El principal objetivo de una adecuada rutina de ordeño es ayudar a obtener la leche de un modo limpio, rápido, suave y completo, pero también reducir al mínimo el riesgo de transmisión de mamitis.
Según estudios de la cátedra de Producción Lechera de la FAUBA, es necesario que la unidad de ordeño esté colocada en la vaca el menor tiempo posible. Para ello debe realizarse un buen estímulo en el animal y colocar las pezoneras en el momento adecuado, para que el flujo de leche sea máximo desde el mismo instante en que se colocan, y se extraiga la leche en el menor tiempo posible.
Cuando llega la oxitocina, se contraen las células mioepiteliales y empujan la leche hacia abajo, hacia la cisterna de la ubre. El efecto de la oxitocina no es permanente, sino que alcanza su nivel máximo en la sangre aproximadamente un minuto después del inicio del estímulo. Entonces, se estabiliza y empieza a decrecer.
Es importante destacar que si al final del ordeño el nivel de oxitocina en sangre es demasiado bajo, será más difícil vaciar la ubre de una manera completa y uniforme. Por lo tanto, a fin de ordeñar una vaca total y rápidamente, es importante que la unidad esté colocada en el momento en que el nivel de oxitocina está en su nivel máximo o justo antes.
En tanto, el estudio aclara que es de suma importancia evitar situaciones de estrés para que el animal no segregue adrenalina que inhiba total o parcialmente la acción de la oxitocina.
Para retirar las pezoneras, debe evitarse el “apurado a máquina”. Este procedimiento no solo incrementa el estrés en el tejido del pezón y el riesgo de entrada de aire sino que también lleva a la vaca a esperar esa manipulación antes de bajar toda la leche.
Por otro lado, se debe evitar pellizcar el tubo corto de leche entre la copa y el colector a fin de detectar el final del ordeño. Esto puede permitir que haya bacterias que asciendan por el interior del pezón.
Fuente: InfoCampo