En la provincia de Buenos Aires, especialmente el conurbano, el Gobierno se jugará el partido decisivo de este turno electoral. Al oficialismo no le alcanzará con ganar en su principal bastión y base de sustentación política: deberá sacar una diferencia sustancial, que le permita inclinar la balanza de otras provincias más reactivas, sobre todo en la franja central del país.Con ese mapa en la cabeza es que los principales actores del Frente de Todos ya activaron un comando electoral bonaerense para cerrar filas, emprolijar el mensaje y debatir el perfil que tendrán los candidatos a diputados. “La única pregunta que van a hacer las urnas es si habrá respaldo o castigo al Gobierno”, sintetizó un importante referente al tanto de los debates internos.La duda es si se podrá reeditar en la provincia la misma receta que se aplicó en 2019, con la inclusión de Alberto Fernández como la llave para abrirse a todas las tribus del PJ y ampliar el núcleo duro de Cristina Kirchner. Buenos Aires, en cambio, es el reinado del kirchnerismo, con la gestión en manos de Axel Kicillof, el despliegue político de La Cámpora y la dirección técnica de la vicepresidenta.“Es probable que haya una tercera ola”, alertaron desde el Ministerio de SaludEntre los accionistas de la coalición de gobierno, sin embargo, crece la convicción de que las listas deberán representar, no a una facción, sino a la “marca grande” del Frente de Todos. “El candidato no escrito va a ser Alberto y la marca, el Frente de Todos. Los que encabecen la lista tienen que tener capacidad de sintetizar la coalición y, sobre todo, defender bien la gestión Gobierno. Difícilmente sea alguien muy radicalizado, aunque deberá tener la aprobación de Cristina”, dijo uno de los referentes que es escuchado en el comando electoral.Kicillof, Máximo Kirchner y funcionarios en un centro de vacunaciónEn el Gobierno saben que Juntos por el Cambio competirá con sus grandes figuras, ya sea María Eugenia Vidal, Elisa Carrió o Diego Santilli. El oficialismo no tiene nombres con ese peso específico, pero apuesta a contrarrestar con el sello del Frente de Todos. “Nadie es más que la marca. Tiene que tener atributos que lo ubiquen aceptable para los principales socios de la coalición y que abra el espectro”, consideró un ladero de uno de los principales accionistas de la coalición de gobierno.En la danza de nombres sonó el exgobernador y actual embajador en Brasil, Daniel Scioli, bien visto por el Presidente pero resistido por sectores del kirchnerismo y del massismo que le atribuyen una autopostulación. También figuran ministros como Gabriel Katopodis (Obras Públicas) y Daniel Arroyo (Desarrollo Social) que, sin identificación kirchnerista, pueden llevar la camiseta de la gestión nacional.Entre las mujeres con chances aparece la presidenta del Consejo Nacional de Políticas Sociales, Victoria Tolosa Paz, que, lanzada a la arena mediática, tiene acceso directo a Fernández y es bien vista por Cristina. La nómina de candidateables se completa con las exponentes de La Cámpora: la directora de PAMI, Luana Volnovich y la titular de la Anses, Fernanda Raverta. Integran la agrupación de Máximo Kirchner y tienen como activo su cargo nacional en oficinas de alta permeabilidad territorial. Raverta, de hecho, es bien ponderada por Fernández dentro del gabinete.Lammens: “Si organizábamos la Copa América, el mensaje podía ser problemático”Aunque se plebiscite su figura, la lapicera no estará en manos del Presidente. Nadie duda que habrá que llegar a un consenso y que el kirchnerismo tendrá la última palabra. De hecho, cada vez que pueden, los representantes de ese sector evocan a la gestión de Cristina como el lugar al cual regresar.Comando de campañaLa mesa de los lunes de La Plata quedó institucionalizada como el comando electoral del oficialismo en la provincia. Allí, el anfitrión es Kicillof. Entre los comensales fijos -casi siempre hay asado- están el presidente de la Cámara baja, Sergio Massa; el jefe de la bancada oficialista, Máximo Kirchner; Katopodis y el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro.La mesa abrió su membresía. Esta semana se sumó el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y adosó una silla albertista en la mesa. Enseguida se escuchó el reproche de los intendentes de la primera sección electoral. “Si no estamos, es ilegítimo”, tiró la bronca uno de ellos. A partir de mañana, se sumarán al banquete dos jefes comunales. “Entramos en modo electoral, todos somos amigos y queremos ganar”, ironizó un intendente.El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero y el Ministro del Interior, Eduardo Wado de Pedro (Jefatura Gabinete/)Además, se activó el “grupo de comunicación”, en donde conviven los portavoces más importantes de la coalición -que suelen tener sus propias reuniones presenciales- con funcionarios y referentes. Es el espacio donde se alinea el mensaje y se comparten encuestas. El eje de campaña bonaerense se resumió así: “Nosotros te cuidamos con la vacuna y te protegemos el bolsillo. Ellos te castigaron”.El alineamiento interno se puso a prueba en los últimos días. El ministro de Economía, Martín Guzmán se acercó a Kicillof y mantuvo un encuentro con el interventor del Enargas, Federico Bernal, uno de los exponentes de La Cámpora en el área energética. Quedó en claro que el ministro perdió la puja por las tarifas y que deberá adaptar su Excel al libreto kirchnerista.Kicillof es quien más insiste en que el Gobierno debe recomponer el ingreso con medidas más expansivas. Es que las encuestas que leen en el oficialismo marcan una luz de alerta: la vacuna será crucial, pero insuficiente cuando lleguen las PASO en septiembre. El principal desafío que tendrá el Frente de Todos estará en los precios, el trabajo y el poder adquisitivo de la clase media.

Fuente: La Nación

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