La campaña de vacunación contra el coronavirus registra en la Argentina al 21 de Mayo un total de 10.958.659 dosis administradas, de las cuales 8.638.944 corresponden a la primera aplicación, mientras que 2.319.715 completaron la dosificación.Las provincias con mayor cantidad de dosis aplicadas son Buenos Aires con 4.157.012, CABA con 1.031.384 y Córdoba con 902.079.Sin embargo, si se considera el porcentaje de personas vacunadas contra el COVID respecto de la población total de cada distrito, el ranking es encabezado por CABA con 33,53, seguida por La Pampa con 30,59 y, en tercer lugar, San Luis con 29,45.En cuanto al porcentaje de habitantes vacunados con las dos dosis, el listado es liderado por La Pampa con 8,40, seguida por San Luis con 8,02 y, en tercer lugar, CABA con 7,57.• ¿Cuántos son los vacunados contra el coronavirus en el mundo?Las vacunas desarrolladas por laboratorios y centros de investigación en distintos países constituyen un recurso escaso en todo el mundo. Por esta razón, los protocolos sanitarios apuntan a priorizar y distribuir las vacunas contra el coronavirus de acuerdo a grupos de riesgo.Por el momento, en la Argentina se están aplicando dos vacunas contra el coronavirus: Sinopharm/Beijing, producida en China y la Sputnik V, desarrollada en Rusia.Coronavirus hoy: cantidad de casos y fallecidosEl 22 de mayo se reportaron 35468 nuevos casos, 692 fallecidos y 25984 pacientes recuperados. Estas cifras son difundidas diariamente por el Ministerio de Salud.Desde el comienzo de la pandemia, se registraron en el país 3.482.512 casos de infectados, 73.391 de muertos y 3.060.145 de recuperados. Según lo informado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).Las provincias o distritos con mayor número de casos son: Buenos Aires con 1.505.244 casos, CABA con 393.056 casos y Santa Fe con 317.595 casos. Pero si se los distribuye por cantidad de infectados por cada cien mil habitantes, el ránking es encabezado por: Tierra del Fuego con 16.109 casos, Santa Cruz con 13.581 casos y CABA con 12.779 casos.
Fuente: La Nación