Nuestro país es uno de los principales productores de yerba mate del mundo, con más de 165.000 hectáreas cultivadas entre Misiones y Corrientes.
La producción local abastece tanto al mercado interno como a consumidores específicos de diferentes países del mundo. Para lograr eso, no sólo se deben contemplar diferentes estándares de calidad, sino también producir bajo las normas de las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), que ya saltaron los alambres del lote agrícola y se meten de lleno en las economías regionales.
Las BPA para el cultivo de yerba mate indican como primer medida tres aspectos distintos, pero igualmente importantes que según la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (Casafe) son: “la conservación del suelo, la realización de podas racionales que garanticen una planta saludable y el conocimiento de las adversidades que puede enfrentar la planta, realizando un monitoreo periódico en los lotes en busca de la presencia de diferentes organismos que podrían ser perjudiciales como también benéficos, dentro de un ecosistema balanceado”.
Los enemigos naturales de los cultivos son tres, las plagas, las malezas y las enfermedades. Una vez que se toma la decisión de combatirlos, es clave usarse equipos de protección personal en todas las etapas de la operación.
“Durante la preparación del caldo, al realizar la aplicación y al finalizar la tarea, cuando se lava la maquina pulverizadora. Es muy importante la correcta calibración y regulación de la pulverizadora, sea esta una mochila, de arrastre o autopropulsada, para conocer el tamaño y cantidad de gotas/cm2 necesarias y el volumen de agua por hectárea que servirá como vehículo para que, diluido en esta, el fitosanitario llegue a todo el cultivo de forma homogénea y en la dosificación recomendada por el marbete del producto. Por último, es igualmente importante almacenar adecuadamente los envases vacíos de los fitosanitarios haciendo el correspondiente triple lavado o lavado a presión, según la norma IRAM 12.069 y perforándolos luego, de manera que no puedan ser reutilizados”, explica Casafe.
Los principales insectos de la yerba mate son cuatro, el psílido de la yerba mate (Gyropsylla spegazziniana), comúnmente conocido como rulo; el taladro grande o tigre de la yerba mate (Hedyphates betulinus); el marandová de la yerba mate (perigonia lusca); y los ácaros, como el ácaro del bronceado de la yerba mate (Dichopelnus notus).
Para este caso, y si se decide utilizar fitosanitarios para combatir a las plagas, hay que asegurarse que sean productos registrados en el Senasa, y que se encuentren en su envase y etiqueta original. Es conveniente que su aplicación se realice durante la primavera, cuando el umbral de daño se encuentra en más de 120 individuos cada 20 golpes a brotes.
En relación a las enfermedades hace unos cinco años tomó una mayor relevancia la enfermedad conocida como el “mal de la tela”, causado por el hongo Ceratobasidium niltonsouzanum, y la recomendación para su control es podar las ramas afectadas unos 10 cm por debajo de la zona afectada. En el momento de la cosecha hay que comenzar por las plantas sanas y finalizar por las afectadas, desinfectando luego las tijeras y serruchos para asegurar que un alimento inocuo.

Fuente: InfoCampo

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