crecen de manera espontánea a lo largo del año. En general, por su floración o por su esplendor, cada una le da color a un mes en particular.

Enero, resalta la actividad de la rucoletta o rúcula salvaje.
Febrero, cobra vigor Marcela.
Marzo, con carqueja, también llamada carquejilla o yaguareté caá.
Abril, junto con la conocida planta diente de león, amargón, taraxaco o panadero.
Mayo, surgen la achicoria, radicheta, philliyuyu (quechua), radicchio o radichia.
Junio, aparece el llantén o siete venas.
Julio, puede encontrarse con facilidad el Huevito de gallo o uvita del campo.
Agosto, crece Artemisa, o también llamada hierba de San Juan o de la mujer.
Septiembre, crece la flor de pajarito o fumaria.
Octubre, se acompaña por la verdolaga.
Noviembre, es el momento para la menta cimarrona, menta poleo, menta del bajo.
Diciembre, surge la retama genista o retama de olor.

Detalles de las especies y momento de cosecha
Marcela (Achyrocline satureioides (Lam.) DC., y Gnaphalium gaudichaudianum DC.). Medicinal: depurativo, antioxidante, digestivo, hepatoprotector. Momento de cosecha: verano.
Carqueja, carquejilla o yaguareté caá (Baccharis sp L.). Medicinal: colagogo, hepático, diurética; antiséptica de uso externo. Momento de cosecha: primavera, verano.
Diente de león, amargón, taraxaco o panadero (Taraxacum officinale L.). Comestible: aporta betacarotenos, potasio, magnesio y calcio, ácido fólico y hierro. Medicinal: antioxidante, depurativo, diurético, hepatoprotector. Además, aporta néctar para insectos benéficos. Momento de cosecha: primavera (brotes tiernos), verano (flores) otoño (raíz).
Achicoria, radicheta, philliyuyu (quechua), radicchio o radichia (Cichorium intybus. L.). Comestible: aporta hierro, calcio, vitaminas A y C. Medicinal: fluidifica la sangre, hepatoprotector, colirio (flores). Además, aporta néctar para insectos benéficos. Momento de cosecha: verano (flores), todo el año (hojas).
Llantén o siete venas (Plantago: P. major L; P. media L.; P. lanceolata L.). Comestible: aporta taninos, mucílagos, ácido fumárico. Medicinal: antiinflamatorio y antiséptico, laxante suave. Momento de cosecha: otoño, verano.
Huevito de gallo o uvita del campo (Salpichroa origanifolia Lam.). Comestible: aporta fósforo, calcio, zinc, hierro, proteínas (fruto). Medicinal: analgésica, antiinflamatoria. Momento de cosecha: todo el año, otoño (frutos), primavera y verano (flores).
Artemisa, hierba de San Juan, hierba de la mujer (Artemisia vulgaris L.). Comestible: condimento de carnes y guisos. Medicinal: regula ciclo menstrual, desinflamatoria, vermífuga, cataplasmas (uso externo). Momento de cosecha: verano, otoño.
Flor de pajarito, fumaria (Fumaria officinalis L.; Fumaria capreolata L.). Medicinal: hepatoprotector, depurativo de hígado, vesícula, riñones, emoliente y anticaspa (uso externo). Momento de cosecha: primavera, verano.
Verdolaga (Portulaca oleracea L.). Comestible: aporta vitaminas B1 y B2, calcio, ácidos grasos omega-3. Medicinal: diurética, controla acidez estomacal. Momento de cosecha: verano.
Menta cimarrona, menta poleo, menta del bajo (Mentha pulegium L.). Comestible: condimento e infusión fría o caliente. Medicinal: expectorante, carminativo, sedante, antipirética. Además, aporta néctar para insectos benéficos. Momento de cosecha: verano, otoño.
Retama, genista, retama de olor (Spartium junceum L.). Flores: perfumería, aromaterapia, extracción de pigmento amarillo comestible. Además, aporta floración para abejas e insectos benéficos. Momento de cosecha: primavera-verano (flores).
Rucoletta, rúcula salvaje (Eruca vesicaria, Eruca sativa). Comestible: aporta minerales, fibra y triptófano. Medicinal: digestiva, afrodisíaca. Momento de cosecha: primavera-verano (semillas), otoño.

