En los cinco días de gira por Europa del presidente Alberto Fernández y del ministro de Economía, Martín Guzmán, se escuchó un planteo que los funcionarios argentinos le pidieron a sus pares europeos: “reducir las sobretasas”. Se trata del costo extra que los organismos multilaterales le cobran a los países que reciben un crédito mayor al que les corresponde por la cuota que tienen en el FMI y que exceden un cierto plazo de repago.El economista Claudio Loser, exdirector del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI entre 1994 y 2002, explica que la tasa de un préstamo comprende, en primer lugar, una tasa de interés de los Derechos Especiales de Giro (DEG, la moneda del Fondo) determinada por el mercado —con un nivel mínimo de cinco puntos básicos (0,05%)— más un margen (actualmente, de 100 puntos básicos), que juntos representan la tasa básica de cargo. Es decir: una tasa final mínima de 1,05%.Dólar blue hoy: a cuánto cotiza el viernes 14 de mayoLuego se cobra una “sobretasa”, que depende del monto y del plazo de reembolso del crédito. En concreto, se paga una sobretasa de 200 puntos básicos (2%) sobre el monto del crédito pendiente que supere el 187,5% de la cuota que le corresponde. Si el crédito se mantiene por encima del 187,5% de la cuota después de tres años, esta sobretasa se eleva a 300 puntos básicos (3%).En el caso de la Argentina, como el crédito que recibió de US$44.000 millones supera el 187,5% de su cuota, y porque ya está a punto de cumplirse tres años desde que se aprobó el préstamo (junio de 2018), empezará a pagar la sobretasa de 3%, lo que implicaría una tasa de interés final de 4,05%. Este porcentaje es muy inferior al 16% de tasa que le exige el mercado financiero, si el país decide endeudarse en el exterior.“Estas sobretasas tienen por objeto desalentar un uso importante y prolongado de los recursos del FMI. Sobre un préstamo de US$44.000 millones, son alrededor de US$1200 millones por año que se paga de interés. Pedir que se reduzcan esas sobretasas tiene más bien efectos internos de mostrar cómo están negociando. La Argentina hasta podría usar la asignación de DEG de US$4300 millones que se le dará prácticamente gratis para pagar los intereses. Me parece que es un pedido más para la tribuna”, opinó Loser.El Presidente se reunió hoy de manera personal con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, en Italia y dijo tras el encuentro: “Fue una reunión constructiva en la que insistí en mis planteos, que tienen que ver con la reducción de las sobretasas, extender los plazos y entender que el mundo está viviendo un momento singular y que por lo tanto hay que atender a esa singularidad”.Georgieva, por su parte, respondió: “Tomé nota de la solicitud del presidente Fernández de reformar la política de sobrecargos del FMI y consultaré con nuestros miembros sobre este tema”.Héctor Torres, exdirector ejecutivo en el FMI por la Argentina, indicó: “Estamos en una excepcional crisis sanitaria, que hace que los países necesiten más dinero, por lo cual es normal que pidan un crédito por arriba del 300% de la cuota”.Y agregó que la cuota que le corresponde a cada país quedó atrasada con relación al crecimiento de los PBI. “Hay países cuyos productos crecieron mucho y, por lo tanto, tienen mayores necesidades financieras. Pero las cuotas no crecieron en absoluto en paralelo a eso. Los países europeos, Estados Unidos, Japón y Arabia Saudita se han negado a aumentar las cuotas, porque no quiere perder peso relativo dentro del organismo. China, por ejemplo, representa el 18% del PBI mundial, pero tiene una cuota de solo el 6%”, dijo Torres.
Fuente: La Nación