El día esperado para los amantes del automovilismo y la Fórmula 1 llegó, con el estreno del documental “Schumacher”, que retrata aspectos de la vida, de la carrera del séptuple campeón mundial, el alemán Michael Schumacher, y todo lo que sucedió después del accidente sufrido el 29 de diciembre de 2013 que lo dejó postrado y en medio de un hermetismo absoluto en cuanto a información sobre su evolución.Boca – Defensa y Justicia: el equipo de Battaglia tuvo una flojísima tarea, en un empate sin goles que lo refleja en cuerpo y almaEl trabajo realizado por la productora alemana B|14 FILM GmbH, bajo la dirección de Hanns-Bruno Kammertons, Vanessa Nocker y Michael Wech y la colaboración indispensable de Corinna Schumacher, esposa del ex piloto alemán, detalla aspectos de su carrera, pero sobremanera aborda miradas sobre su vida más personal, el lado menos conocido de un campeón implacable sobre las pistas y cuyos récords permanecieron imbatibles por mucho tiempo.Es hora de entender por qué le llaman el Káiser. El documental #Schumacher ya disponible ? pic.twitter.com/4yn8Kz8dtG— Netflix España (@NetflixES) September 15, 2021De 112 minutos de duración, hay duros relatos de Corinna con los que es imposible no emocionarse. Precisamente la esposa ha sido quien más ha luchado por mantener en absoluta reserva el estado de Schumy durante todos estos años, evitando filtraciones a través de los medios. Sólo ha habido algunas expresiones esporádicas de sus principales amigos, que lo visitan con frecuencia, entre ellos, el francés Jean Todt, su hombre de estrecha confianza en los gloriosos tiempos de Ferrari, escudería con la que conquistó cinco de sus siete títulos.El accidente de Imola que cambió a SchumacherAhora bien, del lado deportivo, el documental ofrece una mirada desconocida de ese piloto abrumadoramente ganador, determinado, pujante e insaciable: el Schumy temeroso. ¿Puede tener miedo alguien que maneja a 300 Km/h y tiene asumido desde el vamos los riesgos de su profesión? ¡Claro que sí! Y dentro de esas sensaciones tan humanas, basta con el recuerdo de todo lo que experimentó a partir del accidente mortal de su ídolo, el brasileño Ayrton Senna, en el Gran Premio de San Marino, en el circuito de Imola, aquel 1° de mayo de 1994.1 de mayo de 1994, el italiano Nicola Larini, con la cabeza en blanco, y el alemán Michael Schumacher, se limpia una lágrima de los ojos mientras habla con el director general de Benetton, Flavio Briatore, en el podio el accidente del Grand Prix de Fórmula Uno de San Marino en Imola, ItaliaHabía sido un fin de semana ya traumático por la muerte del austríaco Roland Ratzenberger en la clasificación. Un accidente que angustió al propio Senna, según comentarios de sus allegados. Todos quedaron perplejos y traumatizados, como presagiando una nueva desgracia. Y el domingo 1° de mayo ocurrió lo que nadie hubiese deseado: el brutal choque de Senna en la curva de Tamburello cuando lideraba la competencia. Detrás de Ayrton iba Schumacher, finalmente ganador de la carrera. Mucho se le censuró al alemán el posterior festejo en el podio en medio del drama, con un desenlace trágico que para muchos no estaba confirmado aún, pero que todos intuían debido a la gravedad del impacto.El “reto” de Senna en Magny CoursEl documental “Schumacher” profundiza en lo que vivió Schumy después del accidente y muerte de Senna, al que veneraba por sus dotes de conductor en piso seco o bajo un diluvio. “Schumy tenía un póster del brasileño en su habitación”, cuentan. Incluso, se exhibe una “pelea” que tuvo con Ayrton durante un fin de semana, en el GP de Francia de 1992, cuando el paulista, ya vestido de civil y a punto de irse del autódromo de Magny Cours, lo fue a reprender por un “mal comportamiento en la pista”: lo había chocado y se vio obligado a abandonar. Lo tomó “paternalmente” del cuello y del hombro y le dijo: “Deja de hablar con los periodistas y habla primero conmigo. No utilices a los medios”. Senna lo paseó por los boxes, marcándole su error. Y Schumacher aceptó el reto de su ídolo: la observación no fue de cualquiera, precisamente. Una muestra de respeto también a la trayectoria.Michael Schumacher junto a su mujer y a sus hijos que forman parte del documental que estrenará a mediados de septiembre (Captura TV/)Pero volviendo al accidente de Imola, el trauma fue tal que Schumacher admitió su paranoia. Poco después, fue al circuito de Silverstone, en las afueras de Londres, donde se realiza el Gran Premio de Gran Bretaña. Los pilotos suelen hacer un reconocimiento del circuito a pie, o en monopatín, en la semana de la carrera, pero no ir con más antelación. El alemán cambió su conducta y lo recorrió solo, en un auto de calle, cuando todavía faltaban cuatro pruebas en el medio (Mónaco, España, Canadá y Francia). ¿Qué podía llamarle la atención especialmente en esta oportunidad? “Empecé a analizar todos los puntos donde podría morir, a pesar de las veces que ya había corrido allí”, confesó. “Todo eso fue una auténtica locura”, fue su recuerdo durante una entrevista. Ahí cambió su mirada sobre las carreras de autos.Pumas-All Blacks, por el Rugby Champioship: el díficil panorama del equipo para la revancha en AustraliaSchumacher ganó ese año su primer campeonato mundial, con Benetton-Ford, triunfando en ocho de 16 carreras. Fue la temporada de la polémica con Damon Hill (Williams Renault), a quien aventajó por sólo un punto: 92-91. Con un desenlace en el GP de Australia en el que el alemán chocó al británico y selló la lucha por el campeonato.Curiosamente, luego se adjudicaría otros seis campeonatos, se retiraría y volvería a competir a bordo de un Mercedes, antes de despedirse para siempre de las competencias, con sus récords. Pero ese año le mostró un lado vulnerable que acaso desconocía.
Fuente: La Nación