MoscU (EFE).- Rusia irá hoy a las urnas en unas críticas elecciones parlamentarias manchadas por el juego sucio, teñidas de sangre y guerra y condenadas a ser decisivas para la democracia en el crepúsculo de la era Yeltsin.Las extraordinarias y penosas circunstancias que han precedido y envuelven la jornada han convertido los comicios en un plebiscito sobre el gobierno del presidente Boris Yeltsin, instalado en el Kremlin desde 1991.También servirán de crucial ensayo a modo de primarias para las elecciones presidenciales de junio del año próximo.Más de 107 millones de electores elegirán 449 diputados de la Duma de Estado o Cámara baja, con un escaño en Chechenia -vacante por la guerra- que completa los 450 que establece la ley.Será la tercera convocatoria a la Duma y la cuarta consulta general desde la desintegración de la Unión Soviética urdida por el hombre que ha dirigido el país durante los últimos ocho años.Mil observadores de 54 países y 70 organismos internacionales, y 1900 periodistas de 50 naciones han acudido a vivir en directo este nuevo acto de un drama cuyo final todavía no aparece en el horizonte.PronósticosDe los 26 partidos y coaliciones en liza, sólo cinco cuentan en principio con pronósticos favorables para llegar al ciento por ciento indispensable y repartirse proporcionalmente 225 escaños. Los otros 224 se disputarán en circunscripciones mayoritarias.Por orden de intención de voto en los últimos sondeos, lidera los favoritos el Partido Comunista, de oposición frontal al poder, con un arco que comprende entre el 15,5 y el 28 por ciento de respaldo.Al segundo lugar se ha encaramado meteóricamente Unidad, nuevo partido creado a última hora por el Kremlin para frenar la ola en contra por la terrible crisis económica y la virulencia política y para capitalizar la guerra de Chechenia a través del efecto de catarsis colectiva.Las encuestas adjudican a Unidad, dirigido por el ministro de Situaciones de Emergencia, Serguei Shoigu, y apadrinado por el primer ministro Vladimir Putin, quien pidió veladamente el voto dos veces en las últimas horas, entre el 13 y el 19 por ciento.Putin, delfín y heredero propuesto por Yeltsin como próximo presidente, no ha dejado de vincular inteligentemente, pero de manera casual en apariencia, la guerra de Chechenia, el orgullo patriótico y las elecciones.Al tercer favorito, el bloque Patria-Toda Rusia, le otorgan una intención de voto de entre el 8 y el 16 por ciento. Encabezado por el ex primer ministro Yevgueni Primakov, que hasta hace tres meses era sin discusión el político más valorado y querido del país, Patria-Toda Rusia lleva como número dos de su lista al poderoso alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov.Pero la despiadada campaña desde el Kremlin y los medios de comunicación oficiales, entre ellos la cadena de televisión ORT, han ido minando el apoyo al bloque, aunque ha podido recuperarse un tanto tras la espectacular jugada de Primakov el viernes último.El otrora primer ministro anunció por sorpresa su candidatura a la presidencia, la justificó en “la arbitrariedad (que) reina en el país” y prometió: “Pondremos orden con respeto a la ley, castigaremos a los ladrones, haremos renacer nuestra patria”.La furia de Yeltsin y la “familia”, como se conoce a su entorno, contra Primakov se gestó tras iniciar en su época de jefe de gobierno investigaciones por corrupción personal del presidente, sus hijas y otros altos funcionarios del Kremlin.Como cuarto partido con posibilidades de entrar en la Duma se sitúa el partido liberal Yabloko, de tendencia equidistante y tan alejada de las andanzas del Kremlin como del comunismo. Se le pronostica un respaldo de entre el 6 y el 11 por ciento de votos.En quinto y, posiblemente, último lugar para entrar en la Duma se situaría otra coalición pro oficialista, la Unión de Fuerzas de Derecha, liderada por el ex primer ministro Serguei Kiriyenko.El retiroMOSCU (ANSA).- El vocero del Kremlin, Dmitri Iakushkin, confirmó ayer que, a finales de su mandato, en agosto del año próximo, el presidente Boris Yeltsin “dejará la política”.Iakushkin dijo que “nunca” había discutido con Yeltsin qué haría después de que dejara de ser presidente, durante una entrevista radial con una emisora moscovita. “Que dejará la política -añadió el vocero- está decidido absolutamente, y para Yeltsin es un asunto de conciencia y un punto moral y político importante garantizar un pasaje de poderes pacífico a su sucesor”, luego de las elecciones presidenciales del 2000.El segundo y último mandato presidencial de Yeltsin terminará en agosto próximo, poniendo fin a ocho turbulentos años que vieron el fin de la ex Unión Soviética y el advenimiento democrático, como también la caída del país en una profunda crisis económica de la que aún no se repone.Las nuevas elecciones presidenciales se fijaron en dos turnos, con ballottage: para el 4 y el 25 de junio del 2000, respectivamente.

Fuente: La Nación

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