Formar una compañía desde cero no es tarea fácil en ningún país del mundo. Ofrecerle al mercado una idea innovadora, conseguir financiamiento para llevar a cabo el proyecto y que en la práctica el negocio funcione son algunos de los escollos que los emprendedores tienen por delante. Y, particularmente en la Argentina, ese desafío se vuelve doble.Sin embargo, no son pocas las empresas locales que supieron brillar y lograron abrirse las puertas hacia otras latitudes. Entre el talento, la resiliencia argentina y las buenas ideas, los inversores extranjeros empezaron a prestar atención a las startups del país y lograron crecer mucho en poco tiempo.“Más allá de la Argentina y su coyuntura difícil, el país tiene mucho talento y los inversores le van a poner el ojo a los emprendedores que resuelvan problemas de la humanidad, no del país. Entonces, cuando alguien desarrolla un modelo de negocio que es replicable y escalable a otra región, eso lo vuelve atractivo. Por eso necesitamos que los emprendedores argentinos piensen en grande desde el día cero”, explicó Julia Bearzi, directora ejecutiva de Endeavor Argentina, organización que apoya a emprendedores de alto impacto.Para Julia Bearzi, directora ejecutiva de Endeavor Argentina, los emprendedores tienen que crear soluciones “de la humanidad”Hoy, uno de los mayores problemas que enfrentan los emprendedores del país es levantar capitales, un punto clave para poder crecer. La cifra ha ido en aumento en los últimos años, aunque los emprendedores consideran que todavía el mercado argentino está atrasado frente a países más cercanos, como Brasil y México.Según el último Estudio de la Industria de Capital Privado, Emprendedor y Semilla en Argentina de la Asociación Argentina de Capital Privado, Emprendedor y Semilla (ARCAP), durante el año pasado hubo 97 transacciones de capital privado, cinco más que el año anterior. A su vez, el monto total por las operaciones fue por US$547 millones.“Un gran fondo de inversión hoy puede ver 1500 presentaciones e invertir en solo 10 emprendimientos en un año”, sostuvo Bearzi. Por esa razón, la ejecutiva de Endeavor remarcó que los emprendedores no solo tienen que tener una buena idea, una compañía saludable y estar preparados para salir al mercado. “Porque no solo la tecnología permite desarrollar soluciones de impacto, sino el talento detrás que apalanca soluciones rápidas, reales y necesarias”, añadió.Treggo: hasta el crecimiento excesivo se convierte en crisis“La Argentina, como la conocemos, tiene un montón de variables macroeconómicas, impositivas, de contexto, que te complican en el día a día el juego en la cancha. Pero eso te hace un emprendedor resiliente y mucho más flexible, que tal vez en otras latitudes no se encuentra”, consideró Matías Lonardi, CEO y cofundador de Treggo.La plataforma de logística nació en 2015, con el objetivo de resolver el problema de “la última milla”, es decir, la entrega de un paquete a su usuario final. Con el foco puesto en ofrecer una buena experiencia de compra al consumidor digital, en poco menos de cinco años la empresa empezó a trabajar con Mercado Libre.Kavak, el unicornio mexicano con ADN argentino, sumará 520 programadores en la regiónPara Treggo, todo cambió con la llegada de la pandemia en marzo del año pasado. Con tantas restricciones, desde la empresa no tenían claro qué tanto podían circular. “Hasta hicimos un análisis de cómo quedaría nuestro ingreso de flujos si solo trabajábamos productos de primera necesidad. Nos daba solo dos meses de vida”, comentaron.Los consumidores no podían salir de sus casas y los comercios no podían abrir sus puertas. Como resultado, el e-commerce ganó un protagonismo nunca antes visto y las empresas empezaron a demandar por una logística de última milla. En 2020 Treggo registró un crecimiento récord. Los números de facturación de la compañía se cuadruplicaron mes contra mes.Matías Lonardi, CEO y cofundador de Treggo, definió a emprender como “subirse a una montaña rusa”.“Lo que pasó fue buenísimo para la compañía. Pero eso lleva un montón de estrés financiero, no te dan las estructuras. Cobrábamos a 30 días, pero nosotros le pagamos a los repartidores semanal o quincenalmente. Entonces, si seguíamos creciendo no teníamos plata para dar la vuelta financiera. Tuvimos que salir a correr a buscar capital para financiar las operaciones, el crecimiento se convirtió en un problema”, agregó Lonardi.Incluso incorporar personal se volvió una dificultad. En un principio, mientras los pedidos se multiplicaban y las manos de los trabajadores no daban a basto, no podían contratar a nuevas personas porque no tenían el tiempo necesario para capacitarlas. Pero el balance a fin de año fue positivo: de ser ocho empleados en febrero, cerraron diciembre con 56 trabajadores en la plantilla. Para 2021, esperan facturar US$9 millones.Drixit Techologies: una idea frustrada lo llevó a salvar vidasPara Mariano Focaraccio, fundador y CEO de Drixit Technologies, la Argentina te “fuerza a que, si querés ser grande, tenés que salir de tu zona de confort”. La clave, para eso, es pensar globalmente desde el inicio del emprendimiento. “No solo por la coyuntura, sino también por el tamaño del mercado. En Brasil o Estados Unidos, al tener un mercado local tan grande, ni siquiera se toman el trabajo de mirar hacia afuera de la frontera”, agregó.