A los 15 años Matías Álvarez Capitain -quien hoy tiene 42- empezó a pasear perros en un barrio privado de su Rosario natal; a los 16 vendía viajes de estudio y cuando terminó el secundario –”a los ponchazos”, admite- se fue a España con su doble nacionalidad y US$600. Desde el año 2000 hasta ahora puso en marcha varios emprendimientos, siempre sobre la base de servicios turísticos.Hoy con dos socios es dueño de EuropeShuttle, que presta servicios en 109 países y en 2019 -último año sin pandemia- transportaron a 150.000 pasajeros individuales, más los clientes corporativos. Facturan -con eventos especiales- alrededor de un millón de euros al año.Álvarez Capitain repasa que cuando se fue a Europa en 2000 empezó a trabajar en Asatej -hoy Al Mundo-, agencia que estaba armando su oficina en Madrid. “Buscaban gente y aunque yo no tenía experiencia operativa, me sumé. Construimos desde cero el call center; hacíamos todo, emitir, facturar, pagar. Entonces nos quejábamos, pero después vimos el valor añadido que nos dio”, señala a LA NACION.De España se fue a Austria. Allí se sumó a una agencia alemana de turismo que trabajaba con grupos; traía jóvenes de universidades de Estados Unidos y a medida que el negocio crecía, les sugirió a los dueños armar un área para el transporte de los estudiantes, además de un “welcome package” de mapa, tickets para el transporte y voucher para bares.“Fue muy bien, pero yo estaba en la agencia que era la que facturaba -cuenta-. En un momento no había suficientes vehículos, hacían falta licencias y en la agencia me ofrecieron quedarme con el negocio, así que en 2008 empecé a hacerlo por mi cuenta”.Ese fue el año de la crisis internacional y se resintió la llegada de estudiantes de Estados Unidos, así que el emprendimiento -llamado Mad Shuttle- empieza a buscar volumen en albergues y más tarde suma hoteles de categoría y organización de congresos. En 2010 la venden a un competidor y, como parte de pago, le piden que a futuro les dé servicios con tarifas diferenciadas.Es que Álvarez Capitain y su socio Mariano Chiesa tenían en mente crear lo que hoy es EuropeShuttle y pensaron en ese esquema para financiarse un tiempo. Antes de que esa empresa estuviera en marcha, el rosarino pasó por una aplicación para movilidad en Gran Bretaña en la que incluso invirtió Trivago, “pero llegó Uber y tapó el emprendimiento, los inversores tenían miedo”. En esa transición él a la tarde se ocupaba de la tecnología y a la mañana montaba y cuidaba caballos de polo.Pablo Palma, Mariano Chiesa y Matías Alvarez Capitaine, los tres socios del emprendimiento.Por esos contactos decidieron lanzarse con transporte 100% corporativo primero en Londres y, a medida que se fueron afianzando, extendieron la cantidad de ciudades y empezaron a trabajar para grandes eventos, como los mundiales deportivos o congresos internacionales.La empresa está radicada en Estonia -donde vive Álvarez Capitain- tiene todo el sistema de autos tercerizado asistencia en 109 países. Sumaron un socio que aportó recursos y experiencia tecnológica, Pablo Palma.La decisión de moverse a la capital de Estonia, Tallin, mezcla razones personales (la esposa de Álvarez Capitain nació en Estonia) y de ventajas impositivas. “Nos convenció la burocracia cero del país; es fácil comenzar, inscribir una empresa y conseguir asistencia no monetaria del Estado para muchas áreas. Buscan promover inversiones y negocios; si hay reinversión en el país no se paga Ganancias”, cuenta el empresario.En abril la empresa ganó la licitación para transportar al ministro de Turismo de Arabia Saudita por el mundo; apostaron también con más fuerza al mercado de Estados Unidos en el que hoy venden mercado interno y facturan más que en la prepandemia. “Hubo que hacer cambios para adaptarse y convencer al cliente estadounidense, pero va muy bien”, resume Álvarez Capitain.
Fuente: La Nación