Por Natalia ZinetsKIEV, 9 ago (Reuters) – El presidente de Bielorrusia,
Alexander Lukashenko, dijo el lunes que una velocista de su país
que desertó en los Juegos Olímpicos de Tokio fue “manipulada”
por fuerzas externas y no habría huido al extranjero de otra
manera.Lukashenko, que sonó desafiante en el primer aniversario de
unas elecciones que, según los opositores, fueron manipuladas
para permitirle ganar, negó ser un dictador y dijo que no estuvo
involucrado en la muerte de un activista opositor que fue
hallado ahorcado la semana pasada en Kiev.”Bielorrusia está hoy en el centro de atención de todo el
mundo”, dijo Lukashenko en una conferencia de prensa de una hora
en el edificio del palacio presidencial en la capital, Minsk.Según afirmó, ganó las elecciones presidenciales de manera
justa el 9 de agosto del año pasado y salvó a Bielorrusia de un
levantamiento violento, alegando que algunas personas se habían
estado “preparando para unas elecciones justas, mientras que
otras estaban pidiendo (…) un golpe de estado”.Decenas de miles de personas salieron a las calles en 2020,
en la mayor serie de protestas contra el gobierno de Lukashenko
desde que asumió la presidencia en 1994. El gobernante respondió
con una ofensiva contra los opositores en la que muchos fueron
arrestados o se exiliaron en el extranjero.Bielorrusia volvió a ser el centro de atención internacional
la semana pasada, cuando la velocista Krystsina Tsimanouskaya
huyó a Varsovia tras una disputa con su equipo de entrenadores
que, según ella, querían obligarla a volver a su país.”Ella no lo habría hecho por sí misma, fue manipulada. Fue
desde Japón, desde Tokio que se puso en contacto con sus amigos
en Polonia y le dijeron, literalmente, que cuando llegara al
aeropuerto, corriera hacia un oficial de policía japonés y
gritara que los que la dejaron en el aeropuerto eran agentes de
la KGB”, dijo Lukashenko.”No había un solo agente de servicios especiales en Japón”,
agregó.(Reporte adicional de Gwladys Fouche en Oslo y Tom Balmforth en
Moscú; escrito por Matthias Williams; editado en español por
Carlos Serrano)

Fuente: La Nación

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