Con buenas condiciones para la siembra de algodón, la tradicional zona del país que siembra el cultivo está comenzando la implantación. Luego de las inundaciones que sufrió el NEA el ciclo pasado, y el drenaje y escurrimiento de agua que se produjo hasta la fecha, dejaron el terreno listo para el inicio de la campaña. 
De recorrida por el norte argentino y puntualmente por las provincias algodoneras, Tucumán, Santiago del Estero y Chaco, el especialista brasilero Ederaldo Chiavegato estuvo de visita por campos algodoneros. 
Uno de los desafíos más importante que tiene este cultivo en Argentina es la reducción de brechas de rendimiento. “El algodón requiere de mucha agronomía, de interpretación de ambiente productivo e intervenciones de lo que necesita el cultivo. La idea es llevar ese conocimiento en fisiología y nutrición de plantas y de manejo para que el asesor cuante con las herramientas para pueda tomar una mejor decisión de manejo”, dice el experto a Infocampo.
En este sentido, el cultivo en Argentina se inicia con un suelo más frío y se siembra en ambientes con mayor capacidades de retención de agua, un aspecto no tan favorable para el crecimiento inicial del cultivo. Además, tiene una estrés térmico durante la floración, generando aborto de flores y cápsulas. Asimismo, sobre el final del ciclo, la época húmeda y la baja luminosidad tampoco son favorables. Estos son algunos de los aspectos importantes que juegan en contra de la reducción de la brecha de rinde entre el alcanzable y el potencial. 
De acuerdo con Chiavegato, para generar un cultivo estable ante diversos aspectos críticos, menciona la importancia de generar una buena conformación radical, mejor estructuración de la planta, minimización de los estreces, preparando así al cultivos para las etapas críticas.

Al respecto, el especialista, que fue invitado por Stoller, brindó una serie de recomendaciones de manejo. “Con hormonas promotoras de crecimiento, como Stimulate, más el tratamiento de semilla se puede dismuir los estreses iniciales de la implantación del cultivo. Acompañando la siembra con la mezcla de micronutrientes Bio Forge Advanced, el mejora su estructura radical“, dice Chiavegato.
Cuando se trata de la nutrición vegetal, el experto sugiere tratar al cultivo como “un atleta de alto rendimiento” para que el cultivo tenga una respuesta nutricional y fisiológica. En este sentido,  cuando se pasa al período reproductivo, el objetivo es retener la mayor cantidad de flores y cápsulas, entonces lo importante es el boro y el calcio, que son los dos elementos que más ayudan a la fertilizanción de las plantas, y la cantidad de semillas en las bochas. De esta forma, para conseguir un cuaje de flores parejo, la fertilización foliar con “Sett” significa un incremento de los rendimiento.
Ya que toda la estrategia de manejo se orientó en un manejo de alta producción, Chiavegato recomendó otra producto foliar orientado a configurar una óptima calidad de fibra. Se trata de “Sugar Mover”, que ayudará a la removilización de nutrientes 
Esta estrategia de manejo y combinación de prácticas hacen a un cultivo con óptimo crecimiento y desarrollo y de alto rendimiento. 
 

Fuente: InfoCampo

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