Por Simon EvansMANCHESTER, Inglaterra, 22 jun (Reuters) – Wembley podrá
albergar a más de 60.000 aficionados en las semifinales y la
final de la Eurocopa, dijo el martes el gobierno británico, lo
que significa que el estadio estará al 75% de su capacidad para
los últimos tres juegos de la competencia que concluye el 11 de
julio.Todos los poseedores de boletos deberán tener una prueba de
COVID-19 negativa o un comprobante de vacunación completa: dos
dosis recibidas a lo menos 14 días antes del partido.El anuncio se produjo después de que el primer ministro
italiano, Mario Draghi, pidiera que la final se trasladara desde
Inglaterra debido al aumento de casos de COVID-19 en el país.La capacidad de Wembley se ha fijado en 22.500 espectadores
para la fase de grupos y el partido de octavos de final entre
Italia y Austria el 26 de junio, pero aumentará a 40.000 para el
choque de octavos del 29 de junio que podría contar con
Inglaterra.”Estamos encantados de que más aficionados puedan disfrutar
de la final de la Eurocopa”, dijo el secretario de cultura
Oliver Dowden.”Hemos trabajado muy de cerca con la UEFA y la FA
(federación local de fútbol) para asegurar que se implementen
medidas de salud pública estrictas al tiempo que permitimos que
más hinchas vean el partido en vivo”, agregó.La UEFA ha estado negociando con el gobierno del Reino Unido
sobre la relajación de las restricciones de cuarentena para los
aficionados extranjeros que viajen a Londres para los juegos,
pero no se mencionó ningún cambio en la declaración.Actualmente, las regulaciones de COVID-19 requieren que los
visitantes de la mayoría de los países europeos se mantengan en
cuarentena durante 10 días después de llegar al Reino Unido.El presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, dio la
bienvenida a la medida y agradeció al gobierno del Reino Unido.
“Este torneo ha sido un rayo de esperanza para asegurarle a la
gente que estamos volviendo a una forma de vida más normal y
este es un paso más en ese camino”, señaló.
(Reporte de Simon Evans. Editado en español por Javier Leira)
Fuente: La Nación