La pandemia de Covid-19 desató una compleja serie de cambios de hábitos que afectaron profundamente la salud física y mental de la población: el 53% hizo menos ejercicio físico, el 61% subió de peso y el 67% reconoció tener problemas de sueño. Estas cifras surgen del informe Stress in AmericaTM 2020: a National Mental Health Crisis de la American Psychological Association (APA); datos recabados en los Estados Unidos, pero que describen a grandes rasgos lo ocurrido en todo el mundo occidental.En este contexto, quedó evidenciada la enorme contribución que el ejercicio físico regular hace a la calidad de vida. La prestigiosa Clínica Mayo, de Estados Unidos, menciona entre sus beneficios: el control del peso, la mejora del estado de ánimo, el aumento de energía, la mejora del sueño y hasta un mayor entusiasmo en la vida sexual.A la luz de toda esta información, podemos decir que existe un consenso social al menos en un punto: hacer ejercicio físico es bueno. Pero, ¿da igual que una persona –especialmente una sedentaria– opte por ejercitarse en su casa, siguiendo un video de YouTube, o en una plaza por su cuenta, a que inicie un programa de ejercicios con el asesoramiento de un profesional?La verdad es que no. Contamos con sobradas evidencias científicas de que no da igual hacer ejercicio por cuenta propia que hacerlo con asesoramiento profesional. Así lo demuestran numerosos estudios científicos que compararon los resultados obtenidos por personas que se ejercitan solas, con los de otras que lo hacen de manera guiada.El cuidado de la saludEste es el motivo por el cual hoy, a medida que se van flexibilizando las restricciones, los gimnasios, clubes deportivos y estudios de fitness están capitalizando la mayor toma de conciencia que se ha producido en la población respecto de la importancia del cuidado de la salud que se logra a través de la adopción de hábitos saludables como el ejercicio regular. Esto se ve reflejado en el hecho de que más del 50% de las personas que llegan hoy a inscribirse a un gimnasio son usuarios nuevos, sin experiencias previas en otros centros de fitness. Son individuos que están decididos a mejorar su estilo de vida, pero saben que necesitan que alguien los ayude a gestionar su –no siempre sencilla– relación con el ejercicio físico.Los profesionales del fitness y los gimnasios son actores del sistema preventivo de salud, no son centros de entretenimiento nada más. Y pueden ser excelentes aliados del Estado para combatir ésta y otras pandemias –como la obesidad y el sedentarismo– que causan millones de muertes al año y le cuestan muchísimo dinero al sistema de salud.El autor es editor de www.mercadofitness.com

Fuente: La Nación

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