Éxodo multinacional: la aseguradora MetLife analiza irse de la ArgentinaEn su caso, el emprendimiento surgió con la idea de crear un drone que pueda limpiar los vidrios de los edificios. Le parecía “demencial” que las personas tengan que colgarse de los rascacielos para hacer esa tarea. Pero, al llevarlo a la práctica, el proyecto no prosperó, el GPS no era lo suficientemente preciso. Durante meses incorporaron investigación y desarrollo (I+D) para que el rango de error sea de 10 centímetros y, en la recta final, se dieron cuenta de que tenían algo mucho más poderoso.Mientras desarrollaban el producto, sus creadores trabajaban de la consultoría a empresas para subsistir. En una ocasión, le comentaron su proyecto a un empresario de Techint Construcciones, quien les dio vuelta la idea. ¿Esa tecnología no se podía aplicar a la industria pesada como un elemento de protección personal? Al descubrir que era una necesidad común de las grandes industrias, se volcaron a solucionarlo y mitigar los accidentes laborales a través de la digitalización de los procesos de seguridad.Mariano Focaraccio, fundador y CEO de Drixit Technologies, es una de las tres empresas del mundo que se dedican a crear elemento de protección personal inteligente“Para tener una startup, primero tenés que encontrar un problema que alguien tenga, si no, no hacés nada importante. Segundo, que ese problema lo tengan muchas personas. Tercero, que estén dispuestos a pagarte por lo que creés que valés. Si juntás las tres cosas, tenés una potencial startup con la posibilidad de escalar”, aseguró Focaraccio. En el mundo, solo hay tres empresas que llevan a cabo un proyecto similar: una en Bélgica y otra en Estados Unidos.Para Drixit, la mayor dificultad que generó la pandemia fue el cierre de las fronteras y la poca entrada de aviones al país. Aunque su sistema es desarrollado y producido en la Argentina, algunas piezas fundamentales son importadas. “Eso nos atrasó las entregas y nos obligó a repensarnos financieramente. Comprendimos que teníamos que hacer una previsión de lo que íbamos a vender en seis meses, comprar todos los elementos y eso financieramente tiene un gran impacto. En marzo levantamos nuestra ronda de inversiones, que nos permitió tener espalda para afrontarlo y reacomodar nuestra logística”, agregó. La ronda de capital se cerró en enero de este año por US$1,5 millones y gigantes como Globant Ventures e YPF Ventures fueron sus principales inversores.“Creo que la pandemia fue un año muy importante para nosotros, porque se aceleró la industrialización de algunos procesos”, explicó. Durante el confinamiento obligatorio, la empresa salió rápido a desarrollar un módulo en su plataforma para adecuarlo al contexto. “Por ejemplo, si dos trabajadores están a menos de dos metros de distancia, durante X tiempo, se le avisa al supervisor para que los separe”, acotó su creador.Las industrias que trabajaron durante la cuarentena demandaron el servicio y la empresa tecnológica pasó de tener nueve empleados a 45. Para 2021, la facturación estimada de la compañía asciende a US$1,5 millones.Entelai: el neurólogo que buscó perfeccionar los errores humanos con IALos emprendedores tienen que tener dos requisitos fundamentales, según Mauricio Farez, CEO y creador de Entelai. Por un lado, las ganas de llevar a cabo el proyecto, firme determinación de que la idea a desarrollar trae una solución. Por el otro, entender que el camino “va a ser más largo de lo anticipado”. Y luego agrega dos más: también es importante ser optimista y encontrarse con la buena suerte.“Hay que explotar y aprovechar al máximo las desventajas de la Argentina, para convertirlas en virtudes. Salir con la mentalidad global, siempre pensar en grande. La pandemia dejó muchos intereses, se equipararon las oportunidades y es un buen momento para emprender si se tiene la determinación”, sostuvo.Farez es neurólogo y científico del Conicet. Para él, emprender fue una necesidad en sí misma porque entendía “las limitaciones propias del ojo humano”. Mediante una radiografía, y con la confianza de sus años de experiencia, tenía que tomar decisiones a partir de lo que veía plasmado en una fotocopia.Mauricio Farez, CEO y creador de Entelai, creó una solución para su propio problema como médico“Esa frustración, hace más de cinco años, me impulsó a decir ‘Basta’ y buscar una mejor forma de hacer esto. Con mi socio, Diego Fernández, quien es informático en Exactas, dedicamos muchos años a la investigación y desarrollo de cómo simplificar este trabajo. Descubrimos que la inteligencia artificial podía ayudar a los médicos. Empezamos con algo chico y crecimos un montón, pero la principal motivación fue mi necesidad, como médico, de darle un mejor servicio a los pacientes”, contó.En marzo del año pasado, el sistema de salud se centró en enfrentar la pandemia y el ciclo de vida de Entelai quedó paralizado. Lejos de quedarse de brazos cruzados, la compañía se puso a buscar soluciones y alivianarle la carga laboral a los médicos. Así, en mayo lanzó un modelo creado con inteligencia artificial para diferenciar neumonía por coronavirus en una radiografía. “En el mediano y largo plazo, esto es muy beneficio, porque se derribaron barreras y mitos que tenía el sistema de salud para adoptar a la tecnología”, consideró.La petroquímica Dow cerrará el año próximo su planta de poliuretano en Rosario“En el ámbito de la salud, Latinoamérica está acostumbrada a ser receptora de tecnología de afuera. Siempre recibimos indicadores de usar esto o aquello, pero ahora estamos trabajando -sobre todo con Brasil- para invertir este concepto. Trabajamos con universidades, hospitales, centros de referencia, para que Latinoamérica sea una región que genere tecnología, donde los propios médicos generen reconocimiento e impongan formas de trabajar. No adaptarnos a la de otros. Este es un cambio de paradigma muy abrupto, pero hoy la región tiene el conocimiento, la tecnología y la capacidad para lograrlo”, cerró Farez, creador del emprendimiento, que ya recibió US$1 millones de inversores como Alaya Capital Partners y Ciro Ventures.

Fuente: La Nación

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