Fuente: InfoCampo

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El secretario general de UATRE, Ramón Ayala se refirió en las últimas horas a las versiones de un posible aumento del 3% en las retenciones y aseguró que la medida “no afectará” ni a los trabajadores rurales ni a las economías regionales.
“Apoyamos a este gobierno, el aumento de retenciones propuesto no nos parece algo grave“, expresó Ayala. “Nadie puede esquivar el bulto a la situación que está viviendo el país. Creo que este gobierno está tratando de llevar el barco a puerto con toda la tempestad que tiene en su contra. Nadie quiere las retenciones, ni siquiera el gobierno, pero estamos en una situación que las hace necesarias“, consideró.
En ese sentido, el dirigente remarcó que los tres puntos en discusión “no son lo mismo que la 125”, dado que se aplican “a la soja, que emplea poca mano de obra” y “no afectan a las economías regionales, que son las verdaderas generadoras de trabajo“.
“Tenemos un informe de CAME que dice que hay 65% de trabajadores en negro en el sector. Necesitamos una política seria y agresiva en el control de la registración de trabajadores, algo por lo que la UATRE se va a mantener fuerte y firme en su objetivo de defender y proteger al trabajador rural y su familia”, cerró Ayala.

Fuente: InfoCampo

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Una delegación del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (INVIMA) de Colombia auditó el sistema de producción y elaboración de productos y subproductos cárnicos bovinos y ovinos nacional con el objetivo de iniciar la apertura de ese mercado para importación.
En la sede central del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) tuvo lugar una reunión final encabezada por el director nacional de Inocuidad y Calidad Agroalimentaria, Alejandro Fernández, y el coordinador general de Asuntos Zoosanitarios Internacionales de la Dirección Nacional de Sanidad Animal, Mariano Ramos.

Durante el encuentro los inspectores colombianos manifestaron que, con algunas excepciones, encontraron similares características entre los sistemas de control de la producción cárnica de ambos países.
“También se interiorizaron en los distintos programas existentes en la Dirección Nacional de Sanidad Animal en lo que respecta las distintas patologías animales como aftosa, scrapie, tuberculosis y el sistema de señalización de los animales”, indicó Angela González Gentile, coordinadora general de Gestión Técnica e Inocuidad y Calidad Agroalimentaria del Senasa.
El resultado de la auditoría fue “satisfactorio”, confió la profesional del Senasa.
“En el término de unos 60 días vamos a recibir el informe final de los auditores y luego empezaremos a ver cómo implementar las equivalencias que falten para lograr la apertura del mercado colombiano a estos productos”, aseguró González Gentile.
Durante su recorrida, que se inició el pasado lunes 17 de febrero, los auditores de Colombia recorrieron frigoríficos de ovinos en la Patagonia, de bovinos en la provincia de Buenos Aires y el Laboratorio Nacional del Senasa, ubicado en la localidad de Martínez.
En este último recorrieron las instalaciones, donde comprobaron su calidad y funcionamiento, y analizaron, con autoridades y profesionales, el sistema diagnóstico en las áreas de microbiología y residuos químicos en carnes ovinas y bovinas.

Fuente: InfoCampo

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En medio de los rumores que circulan en relación a una suba del 3% en las retenciones para la soja, el trigo y el maíz, consultoras del sector calculan un fuerte impacto en los precios si se confirma la medida.
Es que con el aumento, la soja pasaría de tributar el 30% al 33%, y el trigo y el maíz, del 12% al 15%. Con ese nuevo esquema, las corredoras advierten que la capacidad de pago de la exportación en el mercado interno (FAS teórico) caería aproximadamente 10 US$/tn en la oleaginosa, 5 US$/tn en maíz y 7 US$/tn en trigo.
“Estas versiones de suba de retenciones llegan en momentos poco oportunos, dada la coyuntura de marcada fragilidad en mercados internacionales, en particular, en commodities agrícolas. En el plano externo, el escenario para los principales productos (soja, maíz y trigo) continuaría dominado por ausencia de fundamentos que puedan alimentar perspectivas de mayor recuperación en el corto plazo”, analizó Ariel Tejera, economista y responsable del Departamento de Análisis en Grassi S.A.
Para el analista, en resumen, otra modificación en los derechos de exportación sumaría nuevos condicionamientos negativos a la evolución de los precios internos.
En un cuadro que envió a Infocampo, se pueden ver los hipotéticos escenarios para la capacidad de pago de la exportación considerando los valores de exportación (FOB de mercado) y restando retenciones y gastos.

Fuente: InfoCampo

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La presencia de insectos en la huerta muchas veces genera preocupación. Podemos pensar que la mayoría son perjudiciales para las hortalizas. Sin embargo, a través del reconocimiento e identificación de los bichitos podemos aprovecharlos al máximo en favor de los cultivos.
Existen insectos que ayudan a controlar la población de aquellos otros que se alimentan de las plantas de la huerta. Comúnmente, a los primeros se los conoce como “benéficos”. Siempre habrá plagas en la huerta, pero la plaga es preocupante cuando los niveles poblacionales son elevados y producen serios daños a los vegetales.
La vida en el planeta está organizada en sistemas perfectamente definidos y autosuficientes, en los que fluyen la energía y la materia. Llamamos ecosistemas a estos sistemas biológicos en los cuales existe una equilibrada relación de los vegetales y animales entre sí y con su medio, en un ambiente de continuo cambio y evolución en el tiempo y espacio.
Para promover el equilibrio de los ecosistemas que son las huertas, es necesario la aplicación de algunos principios ecológicos; prescindiendo del empleo de plaguicidas, combinando plantas y alimentando a las plantas para que estén fortalecidas frente a la presencia de algún patógeno.
CONOCER Y CONVIVIR
Necesitamos contar con conocimientos y estrategias preventivas que ayudan a minimizar la población de bichos que podrán atacar nuestras plantas.

El mosaico de variedades vegetales y la diversidad de aromas confunden a los insectos y dificultan la invasión.
La asociación de algunos vegetales sirve para evitar el ataque de ciertos insectos e incrementar la posibilidad de albergue de otros benéficos.
El dinamismo de los ciclos de las hortalizas, como las siembras escalonadas o los cortos períodos hasta la cosecha, también son una ventaja ya que las plagas tienen escaso tiempo para ocasionar daños en las plantas.

OBSERVAR E IDENTIFICAR
Para saber el tipo y grado de impacto de una plaga, es necesario monitorearla. Esta práctica tiene un doble motivo: por un lado, para identificar la plaga y determinar su ‘importancia poblacional’ -como indicador del problema-.
Por otro lado, como estrategia de control mediante la utilización de trampas. Existen distintos tipos de trampas. Algunas más sofisticadas que otras, pero todas cumplen con dos elementos importantes: un cebo o atractivo, por el cual el insecto es atraído, y un dispositivo que lo captura.
La identificación de insectos benéficos permitirá obtener un control biológico en la huerta.
¿Cuáles son los más comunes?

Vaquitas: aquellas de colores vistosos (rojo, negro, blanco y amarillo). Tanto los adultos como los jóvenes desde que nacen son excelentes depredadores de pulgones y larvas de gusanos cortadores en sus primeros estadios. También comen ácaros y trips.
Crisópidos: Insectos pequeños, voladores, de colores suaves -desde verde claro al verde amarillento-. Sus larvas comen pulgones, arañuelas y trips.
Sírfidos. Moscas muy atractivas por los colores de su abdomen (amarillo y negro) con aspecto, similar al de una abeja. La hembra adulta localiza colonias de pulgones y coloca allí sus huevos.
Tata Dios. Insectos grandes de color verde claro. Tanto los adultos como las crías comen diferentes plagas.

HOTEL PARA BICHOS
Podemos construir estructuras contiguas a la huerta para albergar insectos benéficos durante todo el año. Los bichos utilizan el “hotel” como refugio, principalmente en las épocas desfavorables o de reposo de los insectos.
Estos albergues pueden construirse con distintos materiales. Por ejemplo, con madera, a la cual se le van agregando diferentes estructuras vegetales: piñas, cortezas, ladrillos huecos, paja, frutos secos, partes vegetales frescas, para dar la bienvenida a los amigos de la huerta.

