El reconocido boxeador Mike Tyson vendió su casa en Maryland, Estados Unidos, por la increíble suma de US$4,6 millones al cumplirse 26 años de haberla comprado. La propiedad guarda en su historial uno de los momentos más espectaculares y mediáticos del deportista, específicamente cuando declaró haber perdido su cachorro de tigre blanco, “Kenia”, que tuvo de mascota por 16 años.En total, la casa cuenta con siete habitaciones y 11 baños y se ubica en el barrio de Bethesa, a media hora en auto de Washington D.C.Mnasión de TysonEn un terreno de más de 16 kilómetros, reciben a los visitantes grandes ventanales en la cara frontal de la casa que miran directo hacia las verdes canchas de golf del Congressional Country Club, uno de los clubes más prestigiosos del mundo. Para pasar el rato, la casa cuenta con una sala de piano donde su nuevo dueño podrá disfrutar de un momento musical y también de una biblioteca con chimenea donde se puede disfrutar un poco de la lectura abrazado por el calor del fuego.A la hora de dormir, el dormitorio principal tiene todos los lujos: una cama gigante, un baño en suite y una sala de estar con chimenea incluida para reuniones más privadas. En espacios comunes, la mansión de amplios espacios ofrece objetos para el entretenimiento como una mesa de pool, que está a tono con las paredes y objetos decorativos color crema del resto de la casa.Mnasión de TysonEntre los amenities que se encuentran en el exterior, la casa suma a su lista de comodidades un sauna ideal para un día de spa casero, pileta y jacuzzi para los fanáticos del agua y una infaltable cancha deportiva perfecta para jugar un buen partido de básquet.Las rejas de la entrada de la mansión llevan la T del apellido del deportistaEn su momento, el deportista había adquirido la propiedad de casi 1800 m² por aproximadamente US$2 millones, y en mayo del año pasado se puso a la venta por US$8,5 millones. La compra la habría llevado a cabo en conjunto con su esposa de aquel entonces, Monica Turner, quien después de su divorcio en 2003 se quedó con el bien inmobiliario.
Fuente: La Nación