* CEO de multinacionales se preocupan por aumento de los
precios* Bancos centrales miran a largo plazo y ven inflación
moderada* Empresas intentan traspasar costos a clientes* Envejecimiento de la población reduce presión sobre los
preciosPor Francesco Canepa y Mark JohnFráncfort/londres, 5 ago (reuters) – los jefes de las
principales multinacionales están preocupados por la aceleración
de la inflación, pero los responsables de mantener el alza de
los precios a raya, los banqueros centrales, parecen no
inmutarse.Si bien los responsables de la Reserva Federal de Estados
Unidos, el Banco Central Europeo y otros difieren en cuanto a la
rapidez con la que deben reducirse enormes programas de ayuda,
están de acuerdo en una cosa: el reciente avance de la inflación
no es una preocupación importante.Sin embargo, la última ronda de resultados de empresas está
repleta de menciones a la “inflación”, un aumento del 1.000% de
la aparición de la palabra en un año entre las empresas
estadounidenses que cotizan en el S&P; 500, y del 400% entre las
europeas del Stoxx 600, según un estudio del Bank of America.El hecho es que cuando los presidentes ejecutivos y los
banqueros centrales hablan de inflación, en la mayoría de los
casos, se refieren a cosas diferentes. La siguiente nota explica
en qué difieren y en qué circunstancias sus interpretaciones
podrían empezar a converger.Jefes de empresas dan la “alarma” de inflación…”Inflación” es la palabra de moda en la temporada de
resultados del segundo trimestre, ya que empresas de todas las
formas y tamaños lidian con presiones de precios derivadas de
los golpes relacionados con la pandemia a las cadenas de
suministro, que luchan por atender los aumentos de la demanda
después de los confinamientos.El conglomerado industrial General Electric, el
fabricante de motocicletas Harley-Davidson, el holding
de consumo Unilever Plc, la automotriz Renault
y la farmacéutica Bayer hicieron énfasis en
informar a los inversores de lo que están haciendo frente a
sustantivos aumentos de sus costos de producción….pero los bancos centrales están más relajadosEntre los grandes bancos centrales, la aceleración de la
inflación ha sido un asunto más relevante para la Reserva
Federal. Su medida preferida de las presiones sobre los precios
está muy por encima de su objetivo, en un 3,5%, que es la más
alta en tres décadas. La inflación general para los consumidores
alcanzó el 4,5% en junio.Si bien algunos responsables de política monetaria están
empezando a reconocer que las presiones sobre los precios son
más duras de lo que pensaban en un principio, la Fed en su
conjunto mantiene el discurso de que es un fenómeno transitorio.Su presidente, Jerome Powell, dijo el mes pasado que es poco
probable que los factores que impulsan los precios al alza ahora
-un aumento del 45% del valor de los coches usados o un alza del
25% de los pasajes de avión- se repitan. “Estamos ansiosos, como
todo el mundo, por ver que se vaya esa inflación”, dijo Powell.El mismo mensaje ha dado el Banco Central Europeo. “La
inflación ha repuntado, pero se espera que este aumento sea
sobre todo temporal. Las perspectivas de inflación a medio plazo
siguen siendo moderadas”, dijo el 22 de julio la presidenta del
BCE, Christine Lagarde.¿por qué la desconexión?Para empezar, los presidentes de las empresas se centran en
su propio sector, mientras que los banqueros centrales se
preocupan por la economía en general. La diferencia es
significativa: las empresas tecnológicas, por ejemplo,
representan casi el 30% de la capitalización del índice de renta
variable MSCI USA, pero sólo un 10% del PIB estadounidense,
según estimaciones de la Oficina de Análisis Económico.Y, en contra de la creencia popular, los mercados bursátiles
son una mala representación de la economía nacional,
especialmente en Europa. Las empresas que cotizan en bolsa en
Europa generan más de la mitad de sus ventas fuera de su región
