MAR DEL PLATA.- Entre gritos e insultos que retumbaron en la rambla se conoció esta tarde el fallo del jurado que declaró no culpables a los tres acusados de abuso sexual agravado sobre una adolescente de 14 años, hecho ocurrido durante la madrugada del 1° de enero de 2019, en un camping de la vecina localidad de Miramar.Este juicio por jurados, que se desarrolló durante cinco jornadas consecutivas en las instalaciones del teatro Auditorium bajo la dirección del juez Marcelo Riquert, presidente del Tribunal en lo Criminal N°3 del Departamento Judicial Mar del Plata, consideró “no culpables” a Lucas Pitman, Juan Cruz Villalba y Tomás Jaime, que afrontaban cargos por abuso sexual con acceso carnal agravado. Este formato de resolución del caso, solicitada por las defensas, no admite apelación por parte de la denunciante.La deliberación final de los 12 miembros del jurado –mitad hombres y mitad mujeres- se dio a partir del mediodía, una vez que durante la mañana las parte presentaron sus alegatos y los tres encausados aceptaron dar sus últimas palabras previas al fallo. Todos se consideraron inocentes y coincidieron en que no cometieron los delitos que se les imputaban.La confirmación del veredicto provoco reacciones fuera de la sala de debate. Al escucharse el fallo mediante un parlante que asomaba por un ventanal del edificio norte del Complejo Bustillo fue inmediato el enojo de de miembros y militantes de organizaciones de defensa de los derechos de identidad y género, que micrófono en mano y desde una radio abierta montada en la Plazoleta Almirante Brown exigían las penas máximas para todos los enjuiciados.“Son violadores”, repitieron entre lágrimas y agolpados sobre la galería que lleva al Complejo Auditorium, escenario del debate y con fuerte custodia a cargo de decenas de efectivos del cuerpo de Infantería de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.Pitman fue el único que anteayer se explayó y aceptó declarar ante el jurado, compuesto por doce personas elegidas primero por sorteo y luego por las partes de un total de 60 convocados. Es el único que reconoce haber estado con la menor dentro de la carpa pero insistió que se trató de un encuentro “consentido”. Es también el único que dejó rastros genéticos en el cuerpo de la víctima, según surgió del análisis de las muestras tomadas sobre el cuerpo de la menor horas después del hecho que se investiga.Este juicio también tuvo el testimonio presente de la víctima, que al inicio de la instrucción declaró bajo sistema de Cámara Gesell y aquí, acompañada por una psicóloga y tras la exposición de sus padres, aceptó contarle al jurado su versión del ataque que dijo haber sufrido a manos de estos tres jóvenes cuando acampaban en el camping El Durazno de Miramar durante la celebración de Año Nuevo, durante las primeras horas de 2019.“Fue un acto de valentía y conmovedor”, reconocería luego el abogado querellante, Maximiliano Orsini, que como el resto de los colegas que representan a los acusados fueron muy cautos y escuetos en el aporte de información sobre lo acontecido en estas cinco audiencias.Los jurados recibieron durante estas jornadas todos los testimonios de víctima, acusados, testigos y peritos, así como detalles de los resultados de los distintos estudios requeridos por la justicia en el marco de esta investigación.Los tres imputados llegaron en libertad a esta instancia a partir de una excarcelación extraordinaria que solicitó la querella. Así se buscó que los días de cumplimiento de prisión domiciliaria no se descuenten de una reclamada condena de cumplimiento efectivo en la cárcel.Organizaciones vinculadas a la defensa de los derechos humanos y de las mujeres en particular montaron en la rambla una carpa y radio abierta para seguir de cerca este juicio en el que esperaban las máximas penas establecidas por el Código Penal. En esa vigilia, que tuvo más de medio centenar de presentes, estuvieron hoy los padres de la víctima. “Violadores a la cárcel”, se leía en un gran cartel que permaneció desde el primer día y nombraba a los tres acusados.Entre las presentes allí estuvo Marta Montero, la madre de Lucía Pérez, la adolescente de 16 años muerta en circunstancias bastante similares al caso del camping de Miramar: a juicio por esa causa llegaron tres acusados pero todos resultaron absueltos en las acusaciones por abuso sexual y solo condenó a dos de ellos por delitos vinculados a la comercialización de estupefacientes. La Cámara de Casación Penal bonaerense revisó ese fallo y ordenó un nuevo juicio, en fecha a determinar.“No podemos permitir que los femicidios o los casos de abuso sexual se resuelvan en un juicio por jurados”, reclamó la mujer,

Fuente: La Nación

Comparte este artículo en: