Apenas 1300 gramos. Eso pesó Esperanza el día que llegó al mundo doce años atrás, en un rincón de la provincia de Salta. Estuvo dos meses en incubadora y fue diagnosticada con desnutrición y, en un principio, también hipoacusia. Pero con los meses y años, la pequeña fue dando avances que dejaron a quienes la conocieron sin palabras: aprendió a caminar, hablar y bailar, y hoy no necesita audífonos para comunicarse.Esperanza no es el nombre real de esta niña, sino el elegido para preservar su identidad. Pero, también, es una palabra que, para la jueza que tiene a cargo su expediente, resume su carácter a la perfección. En todos los años que lleva viviendo en hogares ?entre entradas y salidas, prácticamente su vida entera?, jamás abandonó el anhelo de encontrar una familia.Las manitos de Esperanza, quien disfruta mucho de pintar mandalasTiene una discapacidad intelectual y desde el hogar donde vive la describen como dulce, cariñosa, responsable, deseosa de recibir atención y cariño. Además, agregan que le gusta pintar mandalas, bailar y cantar, correr y jugar con otras niñas y niños. “Una vez que genera vínculos estrechos se manifiesta de manera afectuosa, con abrazos, mostrándose sensible y empática en sus relaciones interpersonales. Tiene acompañantes terapéuticas que la apoyan en aquellas tareas que necesita, pero la mayoría de las cosas las realiza sola”, cuenta la psicóloga de la institución. Por otro lado, detalla que todos los días se levanta muy temprano para ir a la escuela especial donde está cursando 5º grado y en la que un equipo interdisciplinario “constantemente la estimula y ayuda a incorporar nuevas habilidades, destrezas y conocimientos”.Adopción: conocé los principales mitosEn septiembre de 2016, la situación de adoptabilidad de la niña quedó firme y, aunque se buscó en los registros de postulantes a guarda adoptiva de todo el país candidatos para ahijarla, hasta ahora no hubo éxito. Por eso, se lanzó una convocatoria pública para todas aquellas personas que tengan el profundo deseo de formar una familia por adopción con Esperanza y puedan asumir esa responsabilidad para toda la vida. Ella no solo necesita amor, sino mucha contención y acompañamiento. Ya lleva más de cuatro años esperando.“La manera en que Esperanza pudo superar cada barrera e ir avanzando en su desarrollo progresivo, me lleva a la conclusión de que es un verdadero milagro. Hoy hace todas las actividades propias de una chica de 12 años”, cuenta la jueza a cargo. Y agrega: “Tiene mucho amor para dar”.Quiero adoptar: las respuestas a las dudas más frecuentesLa psicóloga del hogar donde vive la niña, dice que su mayor deseo es vivir en un ambiente familiar donde le puedan brindar protección, amor, comprensión y respeto; “y ella a su vez retribuir con el inmenso cariño que tiene para brindar”.La convocatoria de Esperanza finalizó en julio. Podés conocer todas las que se encuentran abiertas actualmente ingresando a este link.

Fuente: La Nación

Comparte este artículo en: