En un momento en que abunda la información, mucha de la cual es errónea, la carne está siendo cuestionada desde muchos puntos de vista. Producto de la acción de activistas, influencers en redes sociales, documentales o porque está instalado el debate sobre el impacto ambiental que produce. En este contexto, el sector de la carne tiene una competencia que cada vez se hace más fuerte entre los jóvenes: los sustitutos cárnicos.Así lo analizó Adrián Bifaretti, jefe del Departamento de Promoción Interna del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva) durante la presentación del relevamiento “Carne argentina, carne sustentable”, un estudio elaborado por 45 científicos con la participación de la Red de Seguridad Alimentaria del Conicet, investigadores de las universidades nacionales, provinciales, el INTA y el INTI. “Va a haber actores de mucho peso internacional, de mucho poder que van a tratar de impulsar estas iniciativas y parte de venderla va a tener que ver con su supuesta solución a los problemas ambientales que plantea la producción tradicional”, dijo.Ocurre que las distintas tendencias alimentarias cada vez se instalan con más fuerza en el mundo de los negocios. Bifaretti contó que un ejemplo de ello es la alianza del Real Madrid con una empresa que produce alimentos vegetales o Bill Gates, que se asoció con McDonald’s para la producción de hamburguesas con carne artificial.“Miente, miente”: en el campo cruzaron a Cristina Kirchner por defender el cepo a la carneEsto se da en un momento en que el especialista aseguró: “Circula mucha información que no es verídica y mucha de esa información está vinculada a los cuestionamientos que atraviesa la carne vacuna. Por la acción de activistas o en las redes sociales en donde se van incrementando los cuestionamientos y culpabilizando cada vez más a la ganadería y a la producción de animales y en los documentales, que tienen información muy sesgada y sensacionalista, pero que tiene un impacto muy negativo sobre el sector”.Detalló que el problema se amplía todavía más cuando “los influencers, que tienen mucho poder de formar opinión en los más jóvenes, manejan mala información o están desinformados, y aquellos que pregonan o impulsan conductas alimentarias vegetarianas y van dejando de lado el consumo de la carne”.Destacó: “El balance o nuestro punto de partida de la imagen que la gente tiene de la sustentabilidad de nuestra carne son auspiciosos, más allá de todas estas conversaciones en redes sociales, el balance es positivo, es un buen punto de partida”.Al respecto, citó un monitoreo online del Ipcva en donde se consultó cómo se consideraba a la carne vacuna en la Argentina y si se cumplía con el requisito de sustentabilidad. Un 51% de las respuestas fueron positivas, un 19% negativas y un 30% manifestó no estar de acuerdo ni en desacuerdo.De todas maneras, explicó que cuando se le pregunta al argentino cuál cree que es el motivo por el cual se consume menos carne en el país, ahí surgen diferencias entre los que comen “de todo”, donde el principal motivo es la cuestión económica y no está el producto adecuado a sus posibilidades económicas. En segundo lugar hay un 16% que manifiesta buscar una alimentación más saludable.En tanto, para los flexitarianos, aquellos que a pesar de comer carne tienen intención de ir disminuyendo su consumo, el principal argumento que consideran es buscar una alimentación más saludable. En segundo lugar, con el 23%, está la cuestión económica. Cepo a la carne: estudian judicializar la disputa con el GobiernoEn este contexto, casi 6 de cada 10 consumidores consideran que en las etiquetas de los alimentos debería haber información de la sustentabilidad de los productos, según un estudio de la Asociación Europea de Consumidores.Bifaretti destacó la importancia de utilizar, por un lado, la evidencia científica para defender la posición de la carne argentina y, por otro, el marketing para acercarse a los jóvenes y a aquellos que les preocupa el medio ambiente.“Hay que seguir aprovechando el ritual que tiene la carne; por ejemplo, el asado siempre tiene eso de movilizar un montón de emociones en los más jóvenes. Hay que seguir aprovechando este ritual que tiene la carne”, indicó.
Fuente: La Nación