de origen, en comparación con el 30% de las estadounidenses.Además, los banqueros centrales tienden a tomar con pinzas
las quejas de las grandes empresas que cotizan en bolsa sobre
las presiones de precios; saben que, a diferencia de las
empresas más pequeñas que constituyen la columna vertebral de la
economía, las más grandes tienen el poder de influir y cubrirse
de los cambios de precios en su cadena de suministro.Los banqueros centrales de los Estados Unidos y de la zona
del euro se cuidan de repetir los errores de la década pasada,
en la que endurecieron la política monetaria a las primeras
señales de crecientes presiones sobre los precios que al final
nunca se materializaron del todo.E incluso han hablado de las ventajas de “hacer funcionar la
economía en caliente”, es decir, dejar que la inflación
sobrepase su objetivo durante un tiempo para dar tiempo al
mercado laboral a volver a ponerse en forma.Paso a pasoLos precios de producción han subido entre un 5% y un 10% en
las economías desarrolladas, pero no está tan claro hasta qué
punto las empresas están dispuestas a repercutir el aumento de
los costos en los consumidores.Ciertamente, esto está ocurriendo en Estados Unidos:
empresas desde Procter & Gamble Co hasta Starbucks Corp lo han
hecho o están planeando hacerlo.SalariosPara los bancos centrales, la prueba de fuego para saber si
las subidas de precios se mantendrán es si empiezan a elevar los
salarios. En este sentido, el panorama difiere entre las
principales regiones.Los salarios en la zona euro subieron un modesto 1,5% en el
primer trimestre. En Japón, los ingresos se mantienen por debajo
del nivel anterior a la pandemia y se espera que los recientes
aumentos en Gran Bretaña y Australia se desvanezcan.Incluso en Estados Unidos, donde los sueldos y salarios han
aumentado durante la pandemia y un 3,2% interanual en el segundo
trimestre, la Fed sigue siendo optimista.”Creo que estamos algo lejos de haber tenido un mayor avance
sustancial (…) hacia el objetivo de máximo empleo”, dijo el
presidente de la Fed, Jerome Powell, el 28 de julio.InflaciónLos precios del petróleo, que cotizaron negativos durante un
breve momento del año pasado, han repuntado y acelerado la
inflación general en el mundo, haciendo que la variación
porcentual interanual parezca enorme, aunque solo haya vuelto a
niveles más normales.A los bancos centrales les gusta filtrar esta volatilidad,
ya que va y viene, y se centran en la llamada inflación
subyacente, que excluye los precios de la energía y los
alimentos. Según esta medida, los precios subieron sólo un 0,9%
en la zona euro el mes pasado y cayeron un 0,2% en Japón en
junio.Los precios al consumo básicos de Estados Unidos, la medida
de inflación preferida por la Reserva Federal, han crecido más
del 3% anual, pero incluso esto se ha achacado a las
interrupciones del suministro, con los contenedores todavía
atascados en largas filas en los puertos asiáticos.¿quién tiene razón?Si el actual aumento de los precios dura lo suficiente como
para afectar a los salarios y a las expectativas de la gente
sobre la inflación futura, entonces los presidentes ejecutivos
habrán ganado la partida y los banqueros centrales ajustarán sus
posturas y, en última instancia, su política monetaria.Por el momento, apuestan a que no será así, sobre todo en
las economías en las que la población envejece, como Japón, y el
desempleo es elevado, como en algunas partes de la zona euro.
Más del 70% de los economistas encuestados por Reuters están de
acuerdo.”No se debe permitir que la inflación temporal se convierta
en inflación estructural”, dijo de Luis de Guindos del BCE.
“Hasta ahora (…), no ha habido indicios de que este sea el
caso, pero debemos permanecer atentos”.(Reporte adicional de Dan Burns y Leika Kihara
Editado en español por Javier López de Lérida)

Fuente: La Nación

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