Fuente: InfoCampo

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Los cultivos de servicio están en auge. Sin embargo, aun hay pocas precisiones técnicas sobre la totalidad de los beneficios y uso que pueden aportarle al sistema. Por ello, muchos productores y técnicos, con su experiencia, van aportando el desarrollo necesario para formar el conocimiento. 
Por ahora representan actualmente un gran aliado para el control de malezas resistentes o tolerantes al uso de herbicidas. 
Claudio Bosco, asesor técnico de la zona de Galvez (centro de Santa Fe), ya sembró los cultivos de servicio sobre un lote de maíz en pie. Él cuenta su historia. 
“Mi problema era controlar la rama negra adentro de los maíces. La maleza empezaba a nacer cuando el maizal estaba verde y era imposible de entrar a hacer un tratamiento químico. Justamente, en una oportunidad, hace seis años, noté que la semillazón de un cultivo de avena, antecesor de esos maíces, no tenía el nacimiento de la maleza. Fue cuando me di cuenta que tenía que ocupar ese lugar que había ganado la maleza”, dice Bosco, quien forma parte de la regional de Aapresid Videla y brinda apoo técnico a la agencia de extensión rural INTA Galvez haciendo ensayos.
Entonces, casi por casualidad, como lo describe, comenzó a trabajar con un estrategia de siembra temprana de cultivos de cobertura. Así relata que “volea semillas de especies de servicio dentro de maíz y siempre prueba estrategias a escalas reducidas, no mas de algunos lotes”, explica.
Al año siguiente que detecta que la avena competía bien contra la rama negra, ingresó al lote de maíz de 60 centímetros de altura con una fertilizadora de arrastre y sembró este cereal. “En ese momento, mi propuesta era cara, me decían los asesorados. Entre la siembra y semilla de avena gastábamos unos 20 dolares por hectárea y para controlar la rama negra lo hacíamos químicamente con 10 dolares por hectárea”, recuerda. 
En ese momento, dice, medíamos a los cultivos de servicio con la vara de malezas solamente, pero cuando lo empezas a cambiar el foco, los “servicios” son más importante de lo que ahorrábamos.
“Estos cultivos, al seguir estando verde, sigue fijando carbono, ademas atrapan las chalas del maíz que los vientos llevaban a los lotes vecinos, aumentan la porosidad del suelo, poros que a su vez los necesito para que entre y se almacene el agua y claramente se mantiene la actividad biológica de los suelos”, dice el técnico.
Este año se la “jugó”, anuncia (Ver Video). “Le di una vuelta mas y estoy buscando un equilibrio de especies, que le pueda sacar múltiples servicios, porque siempre estaba entre el monocultivo de maíz, pasaba por monocultivo de avena y terminaba en monocultivo de soja”, comenta.
“Para esta campaña, sembramos una gran diversidad de especies, pusimos vicia sativa y villosa con avena, agregamos especies de verano, como lo son el sorgo y girasol, y también de invierno, como trigo, centeno, cebada más semilla de colza”, detalla respecto a este cóctel de semillas de puentes verdes. 
Según dice, estás son tecnologías de procesos, hay que pensarlas mucho, “hay que hacer el traje a medida de cada lote o situación”. 
 

Probando multiespecies dentro de maiz de 2da
Vicia villosa
Vicia sativa
Trigo
Centeno
Avena strigosa
Cebada forrajera
Sorgo
Girasol
Colza pic.twitter.com/mhlqwjD0aq
— Ing Claudio Bosco (@Boscoclau) February 13, 2020

Fuente: InfoCampo

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El territorio urbano-rural (periurbano) se construye en un espacio entre el campo y la ciudad. Constituye un “continuum” en el límite rural urbano, con características y actores propios que lo hacen objeto de estudios, investigaciones e intervenciones. En él coexisten elementos y procesos tanto de la ruralidad como de la urbanidad, los cuales le dan una particular identidad.
En los últimos años, diversos actores de la sociedad han tomado conciencia sobre el impacto que los procesos productivos generan en el ambiente y la salud de la población, como así también ha emergido una necesidad de participación de dichas comunidades en las diferentes instancias en que estos procesos se regulan. En tal sentido, una de las demandas más fuertes se refiere a un cambio en las actividades y usos del espacio urbano rural y de la adecuación del mismo a esta toma de conciencia.
La migración rural hacia áreas urbanas ha sido muy significativa provocando, entre otras cosas, escasez de mano de obra para el trabajo rural, el aumento de las áreas productivas en alquiler, la pérdida de tradiciones y hábitos de producción.

Por otra parte, el proceso de migración desde grandes urbes hacia los sectores periurbanos está, en parte, motivado por la búsqueda de un mejor hábitat.
En general, estas poblaciones no están vinculadas a los procesos históricos de producción y, en muchos casos, se producen conflictos de intereses con los sectores productivos lindantes.
LA TRANSCIÓN ECOLÓGICA
Una de las claves para organizar estos espacios es fortalecer el diálogo entre los distintos actores del periurbano, como así también integrar las estrategias de producción y el cuidado de la salud de la población y el medio ambiente. En este sentido, y respondiendo a la demanda de gobiernos locales, productores, vecinos y movimientos sociales sobre el abordaje de la producción en esas áreas, desde el INTA Oliveros se está trabajando desde el enfoque de desarrollo en un módulo experimental de producción agroecológica extensiva.
Desde fines del año 2015, se propuso la implementación de un módulo de transición agroecológica extensivo en un sistema mixto (agrícola-ganadero) de 33 hectáreas, en los lotes que limitan con la zona urbana de la localidad. El rediseño del sistema implicó, en primera instancia, la instalación de cortinas forestales mediante la plantación de algarrobos y álamos, más la siembra de un corredor biológico con especies umbelíferas, crucíferas, leguminosas y alforfón.

Uno de los ejes de la implementación de prácticas productivas en el módulo es la mejora del suelo, a partir del concepto de suelo vivo mediante la incorporación de materia orgánica. En cuanto a su manejo, la incorporación de cultivos de cobertura permitió aportes que oscilaron entre 6.500 hasta 8.500 kilos de materia seca por hectárea. Referido a la biología de suelos como indicadores de su calidad, se midieron indicadores biológicos de microorganismos con el fin de tomar una línea base para evaluar su evolución en el tiempo; entre ellos, se encuentran el carbono de la biomasa microbiana y enzimas microbianas.
En cuanto a la diversidad productiva, se incrementó fuertemente el número de especies sembradas, como así también se incorporó la presencia del animal en el manejo productivo del módulo. En este sentido, si bien los rendimientos de producción han sido menores, los costos para lograrlos se redujeron notablemente permitiendo mejorar la relación margen/costo.
Una forma de mostrar esta relación es el cuadro comparativo adjunto en tres campañas sucesivas de trigo en la parcela agroecológica versus lo que sucede en el cultivo convencional.

En este sentido, se promueve el agregado de valor a lo producido a través de una experiencia piloto de molienda que permitió transformar el trigo producido en harina y se comercializó en mercados de cercanías (Alma Rural, distribución minorista, dentro del INTA Oliveros, organizaciones sociales, etc.).
PLATAFORMA DE INNOVACIÓN TERRITORIAL (PIT)
Dado que los objetivos institucionales del INTA tienen que ver con la competitividad, la equidad y la salud ambiental, en INTA Oliveros se proyecta un abordaje de las diversas problemáticas que plantean los periurbanos desde una plataforma de innovación territorial. 
Las PIT son ámbitos de articulación y coordinación entre diferentes actores del Sistema Agroalimentario y Agroindustrial con el propósito de identificar oportunidades y problemas, consensuar acciones prioritarias y establecer mecanismos para resolverlos. 
Este espacio estará conformado por los miembros locales de INTA y de las instituciones y actores de las localidades vinculadas al periurbano del centro y sur de Santa Fe, y que expresen la necesidad de abordaje de las distintas problemáticas periurbanas.
En este sentido, se convocará a diversos actores involucrados en el periurbano para generar ámbitos de intercambio y así establecer un plan de trabajo en forma conjunta. Se establecerán nodos específicos por localidad, en función de las demandas que vayan surgiendo y los cuales articularán con la plataforma.
Además, este abordaje sobre los territorios podría contribuir a la producción local adaptada a la demanda de consumo de la región, potenciando las oportunidades de trabajo.

Fuente: InfoCampo

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Cuenta regresiva para el inicio de Expoagro 2020, “La Capital de los Agronegocios”, que se hará en la localidad de San Nicolás, Buenos Aires, del 10 al 13 de marzo. Pero, acaso, ¿la feria no es también “la capital de la agroindustria”?
Sin dudas, la matriz agroindustrial exhibida en la expo es sustancial. Unas de las compañías que así lo refleja es Ternium Argentina, sponsor oficial de Expoagro. Para ellos, el campo es uno de los sectores más importantes, tanto por su consumo de acero directo como indirecto.
“Para Ternium es muy importante la integración entre el agro, la industria y la comunidad. Estar cerca de la feria y la comunidad es algo muy bueno porque trabajamos en conjunto”, le cuenta a Infocampo José Del Boca, director de Negocios de la empresa.
En este sentido, el directivo deja en claro el rol que tiene el sector agropecuario. “El agro el año pasado representó 104.000 toneladas de despacho de acero, lo que significó un 7% más de lo que fue en el 2018, fue uno de los sectores que creció durante el año pasado. Es importante directa e indirectamente porque si al agro le va bien, también le va bien a otros sectores que nos demandan acero”, explica.  
En el stand de la empresa, ubicado en el lote 570, habrá charlas técnicas y se mostrarán los diferentes usos del acero. Sumado a ello, ofrecerá un espacio junto a Expoagro para exhibir desarrollos distinguidos en distintas ediciones del Premio Ternium Expoagro a la “Innovación Agroindustrial”. Del Boca adelantó que en este marco se lanzará la entrega del premio para el año 2021.
Para la empresa, la inversión no es solo en innovación y desarrollo. También hay un fuerte compromiso con otras áreas. “Nosotros, como Termiun trabajamos muy fuerte con la cadena de valor. Tenemos nuestro programa Propymes, que se creó hace 17 años, en el que ayudamos y asistimos a que nuestros clientes mejoren su competitividad. En este momento, dentro del programa contamos con 950 clientes y, el año pasado, capacitamos a 4.000 personas”, reseña el directivo. 
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Fuente: InfoCampo

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